En este relato les cuento como después de comernos la verga de mi hijo Marcel con mi nuera Andrea en una discoteca, al siguiente día (Sábado) nos vestimos mucho más sexys y atrevidas que la noche anterior y nos dirigimos desde las 11 de la mañana hasta teatro porno a comernos a Marcel.
En este relato les voy a contar cómo por fin me decidí a comerme la verga de mi hijo Marcel en compañía de mi nuera Andrea.
En este relato les cuento cómo después de que se me despertó una vez más mi instinto de puta insaciable, logré comerme el cuerpo de Andrea (mi nuera) y cómo las dos nos gozamos la verga de mi perro Dani.
En este relato les cuento cómo hice para comerme la verga de mi perro Dani, después de haberme gozado la de mi hijo Marcel...o mejor de haber hecho gozar a mi hijo Marcel, porque las ganas con las que quedé de aquella culeada sin orgasmo para mi...me decidí ir a la fina de Guasca y comerme a Dani.
En este nuevo relato les quiero contar cómo en un mismo día se me despertó el instinto de puta que llevo adentro, cómo logré comerme una vez más la verga de mi hijo Marcel y la de mi perro Dani. Ahora mismo estoy en el Internet de mi gusto, cabina cerrada y vestida como cuando me fuí para Guasca.
En este relato les cuento de una forma detallada como, una vez se me volvieron a detonar las ganas de gozarme mi cuerpo con la verga de mi hijo Marcel, me terminé dejando culiar por un transexual en la zona de tolerancia de Bogota; y cómo me volví a comer la verga de mi hijo Marcel en el parque.
En este relato cuento qué y cómo hice para llevar a mi hijo Marcel al teatro porno Esmeralda Pussycat de Bogotá; y, todas las cositas que le hice hasta lograr comerme la gran cantidad de semen que eyaculó.
En este quinto relato, cuento cómo después de salir del teatro porno me dirigí a mi apartament, al parque del barrio y a la finca de Suesca, donde me volví a comer la verga de mi hijo Marcel.
Relato cómo despues de salir de un teatro porno, donde me comí la verga de un desconocido, y ante la ausencia de mi hijo Marcel (cuya verga es el objeto de mi adoración), el deseo descontrolado de tener un orgasmo con quine fuera y donde fuera, me llevó a derramarme dejándome culear de un perro.
Estando en el centro de Bogotá, vi entrar al cine porno a una pareja y mi mente y mi entrepierna me obligaron a hacer cosas que no tenía previstas: comprar de urgencia ropita chiquita, colocármela en un supermercado, viajar en un bus y entrar al teatro porno a culiar como una perra en celo.
En este tercer relato, describo como por fin logré comerme la verga de mi hijo en un discoteca.
En este relato describo los preparativos que he estado realizando y las cositas quetengo programadas hacer con lfin de comerme la deliciosa veguita de mi hijo Marcel.
Al ser testiga casual de como Andrea se vistió y se comió apropiadamente la verga de mi hijo hasta llegar a cabalgarlo, llegué a la conclusión de mi imperiosa necesidad de llegar a tener dentro de mi ser esa misma verga, la de mi hijo!.