A menudo salíamos las tres, íbamos a locales de ambiente, bailábamos como las lesbianas de instinto básico, nos dábamos piquitos Sin embargo, bajo la aparente normalidad, a mi me empezaban a pasar cosas. Cada beso, cada roce, cada tontería hecha como en broma, con cualquiera de las dos, me enervaba al máximo.
Conocí a mi suegra antes que a mi mujer. Siempre me gusto, era una mujer guapisima. Cuando se quedó viuda nos unimos mucho, hasta que un día...