Llegando a la habitación el deseo no se hizo esperar, empezamos a monosearnos por todos lados, ella me abrazó por la espalda y pasó su lengua desde un poco abajo de mi cuello hasta llegar a mi nuca, no puedo decribir la sensación pero si puedo decir que un especie de choque eléctrico
La pegué contra la pared y empecé a besarla como loca, desesperada, estaba tan caliente que no pensaba, lo único que quería era poseerla y que me poseyera, nuevamente tocaba su cintura, subía mi mano a su pecho y lo toqué, empecé a suave masaje,
Me terminan cogiendo los albañiles con una doble penetración y yo daba tremendos quejidos que parecía que me estaban matando, pero lo cierto es que me estaban cogiendo súper rico.
Me penetró y para ser sincera me gustó demasiado, estaba muy excitada, y no quería que el sacara jamás esa grande polla animal de dentro de mi.
Me terminan cogiendo los albañiles con una doble penetración y yo daba tremendos quejidos que parecía que me estaban matando, pero lo cierto es que me estaban cogiendo súper rico.
Yo seguí disque limpiando pero cada vez con movimiento más sexis y provocadores, abría las piernas, levantaba la cola y bajaba mi pecho según para estirarme a alcanzar algún lugar más lejos.
Quería que acabara dentro de mi, que empalara mi colita con esa tremenda verga que deseaba fuera ensartada hasta lo mas profudo de mi ser; pero en lugar de eso tomé mi plato de fruta lo acerqué a su verga y le dije, con una cara de entre pervertida e infantil - ¿Me pones lechita en mi fruta? -
El mero día de mi cumpleaños numero 18 mi tío me invita a comer y entre plática y cosas de preferencias sexuales y demás decido confesar que siempre me he sentido mujer y que disfruto mucho vistiéndome y maquillándome.
Esa noche yo estaba muy caliente y cuando eso pasa no pienso en nada mas que quiero que alguien me coja, que me clave su verga hasta lo más profundo.