Recibí un mensaje al whatsapp, era Sandra y decía:’’Hola papi, me ha gustado mucho el regalo que me has dejado en la puerta esta mañana, te quiero’’ y seguidamente me envió una foto suya, un selfie, ella sin ropa, solo llevaba el tanga manchado de semen.
Nunca antes habia visto a mi hija en un plano sexual hasta que llegó aquella experiencia que cambió nuestra vida para siempre.
Al ver aquella escena mi polla creció, me la saqué y empecé a pajearme mientras veía a la zorra de Amanda haciéndose dedos.
En fin de año pueden pasar muchas cosas pero nunca imaginé ni podria imaginar lo que pasaría aquella noche vieja.
La primera vez que me masturbé fue extraordinario, recuerdo que era navidad y ya tenia erecciones pero nunca me habia masturbado. Ese dia de navidad viendo la tele puse sin querer un canal porno y vi como un hombre se corria y yo quería experimentarlo.
La mano de Sandra empezó a quitarme el pantalón mientras se arrodillaba. Empezando por el cinturón, desabrochando el bonton del pantalon y finalmente bajarmelos, me bajo la ropa interior y se encontró con mi polla
Toda mi sangre estaba en mi polla y a pesar de que podía ser pillado, me bajé los pantalones, cogí mi polla y empecé a bajar y a subir con el tanga de Amanda alrededor de mi polla, Amanda no paraba de mirar mi polla y morderse el labio inferior, se echo hacía tras de su silla, se subió la falda, chupó sus dedos índice y anular de la mano derecha, bajo su brazo y empezó a masajearse su coñito
Con la linterna apunte hacia el interior de la habitación, mi hermana estaba en su cama totalmente desnuda, había un consolador en el suelo, y en las sabanas justo donde estaba su coño habían un liquido blanco.
El primer día de clase, llegaron nuevas alumnas, una de ellas era Amanda, un chica de mi edad, delgadita y pelirroja. En clase no podía evitar observar su culo que aunque no era grande era apretadito y respingón y unas tetas pequeñas.