Sin darme cuenta ya estoy pegada a la ventana. Magda me toma de la cintura y me hace a un lado para ver también. Me vuelve a poner un seno contra mi cuerpo y me dice que en una distancia como esa, en el elevador, el cabrón de su jefe se ha cruzado los brazos y le ha metido los dedos en el escote.
Desde mi primer día, en el trabajo en la clínica que me había conseguido mi mamá, las cosas se veían fuera de lo normal. Mi jefe era un cirujano que a pesar de su renombre y de su Porsche, no atendía celebridades. Mi madre, me había advertido de no enamorarme de algún futbolista; y no lo hice.
Preparando el festejo de cumpleaños de la recepcionista de la oficina, terminé siendo el centro de la fiesta.
Lulú traía un vestido sencillo de rayón blanco, con estampado de flores negras. No era bonito pero se le veía tan bien que me hice la dormida para mirarla. Quizá el vestido le oprimía el busto de más. Yo no podría llevarlo tan ceñido, a punto de estallar; aunque en ella, era como una promesa.
Amanecí observándola. Ella iba casi sin ropa, en lencería y un abrigo abierto que mostraba más que proteger, y yo la veía indestructible y frágil, ajena y cercana. De alguna manera me parecía familiar verla caminar, huyendo entre el tráfico de las mañanas en Nueva York.
Y te dije que era una versión italiana del danzón, muy antigua y se llamaba Fellatio. Succioné tu glande como si fuera el clítoris de Lulú hasta hacerte apoyar tu mano contra el techo de tu golf 92, hasta correrte en mi boca.
Mientras estudiaba en la CDMX conocí un ser humano tan sensual y magnético, que ha Influido en mi manera de relacionarme con el mundo, con el sexo y conmigo misma.
la camioneta empezó a llenarse de ese olor que tiene el semen cuando se está en los previos, cuando es un liquidito seminal transparente y delicioso.
Lulú despertó mi sexualidad; y no por ser chica como yo, ni por su belleza, ni por vivir en mi casa o por su cariño incondicional hacia mí. Fue la casualidad y las calabacitas que lavaba sin una razón aparente.
La primera vez que tuve que enfrentarme a un pene erecto, fue el de mi mejor amigo de toda la vida. Un chico hermoso, muy bien dotado, pero completamente gay.