Dogging: Término inglés con el que se describe a la realización del acto sexual en un lugar público, y con espectadores. En castellano puede utilizarse la palabra Cancaneo o Exhibicionismo.
Rondaba los 22 añitos, y tenía cara de no haber roto un plato. Con su cara angelical y su tamaño reducido, resultaba bastante morbosa, al menos para alguien como yo.
Abrió su maletín, que pensé estaría lleno de formularios, pero para mi sorpresa estaba repleta de juguetitos sexuales.
Recibo una llamada del Director del colegio de mi hija, suena muy enojado. Se trata de un hombre sumamente atractivo, pero muy estricto. Me informa que mi dulce niña, de 16 añitos está castigada en su despacho, y que quiere que vaya de inmediato para explicarme lo sucedido.
Ayer tuve una sesión especial con mis sumisas. Aunque ya os dije que sería muy difícil coincidir y poder quedar con Auriel, por culpa de nuestros horarios de trabajo, ayer tuvimos suerte y pudimos quedar para tener una cita a tres bandas, un trío. Esto fue lo que ocurrió:
Mi cuñada había disfrutado de aquel primer encuentro y no se esforzaba en disimularlo; me hablaba cada vez que tenía ocasión de las sensaciones que había tenido, aquella mezcla de miedo y excitación, de dolor y placer, de vergüenza y deseo de mostrarse...
Esa mujer que daba lecciones de moralidad a todo aquel que se le acercaba, que consideraba sucio todo sexo no convencional, que se negaba en rotundo a oír hablar siquiera de juguetes sexuales… Esa mujer estaba sentada en una butaca con las tetas fuera de la camiseta, con las piernas abiertas...
Estás secuestrada, alguien te ha atado las manos a la espalda y te ha vendado los ojos. Eres la encargada de la sede central de un banco, donde cada 30 días se ingresan los salarios de otra empresa. Casi 10 millones de euros en efectivo. Y te han secuestrado.
-Relato corto- En la zona de ropa se animaron a probar se varios estilos. Disfraces sexys, lencería súper erótica, y para dar más morbo a la situación, la más atrevida salia del probador y le pedía su opinión al dependiente.
Soy el director de una empresa de informática, elegante, adinerado y un pelín cínico. Tú eres mi nueva secretaria, recién llegada a la empresa, que ha encontrado trabajo, es tu primer día en la empresa. A la anterior secretaria la eché a la calle porque no me daba las 'atenciones' necesarias
Hay una fantasía que siempre me ha dado vueltas por la cabeza, desde que comencé en el mundo del BDSM. Me imagino dando una clase de Dominación/sumisión, para un grupo de mujeres de mediana edad, que observan y comentan lo que les pasa por la cabeza.
Un relato real con mi sumisa Lorena.
Una pequeña trilogía bastante sexual. Mi vecinita de 20 años descubre el BDSM.
Una pequeña trilogía bastante sexual. Mi vecinita de 20 años descubre el BDSM.
Una pequeña trilogía bastante sexual. Mi vecinita de 20 años descubre el BDSM.
Eran las últimas semanas de universidad y este semestre no había sido el mejor para mi, tenía una materia en la que mis notas no daban para pasar y me tenían demasiado preocupada. Debía presentar un último examen para pasar o debía quedarme un semestre más.
Después de dar un par de vueltas al tema, se me ocurrió una solución, bastante nueva para mí en ese momento, la de ofrecerle la posibilidad de ver una sesión en directo, con mi sumisa. Ella, muy lejos de negarse como pensé que haría, aceptó y me pidió que le avisara cuando fuéramos a hacer la siguie
Había sido mala. Tras discutir con su amo por una nimiedad, su amo se había enfadado y con razón. Sabía que había sido mala, y ahora recibiría su castigo. Y allí estaba ella, atada de manos y los pies, y completamente desnuda, a 4 patitas, encima de un puf. Su amo iba a azotarla.
-Jessica, ¿qué voy a hacer contigo? Ella, altanera, le miró como si fuese toda inocencia. Él apoyado en el escritorio intentaba aparentar enfado. -¿Darme las gracias? Sabes que solo he actuado como excusa para poder verte.-le espetó con una sonrisa picarona.
Por aquel entonces me había aparecido un contrato de trabajo en su ciudad, en su país bañado por las aguas del Caribe. La verdad es que el contrato era bastante bueno, con un muy buen sueldo, y gastos pagados. Una habitación en un hotel de lujo, de los mejores de la ciudad, y fuera del alcance de la
Las entraron en una habitación, donde solo había un hombre fuerte, grande, con uniforme policial, y que imponía respeto, mucho respeto. Su gran espalda, sus brazos, y su gesto rudo indicaban que aquel hombre hacia pocos amigos. Más bien enemigos. Las chicas temblaban de miedo.
- Tú serás mi puta –dice señalándola -, y tú serás mi zorra –señalándome a mí -. ¿Entendido? - Sí, Maestro –decimos a coro.
Cuando íbamos hacia el segundo departamento, en el vehículo, yo acariciaba sutilmente mis muslos, en señal de nerviosismo. Era algo que no podía controlar, y me estaba calentando de manera extraña. Nunca me había ocurrido antes, pero el hecho de saber que ese hombre era de fuera...
Ella, ni corta ni perezosa, se metió debajo de mi mesa, entre mis piernas, y agarró mi miembro erecto con su manita. Empezó a pasar su lengua por la punta del glande, poco a poco, excitándome aun más.
El día es soleado y tranquilo, me apetece un poco de deporte y como no, estrenar ese equipo de tenis tan sexy que no me pude resistir a comprar. Decidida y equipada voy hacia el club de tenis. Me han dicho que hay un profesor nuevo que por lo visto levanta pasiones.