Historia de mis primeras botas de agua y de cómo conocí a alguien del mundo ecuestre que me hizo disfrutar de un rato de intimidad.
Mi pervertida aventura para conseguir los tres fluidos con los que rellenar mis botas de agua fetiche
Tras dos años sin verle, descubrí que se habia puesto en forma y que compartía mi fetiche, me ponía muy cachonda, él era muy tímido pero con mis armas de mujer y gracias a mi mente pervertida pude acabar llevándomelo a mi dormitorio.