Lo que más me sorprendió, fueron los veinte minutos al menos que estuvo ese sesentón penetrándome… ooohhh!!, como bombeaba el muy cabrón, menudo aguante tenía… aaahhh!!.
Su cuerpo desnudo estaba empapado y su pelo chorreaba sobre su pecho. Se cubría con una pequeña toalla enrollada en la cintura. Me quedé mirándole de arriba a abajo en silencio.
Sudando y jadeante, Luis estaba llegando al clímax. Sus jadeos se fueron haciendo más sordos y seguidos. El movimiento de sus caderas se aceleró y en unos momentos, con un aullido apenas apagado, su polla empezó a soltar los chorros espasmódicos de lefa que Paco recibía extasiado en su culo.
Al acabar el último espasmo, el tío sacó su polla pringosa de lefa y obligó a su puta perra a que lamiese y limpiase hasta la última gota de su esperma, cosa que Francisco hizo encantado y a la perfección, repasando con su lengua aquel glorioso mástil coronado por el rojo capullo.
Acercándose a mi oreja, me susurra al oído, te voy a follar bien follado, me dice muy bajito para que nadie lo escuche. Yo poniéndome todavía más colorado de lo que ya estaba, agaché la cabeza, muerto de vergüenza.
CAPÍTULO 8: Finalmente Jake y Melocotones van a hacer la denuncia a la Comisaría.
Mariano queda por segunda vez con un ligue ocasional suyo, lo que ignora es que el tío es conductor de autobús y el sitio que ha escogido para su encuentro sexual es su lugar de trabajo.
Empecé a fantasear con usar un dildo más grande. Estaba deseoso de dilatar aún más mi culito, de follarme con él como si no hubiera un mañana, salvajemente. Así que empecé a curiosear en sexshops online en busca de mi nuevo amigo
Aburrido en casa, salgo a dar un paseo y me encuentro a Juan, un viejo amigo que llama a otros para follarme todos juntos
Empezaré este relato por describirme un poquito. Tengo 34 años, soy bastante alto, 192cm, peso unos 90`kg y soy moreno. Respecto a mi polla, no me quejo, me mide 18 cms pero apenas la uso ya que soy una zorrita pasiva que lo único que desea es que le revienten el culito de vez en cuando.
(Serie) Un joven introvertido se apunta al gimnasio para cambiar su vida y transformarse en un auténtico hombre y le sale el tiro por la culata.
Microrelato ficticio o no tanto...
Ya con 19 años Pedro se descubre como un mamador nato.
David acercó su mano a la pierna del AMO para acariciar los pantalones de piel negra, mientras su cuerpo se iba inclinando hacia las botas de montar, cuya piel brillante parecía hipnotizarlo.
El cartero, estaba ahora descalzando a Alberto de las botas que llevaba puestas. Las mismas botas, que la noche pasada, Ángel había lamido, acariciado, limpiado con su saliva y con su lefa y que eran la admiración de todo el Cuartelillo.
Tomo entre sus manos la más usada, brillante de betún, y la acercó a su cara, mientras las aletas de su nariz se dilataban por la excitación que le producía el olor a cuero, betún y sudor. Sentado en el suelo, apoyó su espalda en la pared y metió su cara en la embocadura de la bota.
Finalmente Sergio y Bryan tienen una cita, pero lo que parecía una noche de diversión se torna en un espectáculo deplorable
(Serie) Un joven introvertido se apunta al gimnasio para cambiar su vida y transformarse en un auténtico hombre y le sale el tiro por la culata.
El caso es que al negro solo le gusta follar culos, más que coños y desde luego mi culo lo tiene cuando quiera.
Hay decisiones que tarde o temprano se tienen que tomar, y no siempre tenemos la certeza de qué tan buenas serán. Menos aún si quién las toma es un adolescente de 18 años que tiene las hormonas revueltas...
Un gimnasio, una pareja atrevida, y un chico afortunado y con ganas que pasaba por ahí.
¡Ohhh me corro! Me corro, gritaba pidiéndome que abriera bien la boca. ¡Abre la boquita, abre la boquita! Gritaba empezando a correrse, soltando varios trallazos de leche en mi cara y boca.