Tengo un beso en cada esquina de mi cama y dos pétalos de rosa que me llaman.
La lujuria encendida me la quieres dar a raudales de pasiones en remolinos entre sabanas y almohadas olvidadas
Eres la luna, y eres el sol la dualidad etérea del crepúsculo hecho horizonte
Espero que les guste, no es un relato. Es uno de mis poemas que he escrito para una persona muy especial expresandole lo que no lo demuestre. Es la primera vez que escribo.
Lo que hago yo, hoy solo la desnuda noche lo sabe y ante el silencio del unicornio lo cuenta a nuestros cuerpos etéreos
No resistimos mas y nos entregamos al placer
Necesito la aurora entre por mis ojos alejarme en un sueño, no uno cualquiera.
Llegaste a mí no sé cómo... Y encendiste mi corazón,... Derribaste mi muralla... Y perdí la razón...
Como un ángel, lleno de luz Llegaste a mi vida, Borrando, el Que en mi había.
Una breve historia en tres tiempos: entonces, después, ahora. Y luego siempre, me temo
Paso las horas sentada... En este pequeño y viejo banco,... Veo la fina lluvia caer... Al otro lado del barranco...
Nostalgia de la noche en la que un dulce seductor me desvirgó en los manglares
Espacio oscuro, olor extraño... Ciegas mis ojos blanca luz... Sobre mi cuerpo tan solo un manto,.. En el tuyo vestido azul.
(Si yo fuera una vampiresa, algo de esto creo que diría)
Tus poemas son historias del ayer Que vuelven al presente gracias a ti, Recuerdos de una mágica época De la bondad y libertad de tu ser.
Esta vez quiero provocarte, ser la mujer ardiente de tus deseos, que genere las pasiones de tu piel... tengo una cosita divina, es de terciopelo, con perfume de hembra dulce, una esencia, un deseo, para encadenarte a mí.
Amante mío, estoy desnuda, más fresca que el agua azul para tu noche de amor. Cada extremo de mi boca, cada esquina de mis miembros se apresuran como ágiles peces hacia tus tibias aguas. Amante mío, yo deseo la mordedura de tus dientes y me encamino temblorosa hacia cada uno de tus dedos...
Mi alma llora por no ser mujer.