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Mujer de dos caras (II)

en Lésbicos

Hola de nuevo, han pasado unas semanas después de lo que os conté de mi relación con Carlota, aquella noche que pasamos juntas fue maravillosa y por supuesto lo hemos repetido un montón de veces, aunque no con las comodidades de aquella noche ya que no disponemos de casa para encontrarnos, lo hemos hecho en las duchas del gimnasio o en mi casa un día que me quedé sola, pero normalmente vamos a un pequeño cuartito que hay en el terrado de su casa y que nunca sube nadie.

Desde el primer momento acordamos no contárselo a nadie y seguir con nuestras relaciones con nuestros novios, procuramos que todo siguiera con normalidad, la verdad es que también me apetecía un buen polvo con Eduardo a parte de montármelo con Carlota.

No obstante, Carlota a los pocos días rompió con su novio, según decía no tenía nada que ver con lo nuestro, pero yo sospechaba que se estaba decantando por el lesbianismo como tendencia sexual completa.

Seguimos acudiendo al gimnasio, teníamos un bono de 3 veces por semana (lunes, miércoles y viernes) y Carlota cuando yo me despistaba se perdía por los vestuarios con Carmen, realmente le había cogido afición a hacérselo con tías. Carmen, los días que no iba como clienta (martes, jueves y sábados) daba clases en el mismo gimnasio de aeróbic para sacarse un dinero, con lo que cada día estaba por allí. Cuando llegaron las vacaciones, teníamos todo el día libre y para sacarme un dinero, empecé a trabajar en una hamburguesería los viernes y los sábados, como Carlota seguía con Carmen, no le importó los viernes ir sola al gimnasio.

Por no perder un día del bono, empecé a ir los jueves en lugar de los viernes, allí me encontraba a Carmen, que por casualidad daba la hora de aeróbic que asistía yo. Realmente era guapa, y con aquellas mallas ajustadas que llevaba, mostraba una figura preciosa, nos fuimos conociendo y pasó lo que tenía que pasar, usando la misma técnica que con Carlota, primero como quien no quiere la cosa y poco a poco llegamos a más, hasta que en las duchas nos lo montamos las dos. Era una verdadera maestra, me hizo gozar muchísimo en aquel encuentro y sin esperar que ella me lo propusiera, le dije de ir a su casa, naturalmente aceptó.

Recordando lo que me contó Carlota, me vestí sin el tanga, y nos dirigimos al coche, aún no habíamos salido del parking ya estaba trabajándome los bajos, yo la imite y puse mi mano en su entrepierna, tampoco llevaba nada, por lo visto, nunca se ponía ropa interior. Mis dedos jugaban con su agujerito, entraban y salían, pellizcaban, apretaban su clítoris obligándola a gemir mientras conducía, sus piernas muy abiertas se movían rítmicamente a cada embestida mía. Estando paradas en un semáforo, se corrió violentamente, un motorista que estaba junto a la ventanilla del coche se percató y vio mi mano metida debajo de su falda mientras ella se agitaba furiosa, nos estuvo siguiendo un buen rato, por fin entramos en el garaje de la finca de Carmen. Bajamos del coche y nos dirigimos al ascensor, una vez dentro nos besamos y acariciamos todo el cuerpo, vive en un noveno piso y tardó lo suficiente en subir como para que mi top acabara enrollado a mi cintura, me comía las tetas y los pezones mientras metía sus dedos en la vagina. Por suerte era tarde y nadie nos vio, en el vestíbulo de la escalera le bajé la faldita y empecé a pasar mi dedo por su culo a la vez que mi lengua entraba en su coño, como pudimos llegamos al apartamento y entramos.

Fuimos directas al dormitorio desnudándonos del todo por el pasillo, ya en la cama volvía a meter mi lengua repartiéndola entre el orificio del culo y su concha. Estábamos sudorosas, nuestros cuerpos se movían a oleadas de placer, se puso con sus piernas entre las mías haciendo rozar nuestros coños y moviéndose como si quisiera follarme con su clítoris. Nos corrimos las dos a la vez, y nos quedamos estiradas una junto a la otra. Nos pusimos a hablar.

- ¿Desde cuando te van las tías? -le pregunté - - Desde hace dos años que voy al gimnasio y me enrollé con una chica que trabajaba allí de recepcionista.

- - - ¿Y no has estado con chicos desde entonces?

- - - Por supuesto que sí, me encanta hacerlo con tíos, en asuntos de sexo estoy abierta a muchas posibilidades y no me gustaría tener que rechazar ninguna.

- - - A mi me pasa lo mismo, no por montármelo con alguna chica voy a prescindir de una follada con mi novio.

- - - ¿Con cuantas chicas has estado?

- - - Con dos, contigo y con Carlota. - - Al decirle esto se quedo pensativa, y después de pensar un poco me dijo: - - ¿Tu sabias que estoy liada con Carlota?

- - - Sí, aunque no sé hasta que punto. De hecho Carlota se acuesta contigo y conmigo.

- - - Nuestra relación no tiene ningún compromiso, solamente es de sexo, pero no sé que pensaría si supiera que tu y yo nos hemos acostado.

- - - Y seguiremos acostándonos, espero

- - - Sí, claro, pero creo que sería mejor que no se enterase, no quisiera hacerle daño ni perderla como amante.

- - - De acuerdo, de momento lo mantendremos en secreto, pero somos muy amigas y no tenemos secretos entre nosotras, no le esconderé durante mucho tiempo lo que hacemos.

- - - Vale, ya pensaremos la manera de decírselo.

- Dimos por terminada la sesión de sexo, nos vestimos y me llevó a mi casa, no sin antes instalar en mi coño sus dedos hasta que llegamos, casi en la puerta de casa y ya cansadísima me corrí por ultima vez aquel día. Nos besamos y quedamos para el Jueves siguiente. Dormí un poco incomoda por tener que ocultar aquello a Carlota, ella era la persona con la que más confianza tenía y me parecía estarle fallando.

Al día siguiente, con mi novio y Carlota fui a la playa, estuvimos los tres jugando y bañándonos, me miraba a Carlota, con su pequeño bikini, sus pechos (más desarrollados que los míos) pugnaban por salir y el tanga del bikini marcaba un precioso culito. Entonces caí en la cuenta de que hacía casi un mes que no hacía el amor con ningún chico y llegué a la conclusión que estas cosas no dejan de gustar de un día para otro. Se me ocurrió que si yo le dejaba a mi novio a ella no le importaría compartir al "suyo". Comencé a tramar la manera de que se enrollaran y se me ocurrió decir que me encontraba mal, que me dolía la cabeza y que quería ir para casa, eran las 11,30 de la mañana y hasta las 15h no volverían mis padres de trabajar. En media hora llegamos a casa, por el camino me encargué de calentar un poco el ambiente, le metía mano al paquete de Eduardo mientras hablábamos de lo grande que la tenía, él, primero un poco cortado, intentaba disimular su bulto con la camiseta que llevaba puesta, yo veía que Carlota solo hacia que mirar mi mano como se movía dentro de las bermudas de Eduardo, hasta Eduardo se dio cuenta que Carlota no perdía de vista lo que estaba pasando y llevado por el morbo se levantó la camiseta y dejó a la vista su pene cogido por mi mano, los ojos de Carlota estaban súper abiertos, ¡¡¡ con el tiempo que hacia que no cataba una polla !!!. Decidí dar el último empujón a mi plan y bajando la cabeza empecé a chupársela mientras conducía, de reojo, veía a Carlota con su mano metida en el tanga, moviéndola rítmicamente y sin dejar de mirar, incluso empezó a acariciar mi cabeza marcando el ritmo de la mamada.

Llegamos a casa, ya en el ascensor seguí chupándosela pero ahora, Carlota, de rodillas a mi lado también participaba de la fiesta, por supuesto Eduardo no protestó lo más mínimo de que las dos nos aplicáramos a pasar nuestras lenguas por su polla. Fuimos directos a la cama de mis padres y allí nos desnudamos los tres, Carlota estiró de un empujón a Eduardo en la cama y sentándose sobre él se metió todo el pene de un golpe, se lo estaba follando salvajemente mientras él aullaba de placer, yo me senté en la cara de Eduardo para que me comiera, mientras aprovechando que no veía nada, me besaba con Carlota (la verdad, es que no me importaba lo mas mínimo que me viera con Carlota, si no le gustaba ya me buscaría otro novio), Carlota dio un grito de placer en el momento que Eduardo se corrió dentro de ella, volver a notar la leche caliente después de tanto tiempo dentro de ella fue demasiado y también se corrió violentamente, en unos segundos volvía a estar la polla dura, mientras Eduardo comía mi conejo Carlota se había apartado y yo volvía a chuparle haciendo un 69, cuando no pude más me incorporé y poniéndome a 4 patas esperé a que me follara, él ante aquel panorama de mi coñito abierto esperando su polla no se hizo de rogar y me embistió por detrás, entraba y salía con fuerza de mi cuerpo, Carlota ya un poco recuperada y olvidándose de nuestro pacto de silencio se situó delante mío ofreciéndome su concha y bajando la cabeza comencé a pasar mi lengua. La sorpresa de Eduardo debió ser mayúscula, su novia, una folladora como pocas, comiéndole la almeja a su mejor amiga, paró incluso de follarme, durante unos segundos permaneció inmóvil. Él era de aquellos tíos machitos que no entienden que una tía se lo monte con otra habiendo tíos, supongo, porque no le veía la cara, que estaba a punto de darle un ataque, mientras yo seguía bebiendo la miel de Carlota y limpiándole con la lengua los restos de semen de Eduardo. Mi culo seguía delante de su polla moviéndose instintivamente, esperando que volviera a meterla, de repente la volvió a meter, pero no en el coñito que ya estaba muy abierto y mojado, sino que de un solo empujón la introdujo en mi culo que hasta ese día había permanecido virgen. Me puse a gritar desesperadamente, realmente me dolía muchísimo, intentaba zafarme de su polla pero me tenía bien cogida con sus manos en mis caderas, empezó un mete y saca rítmico, sin importarle mis quejas y lloros, él seguía a lo suyo. Carlota se había incorporado y miraba la escena, en vez de ayudarme a escapar de Eduardo, la muy puta se puso a besarme y a tocarme las tetas, en unos minutos mi esfínter se dio poco a poco de sí, junto con los tocamientos y besos de Carlota empecé a notar un placer nuevo, notaba la polla como entraba y salía haciendo todo el recorrido con lentitud y viendo que me empezaba a gustar, Eduardo soltó una mano y empezó a acariciar mi clítoris.

Aquel ataque de Eduardo había conseguido que gozara con él más que todas las veces anteriores que habíamos follado, cuando aceleró el ritmo noté que se iba a correr, le hubiera dicho que no se corriera dentro si no hubiera tenido la boca ocupada por la lengua de Carlota, ya no podía parar de moverme, ahora era yo que movía el culo rítmicamente; por un momento noté como si su polla aumentara aún más de tamaño y con grandes espasmos se corrió, noté su leche caliente dentro de mis entrañas y me corrí yo también inmediatamente.

Quedé estirada boca abajo, exhausta, el semen salía de mi culo cayendo entre mis muslos, cerré los ojos y me relajé con el dolor de mi ano bastante vivo. Eduardo estaba de pie, quizás pensando lo que había hecho, su polla seguía tiesa, encularme debía ser una fantasía para él, y se había hecho realidad. Carlota era la única que parecía insatisfecha y sentándose al borde de la cama, se puso a limpiar la polla de Eduardo con la lengua, éste reaccionó volviendo a estar a punto, Carlota se puso a cuatro patas y guiando con la mano la polla se la apuntaló en el culo y empezó a empujar hacia tras, el pene de Eduardo entró primero la cabeza, un gemido de Carlota me hizo abrir los ojos, le miré a la cara y pude ver sus ojos como se le iban de gusto, la polla seguía entrando hasta el fondo, con la boca abierta susurraba que la iba a partir en dos, pero ella no paraba, se movía hacia delante y hacia detrás, ella sola se estaba enculando mientras Eduardo sin apenas moverse veía su cipote como se perdía en el interior de mi amiga. Yo no podía moverme y me limité a mirar mientras me acariciaba, Carlota se corrió un par de veces antes que Eduardo volviera a correrse definitivamente, cayó de rodillas agotado del esfuerzo (no creí que pudiera correrse tres veces en tan poco tiempo), yo aproveché para que en aquella misma posición y abriendo las piernas me hiciera una ultima comida de coño.

Había sido una buena mañana de sexo y perfecta para mis propósitos. (CONTINUARA)

A diferencia de la primera parte, éste y los siguientes capítulos de esta historia son fruto de mi imaginación, de hecho la idea me la dio Xandra aprovechando alguna de sus vivencias, pero sin tener relación con su aventura con Carlota. Si os gusta o queréis comentarme algo o darme alguna idea para continuar el relato os lo agradecería.

Carles

Carles15@hotmail.com