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Días de prepa

en Hetero: Primera vez

Los días de prepa son de las mejores épocas de la vida. Empezaré por describirme; mido 1,84 soy delgado, pelo negro, normal. Estoy terminando la prepa.

Todo comenzó en una fiesta para gente que viene de intercambio a mi ciudad de otros países, en mi escuela hay un gran numero de gente de intercambio por eso me habían invitado a esa fiesta, en la cual conocí a Sabrina, una sudamericana de mi edad muy cachonda de curvas prominentes, con un gusto por las vergas increíble.

Me acerqué a ella para pedirle que bailáramos a lo que ella accedió gustosa, se movía muy provocativamente en ocasiones pegándome su culo en mi pene al cual provocó una erección imponente la cual no habría sido fácil disimular si no estuviera tan oscuro el lugar, por lo que le pedí que saliéramos al balcón a charlar, al llegar ahí se percató de la dura que lo tenía, a lo que me dijo:

- Vaya que te a gustado ¿¿¿eh??? - - Sí, a quien no, perdón.

- No, no me molesta, es más me agrada producir eso en los hombres.

Yo me quede helado con aquella plática, no podía creer lo directa que era, pero continuamos con la plática un largo rato hablando de cosas sin mucha importancia hasta que no sé por qué salió el tema del sexo, accedí pero pidiéndole a ella que empezara.

Me dio una reseña de su vida, que no me lo podía creer, todo lo que había hecho, y cuando llegó mi turno de hablar, yo me avergoncé mucho de que aún no había hecho mucho.

- Pues yo aún no estoy tan experimentado como tú.

- Bueno pero al menos lo has hecho alguna vez ¿no?. - - Pues... la verdad es que no, aún no.

- Apoco eres aún ¡¡¡VIRGEN!!! - - Si no lo gritas mejor ¿no?. - - Perdón, es que no lo puedo creer. - - Pues ya ves, así es.

- Bueno no te preocupes eso tiene solución

Al decir esto mi mente empezó a imaginarse lo que esta respuesta encerraba, acaso me estaba proponiendo tener sexo con ella, o qué era lo que quiso decir con que tiene solución.

- ¿¿¿Cuál???. - - Pues mira esta es mi dirección ve a verme en la mañana durante clases, que es cuando no hay nadie en la casa, y ahí veras cuál es la solución.

Al decir eso me plantó un beso, y disimuladamente tomó con su mano mi verga que se marcaba en el pantalón que la contenía proporcionándole un masaje exquisito, y mientras yo acariciando su trasero.

Al otro día, me presenté a la primera clase, para que no sospecharan y hacer un poco de tiempo, y al terminar ésta tomé el primer transporte para llegar a su casa (bendita escuela universitaria que te deja salir sin rendirle cuenta a nadie).

Al llegar me recibió con una toalla del baño pues acababa de salir de la ducha, nos dirigimos a su habitación, no sabía cómo actuar, se sentó en la cama y me pidió que me pusiera frente a ella, me comenzó a quitar el pantalón mientras yo me despojaba de mi camisa, quedando sólo en bóxer que apenas y contenía mi miembro erecto que clamaba por salir, por cierto que no tengo un miembro muy grande que digamos, normal creo yo, unos 17 cm y un grosor considerable.

Al despojarme de mí ultima prenda, mi pene se soltó desafiante apuntando hacia la cara de Sabrina, inmediatamente la tomó con las manos besando la punta e introduciéndosela poco a poco, jugando con su lengua y teniendo un rito agradable, cada vez aumentaba su ritmo, yo la ayudaba con su cabeza y en ocasiones parecía tragársela entera, hmmmm, no aguanté más y descargué todo mi torrente en su boca, no desperdició ni una gota, a pesar de que le escurría por los labios, la recogía con la mano para que no se le escapase nada, luego me dio un beso, con semen aún en la boca era un sabor raro pero agradable, creo que el único semen que probaría sería el mío.

Quise devolverle el favor lo cual la recosté en la cama y comencé a mordisquear su concha, la cual estaba totalmente rasurada, era agradable, buscaba su clítoris, parecía experto, después de haber visto tantas cosas, pues algo debí haber aprendido.

Ella jadeaba y se retorcía, le inundaba el placer, gemía de gusto, más así... ahhh... qué rico...

Comenzó a estremecerse más y más lo cual significaba que estaba teniendo un orgasmo y por lo visto iba a ser bestial, me salpicó la cara, y yo al igual que ella, chupé aquellos líquidos, los cuales me gustaron mucho, no quería desperdiciar, qué rica sensación.

Luego nos tumbamos los dos a la cama algo exhaustos mientras ella iba a la cocina por algo de beber, mientras revisaba sus cosas y encontré un montón de artículos sexuales, lo cual no me extrañó nada después de la experiencia que estábamos teniendo.

Regresó, nos bebimos el liquido sedientos, al terminarlo, sin decir nada casi por instinto nos abrazamos y nos besamos.

- Penétrame... hazme tuya... quiero sentirte adentro de mí...

Tomé con una mano mi miembro y lo introduje en su entrada, poco a poco para que no le doliera pero había cogido tantas veces que al parecer ya no le incomodaba sino todo lo contrario.

Comencé a metersela poco a poco, primero despacio, hasta que de golpe le metí toda, dando un grito apagado los dos, el tal el placer, que no podía creerlo, movía sus caderas rítmicamente contra mi pene, luego nos sentamos y en esa posición continuamos cogiendo yo la abrazaba por la cintura y ella por mi cuello, subiendo y bajando, ahhhhh... sí... más, más, más.

Aceleramos el ritmo, en ocasiones era tan fuerte que se me salía el miembro de su vagina y teníamos que acomodarlo de nuevo, y comenzar, era un placer inimaginable.

De repente vi de reojo que alguien nos miraba, salté espantado, y al incorporando vi en la puerta de la habitación riéndose de aquella situación en la que me halló a Tan otra compañera de intercambio que tomaba conmigo clase de matemáticas. Yo me moría de la pena y no sabía cómo reaccionar.

Sabrina le preguntó que qué hacia en casa tan temprano a lo cual ella le contestó, en inglés, puesto que era australiana que sus clases habían terminado antes y se había venido a descansar, pero que por lo visto no iba a poder.

Al oír esto noté una sonrisa morbosa en la cara de las, dos, como que algo tramaban, Sabrina se acercó a mí y me dijo que era un suertudo, mi primera cogida y no iba a ser con una sino con dos, y extranjeras.

Dicho esto y no tardaron en estar sobre mí, Sabrina se aferró de mi miembro y comenzó su dedicada labor de amármela con la maestría que sólo ella sabía, Tan comenzó a desvestirse con mi ayuda mientras nos fundíamos en un beso, al terminar pude contemplar su cuerpo juvenil, más pequeño que el de Sabrina pero no tanto como para no estar bien dotada, tenía unas tetas pequeñas pero bien firmes y redondeadas de una forma exquisita, unas caderas sajonas que no tenían la cadencia de las latinas pero muy bien formadas, una tez blanca y un caballo castaño largo y sedoso.

La tomé de la cintura y la acerqué a mí teniendo frente a mi cara sus hermosos pechos, los cuales saboreé con delicadeza. Tocar esa piel suave la hacía erizarle, lo cual era más placentero, chupar esa aureola rosada, pequeña pero bien firme.

Luego de un rato, comencé a chupar su concha, con una mata de pelos perfectamente recortada y delineada, con unas gotitas de sudor y líquidos que humedecían su cocha haciéndola lucir más sexy y antójale, busqué su clítoris para producirle mayor placer, mientras ella se acercó a la de Sabrina y comenzó a hacer lo que yo formando un triangulo amoroso en el que los tres disfrutaríamos de él, Sabrina saboreaba mi miembro con la majestuosidad que la distinguía arrancándomelo casi por la energía frenética con la que me la mamaba, yo me comía a Tan a bocados, introduciendo uno y a veces dos dedos en su culito respingón y blanco que tenía, ella asía lo mismo con Sabrina, como gozábamos los dos.

Tan dejó de amársela a Sabrina y se dirigió a mi verga a ayudar a mamarla a Sabrina mientras, ella lo hacía con mi pene, Tan masajeaba y mordisqueaba mis pelotas, que sensación tan placentera era aquella.

Por un instante pararon sólo para que Tan se pusiera sobre mí y se empezara a introducir mi tronco en su cueva, la cual aún era bastante estrecha lo cual siempre me ha gustado de una concha que sean estrechas, aunque sólo las había visto en fotos y alguna vez que fuera al Table Dance, con unos amigos, pero yo las prefiero estrechas, aunque como dicen una concha es una concha.

Comenzaba a entrar la puntita como decimos los mexicanos, provocándole unos gritos y gemidos de dolor, por que realmente la estaba sintiendo pero poco a poco fue acoplándose a mí y convirtiéndose su dolor en placer, comenzó a moverse de atrás a delante, ohhhhahhhh Disculpen Como decía Tan cogía con una maestría casi como Sabrina realmente sentía aquello increíble.

Mas decía, no podía parar de introducir mi pene en aquella sabrosa concha la cual estaba excelentemente lubricada por lo que facilitaba las cosas y era mucho más excitante, mientras tanto Sabrina sentada en el sofá estaba masturbándose frenéticamente con un consolador enorme que había sacado de entre sus juguetes.

Tan y yo seguíamos cogiendo, me aferraba a ella como queriendo que no se escapara la presionaba hacia mí, continuaba mis arremetidas contra aquella dulce figura, Más... ASÍ... Qué bien coges... no paraba de decir que no me detuviera, que le diera más y más...

Comencé a sentir de nuevo mis estremecimientos, por lo que bajé el ritmo para contenerme más, y luego poco a poco, besándola y mordisqueando sus pezones comenzábamos de nuevo a acelerar el ritmo cada vez más y más fuerte, lo que provocó que derramara todo mi semen dentro de ella sin pensar en las consecuencias no me importaba estaba muy caliente como para pensar en eso. Al poco rato ella igual tuvo su orgasmo y nos fundimos en un beso.

Sabrina mientras tanto seguí masturbándose, como loco no podía creer el tamaño del consolador que tenía era casi del doble de mi palo, comenzó a estremecerse y a soltar unos gemidos apagados que se iban convirtiendo en gritos de placer culminando en una corrida increíble, como nunca había visto.

Luego nos recostamos los tres, descansando de aquella agitada mañana ya casi daban las 2 de la tarde teníamos poco tiempo para arreglar el desorden antes que la familia con la que se quedaban regresara.

Nos dimos una ducha los tres juntos, sólo acariciándonos pues estábamos exhaustos para continuar, más yo.

Al día siguiente cuando nos veíamos en la escuela, sólo se dibujaba en nosotros una sonrisa morbosa al acordarnos de aquella mañana tan excitante que habíamos tenido, esto tendría que repetirse...

Nota: esto no ocurrió, aunque los personajes existen realmente, y nos conocemos, y si pudiéramos juntarnos lo haríamos realmente, pero somos de diferentes países.

Escríbanme a: Mauricio076@hotmail.com