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Dudas personales

en Hetero: General

Les voy a contar algo que me pasó hace unos dos años, en 1998 . Producto del trabajo con mis estudios ,en la universidad, en Valparaíso, Chile, una de las actividades era hacer unos talleres en un colegio. A mi grupo le tocó "prevención de drogas" , a otros "relación de pareja", sexualidad", "SIDA", etc.

Llegamos en la mañana al colegio, un poco nerviosos, peor que nuestro trabajo era importante, además el colegio era de puras niñas. Nuestro curso era de secundaria, es decir niñas de 18 años más o menos. Bueno, llegamos, y preparamos el salón donde iba a ser el taller, y las separamos en grupos. A mi me tocó un grupo como de 10 niñas, les conté todo lo que sabía y ellas hicieron preguntas. Nosotros terminamos antes que los demás , así que les pregunté acerca de los talleres que habían tenido antes y una me dijo que le habían quedado dudas.

Cuando terminaron los demás grupos, había que ver un video, para lo cual había que reacomodarse (estábamos en el suelo) y mirar hacia delante. Yo me quedé al final, junto a una niña de nombre Marcela (la que había dicho que le quedaban dudas). Apagaron las luces y comenzó el video. Todo iba bien hasta que en una parte de la narración, se nos pidió que nos tomáramos de las manos; así que Marcela me pasó su mano, delgada y chica y yo se la tomé. Se acercó al oído y me dijo: "¿me puedes aclarar mis dudas?" Yo le dije, claro ¿de qué son?. "Adivina" me dijo y me puso su mano en mi paquete.

Ustedes supondrían la sorpresa mía, ya que yo ni siquiera le había prestado mucha atención a la niña, pero ella como si nada, me empezó a tocar mi pene por afuera, suavemente, un rato , hasta que me preguntó... "¿hasta que hora tienes clases ?", hasta las 4 de la tarde , le dije. En eso se terminó el video y nos tuvimos que ir.

Todo esto me había dejado muy excitado. Además ni siquiera sabía cómo era la niña, ya que mi grupo era grande, y después con la sala oscura no me dí cuenta, así que por lo mismo, las posibilidades de vernos de nuevo eran remotas, por lo menos de parte mía.

Bueno, llego la tarde y salimos de clases. Yo tenía que entregar unos libros en la biblioteca, así que cuando llegué al patio, ya se habían ido todos los de mi curso. Me iba yendo , pero sentí mi nombre. Me di vuelta y ahí está Marcela, sentada arriba de un murito, balanceando las piernas, aún con uniforme. Llevaba el uniforme tradicional de los colegios de acá, lo que se llama "jumper" que es un vestido de una pieza largo, de color azul marino, sin manga y debajo una camisa con mangas larga. El uniforme se quedaba chico o algo así, por que estaba muy ajustado y los pechos se le hundían en la tela. Me acerqué y me dijo , "vengo a que me aclares mis dudas, ¿podemos ir a un lugar tranquilo , pero que no sea la biblioteca?". Hay en la sede unas salas que tienen la ventaja que se pueden cerrar por dentro y abrir, con un cordelito, por fuera. Además, se ocupan poco. Así que fuimos a una sala , cerré la puerta y saqué el cordelito para que nadie pudiera entrar. Mientras, Marcela se había subido a la mesa y , con las piernas abiertas me sonreía. No me aguanté más y me acerqué a ella y la besé. Su lengua buscó la mía rápidamente, mientras mi mano se metía por la entrepierna hasta el fondo , hasta descubrir, con sorpresa, que no llevaba bragas. "Esta mañana me las saqué, cuando me masturbé en el baño", me dijo. Hice que se parara y la di vuelta, quedando de espaldas .Le comencé a besar el cuello, mientras le acariciabas sus pechos por encima del uniforme, que se ponían duros rapidamente.Ella gemía suavemente y se inclinaba un poco, haciendo que mi pene duro se le clavara en su culo. Después de un rato, comencé a bajarle la cremallera del vestido, lo separé de los hombros y dejé que cayera la suelo. Marcela quedó solamente con su camisa y nada más. Nos comenzamos a besar mientras le acariciaba sus labios y su clítoris que estaban muy mojados. Ella , para no ser menos, con dificultad, me desabrochó los pantalones y me bajó los calzoncillos para ponerse a jugar con mi paquete. Suavemente le desabroché la camisa y quedó ante mí, con un sujetador blanco, simple y sin encajes que casi reventaba de la erección de sus pechos. Se lo solté con mucha dulzura y comencé a lamerle sus duros pezones que parecían globos hinchados a punto de estallar. Con esto le vino un violento orgasmo, que apenas pudo reprimir el grito y tuve que sujetarla , pues se le doblaron las piernas. Su coñito estaba muy mojado, y ambos estabamos muy calientes, así que le dije, "te lo voy a meter", y ella me dijo, después de un suspiro, "espero que no nos pillen". Yo le aseguré que no pasaría, así que me senté en una silla, y con ella de pié , le toqué su coño, para comprobar que estaba muy mojado. La levanté y ella se dejó caer suavemente encima de mi verga erecta. Estaba un poco atontada con los orgasmos, así que la tomé de las nalgas, para ayudarla a subir y bajar, mientras le lamía los pechos. Poco a poco fuimos acelerando, hasta que ella tuvo otro orgasmo, con un quejido impresionante ; un rato después , yo me corrí y le llené todo su coño de semen.

Se quedo ensartada un rato y luego nos vestimos, y me dio su teléfono, porque quería volver a verme. Sin embargo, por distintas razones no nos hemos vuelto a ver.

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