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Primer dia de curso

en Hetero: Primera vez

Era el primer día de curso, estaba impaciente por ir a clase. Esto en situaciones normales no lo diría pero al colegio al que iba a ir era distinto, siempre había sido único para chicas pero en este nuevo curso lo iban a hacer mixto. Sabía lo que esto suponía, un montón de chicas con ganas de sexo, un sueño hecho realidad. Era la mañana del gran día, me vestí como lo hago siempre, unos vaqueros, una camiseta ajustadilla y mis zapatillas. Bueno ya era la hora de partir, cogí el autobús y en 15 minutos ya estaba allí.

Al llegar me encontré que los chicos y chicas llevaban uniforme, bueno qué se le va a hacer... además me excita mucho ver a las chicas de uniforme, con esas falditas tan cortitas las cuales dejaban ver casi todo el coñito virgen y esas blusas blancas en las que se transparenta todo, con ese escote... ufff sólo de acordarme me pongo "malo". La gente me miraba de manera extraña, debía ser por no ir con el uniforme. El colegio era muy grande, nada más entrar ya me iba fijando en las posibles chicas, madre mía con esas chicas. Se les notaba que tenían ganas de rabo, pues bueno yo no sería en que se lo negara. Busqué al director para que me indicara mi clase, al llegar, en la puerta del despacho me encontré con que era una mujer. Insistió en que entrara al despacho, no me parecía muy lógico, simplemente me tenía que acompañar a mi aula, pero bueno no me negué. Pasé primero ya que insistió mucho, seguro que quería verme como andaba de culo y espaldas, pasó detrás mía cerrando la puerta tras su paso.

Me dijo que me sentara en un sillón frente a una silla donde más tarde se sentó ella. Era joven y atractiva, iba con una minifalda y una blusa con un escote considerable, parecía otra alumna más que la directora. Al sentarse cruzó las piernas y dejó caer un bolígrafo para inclinarse hacia mí y permitir que me fijase en sus grandes pechos, insinuaba con gestos y palabras que quería tomarme, pero no me interesaba, a mí lo que me ponía era follarme a jovenzuelas vírgenes y ella no era virgen, solo con su mirada sabía que se había follado hasta al portero del centro. Sin ser maleducado le dije que no me interesaba y en ese momento fue cuando me acompañó hasta mi clase.

Ésta ya había empezado, sólo quedaba un sitio libre en la clase, y era para mí. Estaba al final de la clase y para más suerte al lado de un chica guapísima con un par de... ojos verdes, y una cara dulce pero con ojos de insaciable, era mi primera víctima.

Eran las 8.45 de la mañana, era la primera hora del día en aquel sitio. Me senté en el sitio reservado para mí, era genial, en aquel lugar no me podían ver los profesores. A medida que pasaban los minutos, la chica que estaba a mi lado me miraba cada vez más de reojo. Yo también la había observado detenidamente sin que se percatara. Observé que su faldita era más corta de lo normal y que tenía cruzadas las piernas para relucir sus magníficas piernas. No sé en qué estaría pensando, bueno me lo imagino, pero se estaba excitando mucho, lo notaba en la manera de humedecerse los labios, en su respiración y en cómo sus pezones se ponían duros, era maravillosa, perfecta.

Ella pensaba que yo no sabía lo que estaba sucediendo, aproveché que me estaba poniendo duro para ponerla más cachonda, como si no quisiera la cosa me coloqué la polla por encima de los vaqueros, ella lo vio de reojo y se pasó la lengua discretamente por el labio superior. Estaba justo donde yo quería. De repente sonó el timbre, se me había hecho muy corta la clase, observando a ese monumento. La chica suspiro, ella pensaba que esto había terminado pero sólo acababa de empezar. La gente empezó a recoger las cosas, yo y aquella chica no teníamos nada que recoger, nos habíamos estado mirando toda la clase.

La gente empezaba a salir de clase, al parecer teníamos que ir a clase de informática, éramos los últimos, justo cuando ella iba a salir la cogí de la muñeca y le di un tirón del brazo para que no saliese, a la vez que se acercaba a mí, cerró la puerta. Nos miramos fijamente, se le notaba que con los chicos que había estado no le habían dado caña, mal asunto ya que se le veía que se dejaba llevar y que era insaciable. Se le empezó a acelerar la respiración y su primer impulso fue besarme, la aparté y la di una bofetada. ¿Quién era ella para besarme sin mi permiso?. La dije que se acercara y la empecé a besar, nuestras salivas se formaban en una. Me estaba poniendo a cien. Me dijo que no la violara pero era mentira tenía ganas de mi polla como yo de metérsela. Empecé a bajarle las braguitas y me dijo que no lo hiciera, ponía un poco de resistencia. Su no era entrecortado por la excitación. Me dijo que sólo le metiese la puntita ya que era virgen, le dije que no tuviese miedo que así lo haría. Estaba apoyada con su cintura en el borde de la mesa y sus brazos atrás, sujetos por mis manos sobre sus muñecas. Tenía los pechos medio desnudos por su desabrochada blusa. Agaché mi cuerpo sin soltar sus muñecas para comerle el coño. Abre las piernas que te lo quiero comer. Se resistía aunque estaba deseando que se lo comiese. En ese momento las abrió un poco, parecía que le gustaba mi tipo de sexo. Empecé a lamerle el clítoris con mi lengua, a darle mordisquitos. Uhmmm tenía ganas de metérsela, así que saqué mi polla dura y le restregué el capullo por todo el coño. Sólo la puntita me decía, de repente dio un grito de placer, tenía toda mi polla dentro suya, mi pelvis aprisionaba la suya contra la mesa, no sé a ella pero a mí me excitaba la idea de que nos pillaran. Me la estaba follando ahí mismo, en la clase. Sus gemidos de dolor-placer me excitaban muchísimo, me hacían acelerar el ritmo. Le saqué mi polla de su coño caliente. Su rostro pedía más y más.

Me senté en la silla del profesor, ¡has sido una alumna mala y tienes que cumplir con tu castigo!, le dije, entonces le hice un gesto de que se agachase y me la comiese. La tuve que obligar a agacharse con unos azotes en el culito y a bajarle la cabeza hasta mi polla con la mano. Decía que nunca se la había comido a nadie, así que le cogí la mano, se la puse en mi gran polla y le dije que la saboreara como un chupa-chups. Parece que le gustaba pero sólo se comía la puntita, a la vez que le decía que este palo sí se puede comer, le metí toda la polla hasta el fondo sin que dijera nada. Acompañaba el movimiento de su cabeza con mi mano que agarraba su pelo, la guiaba en la mamada.

Estaba a punto de correrme así que decidí hacerlo dentro suyo, en su húmedo coño. La puse cara a la mesa, inclinada, con sus pechos presionados sobre la mesa, las piernas abiertas cuando... se la metí de golpe gritó de placer y eso me excitó más. Echó atrás su cabeza, momento en el que aproveche para cogerla del pelo. Mi codo estaba en su espalda para inmovilizarla, mientras mi polla salía y entraba de aquel lugar sagrado, del cual solo yo tenía la llave. Mi otra mano le estimulaba el clítoris y le daba a chupar de sus propios fluidos, estaba a punto de correrme, la idea de estarlo haciendo a pelo nos ponía más cachondos. Le dije que me correría fuera cuando me lo pidió, yo ya no podía aguantarme más y ella estaba a punto de correrse, así que ¡Ah, ah, ah me corro cariño, absórbelo todo, ah, es para ti !, la decía mientras nos corríamos juntos. Aunque sólo me la estaba follando, hubo un momento en que nuestras almas se juntaron. Mi instinto me decía que la abrazara y así lo hice no la solté en ningún momento mientras terminábamos de corrernos.

Si hay alguna dama joven que me quiera escribir: luisfdz77@hotmail.com