Sueño que despierto una noche (creo que es de noche, pero no estoy segura) y
me doy cuenta de que alguien ha atado mis ojos con una cinta y no consigo ver
nada. Estoy completamente desnuda, echada encima de la cama y de pronto oigo
alguien que se mueve en el cuarto.
No digo nada, no me asusto, y la otra persona tampoco dice nada. Me toma de la
mano y me obliga a levantarme de la cama. Quedamos de pie, frente a frente y mi
intuición me dice que mi compañero de juegos es bastante más alto que yo.
Comienza a acariciarme el pelo suavemente, se coloca detrás de mí y noto sus
dedos deslizándose por mi cabello... comienza a hacerme una trenza, moviendo sus
manos con pasmosa suavidad. Cuando finaliza la trenza, me la sujeta de manera
que no caiga sobre mi espalda. Durante varios segundos no me toca, me impaciento
un poco... soy consciente de que me está observando.De pronto, deposita
suavemente un beso en mi nuca y un escalofrío me recorre de pies a cabeza.
Sigue besándome el cuello, sus labios suaves lo recorren con dulzura mientras
sus manos acarician mi espalda con movimientos acompasados. Estoy excitada.
Arqueo la espalda, echo el cuello hacia atrás para que pueda besarlo mejor y con
un movimiento suave, echo hacia atrás mi culito y choco "accidentalmente" contra
su pene erecto. ¡También él está completamente desnudo! El contacto de su pene
contra mis nalgas hace que él dé un pequeño gemido y entonces comienza a besarme
el cuello cada vez con más pasión... y su lengua choca entonces contra mi piel,
que la espera impaciente.
Me mordisquea los hombros, los lame y empieza a bajar su boca por mi espalda,
poco a poco, unas veces deposita pequeños besos, otras veces su lengua dibuja
círculos sobre mi piel, que se eriza a su contacto. Cuando llega a la altura de
mi cintura se detiene y noto sus manos recorrer mis caderas, mis nalgas. Me está
masajeando las nalgas con sus manos mientras me las besa, entonces coloca la
punta de su dedo en la entrada de mi ano y no lo introduce, lo deja ahí unos
segundos mientras me mordisquea las nalgas, después lo introduce muy, muy, muy
despacio y empieza el vaivén de locura: lo mete y lo saca sin parar, a un ritmo
acompasado, lo hace muy despacio de manera que cada vez que lo mete y lo saca
puedo sentir lentamente la sensación de su dedo dentro de mí. Estoy muy
excitada, muy húmeda y siento como mis fluidos resbalan por la parte interna de
mis muslos.
Con desesperación noto que ha sacado su dedo de mi culito, que me toma por los
hombros y me hace girar hasta que quedo frente a él. Cada vez me pongo más
excitada, especialmente porque con los ojos vendados no veo cuáles van a ser sus
siguientes movimientos y todo mi cuerpo está alerta para aprovechar al máximo
cada caricia... Inmediatamente, dos dedos de fuego se posan sobre mis pezones y
se mueven en pequeños círculos sobre ellos. Acaricia mis pechos con una lentitud
deliciosa y cuando sus manos los abandonan para dirigirse a mi espalda y bajar
después hasta mis nalgas para apretarme contra él, noto su pene erecto contra mi
ombligo.Ahora es su boca la que juguetea con mis pechos. Les da besos alrededor
de los pezones sin llegar a tocarlos y estos, desesperadamente erectos, le piden
atención, entonces él comienza a lamerlos, a hacer círculos alrededor de ellos
con la lengua, a mordisquearlos, a chuparlos, mientras nuevamente introduce su
dedo en mi ano y comienza a moverlo como lo había hecho antes.
Estoy muy apretada contra él, su pene erecto pegado a mí, su boca en mis pezones
dándome un placer que nunca había experimentado y su dedo en mi ano moviéndose
cada vez con más y más energía. Mis piernas tiemblan, me pongo muy tensa,
comienzo a arquear la espalda para que, a un mismo tiempo, mis pezones estén más
cerca de su boca y su dedo entre más dentro de mí y entonces tengo que agarrarme
fuerte a su cuello porque noto que llega el orgasmo, que me hace palpitar el ano
y el clítoris y me arranca unos gemidos ardientes que consiguen excitar mucho a
mi compañero.Cuando acabo de correrme, su boca abandona mis pezones y su dedo mi
culito.
Sus manos acarician entonces mi cuello y noto su boca suave sobre la mía, su
lengua tibia inundando cada rincón de mi boca y mi lengua entablando una
excitante lucha con ella. Por primera vez mis manos pueden recorrer sus brazos,
su espalda, su abdomen y lo que descubren es un cuerpo musculoso y caliente que
está preparado para disfrutar y para hacer disfrutar. Me lleva de la mano hasta
la cama, me siento, noto cómo se pone delante de mí, de pie, y al alargar la
mano noto su pene. Lo cojo para hacerme la idea de cuál es su dimensión. Es
grande, ancho y está muy duro. Yo estoy muy caliente. Tengo su pene cogido con
mi mano y él contiene la respiración. Saco mi lengua y lamo dulcemente su punta,
después la chupo un poco.Comienzo a masturbarlo, a mover enérgicamente mi mano
sobre su pene. Él está en tensión. Suelto el pene y lo lamo de abajo hacia
arriba y cuando está bien húmedo me lo meto entero en la boca y comienzo a
chuparlo mientras con mis manos agarro sus nalgas para acercarlo más a mí.
Entonces él me empuja suavemente sobre la cama, quedo echada y noto que él me
separa las piernas... y una lengua exquisita busca mi clítoris, lo encuentra y
lo acaricia con maestría. Doblo las rodillas y llevo mis manos hacia su cabeza,
hundida entre mis piernas, para apretarla más contra mí. Su lengua, muy larga,
se introduce en mi sexo y sus movimientos me arranca gemidos que enloquecen a mi
compañero. Su excitación llega al máximo y con un rápido movimiento siento su
enorme y duro pene en mi sexo... entra, sale, entra, sale... ¡qué locura!
Nuestros gemidos se hacen uno solo y yo ato mis piernas a su cintura para
sentirlo más dentro de mí. Él me levanta con sus manos y me sienta en lo que
intuyo que es mi escritorio.Una vez allí sentada, abro mis piernas y le invito a
que entre nuevamente en mí. No me hace esperar. Sus embestidas son cada vez más
fuertes y yo noto que no puedo más, ya no puedo más, ummm! No puedo más... y me
corro. Mis piernas están muy abiertas y mi espalda muy tiesa, de modo que mis
pezones duros se rozan contra su pecho y mi clítoris toca en cada movimiento sus
pelos púbicos. Apoyo las manos en los bordes del escritorio y me abandono a un
orgasmo glorioso. Él está besándome en la boca y sigue moviéndose después de que
yo ya me he corrido... se mueve... se mueve... y atrapa mis pezones con su boca,
yo noto un calor que emana de mi centro y me envuelve y nuevamente me corro
entre espasmos.Cuando acabo, él me baja del escritorio, me manda apoyarme contra
la mesa y me separa las piernas. Se coloca detrás de mí y apoya su enorme pene
contra la entrada de mi ano. Muevo mi culito impaciente en círculos y eso le
invita a follarme. Me la mete poco a poco... mi ano lo espera impaciente. Cuando
la ha metido completamente, permanece quieto dentro de mí por unos segundos y su
pene palpita, lo noto.
Soy yo la que comienzo a moverme y a gemir y cuando queremos darnos cuenta,
estamos como locos. La saca de mi ano, me da la vuelta, apoya mi espalda contra
la pared y me folla como nunca me habían follado mientras yo apoyo mi boca
contra su cuello... siento que voy a correrme, hay un calor en mi sexo que me
abrasa, lo siento, sí, voy a correrme, y en la locura de la excitación le muerdo
en el cuello... creo que le he hecho un poco de daño...Le pido que vuelva a
meterla en mi culito y me complace. Me echo boca abajo sobre la cama, elevo mi
culito y él penetra mi ano una y otra vez. Noto su pene ancho y palpitante
dentro de mí y sé que va a correrse... yo también me excito... me excito
mucho... ¡Dios, voy a volver a correrme!... y estallamos al unísono en un
orgasmo que nos hace temblar como hojas... nos desmoronamos sobre la cama,
exhaustos y me duermo entre sus brazos... Cuando me despierto a la mañana
siguiente pienso en lo fabuloso que ha sido el sueño, pero...¡un momento!...
¿qué es esto?... hay una cinta negra tirada en el suelo, idéntica a aquella con
la que me había vendado los ojos anoche. En una esquina del cuarto estaba una
botella de vodka vacía... ¡había olvidado que bebí demasiado en la fiesta de
ayer!. Salgo por el pasillo hacia la cocina sin entender muy bien qué ha pasado
y me encuentro desayunando a mis padres, mi abuela, mis tíos y mi primo Andrés,
que me mira inquietantemente y me dice: "Buenos días, primita". Le contesto
somnolienta y me siento a desayunar a su lado.
Noto mi cuerpo cansado, tan cansado como si en vez de ser un sueño, hubiera sido
real la maravillosa noche de sexo... entonces miro hacia mi primo, que está
hablándome, y descubro que tiene un mordisco bien marcado en su cuello... ¡Es
él!... Tengo la certeza absoluta en ese instante de que lo de anoche no fue un
sueño, fue real y de que ese hombre que hay sentado a mi lado, ese primo lejano
al que he conocido hace apenas una par de semanas, ha sido mi fabuloso amante de
hace unas horas. Estoy completamente segura... no puedo evitar excitarme... sí,
ha sido él... disimuladamente meto mi mano bajo el mantel y toco su paquete,
noto que está abultado, también él se excita... me mira, sonríe, disimula... y
yo no puedo evitar hacer nuevos planes para esa noche...