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Lucerito (02)

en Grandes Series

Ruben miraba a través de las grandes hojas de helechos gigantes, que rodeaban el manantial y tras las cuales se había ocultado a la mirada de Lucero; se dio cuenta que la niña trataba por todos los medios de disimular su interés en verlo desnudarse, pero la atracción era mucho mas fuerte que la prudencia; por consiguiente Ruben por primera vez en su vida, sintió la necesidad de mostrar su cuerpo, pero más aún sintió el palpitar de su sexo, que se manifestaba en estado de semierección y en forma instintiva corrió el prepucio y desnudó sus ansias a la mirada ansiosa de Lucero.

Salió de detrás de las matas, donde dejo toda su ropa y en vez de adentrarse pronto al agua, estiró los brazos en una calistenia de exhibición, como nunca la había visto hacer y el nunca la había efectuado.

Lucero con el corazón a punto de estallar no perdía detalle de lo que hacia Ruben, y sin ser consciente de lo que hacia comenzó a abrir uno a uno los botones de su bata, cuando estuvo totalmente abierta se paro en el sitió que estaba, distante unos siete metros de donde estaba Ruben. Dejo resbalar la bata a sus pies, quedando casi desnuda a excepción de los calzones que cubrían su vientre y su estomago.

Ruben extasiado miraba mas que veía el núbil cuerpo de formas bien definidas apenas empezando a desarrollarse; Sus promesas de pudor y ocultamiento se perdieron en la penumbra del olvido y su masculinidad se desarrollo encabritada sin ningún control consciente de su parte.

Lucero, No estaba ahí, su consciencia y su ser estaban inmersas en el cuerpo de Ruben, sus manos descorrieron para abajo de sus piernas el calzón que ocultaba su intimidad y emergió precioso el sueño del poeta, el tierno peluche que mas señalaba que ocultaba la entrada al paraíso.

Del miembro totalmente erecto de Ruben, comenzaron a salir gruesos goterones que cubrían de brillo y luz todo su contorno.

En el mismo instante en que Ruben dio el primer paso para acercarse a Lucero. Ella también empezó a caminar hacia él. El espació que los separaba les pareció inmensamente largo, pero el tiempo se había detenido para los dos.

Sus cuerpos se encontraron en una unión tan perfecta e intima; que ninguno de los dos podría explicarla, sus cuerpos se tendieron sobre la suave retama del prado, Lucero perdió el conocimiento al expirar todo su ser en explosiones siderales; Ruben se encontró con ella en un infinito inconmensurable.

Transmutados el uno en el otro dejaron de existir como seres individuales; sus sensaciones se prolongaron todo el tiempo del mundo; mientras juntos recorrían el infinito de la felicidad.

Una suave brisa, y el trinar de una bandada de pájaros, hizo que esos dos seres que recorrían el espació de la ensoñación y del descubrimiento, anclaran al borde del "Cielo"; el manantial de los secretos.

Sus miradas se encontraron aun turbias por las sensaciones experimentadas. Pero en contraposición a la naturaleza humana, se sintieron juntos, felices y plenos. Ruben sentía que estaba en ella y era ella; había encontrado la parte que era de el y le faltaba para ser completo. Lucero, estaba en él, lo cubría totalmente; él era la parte de ella y por primera vez tuvo conciencia de que era ella, completamente plena de su ser.

La algarabía de los pájaros, que revoloteaban y sacudían sus alas en breves inmersiones y retozos en un pequeño vado muy cerca de los dos amantes; los distrajo unos momentos y sin decirse una sola palabra Ruben y Lucero se pararon y asidos de la mano entraron al manantial.

El agua fue cubriendo sus cuerpos escondiendo lo que ambos deseaban ver, conocer y reconocer, tocar y acariciar.

Lucero sonrío feliz, su mano suavemente acarició la cara de Ruben; tuvo conciencia de que anhelaba conocer todos y cada uno de los lugares de ese su cuerpo que acababa de encontrar en ella.

El sonrío dichoso, y sus manos que abrazaban el cuerpo de Lucero, iniciaron un lento recorrido de reconocimiento de la materialización de la felicidad, la ensoñación y la esperanza. Los dos sentían que levitavan en el aire sus cuerpos libres de la gravedad física, no flotaban en el espació, no tenían cualidades físicas, su mente, cuerpo y espíritu solo existían en la sensación de la felicidad total.

Lucero tomo en el cuenco de la mano un poco de agua y lo dejo escurrir por el pecho de Ruben, inmediatamente arrimó su boca y sacando la lengua comenzó a lamer el cuerpo del muchacho,; este hecho se trasformó en algo vital como si al rozar con toda delicadeza el cuerpo de Ruben con su lengua y los labios hubiera sustituido la necesidad de respirar para poder vivir.

Pero no fue solamente el torso de Ruben, lentamente recorrió cada milímetro de piel, no hubo un solo lugar del cuerpo que no hubiera sido besado, lamido, explorado, conocido, sentido, que no hubiera vibrado en una intensidad constante, sensación, y mas sensación, placer y mas placer, los extremos máximos del infinito; paralizaron todo movimiento en un crescendo total de realización vital, el universo entero se reunió ante ellos para expandirse en órbitas de creación perenne.

Ruben dejo de ser él, Lucero lo poseyó íntegramente; la desintegración total de su ser, lo sentía Lucero en cada fibra de si misma. Ella quedó al mismo instante que Ruben; derrotada en la plenitud de la posesión y la entrega.

Todo el tiempo del Universo, transcurrió antes de que los dos recobraran el instante del presente. Acababan de nacer, como gemelos de un mismo sentimiento. Todo ante ellos, a partir de ese instante seria nuevo e inexplorado, no había necesidad de palabras, eran la una y el otro un solo ser.

Se encontraron sus miradas por primera vez mirándose a si mismos y su diálogo eran palabras expresadas por uno y pensadas por la otra, o viceversa.

Pero el tiempo había transcurrido lejos del "Cielo", debían volver a la realidad.

Continuará.....