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Mi preguntona del tercero

en Hetero: General

Casi siempre baja a que yo le ayude con sus tareas, soy un profesional de 40 años y disfruto de una buena máquina de computación con todos sus accesorios, así que siempre tengo información a mano para ayudarle, todos los temas que necesita siempre los tiene a disposición.

Tiene 14 años es bien delgada, no es lo que se diga una niña bonita pero tiene su encanto, el encanto de sus 14 años. La verdad nunca se me ocurrió pensar en ella como para tener sexo siempre me causó mas que todo ternura. Vive en el apartamento encima del mío, se mudaron hace dos años allí, así que se puede decir que la vi formarse si a los 14 años se puede decir que una niña está formada. Siempre viene –hola me podrías ayudar con mi tarea? A veces con su uniforme escolar siempre desarreglado con la camisa por fuera y a veces sólo en medias, me encanta mirarla en medias se ve linda. Cuando no es necesario el computador nos quedamos en la escalera del edificio y allí le ayudo a hacer sus trabajos, soy muy cuidadosos con asuntos de niñas porque viviendo solo es muy fácil caer en malentendidos, se sienta en las gradas, coloca su cuaderno sobre las piernas y me escucha y escribe lo que yo le indico. Siempre la falda de su uniforme se descuelga por entre sus piernas dejando ver parte de sus muslos, y cuando se agacha a escribir se ve su pecho aunque nunca logré ver sus senitos en formación; sus piernas son bien delgadas, largas preciosas bien formadas. No se en que momento me empezó a inquietar sólo se que en una noche cualquiera estaba pensando en ella.

Su hermanita tiene 12 años es una niña preciosa es un angelito unos ojos grandotes y una picardía en la cara que la hace ver divina, viven con su mama y un tío creo que su papá trabaja en el exterior nunca he preguntado al respecto. La primera vez que llegó a mi apartamento a que le ayudara, tenía que ver con algo sobre lo que yo no tengo información había que echar mano de la máquina. –en mi computador debe haber información- le dije. Tu mamá sabe que estás aquí? Si me respondió - bien dame el número de teléfono yo la llamo tú me esperas aquí un momento. Llamé a la mamá y le informe que la tarea en la que la niña necesitaba que yo le ayudará estaba en mi computador que ella debía entrar a mi apartamento pero que yo no quería que estuviera sola –quiero ayudarle pero no quiero que haya malos entendidos le dije- le pedí el favor de que la acompañará ella pero enviaron al pequeño diablillo. Parece un huracán por donde pasa deja huella.

Bien, era la primera vez que entraban a mi apartamento, lo tengo muy bien decorado pero lo que llamo la atención de la hermanita fueron los peces, tengo un acuario gigantesco con peces de todos los tamaños y colores, pasamos a la biblioteca y empezamos a hacer el trabajo –sabes manejar estos aparatos? le pregunte – no mucho, fue su respuesta – pues debes aprender para que la próxima lo hagas tu sola y no molestes tanto le dije de manera divertida haciéndole saber que estaba jugando con ella. Se sonrió mientras nos acomodábamos frente a la máquina. Mientras hacíamos la consulta llegó la pequeña acercándose a nosotros, lo que la grandecita tiene de seria y de tierna la pequeña lo tiene de tremenda ya me daría cuenta. Se paró detrás de mi y empezó a preguntar por todo lo que veía, que es esto? Que es aquello? Mientras señalaba cada uno de los aparatos; scanner, quemador, fax, cámara web etc. Ese no era el problema, el problema es que pegaba su pequeño cuerpo a mis hombros y brazos de manera descarada, había pasado un brazo por encima de mis hombros como si tuviera toda la confianza del mundo. Mi codo en la posición que estaba yo mientras esperaba que bajara la información quedaba exactamente entre sus piernas ala altura de su sexo, tenía puesto un short bien corto de tal manera que tocaba permanentemente sus piernas. Yo tenía una camiseta de manga corta de tal manera que el contacto con su piel era permanente me empezó a gustar lo que sentía, apropósito dejaba mis codos en la posición que podía sentirlos entre sus piernas, me di cuenta que sus movimientos no eran precisamente inocentes se apretaba contra mis codos haciéndome sentir su sexo la tela de sus shorts era bien delgada de tal manera que lo podía sentir plenamente fue increíble una niña de 12 años en esas cosas no lo podía entender.

Siempre paso junto a ellas y las saludo cordialmente pero sin ninguna confianza mantenía mi distancia de hombre mayor con las dos niñas. Sentada en las gradas de mi apartamento ayudándole a hacer una tarea, la grandecita me bombardeó a preguntas: por que no puedo entrar sola a tu apartamento? Le expliqué lo mismo que le había dicho a la mamá; que me puedes hacer? me preguntó con mirada pícara. Lo mismo que le haces a tu novia? Me quedé pasmado ¿cómo así? Le pregunté – yo desde mi cuarto en las noches la escucho cuando se queja y sé que están haciendo el amor- La ventana de mi cuarto da a un espacio interior que hasta ese día me enteré hace contacto al frente y arriba con el cuarto de la niña, el problema es que mi novia y yo somos muy bullosos cuando tenemos sexo eso sin contar las veces que hacemos intercambio de parejas es un pandemonio. Tu mamá lo sabe? Pregunte. No y nunca se lo contaré por que si se lo cuento me cambia de cuarto y yo no quiero. Te gusta escuchar? Pregunté de nuevo dándome cuenta que estaba siendo atrevido. Me di cuenta que se turbo bajó la mirada y sentí que ese juego me gustaba. -Me gusta pero a veces me da miedo por que ella grita como si le doliera mucho- dijo sin mirarme. Terminamos la tarea la vi subir y supe que pasaría algo con esa niña.

Hablas con la mamá de Luisa, escuche la voz de la señora en el teléfono, la niña necesita hacer una tarea y me dice que si no la acompaña alguien usted no la ayudará. Estoy en la oficina su hermana está viajando con sus tías así que no tiene quien la acompañe, me podrías hacer ese favor? La señora no se imaginaba el favor que le iba a hacer. Le volví a explicar que no me hacía gracia que la gente se diera cuenta de que una niña de 14 años frecuentaba mi apartamento sola y que fácilmente se podrían crear rumores que afectaran mi imagen, la que hasta ese día era impecable.

Accedí, abrí la puerta y allí estaba ella. Unos shorts de licra pegados a sus caderas y parte de sus piernas, eran realmente cortos y una camiseta pequeñita pegada a su cuerpo que dejaban notar perfectamente sus senos pequeños dejando al descubierto su estómago, como siempre sin zapatos sólo las medias. La miré como si no me importara. Sigue, le dije, la mire pasar frente a mi y me pareció mas delgada que cuando la había visto en uniforme, la vi caminar hacia la biblioteca observe sus caderas angostas sus nalgas bien formadas y supe que la deseaba nunca en mi vida me imaginé fijarme en una niña tan pequeña.

Trabajé rápido en la labor, quería que se fuera rápido. Duele? preguntó sin ningún comentario previo, me quede frío, la miré fijamente me hice el desentendido. Que? Pregunte mientras miraba la pantalla del computador. -Lo que te pregunté de tu novia- estuve en silencio un momento como evaluando la situación. Se hizo un silencio largo los dos a la expectativa, yo tratando de adivinar su siguiente paso y ella esperando la respuesta ¿no me vas a responder? No, no tiene que doler –dije. Sólo que las parejas se pueden causar cierto dolor que lo disfrutan. -A mi no me gustaría que me doliera. –No te tiene por que doler le respondí. Y si es muy grande? La escuche preguntar, a esta altura de la discusión yo estaba bastante excitado. –Por más grande que sea no te tiene por que doler si lo haces de la forma correcta. Y la pregunta que esperaba que hiciera la escuche de sus labios, la estaba mirando a los ojos cuando la escuche –El suyo es muy grande? La sentí temblar mientras preguntaba y disfrute al verla bajar los ojos apenada de su propio atrevimiento. Mi sexo es bastante grande, de eso da fe mi adorada novia que se ha cogido mas de uno y no pequeños. Ya había comentado que acostumbramos hacer intercambio de parejas y la verdad es que así no quiera yo comparo, los sexos de los hombres que han compartido con nosotros no me dan la talla y bastantes casos nos han pasado por que me encanta coger por el culo y algunos se han molestado viendo a sus novias quejarse del dolor mientras que a flaca, mi novia no tiene ningún problema para cogerse la verga que sea por donde sea.

Si es grande, le respondí ¿lo quieres ver? Me atreví a decir –Sólo tocarlo por encima del pantalón- me respondió. La verdad estaba bien erecto sentía dolor en mi sexo apretado en mis jeans, me corrí hacia atrás con mi silla, estaba sentada a mi lado derecho viendo mientras me movía, me estiré sobre la silla, la miré y me di cuenta que tenía sus ojos clavados en la cremallera de mi pantalón pero no se movía, moví mi mano hacia la suya se la cogí e intente llevarla hacia mi sexo se resistió. – Me da miedo- me dijo. Disfrute de su miedo y esto me excito mucho mas. Mis temores habían desaparecido y ahora era un viejo verde seduciendo a una niña de 14 años, lo de viejo verde siempre lo he odiado he sido un convencido de que a los niños hay que cuidarlos, pero allí estaba al fin y al cabo no era yo quien había creado la situación. Esta bien le dije mientras me acomodaba de nuevo para continuar con el trabajo – Si lo quiero hacer, musitó bajitico con una voz casi imperceptible; hice como si no la oyera, continué con mi trabajo. Todo esto me estaba matando sentí un dolor grande en mi sexo, me acomodé en la silla. –Déjeme hacerlo- casi rogó, -no tienes que hacerlo le respondí –pero es que yo si quiero, solo que me da miedo- sentí que se quebraba su voz, la mire a los ojos ¿lo harás? Asintió con la cabeza sin mirarme. Sentía su miedo, su indecisión entre lo que quería hacer y su mas profundo temor. Me volví a acomodar mientras la miraba. Vi mover su mano lentamente hacia mi sexo creí que nunca llegaría pero sentí su mano pequeña que rozó mi pantalón, la mire y la vi acomodar el pelo que caía sobre su cara con la mano que tenía libre, note el miedo en su rostro miraba su mano en mi sexo casi no la movía, sólo un movimiento casi imperceptible de sus dedos. Tomé su mano y la cerré sobre el enorme bulto que tenia en mi pantalón hice que la moviera por todo lo largo y que sus dedos apretaran la cabeza de mi verga que quería hacer explosión.

¿la quieres ver? Me miró a los ojos y con ellos me rogó que no, era un movimiento casi desesperado, pero yo ya empezaba a soltar mi correa, no retiro su mano de mi sexo continuaba apretándola torpemente, me miro soltar la correa y el botón de mi pantalón. Baja el cierre le ordené mientras acomodaba mi cuerpo para facilitarle la operación, la sentí subir su mano y escuche el sonido de la cremallera que se movía hacia abajo subí las caderas y bajé un poco el Jean, sólo hasta que quedaron al descubierto unos minúsculos calzoncillos que tenía puestos sentí descanso en mi sexo ahora ya no tan apretado y supe que con el mas mínimo movimiento saldría por un lado de mi ropa interior, la miré acomodar su cabello detrás de sus orejas con las dos manos sin quitar sus ojos de mi sexo que quería romper el calzoncillo la vi inclinarse hacia delante su cabello rebelde volvió a caer sobre su cara y disfruté del roce de sus manos sobre mi miembro, lo que me temía, mi verga brotó por un lado del calzoncillo, enorme ,brillante, mojada, me miro a los ojos sentí como uno de sus dedos rozaba la piel de mi sexo, corrí mis interiores a un lado y allí estaba mi verga en todo su esplendor levantada desafiante. Llevé su mano a mi palo y le indique como moverla, que espectáculo esa manito pequeñita sobre mi enorme verga moviéndola arriba y abajo torpe pero firmemente.

La hice levantar, desde mi posición de sentado la abracé la sentí pequeñita en mis brazos, pasé mi mano por su espalda desnuda y mientras con una mano acariciaba sus nalgas con la otra subía su blusita pequeñita, besé su estómago y subí lentamente hacia sus senos, dos senitos pequeñitos moví mi lengua alrededor de sus pezones sin tocarlos, sentí como se erizó, cuando la punta de mi lengua tocó un pezón la sentí moverse hacia atrás ¿te quieres ir? Le pregunté, apretó mi cabeza contra su pecho supe que ya no se iría. Me coloqué frente a ella y con mis dos manos estiré el resorte de sus licras para empezar a bajarlo, sentí como se deslizó sobre su piel, pasó un pie por la licra y no supe mas de esta prenda, pasé mis dedos por la parte de atrás de sus piernas llegue a sus nalgas mientras que con mi boca jugaba con sus senos la vi echar la cabeza hacia atrás y la escuche suspirar, yo seguía sentado, sentí una diminuta tanga que se metía entre sus nalgas, la obligué a darme la espalda y la aparte un poco de mi para disfrutar del espectáculo, lo que vi es maravilloso; ese cuerpo pequeñito, blanco, una piel suave, la disfruté con mis dedos al pasarlos por su espalda, la miré de arriba abajo sus piernas con las medias se veían mas gruesas de lo que realmente son. Baje sus tanguitas las vi salir de sus nalgas terminé de quitarla y la atraje hacia mi.

La senté sobre mis piernas de tal forma que mi sexo quedó entre sus piernas pero sin tocarla llevé su mano hacia mi sexo que estaba mas grande que al principio y ahora ella sola lo movió de arriba abajo, mi mano se movió por su estómago hacia su sexo sentí uno bellitos suaves en su pubis, desde mi posición veía perfectamente su cara, una mano en mi verga y la otra a la altura de su oreja sosteniendo su pelo que rebeldemente quería caer sobre su cara, pasé un dedo por su rajita y la sentí soltar mi verga, estirarse hacia atrás y apretarme un brazo sentí sus uñas en mi piel mientras que el otro lo pasaba por mi cuello apretándolo, la dejé escurrirse hacia abajo y la vi caer arrodillada entre mis piernas mientras me miraba hacia arriba tomé su cara bruscamente y la sobé con mi verga entendió abrió la boca y pase mi verga por sus labios me acomodé un poco y metí la cabeza en su boca movió la boca y sentí su lengua moverse por mi glande, la deje hacer un poco, me levanté y la coloqué sobre la mesa del computador fui directo a su rajita la pasee con mi lengua desde el culo dándole besos entre las piernas, tenía la tendencia de cerrarlas frecuentemente por lo que tenía que pelear con ellas frecuentemente, me concentré en su clítoris, pase la punta de mi lengua moviéndola rápidamente mientras alternaba con chupadas suaves no aguante mas.

Me desnude totalmente mientras ella me miraba, me volví a sentar en mi silla de trabajo y con la mirada le indique que viniera, la vi incorporarse de la mesa acercarse a mi, la tome por la cintura y la obligué a darme la espalda pase una mano por detrás de su pierna derecha la levante, no pesa nada, puse sus piernas a lado y lado de mis piernas de espaldas a mi yo estaba bien recostado toque su sexo con mi verga y la sentí como se levantaba sobre la punta de sus pies que apenas tocaban el suelo. Coloque la punta en la entrada de su rajita y empuje un poco sentí sus uñas en mis brazos ¿te duele? Pregunté. --Tengo miedo- fue apenas un susurro deje deslizar mi sexo por su rajita sin penetrarla haciendo que descargara sus caderas sobre las mías, sentí su espalda húmeda en mi pecho, la sentí mover sus caderas adelante y atrás sobre mi sexo la apreté con mi mano para mejor contacto se movió mas rápido.

La tome con mi brazo a la altura de sus costillas y la levante pase mi mano derecha hacia abajo y acomodé mi sexo de nuevo en su entrada, la sentí buscar apoyo con sus pies, no lo encontró. Paso su brazo por mi espalda que dando en una posición divina podía mirar su cara tratando de descubrir lo que pasaba allá abajo. La aflojé un poco y el peso de su cuerpo hizo presión sobre mi sexo yo lo dirigía con mi mano. Lo vas a hacer despacio- asintió con su cabeza, sentí como se deslizaba en su interior mientras yo aflojaba la presión de mi brazo sobre su estomago. Se deslizo lentamente centímetro a centímetro la escuche quejarse sólo un poco, - te voy a soltar- le dije –noooooo por favor- la escuche rogar pero ya la había soltado encontró apoyo en sus pies se inclino hacia delante encontró apoyo en la mesa para sus manos y empezó a subir y a bajar –ahora de ti depende que te duela o no – presionó hacia abajo sentí como se rompía su himen solo se quejo un poco se movió mas rápido –para, para por favor – le supliqué se quedó quietita permitiéndome controlar mi orgasmo que era casi inminente. La atraje hacia mi sudaba a chorros, la tome por las rodillas y en esta posición la lleve a la cama.

La coloque sobre la cama se apoyó en sus manos la obligue a pegar el pecho al colchón mientras empecé un bombeo fuerte pero delicado se quejó. Quería que gritara pero no de dolor. Salí de ella la estiré sobre la cama le doble una pierna hacia arriba y con mi mano la obligue a subir las caderas y de nuevo la penetre grito. Me detuve –te dolió? Le pregunté -no, no me duele me gusta- si ves no te tiene que doler para que grites por fin entendió.