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Yo, y mis vecinos Paco y Marisa

en Intercambios

Lo reconozco, siempre me mato a pajas, pero no obstante cabe reconocer que tampoco soy un salido simplemente me gusta disfrutar de un buen rato aunque sea sin compañía. Y cuando estoy en estos menesteres me pasan miles y miles de cosas por la cabeza, la verdad es que seria capaz de hacer casi cualquier cosa relacionada con el sexo.

La historia de mi encuentro con la mujer de mi vecino se remonta a hace algunos años, entonces yo contaba con 17 y Marisa, que así se llamaba aquella Diosa, rondaría los 36. La verdad es que ni con ella ni con Paco, que era su marido, había entablado yo por aquel entonces muchas relaciones ya que apenas nos cruzábamos por la escalera en alguna ocasión. Por eso me extrañó cuando Marisa picó a la puerta de mi casa y me reclamó para arreglarle una fuga que tenía en su cuarto de baño. Yo a las primeras de cambio dentro de mi mente calenturienta pensé que me llevaría a su casa, se desnudaría y comenzaríamos a follar como locos, porque lo cierto es que, Marisa me ponía y mucho. Pero cual no sería mi sorpresa cuando llegue a su cuarto de baño y este se encontraba totalmente encharcado y con una cisterna de la cual no paraba de rebosar agua. Lo primero que hice fue cerrar la llave del agua y luego al mirar por dentro de la cisterna me di cuenta que estaba medio echa polvo, así que le advertí a Marisa que seria cuestión de comprar una nueva. Yo me iba para casa, pero Marisa insistió en que me quedase para tomarme algo porque me le había ayudado, a lo cual yo no me negué, pues sinceramente no tenía nada mejor que hacer. Fue cuando me senté en el sillón de la salita cuando observé que la mesa que tenía justo delante estaba llena por completo de revistas pornográficas, revistas con cosas cantidad de fuertes que hasta entonces yo no había visto nunca. Ni corto ni perezoso empecé a ojearlas hasta que Marisa me sorprendió con una de ellas en la mano. La buena de Marisa me traía un buen bocadillo y un vaso de coca-cola. No pude disimular la erección que por entonces tenía, creo que hubiese sido más embarazosa disimularla que otra cosa. Entonces Marisa me dijo:

-Veo que te has fijado en nuestra colección de revistas. La verdad es que tanto a mi Paco como a mi estas cosas nos gustan mucho, y siempre nos gusta ir probando cosas nuevas que vamos viendo en ellas.

Yo respondí con un entrecortado, ya veo ya. Y ella siguió diciendo:

-Aunque veo por como esta tu polla, ¿Qué a ti también te gustan no?

A esto ya si que no supe ni que responder, me quedé súper cortado, aunque es normal ante la observación que Marisa acababa de realizar. Ella siguió diciéndome con la sonrisa en la boca:

-Tranquilo es algo normal, es lo más natural del mundo!!!.

No sé, quizás ella lo viese normal, pero para mí era la situación más vergonzosa del mundo. Entonces y sin previo aviso sucedió algo inesperado, Marisa se abalanzó sobre mi paquete y empezó a toqueteármelo mientras me iba diciendo:

-Pues si, pues si, mi vecinito tiene una muy buena polla (A lo que añadió) ¿Te importa que te la coma?

Yo con un rápido gesto con la cabeza le dije que no me importaba en absoluto. Y Marisa bajándome la bragueta de mis tejanos sacó mi polla que para entonces estaba mucho más que erecta. Se la metió de golpe entera en la boca y sentí como me daba un inmenso chupetón en ella, casi me deja seco, después empezó a juguetear con su lengua en mi glande y a mirarme riéndose y diciéndome:

-¿Verdad que ahora me vas a follar? Dime que si cariño, dime que me vas a meter esta pollaza hasta el fondo de mi coño.

Naturalmente era una situación nueva para mí y al no saber que hacer me limite a coger su cabeza y a obligarle a seguir comiéndome la polla, cosa que le gustó y que aceptó sin discutir. Cuando mi polla ya estaba a punto de estallar olvidé toda mi vergüenza y me decidí a hacer todas aquellas cosas que pensaba cuando estaba en casa pajeándome. Con gesto violento aparte su cabeza de mi polla y la sujete por la espalda mordiendo su cuello, ella se contoneaba como una serpiente entre mis brazos. Comencé a subir la ancha falda que le llegaba hasta las rodillas hasta llegar a acariciar un culo perfecto, mejor que cualquiera de los que hubiese visto en ningún sueño. Tengo que reconocer que el culo de las mujeres es una de mis pasiones y uno de mis vicios, así que uno de esas características no era cuestión de ser desaprovechado, y sin pensármelo dos veces la puse a cuatro patas sobre el sillón que teníamos justo delante y bajé sus braguitas a la altura de sus rodillas. Empecé a besar aquel culo como un poseso y a lamer aquella rajita tan perfecta que tenia sus dos cachetes. Entonces ella me dijo:

-Si quieres petarme el culo, cariño, vas a tener que mojarme mucho más adentro.

Me quitó las intenciones de la cabeza pues eso era justo lo que iba a hacer. Ella seguía a cuatro patas diciéndome guarradas que hacían que cada vez me pusiese mas y más cachondo. Cogí y abrí bien su suculento culo dejando ante mi un agujero perfecto redondito y oscurito, con unos pliegues hechos a medida. Ante aquel panorama no puede hacer otra cosa que hundir mi lengua en él como si se tratase del más sabroso de todos lo manjares. Su culo era calentito como pocos y encima con el contoneo de sus caderas se me hacia mucho más apetecible aún si cabe. Marisa no dejaba de gritarme:

-Venga chico vas a dejarme el culo bien limpio. Quiero que ahora tu lengua trabaje dentro de él!!!

Lo cierto es que todas estas observaciones sobraban, pues a esas alturas mi lengua ya no cabía más dentro de su culo, me estaba llevando todos sus sabores para mi. Cuando consideré que estaba lo suficientemente lubricado le metí un dedo, el cual entro sin mayor esfuerzo, era obvio que no era la primer vez que por aquel culo se introducía algo. Seguí comiéndoselo y escupiéndole para lubricar más aún si cabe aquel agujero. Que ciertamente no necesitaba nada para darse de si. Cuando mi polla apuntó directamente a su culo pensé que aquello iba a ser un poco más difícil, ya que por aquel entonces yo nunca había practicado el sexo anal, aunque no por falta de ganas, pues mi novia que era la única chica con la que había estado hasta entonces jamás me dejó practicar con ella nada más que no fuese lo “típico”, según ella lo calificaba. Pero cual no fue mi sorpresa cuando mi polla entró en aquel culo al primer intento, por así decirlo. Aquello era maravilloso, un agujerito tan estrechito solo para mi, me resulta difícil expresar con palabras el placer que podía sentir entonces con mi polla bien adentro de ese culo y notar a cada embestida como Marisa gemía de placer, cosa que me animaba mas y más, para seguir follándomela por detrás con más fuerza. Aprovechaba cada vez que la tenía bien empotrada para agarrarle bien sus tetas. Que por cierto, también eran unas tetas increíbles grandes y muy bien formadas, ciertamente Marisa era una mujer super dotada en lo que a su cuerpo se refería. Fue entonces cuando dejando atrás todos mis prejuicios y tomando la iniciativa le dije:

-Bueno Marisa, ¿habrá que trabajarte también un poco el coño no?

Ella rió y me contestó mirando a la puerta del comedor:

-Tranquilo cariño que para eso ya tengo a mi marido.

Me giré y cual no sería mi sorpresa cuando me encontré con paco apoyado en la puerta mirándonos en calzoncillos y con su polla en la mano. Maldita sea... y yo con la mía en el culo de su mujer!!! Me quedé paralizado, no me dio tiempo a reaccionar cuando vi como Paco se me acercaba. Yo pensé entonces que me iba a llevar una buena paliza por meterme donde no me llamaban. Cuando Paco llegó a nuestra altura me separó de su mujer, se arrodilló ante mi y empezó a comer la polla de una forma increíble con muchas ganas más que la propia Marisa. Yo no sabía que hacer, nunca me había planteado aquella situación... tener al marido de mi vecina agarrado a mi polla y succionándola de aquella forma. Me limité a dejar caer mi mano sobre su cabeza para aprovechar aquel momento de placer. Marisa se quedó mirándonos, riéndose disimuladamente, pero sin decir nada. Al llevar aquella increíble mamada un par de minutos de duración, Paco se sacó mi polla de la boca y dirigiéndose a su mujer le dijo:

-Marisa, desde luego, el sabor de tu culo se aprecia mucho mejor en la polla de nuestro vecino.

Antes esto Marisa estalló en una sonora carcajada. Entonces paco se dirigió a mí diciéndome:

-¿Ya veo que te gusta el sexo no?. Al menos te gusta follarte a mi mujer. No esta bien eso de ir follandose a la mujer del vecino, al menos tendrías que haberme pedido permiso. A ver déjame pensar, como podemos solucionar esto... ya lo se!!! He visto como te ponías comiéndole el culo a mi mujer, supongo que tampoco te importará comerte el mío. Bueno pero tranquilo que no voy a ser tan malo, para empezar me vas a comer un poquito la polla. ¿Supongo que no te gustaría que tus padres se enteraran de lo bien que te llevas con tu vecina no?

Eso ya era demasiado para mí, aunque para ser sincero reconozco que más de una vez se me había pasado por la cabeza la idea de comer la polla de algún amigo. Incluso una vez viendo una peli porno con uno de ellos, estuve a punto de proponérselo pero no lo hice por lo que pensaría de mí. Pero aquella situación era diferente porque era aquel tío quien me lo estaba pidiendo y la verdad que yo no estaba por la labor de negarme. Así que cogí aquella polla, que la verdad era muy grande bastante más que la mía, y la empecé a comer como bien pude. Esta claro que en esta situación no primaba mi experiencia pero si mis ganas pues Paco pronto empezó a gemir de placer, y Marisa que no estaba dispuesta a ser una simple espectadora se agarró a mi polla empezándomela a comer de nuevo. Ciertamente formábamos un trío muy espectacular. Un chico de 17 años, Marisa una ama de casa de 36 que se había pasado a buen seguro más de media vida follando y Paco un hombretón de 41 del cual me estaba comiendo su inmensa polla. En esto estábamos cuando Marisa dijo:

-Bueno vecinito, ahora que ya estas un poco más habituado dentro de estas prácticas, podrías trabajarle un poco el culo a mi marido como antes lo has hecho con el mío. Ya verás Paco!!! Este chico tiene una lengua que es un primor.

Yo ni siquiera me lo pensé ya estaba tan y tan caliente que sería capaz de cualquier cosa, por fin estaba dando rienda suelta a todas aquellas ideas que durante tanto tiempo me habían rondado por la cabeza. Me saque la polla de Paco de la boca le di la vuelta y me quedé con aquel culo delante de mi. Era evidente, por otra parte, que prefería el culo de Marisa, pero como digo a estas alturas ya todo me daba igual. Paco seguía en pie, antes de que yo me propusiese hacer nada con su culo, Marisa ya le estaba deborando la polla como una posesa. Tengo que reconocer que Paco tenía un buen culo seguramente fruto de sus años en la obra. Sin pensármelo dos veces metí mi cara dentro de la raja de su culo. Al estar de pie me era difícil llegar hasta su agujero pero decidí llenarlo bien de saliva y estirar mi lengua al máximo, porque me encantaba la idea de estar comiéndole el culo a aquel hombre. Mientras tanto Paco se movía para atrás y para adelante diciendo:

-Así me gusta que me veros!!! Sois mis dos guarras preferidas.

Eso no me gustó mucho pero para mis adentros pensé, te gusta pues tranquilo que te voy a dar mucho más. Me puse en pie de repente quedándose Paco y Marisa un poco sorprendidos e intente poner a cuatro patas a Paco para follarmelo como hace poco había hecho con su mujer. Pero este se revolvió diciendo:

-¿Que pasa que me quieres follar? De eso nada guapo, yo seré quien te folle a ti!!!

Sin darme casi cuenta y con una fuerza increíble se puso detrás mío y me empujó hacia el sillón entonces me agarró por la espalda alzándome y dejando mis rodillas apoyadas en el cojín del sillón, puso sus manos en mis hombros obligándome a reclinarme dejando mi culo virgen totalmente en pompa a su disposición. Cabe decir que yo tampoco opuse mucha resistencia a estos actos. Pensaba que ahora me lo comerían como yo había hecho con ellos o que me pondrían algún tipo de crema lubricante, pero Paco me abrió la raja del culo, se agachó, me metió un buen escupitajo, se levantó, agarró su polla y me la puso justo a la entrada de mi agujero, entonces me dijo:

-Muy bien vecinito, ahora vas a probar algo que te aseguro que te va a gustar mucho más de lo que hayas probado hasta ahora. Me vas a agradecer que te reviente el culo, ya veras!!!.

A todo esto Marisa le animaba diciéndole:

-Venga Paco, métele esa polla al vecino, que te lo esta pidiendo a gritos.

Yo estaba un poco asustado y de tan solo imaginar aquella aquel cilindro de carne dentro de mi culo, sentía dolor. Pero a la vez me sentía excitado por el calor que esa polla me estaba dando en mi culito. Paco agarró su polla y me la empezó a meter. Mientras que Marisa era la encargada de abrir mis cachetes, según ella para que me entrase mejor, a la vez que también iba escupiendo en mi culo y en la polla de Paco que ya tenia casi la mitad dentro. Entonces empecé a sentir un poquito de dolor, pero la excitación del momento que recorría todo mi cuerpo hizo que mi culo se abriese como un túnel para dejar que aquel hombre me metiese su polla hasta sentir sus huevos tocando con mi culo. Paco dijo:

-Ves vecinito, como no duele tanto. Ahora viene la parte que más te gustará.

Paco empezó a bombear su polla en mi culo y yo empecé a gemir, porque jamás había sentido tanto gusto en mi vida, ni tanta excitación. Marisa sonreía y saltaba dando palmadas como fuese una niña pequeña mientras la polla de su marido seguía enculándome. Marisa desde luego se lo estaba pasando en grande viendo las hazañas de su marido conmigo, de vez en cuando me ponía los pies sobre mi espalda y me daba algunos azotes en el culo que Paco estaba taladrando. En uno de estos Marisa le dijo a Paco:

-Paco, ¿No crees que nuestro nuevo amiguito tiene un poco de calor?

A lo que Paco respondió:

-Ufff, yo creo que sí, lo noto muy calentito, su culito me está quemando. Si tienes ganas puedes refrescarlo un poco.

Evidentemente ante este dialogo y debiendo a la situación en la que nos encontrábamos lo ultimo en lo que yo pensé fue en que Marisa me trajese un vaso de agua. Lo que hizo fue desnudarse por completo, pues todavía conserva el top que llevaba habiendo dejado su falda y su ropa interior Dios sabe donde hacia mucho tiempo. Acto seguido se sentó sobre mi espalda encima del sillón como si yo fuese su caballito y en un segundo noté como mi espalda se empapaba por completo de un liquido caliente, no me falto tiempo para darme cuenta de que Marisa se estaba meando encima de mí. Y vaya meada!!!, después de empezar por mi espalda se fue levantando hasta acabar meandose en mi cabeza dejando mi pelo completamente mojado. Estaba alucinando con todo lo que me estaba pasando aquella tarde de agosto, por un lado mi vecino paco me estaba follando por detrás y mi vecina Marisa me había meado en la cabeza. Cuando Marisa acabo su tarea me empezó a remover el pelo mientras me decía:

- Mira que guapo está mi chico recién peinadito y con esta cara de placer!!!.

Y lo cierto es que la tenia, porque por aquel entonces estaba disfrutando como nunca lo había hecho en mi vida. Por su parte, Paco seguía sodomizándome sin descanso hasta que de repente me sacó la polla del culo y me hizo arrodillarme frente a él, postura en la que Marisa me acompañó si que nadie se lo tuviese que decir. Paco empezó a pajearse de una forma bestial, pensé que se iba a destrozar la polla. En medio minuto mi cara quedó por completo llena de su semen, los primeros borbotones calientes de su leche me dejaron empapada la frente, ante esto Paco me gritó:

- Pero chico!!! Que esto es un regalo para ti, haz el favor de abrir bien la boca!!!

Obedecí, y Paco se corrió en toda mi boca. Era increíble como tanto semen podía salir de una sola persona, Paco se estaba corriendo y seguía pajeandose y su leche no paraba de llenar mi boca. Cuando acabo me metió su polla, ya menos dura, en la boca y al hacer esto toda la leche que yo conservaba en mi boca empezó a salir por la comisura de mis labios. Momento que Marisa aprovechó para llevársela a la boca.

En aquel primer encuentro acabé con la boca y la cara llena de semen de Paco y con el culo bien calentito. Pero eso sí, completamente satisfecho porque por fin había podido hacer todas aquellas cosas que me gustaban y que nunca había hecho ni si quiera se me había pasado por la cabeza de plantear a nadie. Además me había follado por el culo a Marisa, y eso para mí ya era más que una recompensa, aunque después ellos hubiesen hecho de mí lo que les vino en gana. Pero aún y así me sentí como el hombre más feliz del mundo.

Mi correo es pepreyes69@hotmail.com

BISEXMAN