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Brutal inicio

en Hetero: Primera vez

Hola, me llamo Helena y a continuación les relataré el incidente que me ocurrió en mi primera relación sexual. Tengo 17 años y esto me pasó dos semanas antes de cumplir dicha edad.

Pues venía yo del instituto como cada lunes sobre las 17:30 de la tarde con una amiga hablando de nuestras cosas en un dia de entretiempo en el cual no se podía decir que hiciera ni frio ni calor, la tarde en clase había sido pesadísima -como siempre- y yo anhelaba volver a casa para desconectar de todo aquello, aunque nunca me imaginaría que fuese de tal manera.

Habiendo llegado a mi calle me despido de mi amiga hasta el dia siguiente porqué aquel dia no tenía ganas de salir y me esperaba una tarde recogida en casa, como siempre los demás chicos que había por la acera se me quedaban mirando puesto que he de decir que no estoy muy mal, aunque me esté mal reconocerlo, ya que a pesar de mi corta estatura tengo unos pechos que a buen seguro eran objeto de los sueños eróticos de mis compañeros a juzgar como los miraban, además tengo una carita bastante dulce y en general puedo sentir como atraigo a los hombres, aunque hasta ese momento no había gozado de muchas relaciones y de ninguna relación sexual.

Pues, como les contaba, iba yo por mi calle caminando con la intención de llegar a mi piso cuando noto unas pisadas por detrás que pronto se alzarán a mi lado, se trataba de un vecino del bloque de al lado, el qual nunca me había dirigido la palabra hasta ese dia donde no salí de mi asombro cuando comenzó una conversación conmigo.

Yo no sabía nada de él, tan solo que era Universitario, tendría unos 19-20 años, y un cuerpo robusto ayudado con una gran estatura. Pues como les contaba iba hablando con él de cosas sin importancia hasta que llegué a mi puerta, y qual fue mi sorpresa que cuando me disponía a despedirme él me invitó a acompañarle a su casa, en ese momento me quedé en blanco mientras que el me cogia de la cintura suavemente dándome leves empujones para que siguiera su trayectoria como así fue. Yo me sentía extrañada, pero a la vez sentía una curiosidad, un morbo, hasta cierto punto excitación, lo que me impidió de negarme y volverme hacía atrás.

Entonces llegamos a su piso, subimos las escaleras, yo iba delante y él me seguía detrás como adivinando las formas de mi trasero bajo mi apretado pantalón tejano. Una vez subimos (era un tercero de un bloque de tres pisos), me indicó dónde estaba la puerta y la abrió, ya dentro me invitó a dejar mis cosas en una habitación. Mientras lo hacia escuché un sonido un tanto extraño, pude deducir que se trataba de las llaves, si, eran llaves de aquel chico cerrando la puerta lo que me asustó bastante, puesto que ahora si estaba a su merced sin posibilidad de salir de allí sin su consentimiento.

Y mis temores fueron ciertos, al principio me excité mucho y por eso no dije nada ya que creí que aquel iba a ser el momento de perder la virginidad, y aunque no fuese con el chico de mis sueños, no tenía por que estar mal, pero mientras que estaba yo inmersa en mis pensamientos eróticos le vi aparecer por aquella habitación y casi sin poder hacer nada me cogió por una mano de una manera muy brusca y me llevó a paso ligero al comedor dónde utilizando su fuerza me puso delante del borde del sofá, me quitó la chaqueta y cogió la camiseta fina que llevaba debajo y me la desgarró hasta el punto de quitármela, yo en ese momento volví en mi y intente acabar con ese acto de fuerza pero me fue imposible, el paso siguiente fue quitarme mi sujetador y empezar a agarrar mis tetas con fuerza desde atrás de mi. Las tocaba con deseo, con ansiedad, sin pensar en el daño que me hacía.

Pero todo acavaba de empezar, después, y sin que yo pudiera verle el rostro pues estaba detrás mia, me sujetó por la cintura y fue deslizando sus manos intentando adivinar el botón del pantalón, cosa que hizo y sin mas y de un solo tirón me los bajo hasta los tobillos, lo que me entorpecía a la hora de moverme. Seguidamente me apretó las piernas contra el borde del sofá y de un muy fuerte golpe en mi espalda me tiró para adelante quedando en un ángulo de 90 grados y enseñandole por completo mi vagina y mi culito para su deleite, entonces noté que él se bajo los pantalones y fue cuando tuve el primer contacto con ese gran pene, giré mi cabeza y me asusté aún más, era como las grandes vergas de las películas porno que acostumbraba a ver en mi casa cuando estaba sola, era un pene con una erección descomunal, cosa que pude comprovar cuando me embistió con muchísima fuerza por primera vez. No pude evitar gritar, me estaba desvirgando con una brutalidad fuera de lo común, los gritos pasaron a ser lágrimas porqué el placer era algo que no llegué a sentir. Yo intentaba aguantar esas enbestidas como podía pero eran fortísimas, me la estaba clavando hasta el fondo mientras que yo no dejaba de sangrar, hasta que de repente se sacó esa gran verga y me giró para quedar junto a ella para que me comiera toda su leche, así que me la trage hasta el fondo de manera que di varias arcadas, el me sujetó de la cabeza y empezó a moverla hasta que se corrio y yo pude saborear su semen mezclado con mis restos de sangre, para entonces yo estaba mareadísima y lo primero que me pasó es que caí desfallecida.

Pero todo no acabó ahí, puesto que cuando volví en si, pude verle sentado tranquilamente observando una película porno, en cuanto se percato que le miraba se levantó y ahora con más suavidad me repuso a la vez que me dió una toalla para que me limpiara, especialmente mi cara y mi coño, el qual lo noté totalmente desgarrado. Para entonces yo seguí muy débil y casi no tenía fuerzas para levantarme, cosa que no me hizo falta porque el me repuso inmediatamente, y fue entonces cuando quiso experimentar en lugar diferente, me puso tumbada en ese frío suelo boca abajo, subió el volumen del televisor escandalósamente, de manera que se escuchaba los gemidos de la película en todo el piso, y entonces me cogió por la cintura, me levantó el culo y lo penetró con la misma brutalidad que tuvo con anterioridad con mi coño, nunca creí que pudiera tardar tanto, estuvimos así cosa de media hora al menos, yo estaba extenuada y por lo visto el también, ya se tenía que parar a descansar cada cierto tiempo porqué no conseguía llegar al orgasmo, hasta que por fin se corrio en mi culo y me impregno de su leche de nuevo.

Después él se fue y me dejó allí tirada, y yo no pude evitar quedarme allí dormida por lo cansada que estaba. Cuando me levanté, ya al anochecer, me sentí muy mal, pude comprobar como tenía todavía my culo lleno de semen y como a la hora de caminar lo hacía con dificultad, en eso que le veo llegar y amablemente me dice dónde está el baño y me ofrece una camiseta para poder vestirme y volver a casa, como hago con posterioridad después de que el me dijera que siempre lo tendré allí para satisfacer mis deseos sexuales.

Con el tiempo, después de dicho incidente no he vuelto a tener relaciones sexuales, pero si que es cierto que a veces, cuando me meto en la cama, me paso horas teniendo fantasías y múltiples orgasmos recordando aquella tarde.