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Campamentos 1996

en Hetero: Primera vez

Antes de comenzar a relatarles lo que me ocurrió hace unos años he de decirles que soy un chico de 18 años de tendencias sexuales un poco confusas. Si porque aún no sé si soy heterosexual o bisexual. Puedo decirles que las tías me gustan, pero además hay algunos chicos que me excitan.

Bueno, lo que quiero contarles sucedió hace unos 5 o 6 años, cuando yo tenía 12 o 13 años. Todo ocurrió en unos campamentos que organizó mi colegio a la montaña, antes de eso yo ya había mantenido relaciones sexuales con varios de mi clase. No sé por qué pero convencí a unos 5 para que nos frotáramos el pene en mi casa. Empecé por tocarle a uno el pene en clase y terminé en sexo oral con otro en mi casa.

Vayamos al grano, en esos campamentos estábamos divididos en habitaciones de 6 personas, 3 camas-litera. Yo ocupaba la central de abajo, mientras que el chico que yo deseaba desde hace tiempo ocupaba la cama de encima mío. Una noche se cambio de cama, se colocó a mi derecha porque el otro quería pasar la noche encima. Todos se durmieron, excepto el y yo. Comenzamos a hablar de las chicas que habían venido a los campamentos, y en ese momento comencé a establecer una profunda conversación con él de la niña que a él le gustaba. Hasta aquí todo fue normal.

Después de contarme lo que él pensaba de esa chica, no sé por qué me la jugué y le dije que a ver si era cierto un rumor de que el y su mejor amigo se hacían pajas 2 a 2. Mi corazón palpitaba, y por mi interior se produjo un deseo de escuchar la palabra SI. Entonces él contestó con lo que yo deseaba y me lancé y le dije quieres que nos hagamos una ahora. Mi cuerpo ardía de deseo en esos momentos, mi pene comenzaba a levantarse de forma inconsciente y como si de un globo se tratara, poco a poco.

Mi más profunda emoción brotó de mi cuerpo con un estallido de lujuria cuando me dijo "por qué no...". Mi pene adquirió su máxima erección al oír esta expresión y su mano se deslizó bajo la manta que me cubría, alcanzó mi pene y me dijo "que grande la tienes", no es por presumir pero siempre fui el que la tuvo más grande de la clase y uno de los que antes se desarrolló.

A continuación yo arranqué mi mano hacia donde podía encontrarse su miembro, y con sólo su roce sentí como una sensación muy placentera recorría mis piernas hasta acabar en mi vientre. Yo siempre que me había masturbado con alguien nunca había dejado que me hicieran una paja en sí, sino que siempre prefería que me hicieran un masaje, como yo lo llamaba.

El caso es que era mi tentación favorita, ese chico que se llama Jon, haciéndole una paja con todo mi entusiasmo con una mano subiendo y bajando y con la otra frotando sus testículos me llevó a un estado embriagador. Quería que ese momento durase parea toda la eternidad, y de pronto note una fuerte sensación, noté como si me fuera a mear, y le aparte la mano enseguida creyendo que me lo iba a hacer ahí encima por una extraña razón. Entonces el me dijo con tono suave y dulce, no te preocupes que eso es que te estás corriendo... Si señores/as nunca me había corrido porque nunca me había hecho una paja, pero imaginaros el deseo que pude tener cuando sólo con el roce de su mano, me corrí por primera vez.

Desde ese día muchas de mis masturbaciones han regresado hasta esos momentos para recordar aquel chico de ojos azules y su pene tan bonito. Como he dicho al comienzo no sé lo que soy, porque las chicas me atraen muchísimo pero hay ciertos chicos con las que todavía sueño poder pasar momentos así.

La historia con ese chico no acaba ahí, pero eso lo dejo para la segunda parte porque ya sería demasiado contar lo que pasó la noche del día siguiente, sabéis una cosa volvió a dormir alado mío, pero en vez de a la derecha a la izquierda y la cosa no quedó simplemente en una paja o un masaje.

Gracias por vuestra atención, y por favor os pido que en un momento califiquéis mi relato, espero que os guste!