Hace algunos años, disfrutabamos mi mujer y yo de unas vacaciones en el sur de España, concretamente en la provincia de Malaga.
Mi mujer en aquel tiempo contaba 40 años, muy bien conservados, ya que se cuida su cuerpo con toda clase de productos y cremas, que sin duda la hacen parecer mucho mas joven de su edad. Es rubia, alta, con unos pechos muy bien puestos que no necesitan sujetador, una estrecha cintura, y un hermoso culo, que hacen que muchos hombres se vuelvan para contemplarselo.

Decidimos realizar una excursion programada por el norte de Africa, para descubrir su cultura y costumbres, por lo que nos apuntamos a una de estas excursiones para realizar esa ilusion.

Como toda mujer sexi, y coincidiendo el la temporada estival, se vistio con un ligero vestido de tirantes que dejaban ver bastante de sus pechos, y adivinar las minusculas braguitas que llevaba, por lo que aparecia del todo apetecible para cualquier hombre que quisiera tener una relaccion con ella, y esta lo aceptara. Yo lejos de reprimirla por su vestimenta, lo tomaba de buen grado, ya que me gustaba que en cierto modo se mostrara ante los demas, lo mas provocativa posible. En algunas ocasiones y antes de culminar el acto sexual con ella, la obligaba a que consintiera en tener relacciones con otros hombres, pues era una de las fantasias que tenia, el verla penetrada por dos al mismo tiempo,  para gozar los dos de esas situaciones, asintiendo en ese momento en ello. Esto que era mi deseo, no se ha realizado por su negativa a practicarlo en mi presencia, una vez  que terminabamos  de follar. Aunque fuera de mi presencia, ha tenido relacciones con otros hombres, con mi consentimiento, y conocimiento y que con posterioridad me contaba, logrando con ello el tener una fantastica relaccion sexual, al saber que habia sido penetrada por otros amigos o conocidos que eran de su agrado. Siempre ha dispuesto de mi aceptacion, en la practica de relacciones sexuales fuera del matrimonio, ya que considero que en todo matrimonio, no tendria que existir la exclusividad del uno para el otro, y disponer ambos de la libertad de practicar el sexo con quien le apetezca y lo considere de su agrado.

Siguiendo con nuesto viaje de excursion, cogimos el ferry, que nos traslado a Marruecos, disfrutando de sus monumentos tipicos y costumbres. Al terminar la jornada, y despues de tener que proteger a mi mujer a lo largo del dia de los continuos tocamientos que la hicieron sobre todo en las aglomeraciones al visitad mercados, y andar por estrechas calles, siempre protegidos por un guia de la excursion que nos indico a todos los participantes no nos desperdigaramos del conjunto, nos metieron el una tienda bastante grande de articulos tipicos y artesania del pais, al no interesarnos estos, decidimos el salir del local y ver un poco los alrededores, y asi lo hicimos.

Cual seria nuestra sorpresa que no trascurrieron ni cinco minutos, cuando fuimos literalmente asaltados por unos doce hombres, que intentaban vender artesania popular, hasta el punto, que lograron separarnos por la agobiante insistencia que a ambos nos hacian. Trascurrido un tiempo en que me percate de la desaparicion de mi mujer, busque por los alrededores, siempre acompañado por estos vendedores que no paraban en el interto de vender sus articulos, encontrando un almacen con un portalon, me introduje en el, y cual no seria mi sorpresa, que en el fondo, y rodeada de unos ocho hombres, tenian a mi mujer, totalmente desnuda, sujeta y atada por las muñecas con un pareo y sobre un pilar de madera, tumbada sobre una mesa, en que ofrecia su culo y coño a un individuo, que se la estaba follando, con la total impunidad que les otorgaba la mayoria, tenia igualmente en su boca, las bragas que le habian quitado, para que no gritara ante el abuso que sufria.

Ante mi perplegidad y quietud, lejos de dejarlo, continuaron follandola y tocandola sus pechos y todo su cuerpo cuanto les apetecio, penetrandola por el coño y culo todos los asistentes al festejo incluso repitiendo algunos al verme sin reaccionar, sufriendo yo una fuerte ereccion, que debieron de adivinar. Mi mujer y ante el numero de participantes en el acontecimiento, se dejo hacer y colaboro en que no le hicieran un mayor daño, incluso logrando orgasmar varias veces. Una vez que terminaron todos de participar, salieron sigilosamente del recinto, por lo que me acerque para confortarla, vistiendose y regresando con el grupo turistico que no tuvimos que abandonar, no refiriendo nada de lo acontecido.

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