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Mi cuñadita

en Hetero: Primera vez

Lo que voy a narrarles es lo más increíble que me está pasando, tengo una cuñada, que si bien tiene 13 años, cada día que pasa se pone mas buena.

Estoy tan obsesionado con ella que hasta me escabullo entre su ropa sucia para sentir el olor de su vagina, y estoy coleccionando los vellos que quedan en sus bragas.

En varias ocasiones la he visto desnuda, le he visto sus pequeños pechos erectos. Sé que ya tiene vellos en el pubis, porque la he visto desnudo por la ventana de su cuarto que ella deja entrabierta, y en una ocasión en que ella dormía plácidamente, pude introducir mis dedos entre la selva de vellos, claro que ella no se dio cuenta.

En ocasiones he querido filmarla, la he captado con la cámara en trusa.

La verdad que cada vez que la he visto desnuda ella se ha dado cuenta, hasta ahora no se lo ha dicho ni a su madre, ni a mi mujer, lo cual me hace pensar que le gusta.

Yo he tratado de insinuarle el sexo con figuras de parejas follando.

Cierto día estuve por entrar a bañarme, mientras mi mujer se entretenía con mi madre ella se encontraba en la computadora, entonces me acerque a ella en toalla, la abertura de la toalla la sujeté con la mano para que dejara ver mi falo, al percibirlo, ella me miro de lado y sonrió; pude notar que no le molestó, al contrario pareció gustarle y siempre que podía le echaba una ojeada, yo temblaba como loco, pero dije que otra oportunidad no habría y dejé caer la toalla como si no me hubiese dado cuenta.

Ella se sonrío y desvió un poco la mirada, yo recogí la toalla pero no dijimos nada.

En ese momento la hice tomar mi pene,

¿Habías visto alguno así? – Le dije, mientras ella retiraba la mano.

Yo se la volví a poner en mi pieza, que parecía estallar; ella en silencio lo recorrió en todo su esplendor, le jaló el prepucio dejando ver el glande que estaba rojo de contento, empezó a frotarlo, explorando como un juguete nuevo, luego pasó a cogerme las bolitas.

Parecía que se le hacía agua la boca que de apurada se lo metió en la boca y con labios virgenes empezó a darle besos y a pasarle la lengüita; entonces yo la acerqué a mi y la besé en la boca mientras le acariciaba sus pequeños pero tentadores pezones.

Ella seguía jugando con mi pene cuando me acerqué a su vientre para sentir el olor que hasta entonces sólo había sentido en su ropa interior.

Rápidamente le baje el pantalón y le empecé a lenguetear la vaginita que parecía una rajita hecha con un pincel del más fino que hay. Ella se movía como loca y casi lloraba , era su primera experiencia con el placer y no sabía como reaccionar. Luego sentimos que me llamaba y nos acomodamos, todo quedó ahí.

Ese mismo día me fui al trabajo pensando en mi odisea, al regresar no cruzamos palabras, ni miradas, todo parecía normal; yo tenía el temor de que le confesara algo de esto a su hermana, pero no lo hizo.

A los pocos días llegué a casa y me di con la sorpresa de que sólo estaba ella, se encontraba en la ducha; entonces sin decir nada me metí en la ducha donde ella se encontraba toda desnuda, fue algo excitante verla así con su cuerpo de niña que está sufriendo cambios.

Me quité la ropa y ella me abrazó, después de bañarnos y besarnos todo el tiempo, fuimos a su cuarto y nos metimos a la cama. ahí nos besamos los genitales cuanto quisimos, luego había llegado el momento de la verdad. Después de dejarla mojadita y lista para metérsela me situé encima de ese cuerpecito tan frágil y fui jugando con su chocha.

Al sentir la presión y el dolor de mi falo quiso salir gritando a lo que yo la sujete y se la metí con fuerza. Ella gimió pero luego empezó a mover las caderas fue así como le llené la vaginita de leche, ella tuvo un orgasmo espectacular, tanto que se sentó encima de mi y empezó a cabalgar como toda una amazona, fue entonces que llegó mi mujer y nos encontró en pleno polvo.

Yo no supe que hacer en ese momento; pensé, ese era mi final, pero ella dijo:

¡ Que bien que se divierten, ¿no me invitan a la fiesta?!

Tengo que decirles que mi mujer tiene las caderas más ricas del mundo, y unos pechos que da gusto poner el pene entre ellos.

Se acercó a su hermanita y la besó en la boca; ésta le quitó la blusa (estando aún sentada encima de mí ) y le empezó a chupar los pezones inmensos que tiene.

Mi mujer se apuró a quitarse las minis y se sentó en mi cara mientras se besaba y se mamaban los pechos entre hermanas, y para goce de mi virilidad las hice llegar al mismo tiempo a las dos.

Luego mi mujer me dijo que a la nena la penetrara por el anito, que lo tenía como un botoncito.

Dejame mojártelo primero con mi boca hermanita- le dijo mientras enterraba su cara entre las nalguitas de mi cuñadita. Yo estaba impresionado por la iniciativa que demostraba mi mujer, le metía la lengua hasta los intestinos por el culito; mientras tanto traje un plátano por si las dudas.

Me senté en el mueble y mi cuñada se sentó de espaldas a mí. La fui penetrando poco a poco por el anito, mientras mi mujer masturbándose le metió por la vagina y se lo movía a una velocidad impresionante. Así mi cuñadita tuvo su segundo orgasmo.

Las dos se tiraron a la cama a hacer un sesenta y nueve mientras yo escogía por donde metérsela a mi mujer que ya lo estaba necesitando. Decidí hacerlo por los dos lados y alternadamente se lo metía por adelante y por detrás mientras ella se entretenía con el clítoris de su hermana, esto la volvía loca que se vacío que daba gusto ver como se retorcía de placer.

Desde entonces cuando no está mi suegra y coincidimos en casa disfrutamos de los mas grandes placeres que pueden existir entra un hombre y dos hermanas...