miprimita.com

Disfrutando con una amiga

en Hetero: Primera vez

Hace ya cerca de un año, yo tenia unos diecisiete, volví por un fin de semana a la ciudad de donde soy, esto se debe a que aunque vivo en otra ciudad por mis estudios universitarios, vuelvo una vez por mes a mi lugar natal a visitar a mi familia y a mis amigos que viven ahí.

En uno de esos fines de semana, aproveché para ir a bailar con mis amigos, se dio la coincidencia de que me encontré con una chica con la que tiempo atrás acostumbrábamos cada vez que nos veíamos, a pasarla bien entre los dos, pero esto no pasaba de unos besos, y debido a la forma en que lo hacíamos, se volvía muy excitante pero nunca pasaba nada aparte de los besos.

Por supuesto mientras duraba todo eso, cada uno hacía su vida sobre todo ella que pasaba de un novio a otro, aunque siempre tenía un tiempito para mi pero no hacíamos las cosas que ella hacía con sus novios.

Ese día que la encontré en el boliche, nos pusimos a hablar todo bien, después la conversación se tornó mas privada y me contaba que hacía dos meses que no pasaba nada y me dijo que extrañaba esos momentos que pasábamos los dos, yo ya iba entendiendo lo que quería, luego me dijo que quería que le recuerde un poco esos momentos; a lo que yo respondí rápidamente besándola con todo, ella no se quedó atrás y sentí esa conocida lengua suya dentro de mi boca buscando también mi lengua.

Seguimos así por varios minutos, apretados, besándonos sin parar, los chupones que nos dábamos estaban buenísimos y yo creí que iba a ser eso nada más, pero no fue así.

Cuando paramos un segundo, se acercó a mi oído y me dijo: -¿Por qué no vamos a otro lado? Acá está lleno de gente y estaría bueno que estemos tranquilo; ¿querés?.

-Por supuesto, vamos.

Salimos sin dudarlo, mi pija estaba a full, no sabía que iba a recibir ese día pero sabía que sería mas que un beso; nos dirigimos rápidamente hacia una plaza y buscamos un lugar oscuro, ahí me senté en un banco con las piernas abiertas y ella se sentó delante de mí apoyándose a mí.

Ella estaba vestida normal, con un jean muy ajustado y una remerita suelta. Lo primero que atiné a hacer teniéndola pegada y de espaldas a mí, fue besarle ese cuello tiernamente, pero los suspiros de ella y sus ojos entreabiertos hicieron que esa ternura se transforme en excitación y de a poco le pasaba la lengua por todo el cuello, eso la ponía a mil, de ahí pasé a su oreja, mas precisamente a su lóbulo, al cual yo succionaba de manera frenética. Sus pequeños suspiros me hacían delirar, la respiración tanto la de ella como la mía era cada vez más rápida y ver sus ojos cerrados y su picara sonrisa me hacía sentir que estaba haciendo las cosas bien.

Mientras seguía besándola, aproveché y con la mano derecha empecé a tocar su pancita por debajo de la remera, seguí subiendo, quería llegar a sus pequeños pechos pero no sabía si ella iba a aceptar, por lo que le pregunte al oído: -¿Sigo?.

Me respondió: -Si paras te mato.

Así que sin pensarlo dos veces, empecé a tocarle esos delicados pechos, pasaba las manos por esos ya parados pezones y cuando se los agarraba con los dedos ella gemía tibiamente, me decía: -Seguí, seguí, me encanta.

Yo seguía manoseándole esas hermosas tetas, hasta que no aguanté mas y me agaché en frente de ella, me arrodillé y sin preguntarle le levanté la remera, ella sonrió sabiendo lo que venía y ahí comencé a chuparle en serio esos pezones duros, esa tierna piel que se estremecía en cada lamida que le daba.

Levanté la cabeza para verla a ella y vi como su boca trataba de dar respiros aunque estos eran muy cortos debido a la agitación que tenía; entonces me llegué hasta su boca y le di unos fogosos chupetazos, se acercó más y comenzó a chuparme la lengua; eso fue algo que me hizo delirar.

Seguimos unos minutos más, yo turnaba sus calientes labios para pasar de a ratos a sus tetas hasta que su cuerpo se estremeció tímidamente y tuvo un orgasmo, mientras que yo hacía rato que había tenido una eyaculación debido a lo intenso y repentino que había sido todo.

Paramos, yo quería continuar pero ella me dijo que tenía que volver al boliche para que su hermana no se diera cuenta, así que volvimos y nos separamos dentro aunque ella me dijo que todavía faltaba mucho y que lo mejor estaba por venir.

Yo le comenté que al otro día me volvía a mi ciudad actual, donde estudio y ella dijo que lo lamentaba pero que no podía hacer nada, que tendrá que ser otra vez. Me despedí de ella y me fui mal, sobre todo por la calentura que tenía ya que creía que ese iba a ser el momento justo para perder la virginidad y encima con ella que ya tenía bastante experiencia y que seguro cogía de manera sobrenatural.

Pero ese domingo tuve que volverme y seguir con mi rutinaria vida aunque las siguientes noches recordaba lo que había pasado con ella. Aún me deparaba una gran sorpresa; cuatro días después de haber llegado, yo estaba comiendo y recibí un llamado telefónico; para mi asombro era ella, que me preguntaba como estaba, yo le decía que pensaba en ella todo el día; para lo cual ella me dijo: -Bueno, creo que no vas tener que esperar tanto para terminar lo que comenzamos porque esta noche viajo para allá; para estar con vos todo el fin de semana.

-Que???, me estas bromeando verdad?.

-No amor, para nada, esta noche salgo y llego mañana tempranito, ya vas a ver como nos vamos a divertir.

-Si, no lo dudo, con vos nadie se puede aburrir.

Continuamos arreglando detalles de su llegada, ella iba a llegar a la terminal de ómnibus y de ahí venía hasta mi departamento donde vivo solo; así que esa noche me puse a acomodar un poco y después me acosté aunque no dormí mucho debido a que soñaba despierto con lo que podía pasar.

Pasaron las horas y por fin sentí a las 9 de la mañana sonar el timbre, abrí y ahí estaba ella con un pantalón de gimnasia y un buzo porque estaba medio fresco; lo primero que hicimos fue darnos un abrazo fuerte, para luego estrecharnos en un gran beso como el de la otra vez, solo que ahora directamente buscó mi lengua y la empezó a chupar frenéticamente; no hace falta decir que para ese momento mi pija ya estaba en el cielo; pero todavía me iba a quedar con las ganas.

De ahí entramos al departamento, me dijo que estaba muy cansada por el viaje y que necesitaba dormir un poco, a lo cual yo accedí y le dije que se acostara en mi cama. Se durmió rápidamente, yo me quedé mirando televisión por un par de horas y ya cuando era la 1 de la tarde la desperté para comer; después de eso vino lo mejor.

Limpiamos todo y luego me agarró de la mano y me llevó hacia mi cuarto, cerró la puerta y me preguntó: -¿Estás nervioso?.

-Si, bastante, lo que pasa es que no se muy bien...

-Eso no importa, yo te voy a llevar, vamos a ir poco a poco así ambos lo disfrutamos más.

Me calmé un poco con sus palabras, yo estaba excitadísimo, encima ella comenzó a quitarme la ropa, primero fue mi remera, de ahí empezó a besar mi pecho mientras bajaba lentamente; luego siguió con mi pantalón, me lo bajó rápidamente mientras se sorprendía por el tamaño que había hecho que tenga mi pija en ese momento ya que mi calzoncillo apuntaba hacia el cielo. Luego de sacarme los zapatos y los pantalones, me dijo: -Vamos a ver que tienes guardado ahí.

Después hizo deslizar mi calzoncillo dejándome completamente desnudo ante la sola presencia de ella, yo estaba medio nervioso pero ella me miró y me guiñó un ojo calmándome como dando a entender que tenía todo controlado.

Yo cerré los ojos, al instante noté como me agarraba la pija y me estremecí al sentir sus labios besándome el glande; no resistí y abrí los ojos para verla y disfrutar más.

Ese momento fue glorioso, sobre todo cuando metió toda la boca y me lo empezó a chupar lentamente, yo la seguía con el vaivén de mi mano en su cabeza. Aparte con una mano, ella me tocaba los huevos, cosa que me volvía loco y me calentaba de sobremanera.

Yo quería que se apurara y que lo haga más rápido pero ella seguía pausadamente sabiendo que yo tardaría más en terminar y ambos gozaríamos.

No podía creer lo que estaba viviendo, esa morocha infernal me la estaba chupando impresionantemente, se la metía toda en la boca, luego le daba lengüetazos a la cabeza de mi pija y después bajaba hasta llegar a los huevos y los mamaba hasta hacerme temblar las piernas por la forma en que lo hacía.

Yo respiraba de manera entre cortada, nunca había estado tan excitado, y al pasar los minutos empecé a sentir que ya me venía, no le dije nada debido a que no quería parar, así que continué pero ella se dio cuenta lo que iba a pasar debido a que me agitaba cada vez más y su ritmo en mi pija aceleró también. Sentí como la leche me subía por los huevos, y de ahí comencé a dispararle ráfagas de caliente leche, a lo que ella respondió tragando gran parte de la misma y otra parte fue a parar a su cara y al piso.

Yo jadeaba y mi corazón palpitaba a mil, cuando creí que esa etapa ya había terminado ella le siguió pasando la lengua para limpiarlo entero, por lo que continuó ese sueño sexual que ella lo estaba haciendo realidad.

Cuando hubo terminado todo, me preguntó: -¿Te gustó?.

-Fue una de las cosas mas hermosas que viví en mi vida- le dije.

-Bueno, me alegro que así haya sido, pero creo que merezco una retribución no?- expresó mientras de a poco se iba levantando el buzo.

Comprendí que ahora comenzaba mi trabajo de hacerla gozar como ella lo había hecho conmigo; así que le saqué el buzo y la remera rápidamente ya que ambos estábamos muy calientes.

Tenía puesto un corpiño pequeño por que como dije antes, sus tetas eran chicas; y cuando estaba yo a punto de sacarlo, me dijo: -Deja, lo saco yo, total ya viste lo que hay dentro; mejor seguí abajo que ahí es donde importa.

Me encantó lo que me dijo así que procedí con su pedido; el pantalón de gimnasia que ella vestía se lo bajé lentamente, admirando esas lindas piernas que tenía pero sobre todo esa bombachita blanca que hizo que mi pija se pare de nuevo velozmente.

Cuando hubo de sacado todo y solo le quedaba la bombachita, levanté la cabeza y la miré, ella me sonreía y se estaba tocando sus pezones; por lo que decidí que era justo el momento para conocer su caliente sexo.

De la calentura que tenía le bajé de golpe la tanga, se la saqué y ahí me puse a ver bien esa concha toda depilada que tenía, tal cual yo lo soñaba, y mientras la veía tenía yo mis manos puestas en su culo, ese culo que me hacía delirar desde hace mucho tiempo, sin verlo empecé a tocarlo, a manosearlo, abría esas nalgas mientras ella se tocaba cada vez más ya que mas que caliente estaba ardiendo.

Yo estaba de rodillas, ella parada, así que la di media vuelta, ella advirtió cual era mi intención y emitió unas pequeñas risas mientras me decía que continúe, que le encanta como voy.

Con cada mano le agarraba una nalga, y se las friccionaba una y otra vez, a ella le gustaba mucho lo que hacía, pero yo quería seguir adelante por lo que abrí su culo bastante hasta notar su orificio; le metí la lengua y al instante ella dio un pequeño gemido. Yo le empecé a chupar ese agujero, ella gemía y gemía sin parar, y mientras la tenía así, con una mano le acariciaba la concha, le pasaba un dedo por entre medio de los labios; los gemidos de ella eran cada vez mas fuertes; hasta que comenzó a agitarse como nunca, ya no podía mas por lo que me paró y me dijo: -Espera un segundo.

De ahí se acostó en la cama boca arriba y abrió las piernas lo mas que pudo; yo me abalancé sobre ella y le empecé a besar los muslos, seguí subiendo hasta llegar a su afeitada concha a la cual succioné desesperadamente, pasándole la lengua por los labios y también metiéndola unos centímetros lo cual la hacía tener espasmos en su cuerpo. Ella gemía sin parar y me pedía que siga, que siga, que no me detenga por nada; yo por supuesto le obedecía. Luego encontré su clítoris y me dediqué a chuparlo como podía ya que ella no paraba de moverse debido al orgasmo que estaba por tener. Yo estaba demasiado caliente, entre la concha que chupaba y los gemidos que ella expresaba sentía que estaba en el paraíso; y mientras continuaba succionando su clítoris aproveché para meterle un dedo en la concha y al momento en que lo hice ella soltó un fuerte grito ya que no lo esperaba.

Como noté que le gustaba mucho y que se agitaba cada vez más empecé a chupársela más rápido igual que mi dedo que entraba y salía velozmente; hasta que ella tuvo un estremecimiento y se vino en un enorme orgasmo expresado en gritos de placer. Así mismo sus jugos inundaron mi cara, la mayoría lo retuve en mi boca, de ahí me acerqué a la suya y ella sabiendo lo que yo quería se acercó también y abrió la boca recibiendo un gran beso mío en el que entreveramos sus jugos y nuestras lenguas; mezclado con la calentura que yo tenía y con la agitada respiración de ella debido al potente orgasmo reciente.

Luego quedamos acostados los dos aunque yo quería seguir debido a que tenía la pija a mil, pero mi espera no iba a ser demasiada, sobre todo cuando me dijo: -Bueno, creo que llegó la hora que esperábamos, voy a cabalgar un rato encima de ti.

Y terminando la frase, se puso encima mío, agarró mi pene, se lo puso en la entrada de su concha y de a poco lo fue introduciendo. Me arrancó un suspiro cuando mi cabeza se metía entre sus labios y sobre todo cuando empecé a sentir sus gemidos, sus manos aferradas a las sábanas mientras seguía bajando y metiéndoselo todo.

Con mis manos le tocaba las tetas y le agarraba los pezones, cosa que la ponía más caliente; así mismo sus gritos de placer se comenzaron a sentir por toda la habitación, yo la agarré de los muslos para poder metérsela más rápido, así que como la velocidad de nuestro cuerpos cogiendo iban en aumento, también lo hacía el sonido de nuestra excitación.

Pasaban los minutos, yo estaba en la gloria, miraba como se movía ella subiendo y bajando hasta llegar a los huevos mientras me decía: -Sigue, sigue, no pares, la quiero toda adentro, sigue, me encanta, tocáme toda...

Todo eso nos ponía calientes como nunca en el día, y la excitación iba llegando a su punto final, yo le dije:- Amor, ya me vengo, estoy por terminar, levantáte.

-Noo, no importa, hace dos días me vino así que volcáme dentro, quiero sentir tu leche calentita dentro mío.

Segundos después empecé a descargar todo mi semen dentro de ella, que cerraba los ojos disfrutando lo que le iba dando. Mientras le volcaba todo, ella se vino en gran orgasmo dando gritos de placer, yo sentía como mis huevos se humedecían con sus líquidos, ella gemía sin parar mientras yo terminaba de entregarle toda mi leche y ella de a poco paraba el ritmo de la penetración.

Luego de que termináramos y la respiración de ambos volvía a su ritmo normal, ella me dijo, mientras se acostaba en mi pecho: -Espera, no te salgas todavía, quedáte un ratito así.

Así que la abracé y después de unos momentos nos quedamos dormidos.

Me desperté un par de horas después; ella ya lo había hecho, estaba tocándome tiernamente mi pene, giró la cabeza y me preguntó: -¿Cómo te sentís?.

-Como nunca en mi vida, la pasé muy bien, no podría ser mejor.

Luego, se acercó y nos besamos profundamente, a la vez que ella continuaba acariciándome de una manera dulce, mientras me decía que el fin de semana recién comenzaba y yo sabía que lo decía muy en serio; ya que ni ese día había terminado aún. Con esta mujer había perdido mi virginidad pero la fiesta recién nacía y ambos queríamos seguir gozando.

Ese fin de semana fue el mejor de toda mi vida, lo hicimos muchas veces más; en la cama, en el piso, en el baño; por todo el departamento. Me encantaba despertarme sintiendo su boca besando y lamiendo cada parte de mi cuerpo, y así seguir todo el día, chupándonos mutuamente; a su concha la succioné una y otra vez sacándole gritos de placer; mientras tanto ella me hacía delirar por la forma en que me chupaba la pija, tragándose todo mi semen y limpiándome todo.

Cogíamos de manera frenética, lo hacíamos, descansábamos y luego seguíamos, no queríamos salir nunca, la pasión, las excitación y la calentura que tuvimos esos tres días eran increíbles; antes de irse, me dijo que a pesar de haber tenido antes relaciones; esta fue sin duda la mejor experiencia que tuvo debido a la cantidad de cogidas que recibió, y a los demás orgasmos que tuvimos producto de los muchos momentos de sexo oral.

Quedé inmensamente satisfecho con el fin de semana así que espero repetirlo alguna vez; con ella por supuesto, aunque me dijo que recién dentro de tres meses volvería. Parece mucho, pero no es tanto ya que día a día recuerdo todo lo que pasamos.