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Caliente Verano

en Hetero: Primera vez

Todo esto sucedió cuando yo recién cumplía los 15 años. Con los chicos era una niña tímida pero también tenía muchas ganas de tener relaciones. En vocabulario popular "estaba caliente".

Yo no lo notaba, pero ahora que miro fotos mías a esa edad me di cuenta que era una chica bastante provocativa físicamente. Mis pechos se hacían notar bastante, tenía cintura fina y cola muy bien formada, cosa que siempre vi pero a lo que nunca le había dado atención.

En vacaciones, mi madre se había ido a la capital por un posible trabajo que ahora no viene al caso, y prefirió que en vez de llevarme o dejarme sola, me dejaría a casa de mis abuelos, que quedan en una pequeña ciudad de paso a la capital.

La verdad que lo menos que quería era eso ya que mi relación con mis abuelos nunca fue muy estrecha, pero ella tenía la última palabra.

En fin, los primeros días en la nueva ciudad pasaron lentamente y para peor mi estadía allí era indefinida, no sabía cuánto tiempo me quedaría.

Una tarde aburrida, mientras escuchaba música llegaron las usuales visitas, que eran siempre familiares lelos o amigos seniles.

Como era usual, mi abuela me llamó a que saludara a las visitas, y yo de mala gana fui.

Resultaron ser el primo de mi madre, la esposa y el hijo, Franco que tenía 15 o 16 años, no lo recuerdo.

En ese momento ni lo registré, era un lindo chico pero muy poca atención le di ya que me parecía que por ser de la familia sería un aburrido.

Era temprano en la tarde y ellos se irían en la noche, después de quedarse a cenar, y tal como se vio venir Franco y yo no sabíamos de qué hablar, ya que los grandes, entusiasmados en sus conversaciones nos habían dejado en esa situación.

Me acuerdo que me preguntó lo básico, si estudiaba, dónde y qué, etc., etc....

Su madre se fue dando cuenta de los incómodos silencios entre Franco y yo, y nos dijo que por qué no nos ibamos a dar una vuelta, a tomar aire y pasear...en ese momento nos daba lo mismo así que fuimos a caminar sin un sentido fijo.

Conforme fue pasando el tiempo, nuestras charlas se amenizaron un montón y vimos que la pasabamos muy bien juntos.

Llegamos primero a un parque y ya sentados en un banco él empezó a acariciar mi mano, tocarme el pelo, y a veces mi pierna "sin querer". Lo que pensé que lo que quería el chico eran simples besos, que eso sólo se proponía, y yo estaba dispuesta a complacerlo. Sin dejar de sonreírme y hablarme de cualquier cosa, como música y cosas que estaban de moda, me empecé a dar cuenta cuánto me gustaba él. Tenía cabello liso corto oscuro, ojos oscuros hermosos, bonito rostro, y un juvenil y bien mantenido cuerpo. En ese momento me parecía un ángel, y lo que más me llamaba la atención era su boca carnosa que me moría por besar.

Tal como lo había pensado, luego de un cómodo silencio se acercó y me estampó un tierno beso en los labios.

Sonreí y notando incertidumbre en su expresión, ésta vez me le abalencé yo a él

en un fogozo beso, al que respondió muy caliente.

Hacía mucho que no me besaban de lengua, y sentir la suya acariciando la mía me calentaba mucho.

No quería que terminara nunca, pero pasó y luego de muchos besos iguales o mejores nos fuimos abrazados mientras las señoras mayores nos miraban como si fueramos extraterrestres o algo parecido.

Fuimos al apartamento donde él vivía con sus padres ya que estabamos muy excitados y estabamos seguros de que ellos no vendrían hasta la noche. Hubiera quedado muy mal visto esto ante sus padres y más aún de mis abuelos, que sin duda le dirían a mi madre y ella más o menos me dejaría encerrada bajo llave hasta ser mayor de edad.

En cuanto entramos al apartamento lo abrazé y empecé a besar fogosamente, y fuimos a su cuarto.

Allí nos recostamos en la cama y nos empezamos a besar y a tocar cada vez más.

Me besaba el cuello hasta llegar a mi oreja donde mordía delicadamente mi lóbulo y besaba nuevamente mi cuello. Noté bajo su jean que su bulto empezaba a crecer cada vez más lo que me excitó de sobremanera, y sin pensarlo lo empecé a acariciar, ante ésto, Franco se empezó a mover de una manera que me calentó más aún. Tomé su mano y con ella acaricié mis genitales por encima de la ropa.

Nos dejamos de besar y se sacó la remera, yo me saqué la ropa también quedando sólo en bragas. Él se puso en frente mío y mordiéndolas fue tirando hasta quitarmelas por completo y ver mi coñito virgen totalmente depilado, ya que es una manía que siempre tuve y que sé que eso lo enloqueció. Abrí las piernas y empezó a lamer mis jugos que ya había derramado antes sus primeros besos y caricias. En cuanto la punta de su lengua acarició mis labios menores solté un ahogado gemido y empezé a sobar mis tetas redondas y besar la punta de mis pezones. Casi me vine al sentir su lengua penetrando mi vagina, y lo quise detener para que no me viniera, pero estábamos muy excitados, asi que en medio de sus lamidas a mi coñito virgen, sus manos acariciandome mi entrepiernas y yo saboreando mis senos, me vine en un excelente orgasmo.

Al mirarlo sus bellas facciones se habían ruborizados por la excitación y tal era su erección que se había sacado sus jeans y todo, quedando desnudos los dos.

Desde entre mis piernas gateó hasta mi torso y nos abrazabamos mientras nos besábamos, y sentía su pija dura frotarse contra mi cuerpo, más precisamente contra mi entrepierna, mi coñito y mi vientre. Eso me ponía a mil, luego me empezó a besar los senos y los pezones, no hacía mucho con ellos pero igualmente me encantaba.

Decidí que ahora me tocaba a mi darle una satisfacción por lo que alcanzé a ponerme sobre él y ésta vez ser yo quien estuviera en su entrepierna.

Agarré su pija, y me excité al sentir su calor, su dureza, por lo que empecé a acariciarla de arriba a abajo y a acariciar sus huevos, entre sus gemidos, mi agitación y mi boca deseosa de probarla. Me quise hacer desear. Con mi mano izquierda le tomé la base y con la otra tiré de la piel de la pija y acerqué mi cara a la punta, donde exhalaba probocandole los más sabrosos gemidos. Le dí un tímido beso en su punta descubierta mientras él me agarraba del pelo para que se la chupara toda, pero no se la hice tan fácil. Le di besitos chicos por toda la pija mientras me tocaba el clítoris. Le di luego languetazos desde la base hasta la punta, que lo hicieron gemir más aún, hasta que mientras él tenía los ojos cerrados dejé de languetársela y me metí toda su gran verga en la boca. Él estaba fuera de sí, y yo también pero en ese momento porque casi me había ahogado...ups! jaja

Empecé de la manera mas sexy a chupársela, metiéndomela y sacándomela, moviendo mi cabeza de arriba a abajo, jugando con mi lengua y volviendolo loco.

Luego de esto, acariciarsela, acariciarme a mí, finalmente se vino sin tomarme por sorpresa y un enorme chorro de leche inundó mi boca, que intenté retener pero no pude, y a cuyo sabor me fui adecuando...la leche que no pude tragar me la restregué por los senos, algo que lo excitó mucho...

Le tomé su pija semidura y agachandome empecé a restregar con mi sexo, poniendola igual de tiesa y caliente como antes.

Me tomo de la cadera y me atrajo hacia la cama, poniendose el arriba y abriendo mis piernas siguió restregando nuestros sexos ardientes.

Luego de pasar por los labios menores, llevó su pija hasta la entrada de mi vagina, demasiado lubricada, y empezó a penetrar sin mayor complicacion. Recuerdo que el placer que senti y que vi que el sintió fue inmenso, mientras sacaba y ponía su pija dura en mi vagina. Haciendo más fuerza, rompió el himen,y ese dolor que noté desgarrador luego dio paso a un placer aún mayor a cualquiera que haya tenido. Sentí su pija sabrosa acariciando intensamente las paredes de mi recién desvirgada vagina y soltamos los gemidos más excitantes. Lo miré bien, y en ese momento fue en el que vi a Franco más hermoso, sus ojos oscuros brillaban, sus pómulos estaban sonrosados, su carnosa y tierna boca estaba entreabierta y dejaba escapar suspiros y gemidos que más me calentaban. Me lo quedé saboreando con la vista, el tacto y el oído hasta que sentí un torrente cálido de su rica leche en mi interior, y llegando los dos al mejor orgasmo nos quedamos luego descansando él sobre mí.

Fui al baño, me limpié y vestí y él hizo lo mismo. Fuimos mas callados, relajados y besándonos casi todo el tiempo hasta la casa de mis abuelos. Ya estaba callendo la noche, y los grandes seguían en sus cosas. Mi abuela dijo que qué tímidos éramos, o algo así.

Luego nos tratamos de "ver más", se suponía que nos habíamos hecho muy amigos, pero vivíamos muy lejos.Por eso el momento para encontrarnos era tan esperado.

Luego él se casó muy joven, y nunca más lo pude tener como antes. Pero quedamos bien porque él le es fiel a su esposa, y somos grandes amigos, y quizá un poco más...