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Sucedió en septiembre

en Intercambios

Sucedió en septiembre, con algunos amigos nos habíamos reunido en un pub de la ciudad a celebrar, era un grupo aproximado de 40 personas, entre los cuales se encontraban Carlos y claudette además de Paula, Carolina y Andrea, con los cuales al inicio de esta fiesta no me imaginaba lo que iba a ocurrir aquella noche.

Carlos y Claudette habían establecido un pequeño e incipiente negocio, ellos arrendaron un departamento en el centro de la ciudad con el fin de subarrendarlo, a quienes buscaran tener un lugar mucho más discreto e intimo que un motel, para dejarse llevar por el sexo. C y C habían establecido un pacto de no utilizar el departamento sin el permiso del otro.

Aquella noche de septiembre, como a las 3 de la mañana mi amigo Carlos desapareció en forma intempestiva al igual que Paula, Claudette lo busco en forma ardua en el local, llegando a concluir que este tipo había dirigido sus pasos hacía el departamento, y que en él estaría de seguro dándole el sexo que a Paula le fascinaba.

El enojo de Claudette era evidente, pero yo hasta el momento no sabía por qué, a esa altura de la fiesta yo me encontraba con algunos tragos de más en el cuerpo además de tener la inquietud y las ganas de cometer alguna maldad, sentía un pequeño cosquilleo en mi pene. Claudette me invitó a ir al departamento a arruinarle la velada a Carlos, como estaba altamente maldadoso accedí inmediatamente y en esa aventura arrastramos a Carolina.

Salimos del departamento como a eso de las 2,45 de la madrugada, el departamento se ubicaba a unas 6 cuadras del local, acompañado de ambas transitamos por aquella avenida que a esa hora no mostraba gran afluencia de público, esta constaba de dos pistas y un bandejon central con palmeras a ambos lados, por aquella senda comenzamos a caminar, íbamos los tres ya con algunas copas un poco mareados, por lo cual de vez en cuando nos bamboleábamos, en uno de esos vaivenes sin querer tomé el pecho izquierdo de claudette, ella me miró y llevo su mano sobre la mía haciendo que le apretará con mayor fuerza su pecho dándome un pequeño beso en los labios, silenciosos avanzábamos por aquella avenida. En mi mente empezaba a fraguarse una ardiente fantasía en la cual involucraba a ambas, envalentonado por el dialogo que además sosteníamos sobre sexo, tome valor y corrí mi mano hacía el pecho de Carolina, ella dio un saltito de sorpresa, me miro y sonrió, apretando mi mano entre su brazo y cuerpo, así continuamos nuestro andar.

La situación anterior me levaba altamente caliente, lo divertido era que ninguna sabía lo que estaba sucediendo simultáneamente con la otra, yo continúe aún más osado y me atreví a cogerles los pechos en forma simultanea ahí la situación se hizo más que evidente para todos, nos miramos y en silencio quedo establecido a través de nuestras miradas que aquella noche haríamos una cama de tres.

Cada cierto tiempo nos deteníamos, yo besaba a una mientras que la otra metía su mano por el pantalon, acariciando, mi pene, en un momento claudette metió la mano y la saco humedecida por mis líquidos lubricantes me miro y se metió los dedos a su boca. Por fín llegamos al edificio en el cual se encontraba el departamento, yo ya no daba más de excitado, más aún nos restaban cuatro pisos que subir por una escala no muy iluminada.

Comenzamos a subir, silentes, sólo se escuchaba nuestra agitada respiración, en un descanso de la escalera favorablemente oscurecido, nos detuvimos y comenzamos nuevamente nuestro juego, esta vez, ambas me colocaron de espalda a la pared y comenzamos un a besarnos desesperadamente, una me besa en la boca y la otra en mi cuello, por mientras mis manos recorrían el cuerpo de ambas, tocando sus pechos y acariciando sus colas, metí mis manos por debajo de sus blusas y acaricié en directo sus pechos, Claudette es delgada, sus pechos no son más bien pequeños coronados por una pezón que a mi tacto se endurecieron gratamente y que con mis dedos pude deducir que aquel pezón era grande con respecto a su pecho, por su parte Carolina de curvas más prominentes ocultaba unos pechos grandes, de suavidad exquisita y dureza altamente excitante, con pezón pequeño y duro.

Nuestra excitación iba en aumento, desabroche sus jeans y baje sus cierres, metiendo mis manos por en medio de cada uno de ellos, llegue hasta cada chochito y le metí primero un dedo y luego el otro, estaba masturbando a dos mujeres al mismo tiempo, puede percibir también sólo a través de mi tacto, las diferencias en sus sexos, Claudette tenia un chochito propio de una mujer delgada, algo durito, de labios pequeños y poco bello, ella estaba altamente mojada y su clítoris se palpaba hinchado y palpitante, por su parte Carolina tenía un chochito más rellenito con más bellos que nuestra amiga, pero de igual humedad, ambas se retorcían de placer.

Claudette, la más osada, bajo el cierro de mi pantalón, metió su mano y saco mi pene, que a esa altura latía indescriptiblemente además de estar altamente lubricado, con su mano derecha subió y bajo mi glande un par de veces, me bajo los pantalones, se arrodillo y comenzó a succionar mi pene, lo hacía en forma suave, disfrutando cada segundo que tenía mi pene en su boca, cuajo éste se encontraba hasta el fondo en su boca, ella formaba un vacío produciéndome una sensación que nunca antes había sentido.

Carolina por su parte se dedico a besar mis labios y a acariciar mis nalgas, dejando que le bajase un poco los pantalones para así jugar más cómodamente en su chochito, aproveche esta oportunidad y comencé también a introducir un dedo en su ano, lo deje quieto a la entrada de su agujerito, sintiendo como latía y lo apretaba.

En un momento abrí mis ojos y pude ver aquella escena con la cual tanto había soñado, tenía a una mujer arrodilla comiéndose mi pene y a otra en mis brazos a la cual masturbaba simultáneamente por su ano y su vagina.

Claudette y Carolina en silencio me guiaron para que me sentara en la escala, con los pantalones abajo, Claudette se puso arrodillo y agacho hacía mi pene, dejando su colita expuesta y al alcance de mi mano izquierda, por su parte Carolina se ubicó en medio de mis piernas y desde abajo comenzó a lamer mis genitales disputándole a veces mi pene a Claudette, imaginanense dos mujeres entretenidas con mi pene, Carolina recorría aquella costura que tenemos los hombres en los genitales, suavemente, con la punta de su lengua para subir luego hasta mi pene y también tragárselo en forma desesperada.

Como Claudette había dejado su colita s mi disposición y con los pantalones ya abajo, me aproveche y comencé a masturbarla metiendo mi dedo medio e índice en su vagina agitándolos alternadamente, en un momento humedecí mi pulgar y despacio lo introduje en su ano, ella dio un exquisito quejido de placer, al sentir que yo iba hundiendo mi dedo cada vez más, llegando a tenerlo hasta el tope.

Así estuvimos por algunos minutos, ahogando nuestros quejidos para que no nos descubrieran los vecinos, trate de aguantar mi calentura lo más posible, pero lo inevitable ocurrió, de tanta excitación y producto de aquellas exquisitas mamadas eyacule, mi semen golpeo en la cara de Carolina esta se metió rápidamente mi pene en su boca y se tragó parte de mi semen, Claudette por su parte le quito mi pene de sus manos y logro beber las últimas gotas de aquella acabada, que para mi era en ese momento memorable, ya exhausto y con mi pene sensibilizado por aquellas mujeres, descanse.

Claudette me miro y sonrío, miro también a Carolina y se percato que ésta tenía restos de semen a un costado de sus labios, se acerco a ella y le paso la lengua suavemente, en un comienzo Caro se sorprendió pero luego se dejo llevar terminado ambas en un suave y excitante recorrido de sus lenguas por el contorno de sus labios.

Nuevamente nos besamos y decidimos seguir nuestro camino y encamarnos para que así pudieran ellas disfrutar de mi pene, esta vez dentro de ellas.

En un par de minutos llegamos al departamento, golpeamos, la llave de Claudette no funcionó, pues estaba puesto el seguro, luego de cinco minutos Carlos abrió, Carolina se sorprendió de ver a Paula, ellas se conocían muy bien, la primera sabía que Paula no era de las personas que guardara secretos y que su discreción no valía nada, por lo que decidió despedirse y se marcho, para así no arriesgar su matrimonio como consecuencia de lo que Paula pudiese contar.

Ya dentro del departamento y con tan sólo una cama decidimos quedarnos con Claudette y entre aquellos cuatro que quedamos decidimos jugar a que todo lo que ocurriese a partir de ese momento y luego de apagar la luz quedaría en esas cuatro paredes, pero eso es otra historia.