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Mujer anorgasmica y hombre multiorgasmico

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Hace 3 años conocí a una chica por Internet quien vive a unos 350 Km. de mi ciudad pero a pesar de la distancia y nuestras múltiples ocupaciones al pasar del tiempo encontramos tiempo para compartir personalmente, con lo cual nació una hermosa amistad que se vio tornasolada con colores subidos, picantes pero sin nunca llegar a concretar nada. Somos personas bastante reprimidas y aunque vivimos muchas circunstancias propicias para una entrega sexual ninguno se decidió a dar el primer paso.

Desde la primera vez que la vi pude intuir que ella padecía de algún trauma sexual, ella es una mujer hermosa con un rostro de niña traviesa adornado por grandes ojos verdes y cabellos rubio oscuro. La verdad en esa etapa de mi vida estaba arto de las malas experiencias y como ella no era prometedora como amante preferí mantener la distancia.

Nunca perdimos el contacto, eventualmente pasábamos horas al teléfono e intercambiábamos algunos e-mail, pero nada frecuente o pasional solo éramos personas quienes mantenían lindos recuerdos una de la otra y la protección que ofrece la distancia nos impulsaba a contarnos todo, sabiendo que nunca nos desaprobaríamos o criticaríamos por nada.

Habían pasado 6 meses sin saber de ella cuando recibí una llamada donde me invitaba a su matrimonio con su novio de hacía 6 meses atrás, me alegré pues ella cuenta con 34 primaveras en su haber y se sentía muy sola. Su esposo es un joven de 28 años, serio, hogareño, trabajador y de excelente sentimientos, físicamente común, gordito, piel morena y algo introvertido.

Solo 3 meses después de su matrimonio recibí una llamada de ella, la noté vacilante como cuando alguien te quiere decir algo pero no se atreve y con todo mi cariño y franqueza la confronté: "llevas más de 40 minutos al teléfono pero no me dices lo que te hizo llamarme", ella no se sorprendió por ese comentario pues tengo una intuición extremadamente desarrollada y mi formación académica me ayuda muchísimo.

Luego de algunos segundos de silencio me pidió ayuda pues su matrimonio venía en picada, ella ama a su marido y él no puede ser un mejor esposo pero ella me confesó que no lo deseaba como hombre, que se había casado con todas las ilusiones propias de una mujer enamorada pero estaba aterrada de miedo al pensar que este hombre la abandonara por su falta de vitalidad en la cama.

Ella me comentó que nunca en su vida había experimentado un orgasmo, a pesar de haber compartido con algunos hombres quienes su sola presencia la excitaban intensamente, pero que llegado el momento del orgasmo siempre perdía la energía y le invadía una mezcla de ansiedad de experimentar el éxtasis y preocupación por aparentar que disfrutaba, por lo que terminaba fingiendo con toda una actriz porno.

No soy un profesional de la sicología pero ya había leído extensamente sobre el fenómeno de la anorgasmia. En contraste, soy unos de esos extrañísimos hombres multiorgasmicos, por lo que mi concepto de sexualidad funciona bajo parámetros muy distintos al del hombre común.

Ayer mi amiga llegó a mi oficina, vaya sorpresa luego de más de una año sin tenerla frente a mi pues no fui a su matrimonio, ella aprovechó que su esposo se había ido de viaje por unos días y viajo hasta mi ciudad con la esperanza de encontrar una solución a su problema por medio se algún sexólogo. La acompañé a varias clínicas pero ella no se decidía a hacer una cita y a cada minuto observaba como se acercaba a una crisis de nervios, que al final sucedió en la habitación de su hotel y en la cual estuve presente por teléfono.

No voy a negarles que siento deseo por mi amiga y que en mi interés de ayudarle no se filtra una emoción morbosa, por lo que esta mañana me desperté a las 5:00 AM y procedí a darme un minucioso baño, afeitarme con detenimiento y finalmente salir muy bien preparado para ayudar a mi amiga, eran las 6:10 AM cuando la llamé a su hotel, " estoy en el lobby voy a subir", ella aceptó sin pensarlo y dejó la puerta sin asegurar para que pudiese yo entrar mientras ella se duchaba.

Ella estaba envuelta en una toalla blanca cuando salió del baño:

- ¿ A sucedido algo?, me asustaste con esa llamada tan temprano.

- Tranquila amiguita, se que esta tarde debes irte y vine para ayudarte a resolver tu problema.

- Gracias amigo.

Entre tanto saqué de un morral un termo y le serví una tasa de té caliente.

- Te traje un tilo con un toque de flores para relajarte y alegrarte un poco.

Ella lo tomó agradecida y dijimos las primeras palabras de una especial conversación, le

pedí que me relatara su pasado sexual, su primera experiencia, las circunstancias que la rodearon, etc., pero ella tenía problemas en recordar, ella estaba frente a mi, húmeda, precariamente cubierta y la lujuria me invadía de forma exquisita, ella que permanecía sentada en un sillon mientras yo cruzaba las piernas en medio de la cama, se levantó y se posó a mi lado, seguidamente la abrasé y ella me confesó que le inspiraba una sensación entraña, entre seguridad y placer.

Cargado de una elegante pasión le propuse darle un masaje para terminar de relajarla, sin esperar respuesta me levanté de la cama y fui nuevamente a mi morral donde guardaba un frasco de crema para el cuerpo, ella me miró con picardía y me dijo:

- Tu siempre preparado, pero no me voy a desnudar.

Se acostó boca abajo mientras yo colocaba el frasco bajo la llave del agua caliente,

le indiqué que me comentara todo lo que llegase a su mente y ella asintió con su cabeza, le ordené poner su mente en blanco y me respondió que eso sería difícil, a lo que respondí que yo le ayudaría.

Con la crema ya tibia tomé uno de sus pies y lo unte generosamente, comencé a masajear con distintas técnicas mientras ella me hablaba, fui subiendo desde los pies hasta la pantorrilla y me hice conciente de lo suave, blanca, cálida y deliciosa que es su piel, ella soltaba uno que otro gemido buscado ahogarlo con la almohada.

- Relájate, afloja las piernas ( le decía).

Pero ella no me obedecía hasta que tuve que aplicar cierta técnica que a pesar de dolorosa es muy efectiva para destrabar los músculos, ella gritó muy fuerte con su almohada en la boca pero luego me confesó que sentía mucho placer.

Al llegar a la parte superior de sus muslos le dije se dejara de pendejeras, que abriera las piernas, y que le descubriría las nalgas. Para mi sorpresa ella lo hizo sin cruzar palabra. Mi excitación era casi incontrolable y llegó a un nivel máximo cuando observé la gran mancha de humedad que dejaba su vagína en la sabana, sacando fuerzas de donde no sabía que las tenía pasé un dedo por esa mancha y al saborearlo comprobé que era su fluido vaginal, sobriamente salado, alucinante sabor que me estimula y enloquece.

Aplique más crema sobre su levantado culo y al comenzar a acariciar ella tembló

por un instante, mis dedos se deslizaban con un movimiento circular que unos minutos más tarde era un amasar aquellas nalgas tremendas, poco a poco, como en forma de juego iba hundiendo mis dedos entre sus nalgas y ella volía a gemir pero ya sin tratar de apagar el sonido. Por mi lado quien estaba amasando aquel culo delicioso no era yo sentía un placer orgásmico que se iradiaba a todo mi cuerpo desde mis manos, creo que pasé 10 minutos en aquella entrega y cuando reconquisté mi cordura ella tenía mi dedo índice y medio totalmente encajados en su ano pero no sentía presión alguna.

Me levanté, lavé mis manos, y regresé con una toalla pequeña, limpié sus nalgas mis dedos ahora hurgaban en busca de su raja del frente, nunca había visto tanta crema salir de una vagína, lo cierto es que mi amiga se posó sobre su lado izquierdo y me dejó contemplar su brillante manantial erótico, mal rasurado, con unos labios mayores gordos y los menores rojísimos, me dedique a lamer y lamer, a ratos lamía aquel bollo como si fuese un helado, para luego torturarlo con suaves mordidas, luego metía mi lengua en su vagina buscando más crema, ella gemía más y más fuerte, hasta que me dediqué por entero a mamar su clítoris, sin compasión, de la forma más sonora y grosera.

Ella por instantes hacía un arco de su cuerpo y al enterarse que estaba suelta volvía a la posición inicial, cuando noté que mis esfuerzos ya no producían efecto, bajé hasta su ano, comencé a lamerlo y mientras con mi dedo acariciaba su clítoris, intentaba meter la lengua en su apretado culo, Ya con la boca cansada la coloqué en cuatro y la cogí cual puta barata, ella me decía me haces daño..., más suave, más suave..., pero yo sabía que ella necesitaba algo extremo, intenso y desconsiderado. Cuando ya estaba a punto de acabara le saque mi verga de su vagina, le ordené abrir bien sus nalgas y le introdúje la lengua por el culo, cuando estaba comenzado a dilatar, le dije:

- Ábreme bien ese culo y guanta esta verga que te lo va a reventar.

tan pronto sintió que mi cuerpo bajaba, dio un grito y la penetré con decisión, con 4 o 5 bombeadas ella seguía quejándose así que le llené su abierto ano con crema y seguí dándole. Luego probamos muchas posiciones, y hasta tomamos un condón lo llenamos con papel higiénico y se lo encajé por la vagina, ella se quejaba pero no oponía resistencia a nada, casi ni hablaba. Cuando mi voluntad ya no pudo más le pregunté que si alguna vez había tragado leche de un macho y me respondió que eso nunca, fui me lavé el pene y le expliqué como hacerme una buena mamada, ella obedeció y en menos de un minuto le entregué una lechada que nunca olvidará, pero no pudo tragarla toda, así que con mi pene se la repartí por su rostro y sus tetas, para luego mamarselas.

Luego de un rato de húmedo silencio ella se metió al baño y yo me fui eran las 2:40 PM, ahora son las 6:25 y acabo de recibir una llamada suya:

- Me voy de inmediato, no voy a gastar en doctores porque ya se lo que son los orgasmos, Gracias.

Me disculpan amables lectores pero no puedo comentar a nadie de mi entorno esta experiencia y disfruto en este momento de un sentimiento de orgullo y plenitud infinitos así que para canalizar esta emoción les comento a ustedes la experiencia de hoy.