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La inyección

en Hetero: Primera vez

Hola, soy una chica de 22 años, me llamo Elisa y os voy a contar una historia sorprendente que me ocurrió hace dos años cuando tenia solamente 20.

En aquella época estudiaba en la universidad y la verdad es que no me importaba demasiado ni el sexo ni los chicos, mi vida estaba totalmente entregada a mis estudios y nada más. En el mes de mayo empecé a sentirme mal, como si estuviera cansada siempre y con ganas solo de descansar y de dormir, el hecho es que fui al medico y me hizo análisis y algunas pruebas de forma que a la semana siguiente me hizo un diagnostico que ahora mismo ni me acuerdo lo que me dijo que era ni viene al caso para no aburriros con cosas sin importancia. El caso es que me receto unas inyecciones que me tenia que poner una diaria durante 20 días.

Odiaba las inyecciones y le pregunte si no podía darme el mismo tratamiento pero en otro formato y él me dijo que no, que no había otra forma que administrarme las inyecciones y además ya me advertía que eran bastante dolorosas. Me fui a la farmacia y me fui a comprarlas, a la mañana siguiente aparecí por el ambulatorio para empezar el tratamiento, cuando llegue a las 10 de la mañana había bastante gente esperando, cuando me toco a mí, entre y allí había dos biombos a los laterales de la sala, situados de forma que formaban un triangulo con las esquinas más lejanas de la habitación, de forma que si alguien abría la puerta se encontraría los biombos y no podrían verte.

Para entendernos, los biombos tenían tres cuerpos cada uno, estaban situados uno frente al otro, pero alejados entre sí como 5 metros en uno de sus lados ( el más cercano a la puerta) y como 3 metros y medio en el lado más lejano a la puerta. Detrás de los biombos había unos armarios en los que estaban todos los elementos necesarios y en cada uno de ellos había un ATS ( o enfermero) poniendo inyecciones de forma que siempre había dos personas dentro poniéndose inyecciones. Bueno, la primera vez que entre había un chico que me dijo amablemente que pasara detrás del biombo y me fuera preparando mientras me cogía la caja de las inyecciones. Yo pase al biombo de la derecha y el enfermero se puso detrás de mi preparando la inyección mientras yo me desabrochaba los pantalones, los bajaba un poco y las braguitas también, mientras estaba esperando me di cuenta que el biombo detrás del que yo estaba tenia roto el cristal en la parte de arriba de manera que a mi se me veía la cabeza solamente pero yo podía ver con claridad el resto de la sala y como el otro biombo estaba situado haciendo un ángulo bastante abierto como el mío pues veía como una señora mayor de unos 65 años esta siendo pinchada por una enfermera. Al cabo de un rato se acerco el enfermero por detrás y me dijo que relajara la pierna que iba a proceder a pincharme, me puse un poco nerviosa y deje la pierna relajada, entonces sentí como acariciaba mi nalga con un algodón y rápidamente clavo la aguja en mi glúteo, apenas sentí más que un pinchazo, después puso la jeringa y comenzó a introducir lentamente el liquido, yo sentía un dolor intensísimo y creo que puse una terrible cara de dolor porque la señora de enfrente me miraba con pena.

Termino, saco la aguja, me vestí y me fui tranquilamente sintiendo mi culo tremendamente dolorido. Así pase los primeros 4 días hasta que al quinto día de ir a ponerme inyecciones ocurrió el principio de la historia que realmente os quería contar. Entre como todos los días, me puse detrás del biombo de la derecha, me baje el pantalón y la braga y espere la inyección, mientras miraba por la parte rota del biombo y vi un chico como de 25 años que esperaba la inyección, la cara no se la veía apenas porque estaba reclinado un poquito hacia delante encima de la camilla que cada biombo tenia detrás, pero vi como había bajado sus pantalones y sus calzoncillos totalmente y aparecía unos huevos que me parecían muy grandes y un pené que me parecía enorme, en ese momento sentí una excitación tremenda, entonces aparecieron las manos de una enfermera que sujetaban un algodón y una inyección que iba a poner al chico que aparecía desnudo delante de mi.

La enfermera paso el algodón con energía y después de un rápido movimiento le clavo la aguja, al dar el golpe el pené se movió como si fuera una trompa de un elefante, luego puso la jeringa y comenzó a entrar el liquido, justo en ese momento vino el enfermero y comenzó a pincharme a mi, y mientras yo sentía el tremendo dolor de todos los días estaba sintiendo una excitación tremenda al ver como al entrar al liquido en el culo del chico, no se si por el dolor que estaba experimentando se iba produciendo una pequeña erección. Termine de ponerme la inyección y me fui para casa caliente y pensando en lo que había visto. Al día siguiente al ver que el chico estaba esperando para ponerse la inyección yo deje pasar delante de mi a dos personas para poder volver a coincidir con él. Y coincidí y volví a ver otra vez el espectáculo de aquel precioso pené moviéndose mientras la aguja entraba y como se despertaba cuando el liquido comenzaba a doler. Coincidí al menos 6 días y siempre veía lo mismo, y siempre me iba caliente para casa pero nada más.

Al séptimo día de coincidir con el ( al entrar ya nos sonreíamos) entramos como todos los días, entro primero el y a los 2 o 3 minutos me toco a mi entonces volvió a pasar lo mismo, vi como el se bajaba su pantalón y su calzoncillo y como aparecían sus genitales, mientras yo no podía apartar la vista de aquel pedazo de carne que me tenia obsesionada, apareció la enfermera dispuesta para pincharle, y yo seguía mirando su pene, cuando note como rápidamente aparecía en el una erección, me sorprendió, mire para arriba y mi sorpresa fue tremenda cuando descubrí que el chico estaba viendo que yo no apartaba la vista de su pene, no sabia donde meterme estaba excitada, ruborizada, y en unos segundos dolorida por el liquido que empezó a entrar dentro de mi culo, mientras en mi cara aparecían gestos de dolor el chico de enfrente no dejaba de mirarme. Termino, nos vestimos y salimos de allí al mismo tiempo.

Yo solo decía "¡tierra trágame! "Me sentía fatal por la situación, entonces el chico me dijo: "Bueno, me llamo Oscar, ya tenia ganas de conocerte, ya que somos compañeros de dolor" yo, le dije"; Hola Oscar, yo me llamo Elisa" y nos dimos dos besos de presentación. Salimos juntos charlando amistosamente y me dijo que me invitaba a un café, yo accedí y entramos en una cafetería. Nos sentamos en una mesa apartada y hablamos de cosas sin importancia, mientras yo lo miraba y me parecía más guapo cada vez. Entonces sin venir a cuento, me dijo de sopetón: Sinceramente Elisa ¿Te gusto lo que viste en el dispensario? Yo me moría de vergüenza y le pregunte que de que me hablaba, entonces él me dijo que se había dado cuenta que miraba sus genitales y yo no sabia que decir y como una tonta dije: "Si, esta muy bien".

Entonces dijo, que porque no le acompañaba a su apartamento que estaba muy cerca de allí. Yo no sé todavía como pero dije que si, y nos fuimos. Entramos en un apartamento precioso, pequeñísimo pero muy bonito, con una gran ventana desde la que se podía ver un parque lleno de árboles que estaba detrás del edificio. Oscar entro al cuarto de baño mientras yo me quedaba mirando por la ventana. En dos minutos salió, completamente desnudo, y me dijo "desnúdate yo también quiero verte". Me quede pensando durante unos segundos y comencé a quitarme la ropa, sin saber como ni porque lo hacia, estaba como hipnotizada, por fin baje mis bragas y quede completamente desnuda delante de el. Os diré que aunque tenia 20 años nunca había visto a ningún hombre desnudo y mucho menos había tenido relación alguna. Entonces Oscar se acerco, tomo mi mano y la puso sobre su pene, note la dureza y me impresiono ver algo tan grande y tan duro, comencé a mover la mano de abajo a arriba de manera que la cabeza de su pene aparecía y desaparecía en la piel que la recubría cuando estaba flácida.

Aquello pareció que le gustaba porque empezaba a gemir. Entonces empezó a chuparme los pezones y yo notaba como me iba lubricando como nunca, note la mano como se abría paso entre mis piernas y llegaba a mi rajita, entonces uno de los dedos empezó a entrar dentro de mí, mientras que otro había encontrado mi clítoris y empezaba a realizar movimientos circulares que me estaban llevando al paraíso del placer. Mientras yo seguía masturbándole y sentía como su pene iba sintiéndose más y más mojado cada vez. Comenzó a bajar su lengua por debajo de mis pezones, siguiendo por la barriga, por mi ombligo y llegando a mi rajita. Metió la lengua hasta que encontró mi clítoris y empezó a moverla de manera que sentí un orgasmo en menos de un minuto. Luego se incorporo y apretando mi cabeza con su mano hacia abajo me hizo entender que debía de arrodillarme.

Me baje y apareció la punta morada y grande de su tremenda verga delante de mis ojos, a menos de dos centímetros, y la verdad es que a esa distancia un instrumento de esas características la verdad es que impone bastante. Agarro su pene con la punta de los dedos, lo dirigió a mi boca y lo paso por mis labios, entonces yo entendí el mensaje y abrí lo más que pude la boca intentando que entrara el glande por lo menos y lo conseguí aunque me costo bastante. Yo pasaba la lengua de un lado para otro acariciando aquella cosa tan suave pero al cabo de un rato sentí como sus manos se posaban en mi nuca y comenzaban a mover mi cabeza para adelante y para atrás.

Algunas veces parecía que iba a atravesar mi garganta y un par de veces me dieron ganas de vomitar pero aguante las acometidas mientras oía como Oscar gemía y gemía. Saco su pene de mi boca me hizo poner de pie y me empujo sobre la cama entonces le dije a Oscar la verdad, que yo era virgen y que tenia miedo porque era imposible que algo tan grande y gordo entrara dentro de mi. La verdad es que hubiera jurado que aquello era imposible que entrara en mi pobre vagina. Me dijo que no me preocupara, fue a una pequeña mesilla de noche, abrió un cajón y saco un preservativo.

En ese momento sentí pánico por la situación pero deje que pasara el tiempo a ver que es lo que iba a ocurrir. Desenrollo el preservativo en su pené y me dijo "prepárate". Se acerco, me tomo los pies con sus manos, los subió para arriba mientras yo me dejaba caer hacia atrás, puso mis pantorrillas por encima de sus hombros, luego me miro fijamente y viendo que debía de tener una cara de terror me dijo con una sonrisa en los labios "confía en mi". Puso la punta de su pene en mi agujero y comenzó a presionar sobre el, note como mi vagina se abría para acoger aquel pedazo de carne pero cuando había entrado unos pocos centímetros note como si una pared le impidiera seguir entrando, el también la noto, porque me miro fijamente, acerco su mano a mi cara y mientras me acariciaba pego un tremendo empujón entrando toda su verga. Sentía un dolor insoportable a la vez que tenia la sensación de que me iba a partir en dos.

Se quedo quieto esperando que el dolor disminuyera y comenzó a mover aquel cilindro dentro de mi primero muy lentamente para luego hacerlo a gran velocidad y mientras yo sentía como sus huevos pegaban con mi culo el dolor dejo paso a un placer que iba incrementándose poco a poco. Después saco su pene, me bajo las piernas y me dio la vuelta quedando boca abajo encima de la cama.

Cogió mi culo y lo levanto con una mano mientras con la otra metía por debajo de mi dos almohadas de modo que mi cabeza quedaba considerablemente más baja que mi culo.

Entonces me abrió las piernas y sentí como su glande rozaba los labios de mi vagina que poco a poco volvían a abrirse para dejar paso al falo que parecía no tener fin. En esta postura cada vez que sus huevos pegaban contra mi culo notaba como la punta de su verga chocaba con el final de mi vagina provocándome un pequeño dolor tremendamente placentero. Así estuvo un rato bombeando su pene dentro de mi, mientras yo tuve un tremendo orgasmo. Rápidamente cuando y había terminado de gritar y gemir como una loca, saco su pene de mí, me dio la vuelta de manera que quede sentada delante de él. Se quito el preservativo y metió su pene en mi boca y mientras yo chupaba y acariciaba su glande con mi lengua el se la meneaba a gran velocidad.

De pronto escuche un gemido de Oscar y note como enormes chorros de leche chocaban con el fondo de mi boca y por un momento tuve ganas de vomitar, entonces saque la verga de mi boca y un chorro descargo sobre mi cara. Iba a tirar el semen que tenia en mi boca cuando Oscar me ordeno que lo tragara y así lo hice y sentí aquella cosa espesa y salada bajando por mi estomago mientras miraba la verga semiflacida de Oscar goteando espesas gotas de semen.

Después de esta relación seguimos saliendo, nos hicimos novios y dentro de 5 meses nos casaremos. Por cierto, que desde aquel momento mi carrera tuvo un segundo plano y el papel protagonista de mi vida lo ocupa el sexo y el amor.