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Mi viaje a Galicia (II)

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Esta es mi historia del tercer día del viaje que hice a Galicia, en la primera noche me acosté con una amiga del instituto (es mi relato llamado Un viaje a Galicia).

El tercer día fue bastante similar al resto siempre de un lado a otro visitando y viendo sitios distintos e interesantes (animo a cualquiera a visitar esa tierra es preciosa y guardo muy buenos recuerdos de allí) al llegar la tarde descansando un poco en el hotel se acercó una muchacha que estaba en mi clase, ella había roto con el novio hace poco y todos los chicos estaban como locos por ella, era la hija de un profesor, era más baja que yo sobre 1.70, pelo negro, hasta los hombros y liso, su cuerpo tenia unas curvas perfectas parecía una guitarra unos pechos no muy grandes, delgada y unos labios carnosos muy apetecibles. (para que negarlo yo también me había fijado mucho en ella y gracias a este viaje la fui conociendo más y ella a mi) Por la noche estuvimos haciendo una fiesta en la playa hacia una noche estupenda y encendimos una pequeña fogata y hablando con ella de repente me soltó:

El miércoles (el primer día del viaje) por la noche fui a tu habitación después del botellón ....

¿Y eso? Después me quedé durmiendo estaba muy casado del viaje. (le dije acordándome de aquella noche y el polvo que tuve con mi amiga)

¡Si ya te vi lo cansado que estabas!. Me dijo en un tono muy irónico.

¿Porqué dices eso?

Por que alguien no cerró bien la puerta de tu habitación y cuando yo fui pues te vi por eso no hace falta que me mientas.

Yo me puse más nervioso, parecía que sabia lo que había pasado aquella noche y era inútil negarlo. Como estabamos rodeando a la hoguera nuestro grupo de amigos/as intente hablar con otras personas para dejar la conversación, pero por otro lado no quería que fuese comentando nada de mi a los demás.

Podemos hablar de esto en privado no me gustaría que nadie se enterase. Le dije

Vale pero si nos vamos van a sospechar.

Bueno mira primero me voy yo y te espero en aquella calle.

Vale.

¡Oye! Ahora vengo que voy a cambiarle el agua al canario, ¿no os lo bebáis todo a ver si cuando venga no tengo ni una copa para beberme eh? Le dije al grupo.

¡Nos tardes mucho!

Al momento de esperarla llegó la chica y empezamos a hablar yo estaba muy nervioso por que no se chivara a nadie de lo que pasó aquella noche.

Bueno a ver cuanta. ¿Qué viste?

¿Nos metemos en aquel bar o damos un paseo por la playa?

Bueno vamos hasta aquellas barcas y nos volvemos. Va contesta.

Pues nada que estabas en la cama haciéndolo con XXXX.

Me puse de todos los colores mi secreto no lo era tanto.

Mira eso es muy privado y no quiero que nadie se entere.

Tranquilo yo solo...

No le deje terminar la frase cuando le pregunte:

¿Y tu que hacías detrás de la puerta de mi habitación?

Mira yo he roto con XXXX y he notado que te gusto, y bueno pues yo quería pasar la noche contigo.

¿Qué dices?

Me quede sorprendido y sin darme cuenta me agarró y me soltó un beso del que todavía me estoy acordando, largo, intenso, sus labios se acoplaron a mi boca y su lengua se enredó con la mía sin que pudiera hacer nada, yo quería soltarme e irme a la fogata con el grupo para que no sospecharan, pero no podía estaba como atado y solo sabia meter mis manos por aquellos estrechos pantalones que llevaba y agarrarle su pequeño y duro trasero, entrelazando mis dedos por el tanga, sin darme cuanta estaba detrás de unas barcas, tirado en la arena con ella encima de mi y yo inconscientemente queriendo escapar de todo aquello. Sin darme respiro se quitó la cazadora vaquera y sin pensarlo le desabroche uno a uno los botones de aquella ajustada camisa, se abalanzó otra vez encima de mi y me puso sus dos pequeños pero firmes pechos y me dijo que eran todo míos que se los comiera, le desabroche el sujetador y comencé a chupárselos a besárselos, consiguiendo con mis lengua que sus pezones se pusieran tiesos, ella siempre con la iniciativa me fue desnudando y al final nos quedamos desnudos, en un momento mire a mi alrededor para ver donde estaba y si aquella escena podía ser vista por alguien cuando vi que el sitio era oscuro y no había gente alrededor me subió más aún el calor y pase a tomar yo la iniciativa y el mando.

Me coloqué encima suya y mientras le besaba y le mordisqueaba el cuello mi mano derecha bajo hasta llegar a su conejo que tenia casi totalmente rasurado mis dedos lo empezaron a acariciar y a jugar con sus labios que cada vez más se ponían húmedos y calientes, introducía de vez en cuando un poco mi dedo corazón y ella respondía cerrando un poco sus piernas como si no fuera de buen agrado, entonces baje mi cabeza la puse entre sus dos piernas separándolas cuando pude y comencé a lamérselo de arriba abajo con grandes lengüetazos, ella suspiraba e intentaba cerrar un poco los muslos sin poderlo hacer del todo ya que chocaban con mi cabeza que sentía el calor de aquellos firmes y calentorros muslos, su clítoris empezó a salir de su escondite y sin llegar a verlo por la oscuridad lo notaba con mi lengua que fue la que se dedicó a rodearlo, a jugar con el, eso fue lo que más la excitó cada vez notaba como se ponías mas húmeda y me movía mas agarrándome con sus manos mi cabeza como diciéndome que siguiera, lo cual hice hasta el punto que no pude aguantarme más y le dije que ahora le tocaba a ella. Puso mi oído entre sus tetas y me dijo con la voz acelerada:

¿Oyes mi corazón? Late como si se fuera a salir, gracias.

Me tumbo y con gran maestría y con las piernas bien abiertas puso mi verga en la puerta de su raja que estaba como un volcán me miró una décima de segundo y se la metió hasta el fondo de un gran golpe, los dos soltamos a la vez un gemido desgarrador y una vez dentro empezó a mover su cadera haciéndome como un especie de masaje con mi rabo dentro de ella, mientras yo le agarraba por la cintura que pedía que no parase que continuase con aquel movimiento y entre los susurros cambiamos de posturas unas mil veces para acabar con la que empezamos solo que esta última ella se arqueaba mucho más y con su movimiento hacía que le entrara toda de golpe y se la sacaba toda de golpe fue algo impresionante, no se cuantas veces nos pudimos correr los dos.

Al día siguiente en el comedor del hotel desayunando tuve que dar una explicación a todo mi grupo y les dije que me fui a vomitar porque el marisco junto con el poco alcohol me sentó mal.