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Una Anécdota actual

en Voyerismo

Hola, soy Martha. Al enviar mis dos primeros relatos: "Una anécdota de mi infancia (1) y (2)" Me escribieron muchos de ustedes pidiendome una anécdota más reciente... Bien, aquí está.

Me gusta vestir de forma liberal pero no vulgar, aunque a veces me paso de la raya (Como cuando ando en bata transparente y salgo a barrer o recoger el periódico), me gusta ser el centro de atracción, por eso me exhibo un poco.

A mi esposo lo adoro, estoy muy enamorada, pero el pobre siempre llega tan casando del trabajo (es operador y trabaja en turnos, además tenemos un pequeño negocio de juegos electrónicos en casa) que me da poco sexo (una o dos veces a la semana pero siempre en fin de semana), así que entre semana estoy muy caliente. Pero como dije lo quiero mucho.

Me gusta excitar a los demás y cuando me tocan o rozan en los camiones o lugares concurridos me encanta. No me importa su aspecto (aunque de preferencia me gustarían guapos y de buen cuerpo), pueden ser personas grandes o jovencitos, feos o guapos, delgados o gorditos, no me importa con tal de que se exciten al verme y si es posible me rocen con sus bellos penes. (Estoy loca verdad?)

No veo nada de malo en excitar a los demás y que me exciten a la vez, o ustedes creen que sea malo? Mis amigas piensan que si, que es una forma de engaño, que en cierta forma soy infiel, y que en cualquier momento me pueden dar un susto o violarme.

Pero yo nunca demuestro que me gusta, lo hago en forma natural, como una vez que iba en el metro, había poca gente, iba sentada, traía una mini de color rojo, tenia las piernas cruzadas, no se me veía nada, solo las piernas, enfrente de mí iba una señora, después se sentó un señor y un jovencito como de 15 años, seguí igual, pero de pronto baje la pierna y en esa posición podían verme mis calzones, de vez en cuando volteaba a verlos tenían la cara roja, jaja. Y estaban fijos en mi entrepierna. Yo seguí así por un tiempo, cuando se subió mas gente y ya eran varios los que me veían, hice como que me di cuenta de mi apariencia y haciendo la cara enojada volví a cruzar las piernas para que no vieran nada nuevamente.

A veces pienso que estoy mal de la cabecita, porque según mis amigas, no les gusta viajar en camión y mucho menos que las rocen, en cambio a mí me encanta.

Por ejemplo la semana pasada volvía a casa, venia del centro de realizar algunas compras, llevaba dos bolsas repletas de mercancía, además mi bolso, tome el camión, al subir iba lleno como siempre y como me gusta, aunque esta vez periferia uno vacío, por las bolsas... Total que me pongo enfrente de un muchachito, este muy caballeroso me dio el asiento, así que me senté.

El muchacho se recreó la mirada con mi pronunciado escote y se bajo unas cuadras mas adelante y tomo su lugar un señor ya grande de edad, como de cincuenta y tantos casi sesenta años. Este señor nada mas de ponerse en su lugar, luego luego acomodo su pene en mi hombro, arribita del codo.

Al ver que no decía nada (Hay algunas que se enojan y les dicen de cosas), lo empezó a ser mas seguido (el roce) se le empezó a parar, me encanta sentirlo, no sé porque, se siente muy calientito y súper suave y a la ves duro muy duro y caliente.

De pronto se sube mas gente y al pobre señor le ganan la posición y empiezo a sentir otro pene, era un señor como de treinta y tantos años, alto y fornido, con poquita barriga, de esos machotes, al mas viejito lo hicieron a un lado al pobrecito, pero se enojo con el señor le dijo que no lo aventara.

Por fin medio se acomodaron y sentía ahora el pene del machote, duro y caliente, casi me quemaba el hombro, además era más tosco, le valía que se dieran cuenta... Y cuando pasaba gente quería rozar su pene en mis pechos, muy descarado, pero sentía rico y no iba a decir nada, solo me hacia la pobre victima de la aglomeración del camión.

De vez en cuando como que acomodaba las bolsas que llevaba y alcanzaba a rozarle con la mano el pene del viejito, eso lo entusiasmo y acabo por colocarlo en mis manos, ahora tenia dos hermosos penes calientes uno en mis hombros y otro en mis manos.

Ya para bajarme me empezó a dar miedo, ya que el señor que tenia en el hombro empezó a ver mis pechos en una forma descarada, y murmurar peladeces, yo creo que venia borracho. Empezó a decir cosas como: "que chichotas mamacita" "mira nada mas como estoy de caliente" "sé que te gusta, siéntelo".

Al bajarme, me repegó su cosota en mi colita, pero al fin me safé y al pasar por delante del viejito también alcancé a sentir su pene duro en mis pompis, iba acalorada, en la puerta estaban varios muchachos vestidos como pandilleros, al pasar se hicieron a un lado pero al bajarme me agarraron toda mi colita por debajo de la falda, sentí que hasta me metían los dedos los condenados, solo alcance a decir un pequeño: "ay" y el camion se perdio de vista con la sonrisa de esos muchachos.

Al llegar a casa, me fui directo a bañarme y recordar cada cosa que me paso, ese día me masturbe de una forma deliciosa.

Un beso a todos.

Su amiga

Martha.