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Dos para mi

en Transexuales

Soy un hombre que consigue siempre lo que quiere.

Andaba detrás de una chica llamada Leticia, rubia, alta, delgada pero con grandes pechos. Le gusta vestir con camisa y falda. Me encantaba. Yo soy también alto mido uno noventa. Quería poseerla pero tan sólo conseguía algún beso ocasional y un fugaz abrazo.

Se me ocurrió llevarla una noche a un local de travestis. El local estaba repeleto. Ellas te miraban a través de los espejos, con sus sonrisas. Me fije que había una transexual pelirroja apoyada sobre una columna. Era hermosa. De gran cabellera, labios seductores, grandísimos pechos hormonados. Era también alta, más carnal que Leticia. Se llamaba pamela. Leticia y Pamela juntas eran una auténtica fantasía.

Estando con la rubia, mis miradas se dirigían constantemente hacia la travelo. Lo hacía descaradamente para que Leticia se diese cuenta.

- ¿Qué te pasa?-me pregunto.

- No lo puedes comprender.

- Sí. Lo comprendo. Lo que quieres es sexo. Todos los hombres sois iguales.

- No sólo sexo.

- ¿Entonces por qué ella...?-me dijo señalando a Pamela.

- Quizá ella me comprenda mejor que tú.

Me fui andando hasta la chica transexual y nos pusimos a hablar.

- Veo que esa te trata mal- me dijo.

- Es posible.

- No te da el cariño que yo si estoy dispuesta a darte.

- Tampoco es eso no quiero hacerlo contigo-.Dije dejándola boquiabierta.

Miré insistentemente a Leticia.

- Pues si no es a mí a quien buscas, ¡márchate!, no me utilices- me dijo airada.

- Escucha tampoco te enfades conmigo.

Volví con Leticia.

- ¿Qué ha pasado?-me dijo.

- Nada.

- ¿La deseas?

- Si.

- Entonces, ¿Por qué no te vas con ellas?.

- Porque no es sólo eso – respondí.

- Sabes que te aprecio- me dijo.

- Me atrae pero no me gusta-dije mirando a Pamela.

- No te entiendo... ¿Yo no te atraigo?.

Regresé al lado de Pamela.

- ¿Por qué vuelves?- me preguntó con desconfianza.

- Deseo esa mujer.

Pamela esbozó una gran sonrisa.

- Me tienes a mí.

Volví con Leticia.

- ¿Qué te ha dicho?- me preguntó.

- Qué quiere estar conmigo.

- ¿Y qué le has respondido?.

- Sabes lo que voy a hacer... Que me voy a ir...

- ¿Te acompaño? – me dijo.

Me acerqué a pamela.

- ¿Te decides?- me dijo.

- Ayúdame a decírselo... A que esta noche me acuesto contigo.

- ¿La prefieres a ella?

- Te prefiero a ti.

Volvió a sonreír y me encanto.

Fuimos los dos hasta donde estaba Leticia.

- ¡Os venis las dos!- les dije.

Fui caminado hasta la puerta y las dos estaban clavadas sin moverse. Hasta que Leticia fue hacia mí. Nos quedamos en la puerta. Me detuve, me gire y le hice un gesto a Pamela para que se viniese. Y es lo que hizo.

¡Cómo latía mi corazón cuando subíamos en el ascensor de mi vivienda!. Al entra en la casa las cogí de la mano y andamos hasta mi habitación. Antes de entrar les pregunte:

- ¿Os queréis acostar conmigo?

- Sí.

- Sí.

Eché el cerrojo. Nos esperaba una suculenta y grande cama de agua.

Se desnudaron. ¡Que pechos tenían!. Leticia era más bonita y Pamela mas rotunda de cuerpo. La cintura de Leticia más estrecha y las piernas de Pamela mas musculosamente femeninas. Los pies de la pelirroja eran más grandes y la piel de la rubia más sedosa. El culo de la transexual era enorme, de italiana de película; los pezones de la mujer se le ponían como puntas de flecha.

Se bajaron sus bragas. Leticia tenía el coño afeitado. ¡Se hacía la estrecha!. El pene de Pamela debía medir 19 centímetros.

Me bajé los calzoncillos. Mi polla erecta llegaba hasta los 21 centímetros. Sus bragas estaban limpias y mis calzones tenían palominos.

Leticia se puso a lamerme el culo. Quería dármelo todo. Demostrarme su cariño. Luego se metió mi polla en su boca. A su vez Pamela le estaba comiendo el coño. Cogí la pelirroja e hicimos un 69, yo encima de ella. Nuestra pollas nos las metíamos hasta el fondo de las gargantas sobre todo ella que tenía que aguantar todo mi peso. La rubia le ayudaba por si no atinaba, entonces me la doblaba y también me la chupaba. Me compartían. Me corrí y llene sus caras de semen. Pamela también se corrió y casi me lo tragué.

- ¿Me aprecias?- Le pregunte a Leticia.

- Me tienes loca- me contesto con sollozos de niña histérica de un club de fans.

Me puse a follarla a cuatro patas, por su vagina. Pero Pamela celosa me empujo hacia atrás y caímos en la cama Quería metérmela por el culo pero no le dejé. En cambio le obligué a que me la chupara. ¡Qué bien lo hacía!. Como estaba de pie aproveché para metérsela en el culo a Leticia. Lo hice despacito. Pamela me chupó el culo.

- Te quiero- me decía.

Estaba a punto de alcanzar un orgasmo que me recorrería del pene al ano.

La saqué del culo de Leticia y se la metí por la vagina. Lo hice con fuerza. Ella gritó. Se la sacaba de vez en cuando para que Pamela me masturbara.

- ¿Me deseas?-le pregunté a Pamela.

Se le cayó la baba suspirando.

La preciosa transexual me la chupaba hasta el fondo. Se la metí entre las tetas a Leticia. Y la diosa Pamela me la chupaba. Luego era la chica la que me lamía la verga y la pelirroja le metió la lengua en el culo. Se fueron alternando. Era Pamela la que me la chupaba y Leticia me comía el culo. Mis piernas se me doblaban. Parecían dos ventosas hasta que tuve un orgasmo que me recorrió toda la zona que va desde debajo del ombligo y comienza en los muslos. Caí en la cama con un espasmo. Los testículos, las ingles, la próstata, el ano, el prepucio, el miembro, todo. Estando tumbado Leticia me la chupaba y al mismo tiempo Pamela me la meneaba. Luego me la chupaban las dos a la vez. Cogí a Pamela y la apreté contra mí frotando mi polla con la suya y Leticia nos la chupaba llegando a meterse las dos en la boca. La transexual se corrió. Y me la volvieron a chupar las dos a la vez. O se turnaban. Con mi polla en la boca de Pam, esta le metió dos dedos en la vagina a Leti y esta se corrió con un espasmo y un alarido.

La verdad es que tras esta experiencia estoy saliendo con las dos a la vez y nos morreamos en público. Llevó a las dos agarradas a mi cintura. Nos amamos mucho. Leticia es la ternura, el amor, el deseo, la entrega. Pamela es la crudeza, la pasión, el afecto, el egoísmo carnal. El cariño de ambas. Un espíritu formado por tres almas.