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Las escaleras

en No Consentido

Son las ocho de la mañana. El sol ya ha salido, es de día. Llego a casa después de una noche de fiesta loca. Estoy pegajosa y el olor a alcohol y a tabaco impregna toda mi ropa y mi pelo. Me he pasado toda la noche bailando. Casi no puedo abrir la puerta de la portería de casa. Joder, le di mi número al plasta ese con el que me he enrollado. Sólo espero que no me llame. Estoy muy cansada, menos mal que tenemos ascensor. Joder, está estropeado. Tendré que subir a pata. No creo que llegué hasta casa, me quedaré dormida por el camino.

Ya he subido el primer piso. Ya queda menos. Me estoy mareando. Joder, creo que voy a vomitar. Bonita forma de acabar la noche. Ya he vomitado todo lo que había en mi interior, he dejado la escalera hecha un asco. Mañana tendré que bajar a limpiarla. Me voy a sentar un rato a descansar. No puedo más.

Estoy medio dormida, casi tumbada en las escaleras. Se escucha un ruido. Viene de abajo. Debe ser algún vecino que como yo llega ahora de fiesta. Acaba de abrir la puerta que da a las escaleras. Los ascensores siguen estropeados. No quiero ver a nadie ahora mismo, en este estado y menos a un vecino. Me esconderé en el rellano de este piso.

Ya ha pasado. Habrá visto el vomitado. No creo que me haya visto, ni que se haya dado cuenta de que estaba al otro lado de la puerta. Vuelvo a entrar en las escaleras. No me puedo sentar. Si me siento no me volveré a levantar. Tengo que hacer un esfuerzo y llegar hasta casa de una vez. En mi cama seguro que se me pasa toda la tontería. Además seguro que mi madre me estará esperando.

Ya casi he llegado hasta arriba. Me queda sólo un piso. La luz se apagó hace tiempo. Pero gracias a la luz del di puedo seguir subiendo. Hay alguien ahí arriba, debe ser otro vecino que se va a trabajar. Esta bajando las escaleras. Ya está cerca. A este no le podré esquivar. Pasa a mi lado. No lo conozco. Es un hombre. Debe ser el novio de la chica del sexto. Seguro que la ha acompañado a casa por miedo a que le pasase algo por el camino. Yo también quiero un novio que se preocupe por mí y que me acompañe a casa para protegerme o que me ayude a subir las escaleras cuando el ascensor se estropee y yo no pueda con mi alma, como ahora.

Venga ya queda poquito. Hay alguien detrás de mí. Notó su respiración. Estoy asustada. No he escuchado ninguna puerta. De donde habrá salido. No puedo correr, ni girarme, ni moverme. Pasan a mi lado es el chico de antes. Sube corriendo, debe haber olvidado algo. Se gira, me mira y me sonríe. Baja hacía a mí, me coge por los hombros y me besa. Yo no hago nada me he quedado completamente petrificada. No entiendo que sucede. Me separa de él, reacciono y le doy una bofetada. Él me la devuelve, pero mucho más fuerte. Voy a gritar cuando me tapa la boca con sus labios. Yo le muerdo. Entonces me empuja con fuerza. Caigo escaleras abajo hasta el descansillo. Estoy mareada. Él se acerca me tapa la boca y sin decir nada me levanta la camiseta y el sujetador. Mis pechos han quedado al descubierto, los toca y se mete uno en la boca. Sin quitar su mano de mi boca me sube la falda y me baja las bragas hasta los tobillos.

Se me ha pasado un poco el mareo y le pego un bofetón. Él se enfada. Me tapa la boca para que no pueda gritar, me coge pro las muñecas y me sujeta bien contra el suelo. Me doy cuenta entonces de que su pene esta al aire. Está completamente erecto y es muy grande. Se da cuenta de que lo he visto, me estira del pelo para que deje de mirarlo. Se mete entre mis piernas y me penetra. De golpe, mete todo su pene en mi vagina reseca por el miedo y el asco. Sigo sin comprender que esta pasando. Me embiste con fuerza, mientras me sujeta por las muñecas. Vuelvo a estar mareada, estoy aturdida, no puedo defenderme, no puedo hacer nada. Sólo puedo esperar a que todo pase lo antes posible.

Me da la vuelta, me coloca a cuatro patas y empuja mi cabeza contra el suelo con fuerza. Me doy un golpe en la cabeza tan fuerte que termina de atontarme. Estoy semiconsciente. Pero todavía puedo sentir el dolor que me produce al entrar en mi ano. Vuelve a entrar dentro de mí, pero por otra puerta, y vuelve a hacerlo sin miramientos, de un único golpe seco me introduce todo su pene en mi agujero más estrecho. Me penetra con fuerza, profundidad y rapidez. Creo que me va a partir en dos. Me voy a morir de dolor como no pare pronto. Sólo deseo que se corra lo antes posible. De repente para. Estupendo ya se habrá corrido, me va a dejar descansar.

Me da la vuelta. No se ha ocurrido todavía. No puede ser, no podré aguantar más. Notó como algo me cae sobre los pechos, sobre la cara. Se está corriendo encima de mí el muy cerdo. Después de haberme roto el culo, de haber maltratado mi cuerpo y mi mente, ahora se corre en mi cara. Me da una palmadita en la cara y se va. Me deja tirada en el suelo. No puedo moverme. Me ha destrozada. Estoy muy cansada. Siento su semen encima de mi piel, en mis pechos, en mi cara. Creo que vomitaré del asco. La primera lágrima sale de mis ojos. Empiezo a llorar, como nunca antes había tenido necesidad de hacerlo. No puedo gritar, sigo teniendo la boca tapada. Sólo puedo quedarme aquí tumbada quieta, rota, destruida, inerte.