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Limpiando

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No podia ver nada en mitad de esa nube de polvo, asi que optó por bajar la espada y protejerse con el escudo la cara y el pecho,al tiempo que apoyaba su espalda contra la pared. Aguantó la respiración y esperó a que las particulas fueran sedimentandose.
Ahora el factor sorpresa ya no existía. Buscó con la vista, bajando un poco el escudo,a alguno de sus compañeros que hasta hace poco estaban a su lado, pero lo mas que pudo intuir fue parte del agujero que se había abierto en el suelo cuando Naum pisó en medio de la estancia.Después solo un tremendo ruido al caer su amigo junto con los restos del suelo hasta la sala inferior.


Ahora si que escuchaba algo. Naum estaba lamentandose, pero eran maldiciones, no quejas lastimeras .Estaba bien. Sonrió pensando en el pesado sureño, de tez endrina y anchos hombros, que una vez había derribado un muro de una casa cuando cayó sobre él tambalendose tras una impresionante borrachera.

Dirigió de nuevo la mirada hacia delante tratando de atisvar a Lim, el joven capitán que estaba al mando de la misión de limpieza que se les había encomendado.Lo vió agazapado al lado derecho del agujero, tratando de hablar con Naum.

Justo cuando iba a dirigirse hacia él dos sombras surgierón de la ya escasa nube de polvo, detrás del capitán.No tenía tiempo de avisarle, asi que reaccionó todo lo rápido que pudo.Desenvainó una de sus dos dagas y con un movimiento seco y violento del brazo la lanzó hacia la figura más cercana a Lim. La daga pasó a pocos centimetros de su cabeza, trazando veloces círculos en el aire, e impactó en el cuello del soldado enemigo.Lim se percató de la situación al notar el paso del acero sobre él, y con unos reflejos fruto de su entrenamiento militar se echó rodando sobre su espalda, pegandose a la pared al tiempo que desenvainaba su espada.

El segundo soldado al ver caer a su compañero emitió un sonoro chillido de rabia y se abalanzó sobre el capitán.Lim estudió la escena serenamente,mantuvo la posición de guardia y cuando el soldado llegó a su altura flexionó las piernas al tiempo que con un giro de cintura felino trazó un arco bajo con su espada hacia las piernas del adversario. La pierna del soldado se desprendió hacia el lado contrario del que cayó él.Sin dilación Lim se acercó al cuerpo mutilado que se contemplaba con horror el muñon ensangrentado y le hundió la punta de su estoque en la garganta. El soldado hizo ademán de sujetar la espada del capitán con las manos, pero finalmente arqueo su cuerpo y se relajó.

Lim observó el cuerpo del segundo soldado que yacía a unos dos metros de él y se volvió hacia donde estaba su compañero.Sonrió y dijo -buen lanzamiento Cylan-. Agachándose arrancó la daga del cuello y se la entregó a su compañero que se había acercado hasta él.
Cylan volvió a mirar hacia abajo y dijo: ¿estás vivo sureño?.Le subió una contestación bastante grosera. Cylan y Lim se mirarón ,sonrieron y empuñando sus espadas se dirijieron hacia la puerta.Todavía quedaban tres pisos por limpiar.

El portón había quedado abierto, con sus dos enormes hojas metalicas vueltas hacia dentro.Lim fue el primero en traspasarlo.Al otro lado emergió una inmensa estancia de forma rectangular.El capitán se encontraba en la base del mismo.En las próximidades de cada una de las esquinas unas enormes columnas circulares trepaban hasta el techo de la sala,sustentándolo.

Apenas podía discernir nada más allá de unos metros alrededor suyo. la sala estaba en penumbra.Las antorchas que deberían iluminarla habían sido apagadas, y no hacía mucho, según delataba el humo que de ellas salía.Tan solo un enorme rosetón en lo alto de una de las paredes dejaba pasar algo de luz del exterior, pero la noche sin luna que les había ayudado en su apróximación sigilosa, no les serviría de mucho ahora.

-Tres humanos a la izquierda, tras la columna del fondo,espadas y escudos.Cuatro orcos a la derecha,tras la otra columna, cimitarras,creo.Ningúno lleva yelmo-

Lim apreciaba mucho a su amigo elfo,que acababa de traspasar la puerta, y estaba haciendo balance de la situación gracias a su infravisión,pero aún apreciaba más este tipo de cualidades inhumanas que les habían sacado de más de un apuro.

-¡Vaya!-contestó el joven capitan-No sé cómo te las arreglas, pero siempre eliges el mejor lado-terminó susurrando al elfo que se había colocado a la izquierda al entrar.

-¡No seas llorón,Lim-le respondió Cylan, al tiempo que ,con una velocidad casi irreal, alzó su arco de madera de arce y colocó una saeta en su cuerda.-¡¿Qúe te parece?-continuó susurrando mientras tensaba el arco -Dos de los orcos estan en linea desde aquí...-

Como si de un instrumento musical se tratara, Cylan el elfo soltó suavemente la cuerda,que lanzó la flecha rauda hacia su objetivo. La saeta atravesó limpiamente el cuello del primer orco y se detuvo en el pecho del segundo enterrada hasta las plumas.

Antes de que ninguno de los dos cayese al suelo, Cylan colocó su última flecha en la cuerda y apuntó hacia los hombres de la izquierda.

Lim ya se estaba acostumbrando a la tenue luz, y empezaba a distinguir las siluetas del fondo de la habitación.Sabedor de la eficacia de su amigo con el arco, le advirtió.

-Cylan, necesitamos al menos uno vivo-

El elfo asintió levemente e inclinó su mano de arco un poco hacia abajo.Volvió a hacer cantar a su arco. Esta vez la saeta atravesó de lado a lado la rodilla del soldado menos guarecido, destrozando todos los ligamentos y haciendole soltar un terrible alarido de dolor.

Esta fue la señal que necesitaba el grupo emboscado, que se descubría atrapado en su propia trampa, para darse cuenta de que algo iba mal. Con un grito de rabia al unísono, salieron a la carrera hacia la posición del capitán y el elfo .

Los primeros en llegar fueron los orcos. El primero se abalanzó sobre el capitán con la terrorifica cimitarra agarrada con las dos manos sobre su cabeza, dispuesto a partirlo por la mitad de una estocada. Lim, evitó detener la estocada con su acero, y la esquivó girando sobre si mismo hacia la derecha. El Orco descargó toda la energia del terrible golpe sobre el suelo. El capitán aprovechó la inercia del giro para lanzar a su vez una estocada lateral de izquierda a derecha sobre la espalda desguarnecida del orco. El tajo seccionó por la mitad la columna del piel verde, quien emitiendo un ahogado gemido , se desplomó como un pelele.

El segundo orco, menos impetuoso, lanzó un golpe lateral al capitán, quien apenas si tuvo tiempo de interponer su espada entre la cimitarra del enemigo y su propio cuerpo. La salvaje estocada hizo volar el acero del humano hacia atrás , aterrizando a unos metros a su izquierda.

Sin más armas a mano, lim se lanzó hacia el cuerpo de su enemigo, deteniendo la siguiente estocada lateral con uno de sus costados. Afortunadamente se había acercado lo suficiente para que en su costado acertase la guarda del arma, pasando el filo por detrás de su cuerpo.Retuvo como pudo el fornido brazo del orco atrapandolo con el suyo , al tiempo que le lanzaba una patada hacia abajo a su rodilla izquierda. La articulación emitió un desagradable crujido al partirse.El orco cayó hacia su costado soltando la cimitarra.Lim la recogió y se la devolvió, hundiendola dos palmos en su pecho.

Mientras, Cylan estaba ocupado desviando las estocadas de los dos soldados que, menos impetuosos que los orcos, se mantenían a distancia prudencial del elfo, acechandole mientras lo empujaban poco a poco hacia una de las esquinas. Cylan, mas diestro con las armas de proyectiles que en el combate cuerpo a cuerpo , se iba agotando poco a poco. Ya le habían acertado dos veces, una en el antebrazo y la otra en el muslo derecho. Por ésta perdía mucha sangre, lo que , unido con el fatigoso cometido de la autodefensa, le estaba consumiendo las fuerzas.Uno de los soldados, se percató de ello, y decidió ir a por todas, abalanzandose hacia el elfo.Antes de dar el segundo paso de su carrera, se detuvo con cara de asombro y dejó caer su arma, llevandose ambas manos hacia su pecho, en medio del cual acababa de aparecer ensangrentada la punta de la espada de Lim.

El otro soldado se quedó estupefacto perdiendo la concentración un instante tan solo, pero lo suficiente para que Cylan , haciendo acopio de sus últimas fuerzas se lanzase en un a fondo y hundiese la punta de su espada en la garganta de el hombre, que cayó muerto sin emitir sonido alguno.

-Gracias Lim-dijo el elfo, y se dejó caer delicadamente sobre sus posaderas.

-En paz amigo- contestó el hombre, y acercandose a su amigo, comenzó a vendarle las heridas.

El lastimero quejido del hombre con la rodilla destrozada les devolvió a la realidad de la misión. había llegado el turno de las preguntas.