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La Mansión

en Sadomaso

Después de mi ingreso en el club se me ofreció una invitación para asistir una semana a unas veladas sado que se celebrarían en una mansión a las afueras de Madrid.

Hice mis maletas una con ropa y la otra con los utensilios personales de castigo que me pertenecen.

Subi en el taxi que me llevaría a la finca a las cuatro de la tarde, en el recorrido estaba bastante nerviosa cuanto mas nos acercábamos mas excitada me sentía y más rápido latía mi corazón... Llegamos a las siete de la tarde, ya oscureciendo. Aprecié al salir del taxi el grosor de la nieve bajo mis tacones, una mujer esperaba en el portal se apresuró a cargar con mis maletas y a pedirme que la acompañase.

Llegamos a la entrada de la casa y un hombre abrió la puerta saludándome afectuosamente me comunicó que siguiese a la criada que ella me enseñaría mi cuarto y que ella me daría las instrucciones a seguir.

El cuarto era bellísimo, con una decoración barroca y baño estilo antiguo me quedé sorprendida y realmente maravillada. La criada abrió mis maletas y acomodó mi ropa en el armario y mis instrumentos encima del tocador. Me dijo que me duchase y me colocase la bata que encontraría en el lavabo, y que bajase al salón sólo con la bata puesta.

Me di un reconfortante baño con sales perfumadas, recogí mi cabello y me puse la bata y los zapatos de tacón. Los nervios aumentaban con cada escalón que bajaba.

Al llegar al salón me encontré con tres caballeros que bebían y fumaban cerca de una chimenea encendida. Bajé la vista en cuanto se me acercó el que me recibió a la puerta y me presentó a los otros mientras me sacaba la bata y me quedaba desnuda y ligeramente turbada... Me empujó para que me arrodillase y sujetando mi cabello me hizo caminar de rodillas hasta que llegue a la altura del otro señor de avanzada edad que sobando mis tetas y mi entrepierna decidió abofetear mis pechos duramente y cuando estes se encontraron lo suficientemente rojos me colocó a cuatro patas mirando hacia la chimenea. Estuve asi un buen rato mientras ellos bebían, charlaban y se reían cuando uno de ellos me agarró por el brazo y me levantó para proceder a atarme las manos en la espalda... Le acompañé así hacia una galería de cristal que daba al patio exterior donde la noche no dejaba ver el blanco manto que cubría los prados.

En la galería había varias sillas acolchadas, un potro de madera y una cámara de video encendida.

Me colocaron en el potro abriendome bien las piernas y sujetándomelas en una vara mi interior quedaba totalmente expuesto a lo que se les antojase. Un foco de luz iluminaba bien mis partes para ser filmadas.

La postura era bastante incomoda pero pronto la olvidé cuando empezé a sentir la fuerza de la fusta descargándose en mi trasero.... Después de veinte azotes mi coñito chorreaba... Un hombre se acercó y fue introduciendo sus dedos hasta empujar y tener toda su mano en mi interior con lo que no pude resistir mas y me corrí gritando....

Al sacar su mano senti como se colocaba para follarme por detrás me dolió muchísimo pero a el le encantaba.... Se corrió en mi interior.... Me ardía mucho pero parece ser que no lo suficiente porque decidió colocarme una guindilla en el ano con lo que el ardor resultó insoportable.

No se cuanto tiempo estuve así... sentí que se abría una puerta de la galería dejando entrar un soplo de aire frío... Pude alcanzar a ver como se acercaba hacia mi con una bola de nieve en la mano antes de sentirla entrar en mi ano y mi vagina refrescando el ardor y congelando mi castigado interior... FIN.