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Una jefa muy motivadora

en Hetero: General

Este relato, a diferencia de los anteriores que he enviado, es parcialmente ficticio y parcialmente real. La protagonista esta inspirada en Andrea, el personaje de mis relatos anteriores de la serie Veterana Ingenua. He adjuntado un par de fotos que se aproximan bastante a ella, aunque créanme que era mucho más hermosa la Andrea real. Espero que puedan acompañar al relato para aumentar el vuelo imaginativo de los lectores.

De todas maneras, si es ficticio o real, no creo que sea demasiado importante para los lectores que esperan leer un buen relato.

 

"Downsizing" es el término de moda que utilizan las organizaciones para reducir la nómina del personal. En esta situación nos encontrábamos en la empresa donde trabajaba. Nuestra división había sido eliminada del organigrama y milagrosamente había sobrevivido como secretario de una profesional, recientemente contratada y sin mucha experiencia. No me sorprendió el nuevo puesto de "secretario" de una mujer más joven que yo. Mi experiencia me decía que tan pronto la pusiera al tanto de la modalidad administrativa de la empresa, me iban a pegar una patada en el traste como al resto de mis compañeros.

Como se imaginan, mi predisposición para conocer a esta "nueva joven profesional" no era de la mejor.

Llegó el día de las presentaciones y a pesar de todo no pude evitar que Ana Gomez me cayera simpática y agradable. No lo puedo evitar... unas buenas tetas siempre me sacan una sonrisa. Sonrisa va, sonrisa viene, miradas de reojo, algún chiste y ya está... la química y el sistema hormonal hacen el resto.

Había comenzado el juego. Ella trataría de sacarme toda la información posible y yo trataría de retacearla lo máximo posible hasta encontrar un nuevo trabajo. Los dos lo sabíamos, los dos guardábamos las formas y lo bueno era que nos llevábamos bien y había una cierta atracción mutua. Yo tendría unos 7 años más que ella, pero me conservaba en buena forma y también debo confesar que tengo mi atractivo con el sexo opuesto.

Ella tenía su oficina privada y pasábamos largas horas revisando las distintas cuentas de clientes. Un día, examinando la cuenta más compleja, dejamos el escritorio para instalarnos en una pequeña mesa con sillones para desplegar mejor la documentación. Ahora sí podía ver sus piernas enfundadas en sus sexys medias negras y zapatos de taco alto. El tajo de su pollera generosamente permitía apreciarlas mejor. Ella estaba hablando de figuras, estadísticas y demás tonterías mientras yo me quedé absorto contemplando toda la largura de sus piernas. De repente se hizo silencio y levanté la vista desde sus tobillos, pasando por su entrepierna y caderas hasta llegar a su rostro que me esperaba con una sonrisa. Ella a su vez se encontró también con mi sonrisa debido a mi visión de rayos X que trataba de imaginársela desnudita.

Va a ser una jornada larga... mejor pongámonos cómodos – dijo

Se levantó y se dirigió al perchero, sacándose su saco cruzado que formaba su "uniforme de ejecutiva emprendedora". Al estar cerca de la ventana, la luz del sol me permitió ver a trasluz de su blusa sus perfectos senos parados.

Son más grandes de lo que imaginé – pensé para mis adentros.

Sus tacos altos y su paso enérgico hacían que tuviera un cierto rebote al caminar y hacía que sus tetas se movieran libremente hacia arriba y abajo. Era evidente que no llevaba soutien y al sentarse nuevamente en el sillón sus tetas rompieron como una ola estrellándose sobre la tela presionada de su blusa. Su aspecto cambió y su mirada detrás de sus grandes anteojos ya no era tan severa.

Nuevamente me pescó con la mirada absorta sobre sus senos y dijo:

Hoy lo noto un poco distraído señor Funes.

Bueno... si, puede ser... – dije balbuceando al ser atrapado in fraganti

...Usted sabe, señorita Gomez que mi situación en la empresa no esta completamente definida...

Llámeme Ana... y no se preocupe tanto... déjeme ver que puedo hacer - dijo inclinándose hacia delante dejando apreciar los botones de sus pezones erizados a través de la blusa.

Algo la había excitado. Tal vez era la forma en que yo la miraba y la verdad era que no le podía sacar la mirada sobre sus tetas. Decidí devolverle la gentileza y mostrarle también mi excitación, levantándome para colgar el saco y exhibiendo el bulto prominente de mi entrepierna. Ahora era ella la que no podía quitar la vista.

Al día siguiente continuamos trabajando en la misma cuenta y desde el inicio nos pusimos cómodos los dos. El sol de la mañana que entraba por la ventana dejaba translucir mejor aún sus hermosos senos, pero esta vez también su pollera dejaba adivinar sus largas y torneadas piernas. Hasta sus portaligas negros se insinuaban bajo la tela.

Resultó que faltaba completar uno de los tantos formularios, así que busqué uno en el estante donde se archivaban. El lugar estaba vacío.

Parece que se acabaron – dije

¿Está seguro? Déjeme ver a mí.

Se inclinó sobre la estantería y me permitió echar una mirada por su cuerpo mientras me daba la espalda. Su pequeña cintura, su hermoso culo redondo, sus largas piernas y su estrecha espalda que se insertaba en la cadera eran un regalo para la vista. De su delicada nuca se desprendía un perfume embriagador que me hacía acercarme más y más a su cuerpo.

Creó que allá en el fondo quedó uno – dije muy cerca de su oreja y rozando mi pecho contra su espalada.

¿Dónde... en el fondo? Yo no veo nada – dijo ella inclinándose más y empujando su culo contra mi entrepierna

Si se coloca aquí va a poder encontrarlo – le dije mientras tomaba sus caderas y las movía restregando sus nalgas contra el ya prominente bulto que trataba de salir de mi pantalón.

Si... creo que hay algo allá al final... piensa que llegaremos hasta el fondo? – dijo restregando su culo pero esta vez de arriba hacia abajo.

Probemos... déjeme intentarlo... – dije mientras me desabrochaba la bragueta

Uyyy si, cuántos hay allá en el fondo... y yo que pensaba que no íbamos a poder hacer nada – dijo ella, sintiendo la verga en contacto con su culo.

Desabroche su pollera y ésta cayó a sus pies, metí la pija entre sus piernas y comenzamos un suave bamboleo, mientras acariciaba suavemente la picha por el otro lado. Yo pellizcaba uno de sus pezones duros y con la otra mano le estrujaba el otro seno mientras besaba su cuello.

Ella restregaba y apretaba mi pija con sus dos piernas y comenzaba a sentir la humedad que bajaba de su coño.

Que formulario tan grande... es de los que me gustan – dijo con cierta lascivia y restregando la pija por la raya de su culo.

Bueno, manos a la obra. Empecemos por el final, así vamos ganando tiempo – le dije mientras le abría las cachas para metérsela por atrás.

Esperá... déjame familiarizarme con el formulario- dijo dándose la vuelta y agachándose al mismo tiempo.

A estas alturas, Ana se había tomado cierta confianza que no le había concedido, pero que podía hacer... era la jefa!

...y qué tal el formulario? – dije

Qué formulario ni que ocho cuartos! Qué pija enorme! Dicen que el tamaño no importa... pero a mí gusta – dijo y sin decir más se metió la cabeza en la boca y empezó a succionar con avidez.

Humm, mmmm, chup, chup, chup... que rica pija tiene señor Funes – decía mientras le daba lengüetazos.

Se tomó una pausa para terminar de sacarse la blusa, se ubicó la pija entre las tetas y cerró sus brazos para apretar más la picha entre sus senos. Yo miraba desde arriba como restregaba sus tetas y chupaba la pija. Ella me miraba desde mi entrepierna y demostraba su gratitud con mirada de puta satisfecha.

Les puedo asegurar que no hay sensación igual en el mundo a que tu jefa te chupe la pija! Nada se le parece, es más, tan omnipotente me sentía que la agarré por los pelos de la nuca y le dije:

Chupa puta, chupame la pija... me vas a destapar la cañería...

Humm, si papito, chup, chup, te la chupa toda... chup, me gusta la pija... – decía con la boca llena

Ahhh, qué buena mamona... sos una verdadera profesional ¿esto te enseñan en la universidad?

Chup, chup... cómo te pensás que hice carrera, hmm?

Uyyy nena, cómo le das a la verga... si querés que te la meta decilo ahora porque estoy en el punto de no retorno...

Ay, si papito acabá, acabá... ya me vas a coger por donde quieras, pero ahora quiero probar tu semen...

Comenzó a chupar la pija como si de veras estuviera tapada, tres o cuatro chupadas fuertes y a fondo y luego un par de vueltas con la lengua por la cabeza. Así una y otra vez hasta que sentí una corriente eléctrica por la espina dorsal y un placer inmenso en todo el cuerpo que hizo que todo se desvanezca. Rompí una de mis reglas que es la de no acabar parado porque me deja agotado, pero valió la pena sin lugar a dudas.

La muy puta seguía chupando después de haber acabado y sentía en la sensibilizada cabeza de la pija una mezcla de ardor y placer que me doblaba en dos.

Para che... no doy más – le dije

Humm, todavía tenés lechita caliente mi amor...

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Tocan a la puerta. La voz del gerente que pregunta:

Puedo pasar?

Levanto a Andrea por los brazos y la empujo atrás de la estantería de formularios donde estaba su pollera y hago lo mismo con su blusa. Corriendo con la pija colgando y chorreando gotas de semen me dirijo hacia la puerta y tratando de cerrarme la bragueta, me llevo por delante cuanto mobiliario se encontraba en el camino.

Adelante, adelante – le dije al gerente abriéndole la puerta y rogando para que Ana terminase de vestirse a tiempo.

La señorita Gomez se encuentra?

Acá estoy – dijo Ana completamente vestida y con una sonrisa angelical, saliendo detrás del anaquel.

Con horror observaba como Ana se acercaba con la mano extendida hacia el gerente para saludarlo... con un resto de semen en la comisura de sus labios.

Si me permiten me voy a retirar para almorzar. La señorita Gomez tiene un apetito voraz y se ha comido el yogur que traje de refrigerio – dije mientras hacía señas a Ana de lo que colgaba de su boca, sin que el gerente me vea.

Yogur? -dijo Ana mientras se tocaba con la mano donde le indicaba.

 

Ah, si! El yogur! Gracias señor Funes, ha sido muy amable en compartirlo conmigo. Ha estado exquisito! – dijo ella tratando de salvar la situación y limpiándose el resto de semen como si fuera un resto de comida.

Hasta luego señor Funes – dijo el gerente mientras me alejaba a toda prisa de la oficina.

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Señor Gerente quisiera hablarle respecto del señor Funes. Su experiencia y habilidades me han impresionado gratamente y quisiera retenerlo conmigo. Tiene un par de ideas maravillosas que harían a esta gerencia el sector más dinámico de la empresa. - dijo Ana

Ideas como la del yogur? – inquirió el gerente.

Exactamente – respondió ella

Mira... no tengo mucho tiempo ahora, hazme una mamada rápida y veré que puedo hacer...