EN EL CHAT

La verdad es que lo que voy a contaros me parece un poco ridículo. Nunca pensé que podría llegar a sentir lo que sentí ayer en el chat.

Me metí por curiosidad en la sala de "solo lesbianas". No soy lesbiana, pero me apetecía probar algo nuevo. Al momento se me abrieron cuatro o cinco privados de chicas (o más bien debería decir de chicos haciéndose pasar por chicas).

Ninguno me llamó la atención, así que los cerré todos. Miré la lista de usuarios del chat y el único nick que me gustó fue "solitaria". Le puse un privado explicándole que no era lesbiana, pero que me gustaría conversar con ella. Me contó que se llamaba Elena, que era chilena, que tenía 30 años, y que se encontraba muy sola, y que por eso había entrado al chat.

Le pregunté si era homosexual, y me dijo que sí, pero que no me asustara, que no pretendía nada sexual conmigo. Noté que estaba muy triste, así que le dije que si podía hacer algo por ella. Ella me invitó a charlar por el Messenger, y yo acepté. Charlamos sobre un montón de cosas durante más de media hora. No salió el tema sexual en ningún momento.

Me pidió que le enviara un beso amistoso por el micro. Así lo hice. Ella me preguntó que si se lo daba en la boca. Dije que sí porque pensé que si podía hacerla sentir mejor, por qué no iba a hacerlo.

Del otro lado de la conexión no se oía nada. Pregunté si Elena estaba allí. Me respondió con una voz enronquecida y jadeando. Me imaginé lo que estaba haciendo, y sentí un poco de miedo.

Pero no corté la conversación de voz, y Elena siguió jadeando ahora un poquito más fuerte. Lo cierto es que me empecé a excitar. No entiendo por qué, porque no soy lesbiana, pero empecé a sentir una complicidad con Elena, con la que estaba unida por el placer que ambas queríamos sentir. Yo deseaba otro tipo de compañía y otro tipo de placer, pero la idea de compartir una buena masturbación con alguien me llenaba de morbo.

Elena se atrevió a preguntarme cómo era, qué ropa llevaba, qué ropa vestía, y las cosas típicas que se preguntan en estos casos.

La verdad es que mentí: estaba en pijama, despeinada y no soy lo que se dice una venus, pero lo que quería era que Elena disfrutara. Yo entré en una página de sexo hetero explícito para calentarme y empecé a tocarme. El resto ya os lo podéis imaginar.

A veces Elena me llama por teléfono cuando está en la bañera para que le haga compañía en su placer, y la verdad es que me gusta oírla pasarlo bien.