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Bosque encantado

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María es una chica como cualquiera, entre sus grandes atributos está el ser muy comunicativa, alegre, extrovertida y además le gusta estar siempre abrazada con sus amigos.

Sus idas y venidas hacían suponer que pronto iba a caer en un juego mucho más profundo. Un fin de semana en el colegio planificamos paseos para todos los cursos. Y ella era una de las primeras en anotarse para participar en cada una de las actividades que íbamos a desarrollar. Entre esas actividades estaba la piscina y juegos dentro de ella. Ya sabíamos que otro de sus atributos eran sus grandes y torneadas tetas, pero lo que no sabíamos era su gran y desarrollado culo y piernas espectaculares. Muchos de nosotros, sus compañeros de clases ya habíamos tenido más de una alucinación y demás está decir más de una masturbada pensando en sus tetas. Pero ese día se reveló a nosotros uno de los mejores atributos que tenía. Acá paso a relatarles:

Luego del almuerzo muchos de nuestros compañeros de curso se quedaron en el camping descansando o tomando una siesta, mientras otros salíamos a pasear por el bosque que rodeaba el edificio.

Íbamos 5 personas, 3 chicas y dos varones, nuestro paseo no llevaba otra intención que pasarla bien en los parajes por donde íbamos pasando y observar la flora y fauna de ese pequeño pero espeso bosque. En uno de esos momentos cuando ya habíamos andado alrededor de una hora, nos sentamos a descansar y charlar en un prado en medio de él; allí en medio de esa soledad y con la mirada curiosa de los animales y bajo el arrullo de los árboles comenzamos a hablar de nuestros mejores encuentros sexuales, ninguno de nosotros estábamos de novios, solo éramos compañeros de clase. Pero poco a poco comenzamos a contarnos las cosas que habíamos hecho y sentido en encuentros fuera de toda lógica.

Andrea era una vieja amiga, vecina de nuestra casa por más de 10 años, ella comenzó a contarnos sus primeras experiencias:

Mi primera experiencia fue con mi madre a los 11 años: ella lucía siempre alegre y se preparaba por las noches para estar con mi papá. nunca me percataba de lo que hacían hasta que un día comencé a oír más de la cuenta y entre las cosas que decían era:

métemelo todo, esto lo decía mi madre mientras en su voz cara había una dejo de dolor y placer juntos, mientras mi padre chillaba cuando hacía sus vaivenes dentro de la raja de mi madre.

En una de esas noches que a partir de ese momento me gustó oír y espiarlos comencé a abrir la puerta de la alcoba de mis padres para saber qué era lo que hacían, mi madre me vio por el espejo y con un guiño rápido me invitó a salir, al rato entra a mi habitación y me pregunta:

- ¿te gusta lo que viste?

A lo cual le respondí que no sabía que estaban haciendo.

Ella me contestó: estábamos haciendo el amor y yo te voy a enseñar cómo se debe hacer

Poco a poco se fue acercando hacía mi y con una mano acariciaba mi rodilla y con la otra me masajeaba la cara mientras iba acercando poco a poco sus labios a mi boca.

Yo solo estaba atónita ante lo que me estaba ocurriendo, mis pensamientos me decían que no, pero mi cuerpo se calentaba hasta casi estallar mi cabeza de excitación. Mi madre ya había alcanzado con su mano derecha mi entrepierna y con mucha agilidad metía uno de sus dedos dentro de mi pantaleta buscando mi chochito. Esto era lo máximo ella se daba cuenta de que mi vagina estaba completamente lubricada mientras con su lengua hurgaba lo más profundo de mi boca; con sus dedos me enloquecía de placer.

En ese momento de angustia y de dolor ya me había desprendido mis vestidos y mi cuerpo pequeño salía a relucir frente a mi mamá, mientras quitaba mi sostén mis pequeños senos salían a respirar mientras mi madre se engolosinaba con ellos yo estaba lista a estallar en gritos que no sabía a qué se debían.

Ya cuando supo que me venía comenzó a chupar mi clítoris con mucho ahínco y a bajar hasta mi vagina con sus labios y su lengua, mientras con un dedo violaba mi culo, ese fue el comienzo de mi sexualidad y desde allí comenzó a gustarme todo lo que se puede hacer.

Nosotros estábamos anonadados pero con una mirada lasciva asentíamos al relato de nuestra compañera y con las manos comenzábamos a ocultarnos nuestros penes erguidos de las miradas de María, Andrea y Susana.

Luis era el otro compañero que estaba con nosotros, era un muchacho apuesto y de buen talle, lo veíamos muy reservado y a veces se retiraba del resto del grupo de amigos, pero esta vez nos acompañó a pasear por no querer quedarse durmiendo o jugando algo en el camping. Acá va su relato:

Mi hermano José tiene una novia espectacular, por las noches cuando se que cuadran un encuentro, porque saben que nuestros padres van a salir, yo trato de no dormirme viendo televisión en mi cuarto con las luces apagadas y a bajo volumen, eso con la idea de saber que hacen.

Una de esas noches los dos estaban muy tomados, generalmente mi hermano se emborracha rápidamente, habían hecho una mezcla de varios licores y se habían desatado sexualmente, en la sala de estar habían instalado el DVD y alquilado unas películas pornos, yo los espiaba por la puerta entreabierta de mi habitación, mientras la veían iban tomando licor y poco a poco se iban calentando los ánimos, mi hermano acariciaba las tetas de su novia, mientras ella le sacaba el pene para comenzar a masturbarlo, ese espectáculo me puso cachondo e hizo que me comenzara a acariciar mi pene, yo ya lo tenía afuera y comenzaba a mover rítmicamente mi mano por el pene, mi hermano ya había sacado la franela y sostenes a su novia cuando hizo esto aquellas enormes tetas saltaron y llenaron toda la cara de él.

En un abrir y cerrar de ojos yo estaba a punto de estallar salí del cuarto apuntando mi pene a la boca de mi cuñada, mi hermano estaba en el suelo de la sala y mi cuñada cabalgaba loca encima de él, cuando ella vio esto se quedó petrificada pero con una seña me indicó que me acercara, mi hermano estaba tan borracho que no se daba cuenta de lo que pasaba, creo que estaba medio dormido y mi cuñada hacía esfuerzos frenéticos por mantenerle el huevo parado.

Tomó mi pene con sus manos y lo acercó a su boca, poco a poco se fue adueñando de éste, mientras cabalgaba ya más lentamente sobre mi hermano. Yo era un muchacho de 14 años con toda la potencia comencé a hacer movimientos hacia delante y hacia atrás en la boca de ella, mientras trataba de acariciar sus grandes tetas. Cuando sintió que iba a eyacular se sacó el miembro de la boca y me indicó que me sentara en el sillón.

Yo solo obedecía sus órdenes, mientras ella se acercaba a mí no decía una palabra, pero cuando comenzó a meterse mi pene en su raja gritaba de placer y me decía: -Luis que bueno tienes ese bichito es grande y hermoso, yo solo asentía con un gesto, porque todavía pensaba que era un sueño lo que estaba viviendo y no que me estaba cogiendo a la novia de mi hermano de hecho a su prometida y lo estaba haciendo frente a él, eso era lo más loco que me había sucedido. Cuando por fin comencé casi a chillar porque estallaba, ella se separó y con su boca comenzó a mamar mientras con su mano hacía movimientos masturbatorios y le llenaba su cara con un estallido de leche que la muy glotona no dejó escapar ni una sola gota. Mi hermano ni cuenta se dio de lo que hicimos y a partir de allí y luego de casarse nos encontramos en más de una ocasión y nadie se ha enterado hasta el momento de esto.

Susana solo se había masturbado con una amiga pero no quería entrar en detalles porque dijo que la había marcado en su vida sexual y pensaba que ya era lesbiana y no podría tener sexo con un hombre, así que la dejamos tranquila y comencé a contar una historia:

Yo solía pasear con mi bicicleta por la campiña todos los fines de semana, mis amigos ya sabían que me gustaba ir solo, y más cuando cumplí los 16; pensaba que podía tomar el mundo en mis manos y no creía en nadie.

En uno de esos paseos me topé con una mujer de talle esbelto, con unos ojos verdes claros y con un bello cuerpo, de unos 23 años. Ella se había detenido a arreglar un caucho que se le había pinchado a su bici y yo no podía solo pasar por ahí y no ofrecerle mi ayuda, me acerqué y le pregunté:

- ¿Necesitas ayuda?

A lo cual ella respondió con una inclinación de la cabeza

Yo tenía todo un equipo de piezas de repuesto en mi bici, pues ya me habían pasado varios accidentes de este tipo. Saqué mis herramientas y estuve un rato trabajando hasta que terminé de arreglarlo. Alejandra era su nombre y era nueva en la ciudad, y de hecho vivía muy cerca de mi sitio.

 

Al terminar me preguntó hacía donde iba y le respondí hacia el pozo de la cascada como lo hago casi siempre, me preguntó si podía acompañarme y le contesté tímidamente que sí, después de andar por más de 45 minutos llegamos extenuados a la cascada, yo solía bañarme en ella y nada me lo iba a impedir. Tenía mi toalla, mi traje de baño e inclusive ropa interior de repuesto.

Ella solo se quedó en la orilla mientras lanzaba guijarros para verlos hundirse en el agua, a veces dirigía la mirada hacia donde yo estaba como diciendo que tenía ganas de meterse pero le daba pena hacerlo, yo me di cuenta de su situación y comencé a llamarla para que se metiera que yo le prestaba mi toalla para que se secara, entonces ella comenzó a quitarse su ropa.

Primero fue la camisa que llevaba sin sostén, éstos saltaron desafiando la gravedad, luego fue el pequeño pantaloncillo que usaba para montar en bici y luego sus pantaletas, cuando vi ese espectáculo de cuerpo mi pene se enderezó sin compasión y me lastimaba, ella al meterse en el agua sintió el frío de esta y se acercó hacia mi para jugar, yo no sabía que hacer hasta que comencé a lanzarle agua en la cara y a reírme como loco, poco a poco nos fuimos acercando y ya estábamos enlazados en un beso profundo y en unas caricias bien ricas su cuerpo se estremecía de placer y de frío y yo acariciaba sus tetas con mi boca y hundía mis manos en su culo.-

Nos salimos a la orilla de la cascada y nos divertíamos con nuestros cuerpos, ella bajaba besando mi cuerpo hacia mi pene. Chupaba de lo lindo y yo trataba de mirar su culito levantado para saber como era todo su cuerpo, al terminar de mamar se sentó sobre mí y comenzó a meterlo lentamente mientras yo masajeaba sus tetas y pellizcaba sus pezones. Luego de un buen rato acabamos con un orgasmo que levantó a todos los animales de los alrededores mientras nos besábamos furiosamente. Allí nos despedimos y solo dos veces más nos vimos de ese cuento hasta ahora han pasado 3 meses.

María había estado callada durante todos los relatos, mientras todos estábamos oyendo los relatos de cada uno de nosotros ella se estaba tocando bajo su chaqueta su clítoris, nosotros no nos habíamos dado cuenta pero al terminar de contar mi historia el gemido que lanzó nos despabiló a todos y nos percatamos de su situación, ya todos estábamos bien cachondos, Andrea se acercó a María y comenzó a besarle la boca mientras Luis la tomaba por las tetas, Susana un poco más alejada comenzaba a tener estertores de excitación y se tocaba bajo su suéter los senos, yo estaba viendo a Susana mientras le bajaba el mono deportivo a María para mamarle su chochito que tanto había soñado en tener, mientras esto pasaba Susana se acercó a mí y bajó la cremallera de mis pantalones, sacó mi pene y en un abrir y cerrar de ojos me esteba dando la mejor mamada que puedo recordar, mientras que con su mano libre acariciaba su clítoris.

Andrea y Luis ya estaban teniendo sexo mientras María estaba por la parte de atrás de Susana bebiendo los jugos mientras ella terminaba de vaciar mi verga de su leche. Cuando terminé de eyacular María y Susana chupaban mi semen con cierta gula, mientras se estampaban sendos besos llenos de pasión, yo contemplaba a Andrea que tenía un hermoso culo y estaba montada sobre Luis, me acerqué y la coloqué de tal forma que la pudiera penetrar por el culo, con una mano tomaba los jugos que podía sacar de las arremetidas de Luis y unida a la saliva que le echaba por el culo este poco a poco se lubricaba y yo metía primero un dedo, luego dos y por último en un envión lancé mi verga por el orificio. Andrea tuvo un leve gemido de dolor pero se adaptó rápidamente a las embestidas, pronto sentí el chorro de semen que se venía y Susana junto con María metían sus dedos en los culos de Luis y míos respectivamente eso nos ponía a millón.

Cuando terminamos con Andrea, Luis se cogió a Susana con toda dedicación, sabíamos a partir de ese momento que ella sería otra mujer con otra mirada hacia el sexo, al caer un poco la tarde y después de tener sexo con todas mis nuevas amantes regresamos al camping y nos "adaptamos" de nuevo a nuestro paseo de fin de semana.

Matriusko