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Acabaste ya?

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¿Acabaste ya?

Capítulo 1:

¡Hola! Supongo que es en estas líneas donde debo presentarme, y así lo haré: mis amigos me llaman ViCiUs. Listo, a otra cosa mariposa.

Esta es la historia de una mujer llamada Bianca. Paso a describirla: Bella (como cualquier mujer), graciosa (como cualquier mujer), e inteligente (como pocas). Es directora ejecutiva de una empresa grande, de esas multinacionales, no viene al caso cual.

Como toda persona en un alto cargo, tiene plata; y lujos; y poder; y ... bueno, ya saben todo lo que sigue. Pero estas cosas son pequeñeces al lado de lo que me lleva a escribir estas líneas: un secreto, algo raro, rarísimo que ella tiene y no puede evitar.

Es que Bianca alcanza unos orgasmos impresionante cuando escucha el verbo "acabar" en cualquiera de sus conjugaciones.

Sí, es así. Yo también quedé sorprendido al oírlo, pero es verdad. Y lo sé por boca de su mejor amigo: Pablo.

Paso a decribirlo: Es la clásica laucha trepadora, oportunista, sádico, molesto, busca roña, y todo lo que se les ocurra también. Un típico hijo de puta, perdonando la expresión.

¿Cómo se hizo amigo de Bianca? No lo sé. No soy Dios. Lo que sí sé con seguridad es que son muy unidos, tanto que Bianca cometió el error de confiarle el secreto de su... ¿padecimiento?.

Pero creo que me he desviado bastante. El punto es que Pablo se enteró y me lo contó a mí, violándo así su juramento de no abrir la boca (¡No tiene honor el bastardo!). Yo no juré nada, así que ahí va, para ustedes, el principio de todo:

Un sábado a la noche, Bianca había organizado una reunión de amigos en su exageradamente gran casa. Allí también estaba Pablo, empecinado con acostarse con una chica, cuando alguien sugirió, al empezar a morir la noche, juntarse en el living a charlar.

Charla va, charla viene. Trago va, trago viene y Bianca que empezaba a soltarse.

En eso, y como quién no quiere la cosa, se acercó Pablo con dos tragos en la mano.

-Tomá negra. - Le dijo. - Para que no se te acabe el escavio.

Y allí comenzó todo. Un temblor empezó en la pelvis de Bianca y se extendió como un terremoto por todo su cuerpo, haciéndo que las piernas se le aflojen y que caiga abrazada sobre Pablo.

-¡EEEEPAAAA! ¿Que pasó? - Dijo Pablo sonriéndo.

- No, nada. - Mintió Bianca, sonriéndo y transpirándo. - ¿Nos sentamos?

- Dale, mejor. Sino tanto caminar y joder me va a acabar haciendo pelota.

Otro orgasmo. Quizás más fuerte que el anterior. ¡Qué vergüenza! ¿Cómo se explicaba lo que le pasaba?

- ¿Y nena? ¿Cómo andás? - Preguntó Pablo sin saber que decir en realidad.

- Bien, - suspiró Bianca con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿Acabaste la porquería que estabas haciendo? - Le preguntó Pablo refiriéndose a una pintura que ella estaba haciéndo.

-¡¡¡¡SIIIIIIII!!!! -Le respondió Bianca en medio de otro brutal orgasmo.

- ¿Y cómo quedó?

- ¿Qué cosa?

- La pintura, boluda. ¿Cómo quedó?

- ¡Ah, la pintura! - Dijo Bianca volviéndo en sí. - No, la pintura no la terminé.

- ¿Qué te anda pasando, negrita? Estás en otro mundo. Es como si recién acabaras de llegar de Júpiter.

- ¡¡¡AY, NOOOO!!! - Otro orgasmo, el cuarto en quince minutos.

- ¡¿Qué pasó?! ¡¿Qué hice?! - Preguntó Pablo preocupado.

- Nada, negro. No hiciste nada. - Le respondió Bianca suspirándo y transpirándo.

- ¿Y para qué gritas, mujer? ¡Terrible cagazo acabas de hacerme pegar.

Indescriptible. Bianca estaba el el cielo, con los ojos en blanco y la lengua paseándo descontrolada por el labio superior. La respiración salía entrecortada mientras sus manos juguetonas le acariciaban las piernas con fuerza.

- Nena, me parece que te fuiste de mambo con el alcohol. - Le dijo Pablo divertido.

- No, no es eso.

- ¿Entonces?

- No sé.

- ¿No te estarás volviéndo loca vos?

- No creo.

- ¿Entonces?

- No sé que me pasa. - Le dijo Bianca. - Pero te aseguro algo: no es nada malo.

- Entonces, está bien. Aunque si fuese algo malo, acabarías por contarme igual.

-¡¡NOOOO!!! VENÍAMOS BÁÁÁÁRBAROOOO!!!!.......... AAAAYYYYY DIOOOOSSSS. -Gritó Bianca en el más fuerte de los orgasmos hasta ahora.

- ¡Bueno negra!!! Ya entendí. Si no me querés contar, ¡Al carajo! No me decís y listo. Ya fue. No hay porqué gritar.

- No, no es eso. - Le dijo Bianca sin fuerza. - Algo raro me pasa.

-¿Qué? - Preguntó Pablo preocupado.

- No te puedo decir ahora, con toda la gente. Cuando se vayan todos, te cuento.

- Listo. Quedamos así. Cuando se acabe la joda, me tenés que contar.

-¡¡¡¡OOOTRA VEEEZZ!!!! ¡¡¡BASTAAA!!!

Pablo la miró desconcertado.

- Loca de mierda. - Le dijo y se fue a buscar algo para tomar.

Era increíble. Siete orgasmos en media hora de conversación. Eran más que todos los que había tenido en dos meses, ¡Y en treinta miserables minutos de charla con un amigo! Impresionante. Realmente impresionante.

La reunión siguió su curso y Bianca tuvo cuatro orgasmos más, pero ésta vez producidos por sus amigas. Para las cuatro de la mañana, ya todos habían partido, todos menos Pablo.

- Bueno nena, ahora me tenés que decir que pasa.

- No estoy segura. - Comenzó a decir Bianca. - Es algo muy raro.

- Contáme. Ya sabes que a mí todo lo raro me encanta.

- Es que me da vergüenza...

-¡Mejor! - Dijo Pablo entusiasmado.

- Creo que tengo orgasmos cuando alguien dice... - La voz de Bianca se detuvo.

-¿Qué cosa?

- No puedo decirte.

- ¿Por?

- Y boludo, que te acabo de... ¡¡¡AAAYYY DIOOOOOSSSS!!! ¡¡¡SÍÍÍÍÍÍÍ!!! - El décimo segundo...

- ¡¡CHAAAUUUU!! Parece que hubieras acabado, negra.

-¡¡NOOOO!!! No......seas.......hijo......de........putaaaaaaa..... - La voz de Bianca se apagó en medio de otro descomunal orgasmo.

- A ver si entiéndo: vos... eeehhh... te corrés cuando alguien dice...

- ¡NO LO DIGAS! - Le gritó Bianca tapándole la boca.

- ¡Sacá la mano! Entonces es verdad, y por eso estabas tan rara hoy.

- Sí. - Le respondió una Bianca sin fuerzas, pero alegre.

Pablo sonrió.

-¿De qué te reís? - Le preguntó Bianca preocupada, porque conocía esa sonrisa macabra.

- De nada en especial... es que ACABO de tener una idea...

-¡¡¡¡QUE HIJO DE PUTAAAA!!!

- ... y esa idea me ACABA de iluminar...

- ¡¡¡¡NOOOOOO!!!!

-¿Es de verdad entonces?- Preguntó Pablo.

- ¡SI FORRAZO, ES DE VERDAD!

Pablo se levantó entonces y se aclaró la garganta. Bianca lo miró suplicante, pero era muy tarde, había empezado la tortura.

- ACABO de darme cuenta de lo que me ACABAS de decir. Y entonces pienso: Si mi amiga ACABA cuando alguien le dice ACABA o ACABAR eso puede ACABAR con sus fuerzas. Y yo no pienso dejar que alguien ACABE con mi amiga.

Bianca a todo esto, estaba tirada en el sillón con las piernas abiertas de par en par, las manos en sus tetas transpiradas, la lengua afuera pidiéndo aire y los ojos llenos de odio hacia Pablo. Este la miró, sonrió nuevamente y se preparó para el ataque final.

- ACABA.

- ¡BASTAAAA!

- ACABA

-¡¡¡¡¡BASTAAA, POR DIOS BENDITOOOOO!!!!!

- ¡ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA ACABA!

- ¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!

-¡¡¡¡AAAAAAAACAAAAAAABAAAAAAAAA!!!! - Gritó Pablo cantando como un tenor.

Bianca se levantó como pudo en medio de ese terrible orgasmo y lo agarró del cuello con fuerza.

- ¡PARA DE JODER O TE MATO!

Lo estaba asfixiándo de verdad, pero a Pablo no le importaba, ahora sabía como librarse.

- Si.......lo........que.......querés.......es.......matarme........-Le decía Pablo poniéndose azul. - entonces.......hacélo ya........ACABAME de una vez.....

Y presa de otro orgasmo bestial lo soltó. Pablo cayó al suelo tosiéndo y agarrándose el cuello lastimado. Reía despiadadamente, pero comprendió que ya era el colmo: Bianca se había desmayado.

La llevó a su dormitorio y la puso en la cama.

Y allí terminó la noche. La pobre Bianca durmió todo el fin de semana. Estaba agotada. Pablo me dijo que fue a visitarla de vez en cuando, pero ella se nagaba a verlo. Por lo menos durante esos días. Después se amigaron de vuelta y se volvieron a encontrar, pero esas son otras historias. La próxima les cuento lo que le pasó a la pobre en el trbajo...

See ya.

ViCiUs

wittoar@yahoo.com.ar