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La cagada de Rodaloiv

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Rodolfo alias Rodaloiv era un tipejo de lo más vulgar que tenía problemas con las chicas. No sólo porque era más feo que pegar a una madre, sino porque además era completamente estúpido y olía fatal ya que trabajaba recogiendo mierda de vaca para venderla como abono y la limpieza no era una de sus prioridades. Por si esto fuera poco tenía un pene diminuto lo cual le acomplejaba mucho, por todo ello nunca conseguía salir con mujeres y sus únicas relaciones sexuales habían sido con las prostitutas más feas y cascadas de México. Todas se reían de él porque tenía la desfachatez de dárselas de Don Juan, y se burlaban de su pequeño aparato diciéndole cosas como "A ver si me la metes de una vez" cuando ya llevaba medio minuto bombeando y estaba a punto de correrse o "Jo!, hasta mi nieto la tiene más grande que tú". El caso es que al final se traumatizó, se volvió impotente y no había manera de que se le levantara.

Por ese motivo empezó a fantasear y a escribir historias en las que se imaginaba violando a chicas, así conseguía un amago de trempada y se la podía cascar con dos dedos hasta que acababa corriéndose casi inmediatamente.

Un día decidió llevar sus fantasías a la realidad así que una mañana temprano apostó su seboso cuerpo de más de 100 kilos en un lugar estratégico entre el aparcamiento de la universidad y la facultad de periodismo, y se dispuso a esperar a su victima.

Por fín apareció una chica, debía ser una niña de papá pues conducía un buen carro y vestía ropa de marca. La chica era un verdadero bombón, preciosa y con un cuerpo de formas sugerentes. Rodaloiv sintió una debil erección aunque su pollita no se aplastó contra la tela de sus pantalones por lo pequeña y delgada que la tenía.

Cuando pasó delante de los arbustos tras los que se escondía, la agarró por la espalda tapándole la boca y la arrastró tras los árboles. María recibió tal susto que dejó caer sus libros y fue incapaz de reaccionar.

-Te vas a enterar de lo que es un hombre -le susurró al oído una vez ocultos de los estudiantes que pudieran tomar el mismo camino que ella.

(la verdad que esas palabras, provenientes de un tipejo tan patético como ese resultaban hilarantes, aunque la situación de María no era ninguna broma) Rodaloiv empezó a sobarla con la mano libre de manera torpe y brusca, al mismo tiempo restregaba su pelvis contra el trasero de ella.

-¿Te gusta, verdad zorrita? - preguntó animado por la nula resistencia de la chica.

Pero María se había tranquilizado y con un rápido y seco golpe, clavó su codo en el hígado de Rodaloiv. Éste aflojó su presa cosa que ella aprovechó para girarse y propinarle un tremendo rodillazo en la entrepierna.

-¡Hija de puta, me has roto los güevos! -gritó cubriéndoselos con las manos.

(con media mano hubiera sido suficiente para cubrírselos) (¡Y sí!, dijo güevos, lo prometo :P) Pero María no le hizo caso y le soltó una serie de rápidos puñetazos en la desprotejida boca, a continuación de un barrido le tumbó en el suelo. Las clases de defensa personal a las que llevaba varios años asistiendo, demostraban ahora su utilidad. Sin darle tiempo a reaccionar lanzó varias patadas en los costados y una en la boca que le rompió un montón de dientes.

Rodaloiv no paraba de aullar de dolor, recibía golpes por todos los lados que era incapaz de detener. Sin embargo la rabia y la casualidad le hizo agarrar el tobillo de María cuando soltaba una nueva patada y consiguió que ésta perdiera el equilibrio y cayera al suelo. Se arrastró y colocó sobre ella aplastándola con su peso. María lo hubiera pasado muy mal si no llega a ser porque algunos estudiantes atraidos por los gritos de él acababan de aparecer en el lugar.

No hizo falta explicar nada, pues era obvio el intento de violación que trataba de cometer el tío a pesar del lamentable estado en el que se encontraba, así que varias manos lo agarraron separarándole de ella. A continuación el número de patadas que recibió Rodaliov fue salvaje. Le rompieron varias costillas aunque eso no fue lo peor que le pasó pues una chica que había sido violada, se descontroló y le clavó el tacón del zapato en un ojo reventándoselo. El hermano de ésta le soltó una tremenda patada con sus botas de puntera de acero y le rompió un par de vertebras dejándole paralítico para el resto de sus días.

Despúes de más de diez minutos, cansados ya de golpearle, decidieron abandonarle como a una rata.

María no quiso denunciarle, pues la justicia de su país era una mierda y el intento de violación no se penaba. Además ya había sido juzgado y castigado.

Los gemidos de Rodaloiv acabaron atrayendo a un empleado de mantenimiento de la Universidad que llamó a una ambulancia. La policia apareció y durante un par de días estuvo haciendo preguntas tratando de descubrir a los autores de la tremenda agresión, pero no averiguaron nada. Tampoco consiguieron una explicación coherente que justificara la presencia de un sujeto que ni siquiera había acabado la primaria en el recinto universitario. Debido a los golpes recibidos en la cabeza Rodaloiv había quedado zumbado para el resto de su vida y no pudieron obtener de él ninguna pista sobre sus agresores.


Han pasado unos años y Rodaloiv sentado en una pequeña plataforma con ruedas, tuerto, desdentado y con una estúpida expresión en su rostro, pide limosna. Un hilo de baba le cae por la comisura de la boca y con su único ojo carente de emoción mira el mundo. Pasa un chica guapa delante de él y entonces su mirada recobra la vida, el terror lo embarga y su boca emite gritos de terror. A su mente vuelven los recuerdos de aquel día y en su cuerpo siente cada uno de los golpes recibidos.

FIN

ACLARACIÓN: Quizá os resulte un relato demasiado violento, pero lo que cuento es lo que merecerían que les pasara a toda esa pandilla de enfermos mentales como el tal Rodaloiv.