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Dos machos pajeandose por mi

en Voyerismo

Antes de comenzar el relato cabe una aclaración, no soy El Torito Lechero, soy su novia, su amante, su compañera de aventuras peligrosas, la dueña del tambo.... en una palabra, quien se deleita con su espíritu de aventura.

Estuve casada durante 12 años en un matrimonio tan similar a la Familia Ingalls, que teníamos sexo cada 20 dias, y por supuesto andaba yo portando mis síntomas de neurosis por toda la casa y alterando los nervios de mis hijos hasta convertirme en una madre insoportable.

En enero de este año llegó "El Torito" a mi vida, y confieso que desde ese momento ya nada fue igual, en ningún sentido, pero sobre todo en el aspecto sexual.

Hace ya 8 meses que estamos juntos y no recuerdo un solo día en el que no nos hayamos dedicado al menos un mínimo de 3 horas para desatar todos nuestros instintos de manera irrefrenable, motivo por el cual terminamos irremediablemente enamorados ambos hasta la médula.

Con el navegamos a altas horas de la noche por la red, buscando nuevas ideas y aventuras, para ponerlas luego en practica, y por supuesto nos hicimos adictos a este sitio, al que después de tantas noches de placeres le debemos nuestra experiencia volcada en un relato.

Pronto mi Torito promete relatarles cosas que les harán efervescencia como a mi, pero hoy, para estrenar nuestro nick, me pidió que fuera yo quien relatara lo sucedido ayer por la noche, aunque para ser mas especifica fue hoy a la madrugada.

Hace una semana fuimos a comprarnos ropa. Yo termine como siempre en mi local de ropa preferido que tiene un estilo poco Naif y bastante alejado de las polleritas largas que solía usar cuando me creía Carolina Ingalls, jajajaja

Me probé varias cositas, sobre todo polleritas bien cortas y finalmente aquel enterito blanco que fue uno de los protagonistas de el relato. Totalmente blanco de lycra al cuerpo, pantalón recto apenas acampanado en las botamangas, con cierre en el pecho hasta el escote en espejo que marcaba bien mis tetas, sin mangas y con un cinturón bien ancho con una gran hebilla, con un detallecito más que hacia que la cosa se tornara mas Hot, un gran agujero que permitía que se viera mi espalda y por supuesto la adherencia de la lycra y el calce perfecto hacía que se destacara mi mejor recurso: mi culo, que para ser más especifica y por la cara de babosos que ponen todos los hombres parece ser mi punto fuerte.

Estábamos bastante cansados de tantas noches de sexo feroz que apenas nos permite dormir entre 4 y 5 horas diarias, así que decidimos descansar desde las 21 hasta las 23 aunque nos quedamos dormidos y despertamos cerca de las 3:00am. A pesar de ser algo tarde ambos decidimos que la prenda en cuestión no se merecía quedar durmiendo en el placard una semana más, así que baño de por medio, algo de maquillaje, unas botas rojas de taco alto, aquella prenda blanca super adherente y nuestra firme voluntad de que aquella noche fuera una de relato, nos pusieron el auto en marcha.

En 10 minutos estábamos en nuestro pub preferido. Al llegar yo tenía puesta encima mi camperita roja, así que solo se veía la transparencia de mi pantalón en la cola. Por supuesto debajo de semejante prenda blanca me encargué de llevar una tanga con aro de metal y tres tiritas que compramos en una tienda virtual estilo sex shop.

Fuimos al guardarropas para que yo dejara mi campera y allí empezó nuestra noche caliente. Todos aquellos que apenas notaron mi ingreso repentinamente notaron mi presencia. No paraban de mirarnos.

Mi torito se acerco a la barra para pedir unas bebidas y uno que ya estaba al acecho se acerco a nosotros rozándome como sin querer, a lo que le hice un gesto a mi chico para que se percate de la situación.

Estuvimos en el boliche un par de horas bailando y provocando a los machos que eran mayoría y yo llevándome algunas caras de odio de las chicas que detestaban que sus hombres me miraran embabados.

Subimos un rato a los reservados en el piso superior y yo me encargue de que mi chico se lleve unos besos suaves bien húmedos en mi lugar preferido y por supuesto el suyo tambien.

Nos fuimos a las 5:00am. Subimos a su auto, él conduciendo.

Mi chico es el ser mas sensual que conocí en mi vida. Robusto, de pelo largo, con unos ojos super expresivos. Me encanta su pecho, sus brazos, amo su boca que se deleita entre mis piernas y me hace sentir en el paraíso. A veces me pregunto cuantas se sintieron en el paraíso para que el haya adquirido esa experiencia, pero cuando me lo respondo y lo imagino, eso también me calienta bastante.

En la ronda nocturna terminamos en los lagos, donde hay muchos mirones.

Nos encanta mirar y que nos miren aunque aun no tuvimos la oportunidad de mirar a nadie.

El empezó a dar vueltas alrededor del lago y ya parecía que la noche había terminado. Acá todavía hace frío y los mirones suelen estar mas en verano.

Cuando ya casi nos íbamos yo divisé a un tipo caminando entre las arboledas. Le dije: "me parece que ahí hay uno". Así que el detuvo el auto y el tipo se nos fue acercando.

Primero el tipo se ve que no entendía. No todas las parejas saben de los mirones y no a todas les interesa que los miren, así que mi chico hizo seña con las luces del interior y el tipo se fue acercando.

Para darle la seguridad de que estábamos de acuerdo y que lo nuestro era una invitación, mi chico me pidió que lo chupara y que parara la cola de modo que se viera bien a través de la ventana de la cual yo ya me había encargado de bajar el vidrio.

Mientras yo lo chupaba y el gemía, me iba relatando entre gemidos la distancia a la que estaba nuestro ocasional observador. 20 metros, 10 metros........ ya casi 5 metros y mientras tanto yo iba recibiendo junto con el informe de distancia unos chirlos en mi cola que seguían invitando al mirón a participar de nuestra fiesta.

Mientras yo chupaba a mi chico cada vez con mas nervios y mas entusiasmo el le iba haciendo gestos a nuestro invitado para que se acerque cada vez mas y también el gesto típico para indicarle que se masturbe. Así fue que logramos que el tipo se pusiera al lado de nuestro auto, a medio metro de mi ventanilla, lo cual le permitía ver mi hermoso panorama trasero.

Ahí mi Torito me indico que el invitado estaba ya disponible para que yo pudiera observarlo, pero cuando me di vuelta, el tipo se asustó un poco, guardo su pija y se fue alejando un poco ya que no en todas las parejas la mujer esta al tanto de que su chico llama a un mirón.

Cuando me di vuelta mi chico le dijo que se acerque, que yo estaba de acuerdo en jugar a aquel juego.

Se acerco tanto que lo tuve con su pija apoyada en mi ventana, mirándome tan de cerca que creo que olía mis fluidos vaginales.

Mi chico se tocaba como a mi me gusta, me encanta verlo masturbarse para mi. Y a el le gusta ver como yo lo hago, así que me baje el cierre del enterito y comencé a masturbarme para mis dos grandes admiradores.

Al principio confieso que estaba algo asustada, pero también confieso que la adrenalina muchas veces potencia los deseos sexuales y este era el caso, por cierto.

Mi chico le decía: "Mira que linda puta que tengo, mira que buen culo que tiene".

A ver – dijo el tipo mientras no paraba de pajearse

Así que mi chico me pidió que me ponga como perrito y lo vuelva a chupar mientras el me bajaba la parte trasera del enterito para que el mirón vea en primer plano mi culo, totalmente desprovisto de ropa exterior e interior y además me lo abría de modo tal que creo que se me veía hasta lo mas profundo de mi ser.

Después me dio vuelta y le dijo: "No sabes que puta que es!!! Es la mas puta de todas. El macho anterior no le cogía el culo hasta que la agarre yo y se hizo viciosa." Y para hacer honor a la verdad, era la puta verdad. Estuve 12 años con el culo casi virgen y ahora acabo cuando me la mete por el culo. Me encanta sobre todo que me investigue con sus dedos, que me dilate la cola mientras yo me masturbo. Hasta tal punto me llegó a gustar que si algún día me siento con ganas de masturbarme solita uso mi otra mano en la cola para recordar sus manitos.

Y siguió contándole a nuestro invitado acerca de mis gustos y preferencias, mientras yo me seguía tocando enloquecidamente.

Reconozco que no es la primera vez, ya que la primera vez que jugamos con un mirón, me sentí tan incomoda que no pude mirar al tipo, así que me quede siempre con la intriga acerca de su accionar, aunque reconozco que de aquella vez tengo recuerdos auditivos bastante claros.

La cosa se puso tan Hot, que yo no podía parar de tocarme y me anime a pedirle al tipo que se ponga mas cerca de mi ventana. La tenia apoyada en mi ventana mientras se pajeaba y mi chico me decía: "Ves, tiene los huevos en la puerta. Así los voy a tener yo dentro de un ratito en casa cuando te rompa ese culo hermoso que tenés"

Los tres nos pajeamos en simultaneo, pero de los tres la mas caliente era yo. Mientras yo gozaba como una yegua, ellos se encargaban mientras se pajeaban de vigilar que nadie se acercara o nos estuviera observando.

Al punto que mi chico, le dijo: "La querés ver acabar a mi putita?" Y el dijo que si.

Así que aceleré el ritmo y relajándome me deje llevar a sabiendas de que ambos me cuidaban. Uno por amor, el otro por interés personal, pero tenia dos machos bien calientes pajeándose para y por mi, que además custodiaban mi seguridad.

Cuando mi chico vio que yo estaba a punto, me pidió que grite. "Cuando acabes te queremos escuchar potra" me dijo, "Mirá como le pones la pija a los machos hembra!" y escuchando estas frases de fondo sentí que un manantial de flujo caliente galopando desde el fondo de mis entrañas se derretía repentinamente en las paredes de mi vagina, haciéndome sentir como traspasada por un rayo de placer extremo que se tradució en un alarido que supuse que al menos se tendría que haber escuchado a 100 metros a la redonda.

"Sos una hembra preciosa" dijo mi Torito, y yo me sentí en la gloria.

Le preguntamos a nuestro invitado cuando podríamos volver a verlo. Y combinimos que habría una próxima vez. (No digo la fecha y la hora porque es una cita privada, entre mi amor, nuestro invitado y yo).

Mi torito tuvo premio en casa por la maravillosa experiencia de la que me hizo protagonista. Tuve que premiarlo al menos durante 3 horas consecutivas después de las cuales se fue con una carita de felicidad dibujada a trabajar sin dormir.

Por supuesto el tipo nunca me tocó ni yo a él, lo nuestro es voyeurismo puro y además amor, un amor que siempre tendrá nuevas aventuras para deleitarnos, porque nos encanta mantener siempre encendido el fuego.

Practiquenlo, disfrutenlo y si lo desean pueden enviarnos un mail a tomyburgos@hotmail.com para contarnos sus experiencias o comentarnos acerca de nuestro relato.

LA DUEÑA DEL TAMBO