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Mi debilidad es apoyar (3)

en Jovencit@s

Hola a todos, Acá estoy de nuevo para contarles otras de mis historias. En esta oportunidad no voy a hablar de mi sino de unos personajes muy característicos, que seguramente todas las mujeres conocen o sufrieron alguna vez: Los viejos verdes.

Estos seres grotescos de narices, orejas y en la mayoría de los casos, pijas grandes, se encuentran siempre calientes y no tienen ninguna vergüenza en demostrarlo. Por lo general tienen un olor a baúl viejo, que resulta asqueroso, pero en algunos casos a las mujeres es como si les diera morbo los viejos de este tipo y se calientan terriblemente. Les encanta esa diferencia de edad y sentir como si estuvieran cometiendo incesto con sus padres.

No hace muchos días atrás en el tren, vi como me desplazaban a los empujones de un hermoso culito, este viejo me empezó a empujar descaradamente para quedar él delante de la chica y la empezó a frotar sin ningún problema. Tienen esa cosa de la edad, que no les importa lo que le puedan decir, sin ningún disimulo le frotaba la pija por la cola de una punta a la otra y de arriba hacia abajo. La mina, como siempre se hacia la boluda y disfrutaba.

Yo ya podía ver claramente como se le marcaba un pedazo de bulto en el pantalón y además cada tanto se la acomodaba para que le quedara mas salida. Era totalmente zarpado, yo viendo que la mujer estaba tan entregada, me trate de poner de costado de manera de frotar mi pija, que ya estaba durisima, contra su mano.

Aproveche un momento en el que abrían la puerta en una estación y se la empuje contra la mano. Al principio se quedaba quieta, pero tampoco la sacaba, pero después de un rato me la empezó a acariciar primero con el dorso y después con los dedos. Al estar de costado y tan pegado, de vez en cuando sentía también como me rozaba la pija dura del viejo. Esto en lugar de molestarme, me calentaba mas y al viejo se ve que no le importaba mucho que era lo que apoyaba.

Ya parecía una orgía, los tres estabamos re calientes, pero era muy difícil pasar a mayores, por lo menos eso pensaba yo. En un momento veo que el viejo se separa de la mina y lleva su mano abajo, me pareció un poco raro y me corrí para mirar que hacia. Pensaba que le estaba mirando y tocando el culo, pero no ¡Se estaba sacando la pija del pantalón!. Era una pija enorme, muy gruesa y tenia la cabeza a medio pelar, pero no estaba del todo parada. Así separado como estaba se empezó a pajear lentamente, hasta que largo un suspiro y empezó a largar chorros de leche. No salían con fuerza, mas bien eran como si brotaran y el semen era muy espeso. Se lo dejo todo sobre el culito de la mina, que ni enterada estaba de lo que pasaba. Después de terminar, se guardo la pija, se corrió hacia la puerta como para bajar y yo también me tuve que correr para no mancharme. Estuve tentado de también dejarle mi regalito, pero me pareció que era demasiado. Así que me baje caliente y pensando en que diría la mina cuando se diera cuenta.

Un beso a todas y sigan escribiendo, y a los hombres que son unos cuantos, les digo que estaría bueno formar algo así como un club de los apoyadores donde compartamos experiencias y técnicas que es lo que me piden todos, dentro de poco va a ser como un deporte, JAJAJA.

Para los que me leen por primera vez y les gusto, busquen mis otros relatos en este site