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Las bragas de mi cuñadita de 16

en Autosatisfacción

LAS BRAGAS DE MI CUÑADITA DE 16

Seré breve. Llevaba dos años de enamorado con Lucía. Una chica hermosa con la que cualquier mortal estaría feliz de compartir un romance, inteligente, divertida, sensual y sumamente generosa a la hora de hacer el amor. Con ella probé de todo. Ambos teníamos 23 años y estábamos terminando la carrera de ingeniería industrial.

Cada vez que iba por ella a su casa, tenía que esperarla en la sala, la mayoría de las veces junto a Fátima, su hermana de 16. Ella también era agraciada y tenía una linda figura adolescente, pero no tenía el carisma ni la inteligencia de Lucía, supongo que porque aún era una muchachita. Conversábamos de todo y generalmente la pasábamos bien pese a lo limitado de su temática para charlar.

En una ocasión llegué con un deseo incontenible de miccionar. Lucía abrió la puerta y me dijo mientras iba a su habitación que el baño de la casa y el suyo estaban siendo reparados por un problema en la tubería. "Solo está disponible el de Fátima pero se está duchando, cariño…", me dijo. Pensé que tendría que salir a buscar un lugar pues no aguantaba más cuando la pequeña Fátima bajó por al escalera, se acomodó el cabello recién lavado y me dijo "usa el baño de mi habitación nomás, yo ya terminé y me voy volando a mis clases de guitarra". Dicho esto me dio un beso en la mejilla y se fue.

Subí presuroso, entré a la habitación, vi todo de cabeza pues era muy desordenada, y fui al baño. Pude por fin miccionar y ya me estaba lavando las manos para salir cuando reparé en el colgador colocado en la puerta. Una pequeña truza blanca pendía. Parecía casi de una muñequita. No sé como pero sentí curiosidad. Lo tome con mi manos y lo miré. Sentí que aun estaba tibio, lo extendí y ví que era realmente diminuto. "aja, cuñadita, así que ya eres una coqueta…" Me fije en la parte que está en contacto con su vagina y ví claramente como se habían marcado sobre el algodón los labios de su conchita, una figura que se veia así ( ), se notaba que estaba ovulando porque incluso se veía húmeda, Ya mi miembro estaba rígido, sentía que estaba entrando a terrenos inexplorados. Lentamente acerqué la prenda a mi rostro y la olí, quede extasiado por el aroma virginal que emanaba.

Casi de manera inconsciente me bajé el blue jean y empecé a masturbarme, cerraba los ojos mientras con una mano me corría y con la otra sostenía el calzoncito sobre mi nariz. Estaba en eso cuando oí la voz de mi enamorada desde abajo "Amor, vuelvo enseguida, voy a casa de Giulia, a recoger un libro". Hice un esfuerzo para sonar normal y le dije que la esperaba, que ya bajaba. Escuché que sonó la puerta cerrándose y me di cuenta que nunca más tendría una oportunidad así.

Salí del baño, dí una mirada general a la habitación y distinguí una pequeña cesta donde Fátima guardaba sus braguitas recién usadas. Las vi una a una, las olí detenidamente y sentí fuertes deseos de correrme. Me desnudé y me recosté sobre su cama, sobre sus sabanas revueltas, todo tenía su olor. Coloqué sus calzoncitos sobre mi rostro, el pecho, sobre mi miembro y comencé a masturbarme. Fue la paja más deliciosa que he tenido en la vida… ah, recuerdo que al momento de eyacular use una polera suya para que el semen no cayera a sus sábanas. Una vez que terminé me vestí rápidamente, coloqué todo como estaba y salí. La polera tuve que llevármela y la arrojé a la basura para no dejar pruebas.

No me siento un pervertido por eso, pero si algún día pudiera lo haría otra vez. A Fátima no la deseo, amo a Lucía y me gusta muchísimo más que su hermana menor. Si alguien ha tenido una experiencia parecida me gustaría conocerla, escríbanme a danielfore@hotmail.com