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Haydee Ballhaus (03: Lobo)

en Grandes Relatos

HAYDEE BALLHAUS III. LOBO.

III-I. Ella solía trabajar para un grupo de entrometidos crónicos.

Aquel viernes apuntaba ser como cualquier otro viernes de su miserable existencia, iría por el diario, se tomaría un café, quizás comería algo por ahí y terminaría bebiendo hasta perder el conocimiento. Así era un viernes cualquiera en la vida de una bruja agóstica sin embargo, eso no significaba que ese viernes debía transcurrir inexorablemente de esa forma pero para allá iba, al menos subía las escaleras con el gráfico debajo del brazo.

Una vez en la cocina siguió la rutina de siempre, servir el café, ponerle una cucharada de azúcar antes de hojear el periódico un par de veces para entonces solazarse con la columna de los viernes. En realidad era lo único que leía pues aquel diario amarillista y gráficamente de segunda no tenía nada bueno. Hojear el diario era una rutina que hacía para convencerse que no gastaba dos pesos solo para leer una columna de sexo, irónicamente siempre había sido así pero ese día sería la excepción.

A mitad de página y en interiores, una noticia informaba apenas sobre la visión de un nahual o al menos algo parecido a uno que la histeria colectiva de cierta comunidad del sur de la ciudad afirmaba presenciar cada cinco años. Podía tratarse de un cuento local, un chiste malo o nada mas el ansia de una colonia por hacerse notar pero el hecho de que "el nahual ronda cada cinco años por San Lorenzo" sonaba demasiado atractivo para Haydee y algo que no podía ignorar. La afición por meterse en lo que no le importaba era lo único que le había dejado trabajar para un grupo de entrometidos crónicos, eso y una jugosa cuenta bancaria de la que disponía a discreción.

Apresuró el café y salió rumbo al "panteón civil de San Lorenzo", por primera vez en dos años sin leer la columna de los viernes, ese día parecía lo bastante bueno como para romper la rutina al mismo tiempo que investigaba algo probablemente falso y en dado caso de ser verdad seguramente inútil.

III-II. Siempre solito como lobo el nahual.

-El nahual?.

Preguntó Haydee sabiendo de antemano que "con el poder de su escote" iba a ser muy fácil sacarle todo lo que sabía el dormilante en jefe del cementerio. ¿Qué era exactamente un nahual y como estaba eso que aparecía cada cinco años?.

-Él viene cada cinco años mamacita, se descuelga de acá arriba de Tlahuac todos aquí lo sabemos pero no es malo hasta eso que es tranquis, el nahual es pueblo no?. Dicen que viene pa’ ver a su compadre también nahual que está aquí en San Lorenzo, pero nadie sabe muy bien si es cierto o puro cuento, nadie le va a preguntar verda? Pero que baja por "ésta" que se deja venir.

-Bueno pero que es un nahual?.

-No sabe lo que es? No son de por aquí verda chula?.

-No, mis tetas y yo no somos de aquí y entonces?.

-No se enoje chula, un nahual... ‘ora vera es algo así como un brujo... pero no como los de Catemaco, bueno esos también son brujos y hay de los buenos pero este que le digo es diferente, cuando se descuelga lo hace como animal, como lobos pa’ que me entienda y luego ya aquí pues a su asunto no?, como todos. Luego se va igual como lobo, siempre solito como lobo el nahual.

-Y esto es cada cinco años y siempre en la luna de agosto?.

-No le digo chula, que viene a ver a su compadre... bueno yo no le quería decir pero aquí los de San Lorenzo ya sabemos y ni nos paramos en luna llena. Ya cuando pasa ‘ora si a la chamba pero en luna ni lo mande dios¡, bueno y que, cuándo va a venir Cristina Pacheco?, yo quiero salir en la tele.

-Si... si, nada mas le informo y ella viene, pero tiene que ser cierto si no que quemada me pongo, en una de esas hasta me corre por traerla hasta acá para nada.

-Pues decídase porque la luna ya está cayendo y si no es ‘orita pues en cinco años... quédese el mismo día de hoy mismo, ya si no viene el nahual pues me la mienta como ve?.

-Y como voy a saber donde se aparece?, el cementerio es muy grande y luego de noche y yo sola no como crees?.

-Ohhh, aquí está su charro negro... yo le hago la valona, nomás que no me han hablado bonito... pero si no quiere pues no verda?.

-Va... yo vengo en la noche pero solo contigo si hay alguien mas me largo OK?.

-Ohhh... no le digo, hasta parece que voy a andar prestando mis cobijas, hasta la noche y no se apure por el frío aquí vemos como pero nos calentamos.

Aquella sucesión de mentiras y verdades a medias del vigilante podían ser tan solo un ardid para que ella le abriera las piernas sin embargo, Haydee presentía que "el nahual" era la versión local de algo que ella conocía con diferente nombre y que solo en muy raras ocasiones era motivo de preocupación.

A ellos no les gustaban las ciudades mucho menos meterse en problemas con los humanos, preferían el campo donde podían vivir en paz... Tlahuac no era precisamente la campiña pero seguramente un número pequeño podía pasar desapercibido, lo único que quedaba fuera de comprensión era por que necesitaba "descolgarse" a la ciudad cada lustro.

III-III. Un pomo de "Presidente" en la mesa.

Haydee regresó al cementerio al caer la oscuridad y como suponía un grupo de vigilantes no muy numeroso, pero grupo a fin de cuentas la observó entrar. Ella sabía que algo así podía ocurrir, después de todo, que sentido podía tener cogerse a una zorra pechugona si no se podía alardear por ello?. Desde la perspectiva masculina era la opción mas cuerda, cualquier otra cosa sería una locura, pero ella estaba ahí para satisfacer su curiosidad no para rembolsar favores aún no concedidos. Desde luego, el vigilante pensaba ligeramente diferente y ya la esperaba con "un pomo de Presidente" en la mesa, Haydee sonrió y el vigilante hizo lo propio pero cada uno por razones diferentes.

Con frustración el hombre vio como rápidamente Haydee consumía tragos sin mostrar siquiera signos de embriagues... Pronto a una botella le siguió una mas y a esa, "las nalguitas del pomo que se quedó de la ultima juerga". Lo que el vigilante no sabía porque no tenía porque siquiera imaginarlo, es que la garganta de Haydee era muy profunda y el umbral de embriagues de una alcohólica de su categoría estaba muy por encima de lo que aquel podía siquiera soñar. Al final, fue el dormilante quien cayó sobre la mesa ahogado de borracho, de tal suerte que Haydee podía esperar al nahual tranquilamente, si acaso iba a presentarse lo que hasta el momento no ocurría.

Para matar el tiempo, la bruja recorrió el lugar lo suficiente para estirar las piernas pero no tanto como para perderse del sitio que según el vigilante frecuentaba el nahual. Observó como no lo había hecho en mucho tiempo la luna, entonces sin razón aparente se dio cuenta de la hora, era justamente "la hora mas silenciosa de la noche, esa hora en que hasta los perros creen en fantasmas" y a lo lejos distinguió una figura acercándose rápidamente por entre las lápidas. La bruja se ocultó detrás de un pequeño mausoleo y concordó que para su fortuna no había viento, podía esconderse sin que su olor la delatara.

Permaneció agazapada hasta que la distancia le permitió distinguir claramente que la sombra era en realidad un lobo-hombre, una quimera entre lo animal y lo humano. No del todo cánido pero si con andar a cuatro patas, no del todo humano pero con la inteligencia suficiente para entender lo que iba a decir sin necesidad de hacer uso de la violencia. Lo que ella sabía y que concordaba con el folklore era que los lobos eran pueblo. A diferencia de otras leyendas vivientes como los vampiros o los súcubos, la mayoría de ellos eran de fiar.

En un instante el lobo olfateó al aire y Haydee contuvo la respiración temiendo ser descubierta fuera de tiempo, luego cuando el cánido regresó a sus asuntos que en este caso era una lápida en particular se tranquilizó. El lobo rascó dos veces antes de aullar, Haydee nunca había escuchado el aullar de un lobo a tan poca distancia y se estremeció, si aquello tenía algún significado lo que con toda seguridad era así, seguramente era lo mas triste que podía ser imaginable y entonces la bruja hizo lo que en mucho tiempo no hacía, al menos no motivada por el dolor ajeno: lloró.

III-IV. Lo que él había dado por las ciudades.

 

El lobo lentamente comenzó a recuperar su forma humana y bajo la luz de la luna el lustre de su pelo fue perdiéndose, los músculos de sus patas se retrajeron hasta formar piernas, los colchones en sus patas delanteras dieron paso a palmas y las garras a dedos, la cola quedó de pronto reducida a una eminencia que en segundos fue indistinguible. En segundos la bestia quedó reducida a solo un hombre, un hombre desnudo de muy buen ver por cierto.

En tales circunstancias Haydee dudó si continuar con lo que tenía planeado o respetar en lo posible lo que fuese que aquel había ido a hacer pero de cualquier manera ya estaba hecho, estaba ahí y no podía dar marcha atrás al final decidió salir.

-Mi nombre es Haydee y soy una bruja, recibe mis respetos lobo-hombre.

-Extraña forma de mostrarme tus respetos bruja, profanando tierra consagrada y en luna llena como si no fuese suficiente. Déjame solo de donde quiera que vengas y respetaré tu vida en lo posible.

-Lloras una pérdida, todos hemos pasado por lo mismo alguna vez y es peor estando solo... lo amabas tanto como para regresar a sabiendas de lo que puede pasarle a un lobo en la ciudad?.

-Francamente no quiero hablar de eso.

-Hasta ahora has tenido suerte.

-Eres tu la que agota rápidamente su suerte... no tienes idea de los favores que estoy cobrando, no sabes lo que él dio por las ciudades, lo que hicimos por este pueblo en el 85 con toda esa gente entre los escombros y en las guerras que peleamos por los iluminados.

-Ellos ya no existen, ahí está tu riesgo, lo que hiciste por ellos lo que yo hice por ellos ya no cuenta mas, no es seguro siquiera nombrarlos ya no lo es.

-En ese caso puedo cuidarme solo.

-"Siempre solito como lobo el nahual".

-Si... es chistoso como es mas fácil para los humanos aceptarnos cuando saben que somos parte de la naturaleza, de su naturaleza en realidad. Pero la vida sigue hermana bruja, la vida sigue por otros cinco años y por la forma en la que bebes no creo que tengas ocasión de importunarme la próxima vez.

-Quisiera ayudarte, solo eso.

-Puedes traerlo de vuelta?.

-En verdad quieres eso?.

-Sabes que no, es lo que se dice en estos casos pero como dije la vida sigue... lloramos a nuestros muertos pero no dejamos de honrarlos menos por el hecho de estar vivos, por el contrario deshonraríamos su memoria si desperdiciáramos toda nuestra existencia en lamentaciones, que mejor forma de ofrendarlos que vivir intensamente cada día?.

-Aún así vienes...

-Quizás soy masoquista, quizás necesitaba hablar de esto con alguien y finalmente Gaia me escuchó enviándote en respuesta.

-Yo no sé mucho de tu dios.

-No te preocupes yo tampoco, Gaia es del tipo que oye a todos pero no contesta a ninguno, acaso no son todos los dioses así?.

-Los que yo conozco no... lo único que quieren es escucharse a si mismos.

Para entonces Haydee estaba al lado del lobo-hombre y le acariciaba suavemente el cabello, no entendía muy bien como o por que, pero había algo en los hombres torturados por la perdida que le resultaban muy atractivos, sería caso un enfermo instinto maternal?.

-Como comprenderás no puedo andar por ahí desnudo así como así, tengo que regresar a mi forma natural, algo mas antes de que ya no pueda contestarte? Por cierto mi nombre es Miguel gusto en conocerte.

-Solo una cosa Miguel... te vas porque tienes que irte o porque no puedes conciliar el hecho de que te estoy excitando demasiado?.

-Vivir intensamente... ese es mi lema y él lo sabía perfectamente, es lo primero que les enseñamos a nuestros lobeznos ojalá ustedes hicieran lo mismo, se matarían no tan a menudo.

III-V. Una invitación a cualquier cantidad de profanaciones

Haydee sabía que los lobos no podían hablar al menos no en su forma animal y realmente no les hacía falta pues tenían una forma de lenguaje que suplía por completo a las palabras y que ella nunca se había preocupado por aprender. Después de todo aunque quisiera estaba impedida para mover las orejas en varias direcciones, tampoco era muy diestra en mover los ojos con rapidez y mucho menos gozaba de los beneficios de una cola, quizás el principal medio de comunicación entre ellos. Ese era un tipo de lenguaje del que no sabía gran cosa sin embargo, entendía muy bien lo que significaba esa punta roja asomando fuera de la cubierta peluda que constituía el pene de Miguel.

A ella nunca le había atraído mucho la idea de fornicar con un animal, no eran solo palabras, realmente creía que hasta alguien de su calaña debía tener límites sin embargo, también creía que éstos no eran inmutables. Muy por el contrario, si algo en la vida era estimulante era precisamente sobrepasar las especificaciones tanto propias como ajenas y después de todo él no era un lobo, al menos no en el sentido estricto de la palabra.

Podía caminar a cuatro patas, mover la cola y estar cubierto de pelo sin embargo, dentro de esa quimera entre lo humano y lo animal existía un hombre como cualquier otro, quizás con algo mas de instinto que la mayoría pero un hombre a fin de cuentas pues la contemplación de su escote le había puesto a punto. Que mas podía hacer ella sino corresponder a esos "ojos de perrito" que la invitaban a cualquier cantidad de profanaciones?.

-Alles oder Nichts!.

Resolvió Haydee y súbitamente se deshizo de su ropa manteniendo puesta solo aquella que consideraba esencial, es decir, las botas y la cazadora de mezclilla. Fuera de eso, nada la protegía de las inclemencias del tiempo. Tal vez sería por eso o quizás porque iba a ser su primera experiencia animal, pero cualesquiera que fuese la respuesta los pezones ya en si mismo duros como lápida se pusieron aún mas sólidos tan pronto como la lengua de Miguel comenzó a hurgar entre sus piernas.

No hizo falta mucho para que Haydee quedara ante el límite de su resistencia ante las lamidas del lobo, para luego aguantar de la mejor manera posible los embates del rugoso apéndice de su amante de cuatro patas antes de venirse... antes de dejar fluir todo el deseo acumulado en su interior entre quejidos de placer. Un vistazo final a la entrepierna del lobo le dejó en claro que aquel apresurado orgasmo suyo, había acrecentado las expectativas del cánido pues de aquella punta enrojecida flanqueado el grueso capullo cubierto de pelo no quedaba nada, en su defecto una imponente verga grande y gruesa se proyectaba fuera de la funda en toda su impúdica extensión .

Solícitamente Haydee se ubicó debajo del vientre de Miguel y tomándole el miembro lo dirigió hacia su boca. Por un momento pensó que había sido una muy mala decisión pues la textura granulosa no era lo que ella había pensado y una ligera sensación de nausea mas que excitación fue lo único que le causó la elevada temperatura peneana del lobo.

La empresa que imprudentemente había empezado Haydee no era del todo sencilla pues él quizás mas por razones fisiológicas que conscientes, se empeñaba por llenarle la boca de algo parecido a semen pero que en nada disminuía su ímpetu, situación que le sugería a la bruja que lo vertido dentro de su boca no era precisamente el producto del orgasmo precoz de su compañero sino otra cosa. Una que de cuando en cuando se obligaba a escupir pero que luego y ante el pavoroso hecho de que no importaba cuantas veces repitiera la operación siempre había algo de eso saliendo a borbotones del pene del lobo, optó por tragárselo y cuando era demasiado abundante para hacerlo sencillamente lo dejaba escurrir por la comisura de sus labios.

Momentos después la bruja mantenía una presión constante sobre la rojiza verga lamiendo lo mismo que chupando y de igual forma que si se tratara del pene humano, en ese sentido había quedado claro que una verga siempre sería una verga no importaba a que mamífero perteneciera. Dicha reflexión motivo aún mas a la bruja que torciéndose debajo de Miguel se las arregló para acomodar la polla del lobo entre sus pechos, acariciándola con ella en repetidas ocasiones.

Nuevamente no le hizo falta conocer mucho del lenguaje del lobo para saber que el masaje estaba funcionando. Miguel gemía desde su transformada esencia denotando que la gentil presión de los melones de Haydee sobre su verga era justo lo que él necesitaba; tanto así que de pronto el pene animal comenzó a disipar de a poco una nueva carga de liquido transparente, que en segundos se convirtió en un torrente de esperma que acabó por embadurnarle las tetas haciéndolas brillar bajo la luz de la luna.

III-VI. Una losa despiadadamente fría.

Lentamente la bruja salió de debajo del lobo decidida a levantarse, cosa que Miguel no estaba dispuesto a permitirle pues rápidamente se montó sobre ella cubriéndola con todo su peso. Haydee apenas consiguió interponer las manos entre el suelo y su cara cuando las poderosas patas de Miguel la cogieron por las caderas haciendo el característico movimiento coital de los cánidos. Pese a sus esfuerzos era mas que claro que el culo de Haydee era demasiado grande como para que él hiciera blanco donde se suponía que debía hacerlo así que una vez que se afianzó adecuadamente, fue ella quien hizo a un lado la cazadora descubriéndose por completo las nalgas y también fue ella quien servicialmente dirigió el instrumento de Miguel hacia su vulva. En ese momento, ya no le pareció demasiado caliente ni granulosa, era nada mas una verga apagándole las ganas y tan buena como la de cualquiera.

De inmediato sus tetas comenzaron a moverse al ritmo de las embestidas del lobo, hacia adelante y hacia atrás y de no ser porque estaba demasiado ocupada aguantando las feroces acometidas del cánido, le habría hecho gracia el violento bamboleo de sus tetas y como éstas dejaban debajo de si un buen charco conforme escurrían la prolífica corrida derramada entre ellas momentos antes.

En un instante, Haydee sintió un tirón en su espalda, uno que le hizo respingar y sin que hubiese quizás relación entre una cosa y la otra, quizás como simple precaución buscó entre sus piernas. Tras cerciorarse que Miguel poseía esa peculiar prominencia en la base del miembro y que seguramente la obligaría a permanecer atada a él por un buen rato, se preguntó si de presentarse la oportunidad estaría dispuesta a llevarla a término. Como para disipar sus dudas el lobo arreció en sus acometidas y entonces Haydee resolvió una vez mas que esa era una experiencia de todo o nada.

Apretando los dientes la bruja se dejó embriagar por la cómoda presión que ejercía el bulbo de Miguel en la entrada de su coño, luego y jalando hacia los costados las nalgas dejó que el lobo la penetrara con todo lo que tenía para ella. Miguel respondió con nuevas embestidas rápidas y Haydee comenzó a correrse, casi al mismo tiempo sintió un torrente de esperma hirviendo dentro de ella, un manantial de semen que coincidía con su segundo orgasmo ligado a un tercero y final.

Sin nada mejor que hacer mas que disfrutar de los momentos culminantes, Haydee se dejó caer desfallecida para de inmediato regresar a su posición a cuatro patas, la losa estaba despiadadamente fría como para recostarse sobre ella y por otro lado, parecía que iban a quedarse un buen rato abotonados, así que quizás podía conseguir un orgasmo o dos si se lo proponía.

El lobo se mantuvo un rato encima de ella pero cuando terminó de correrse hizo el intento de dar la vuelta pasando una pata por encima de las nalgas de Haydee y con la verga aún metida dentro de ella. La bruja reaccionó de inmediato sujetándolo con fuerza por una de las patas delanteras.

-No te atrevas o te madreo¡ quédate encima de mi.

Miguel entendió que aunque el hecho de quedar abotonados culo contra culo era nada mas que instinto, para Haydee seguramente sería hacer demasiado para una sola noche, así que permaneció sobre ella escuchándola gemir al ritmo de su magreo constante.

Pasados unos cuantos minutos y tras otros orgasmos mas por parte de Haydee, el bulbo del lobo desistió de su apretado cometido y jalando hacia atrás finalmente logró deslizarse fuera del cuerpo de la bruja. De inmediato un chorro de semen salió de su coño sumándose al charco frío de esperma justo debajo de sus tetas.

El lobo se acercó a ella y lamiéndole gentilmente una mejilla se alejó rápidamente por entre las lápidas, luego y como dudando un poco se volvió hacia donde se encontraba la bruja y movió la cabeza hacia abajo una vez y luego alzó las orejas un poco antes de alejarse definitivamente. Haydee asintió pues "adiós" era la única seña que había aprendido bien del lenguaje de los lobos.

El autor: nunlex@yahoo.com.mx