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De cómo me converti en una mujer de verdad

en Transexuales

De cómo me converti en una mujer de verdad. Con la ayuda de mi madre(I).

Hola, me llamo(me llamaba mas bien) Carlos, y les voy a contar mi historia, que fui anotando en mi diario, porque pense que seria interesante poder revisar dentro de un tiempo estas cosas increibles que me pasaron y que ahora comparto con ustedes. Cuando empezo esta historia, yo era un chico de 19 años, recien habia finalizado mis estudios, habia hecho un curso de contabilidad pero nadie me contrato. Mi madre era soltera y muy joven cuando yo naci y no se caso posteriormente, asi que viviamos los dos juntos, ella trabajaba fuera toda la mañana y algunas tardes(era relaciones publicas de una empresa), asi que pasaba todas las mañanas solo en casa. Siempre me había atraido vestirme como mujer, tenia un cuerpo no muy grande, delgadito, me habia dejado el cabello largo hasta los hombros mas o menos, y tenia las espaldas muy estrechas, así que podia aparentar que lo era perfectamente. Como iba diciendo, cuando estaba solo todas las mañanas, empece a probarme la ropita de mi madre, no me encajaba mal(ya dije que era mas o menos pequeñito y delgado), sus zapatos, me maquillaba, y asi pasaba las mañanas, como una mujer viendo telenovelas. Posteriormente, a las pocas semanas, acabo aburriendome esto, asi que por las mañanas me vestia de hombre, llenaba mi mochila con ropa, unos zapatos, un bolso, maquillaje... y me iba a las afueras de la ciudad. Alli en un sitio apartado me cambiaba, metia en la mochila mi ropa de hombre, la escondia, me maquillaba y me ponia unas gafas de sol(porque me daba vergüenza no aparentar que era mujer), y me daba un paseo por esas calles, que no estaban muy transitadas, hasta que los zapatos empezaban a hacerme daño en los pies(yo usaba una talla 40 y mi madre una 37, asi que podia ponermelos pero con dificultades), y entonces volvia a ponerme mi ropa, me limpiaba la cara, y volvia a casa. Estuve haciendo esto unas semanas, y disfrutaba como un enano, y hasta algunos hombres se me quedaban mirando, lo que me hacia gozar enormemente. Como les decia, estuve haciendo esto, hasta que un dia, en el mes de enero, se me hizo mas tarde de la cuenta sentado en un banco, y al volver, mi mochila con la ropa de hombre no estaba. Alguien se la habia llevado. Como no podia hacer otra cosa, volvi andando asi vestido hasta mi casa, aunque los zapatos me dolian enormemente y tenia que ir muy despacio. Se me hizo mas tarde de lo debido, y cuando llegaba a casa, me cruce con mi madre, que volvia del trabajo. Seguro que me reconocio por su ropa, pero el caso es que me saludo:

-Vaya, de donde vienes.

Yo conteste en el mismo tono natural - De dar una vuelta.

-Ah bueno, pues luego hablamos arriba, que tengo que hacer unos recados.

Subi a la casa muerto de vergüenza, deje la ropa y los zapatos donde estaban y me puse otra ropa. Cuando llego mi madre, comimos con normalidad(aunque yo seguia muerto de vergüenza) y en cuanto acabe me fui a mi cuarto sin haber hablado del tema. Al rato entro mi madre.

-Tienes algo que hacer esta tarde?

-No – Conteste yo, rojo hasta las orejas.

-Es que tengo que ir a la peluqueria y luego a comprar algo de ropa y he pensado que quizas querias venirte.

Observe en ella un guiño de complicidad, así que le dije que de acuerdo.

-Pues vamos a vestirnos, no?

En este momento empece a comprender y me puse muy contento.

Fuimos a su habitacion, miro en su armario, y me saco una minifalda no muy corta, roja, y una camisa blanca de botones con flores. Ella llevaba puesto un vestido negro con una rebeca.

-Es mejor que no lleves nada ceñido, porque los hombros y los brazos se te notarian demasiado.

Yo ya lo habia notado, y solia ponerme una chaqueta o una camisa y nada de jerseys y cosas asi, pero desde aquel momento hice el firme proposito de adelgazar. Ella saco unas bragas, un sujetador y unas medias sin usar y me las paso.

-Toma, ve poniendote esto. Que usabas como relleno para el sujetador?

Le dije que gomaespuma que tenia guardada, fui a mi habitación, la saqué y me la puse bajo el sujetador. Me puse las bragas, las medias, disimulando mi polla en la entrepierna como podia, y despues me puse la camisa y la falda. Se me quedaba perfecto. Mi madre me dijo que cogiese los zapatos que mejor me quedasen.

-Aunque de todas formas habra que comprarte unos ahora. No te lleves el bolso ahora, y te compras uno con los zapatos. Bueno, estás lista ya?

Me gustaba que me llamasen en femenino. Le dije que es posible que se notase un poco que mi cara era muy masculina.

-Tonterías – dijo ella – Te voy a enseñar a maquillarte bien.

Saco sombra de ojos, mascara de pestañas, colorete, rimmel y empezo echandome base de maquillaje. A los 10 minutos me dijo que me mirase al espejo, y estaba increible.

-Ves? Estas hecha toda una mujer. Pintate los labios que nos vamos.

Me los pinte de un rosa discreto, me puse unos zapatos sin mucho tacon y salimos.

-Primero vamos a ir a la peluqueria, que te hace mucha falta. No hables si no quieres que yo les dire lo que tienen que hacerte.

Entramos a su peluqueria habitual, muy cerca de casa, y se pusieron manos a la obra. A ella no le hicieron casi nada, porque habia ido hace poco, pero a mi, según sus indicaciones, me pusieron brillos, me lo cortaron un poquito por algunos sitios, me lo alisaron y me lo dejaron precioso, vaya cambio que dio. Al salir me pregunto:

-Y que tal te ves?

-Increible, pero he pasado mucha vergüenza, seguro que han notado algo.

-Nada, ademas a ellas les da igual, seguro. Pero a que ahora si que pareces una mujer de verdad?

-Si, yo no notaria la diferencia.

-Pues entonces vamonos de compras, como hacemos las mujeres.

Teniamos mucho que hacer. Cogimos el coche, asi descanse un poco los pies, que ya empezaban a dolerme, y fuimos a un centro comercial donde hay tiendas de todo: ropa, zapatos, complementos, cosmeticos... Primero fuimos a una pequeña zapateria que le gustaba mucho mi madre. Tenian solamente calzado femenino, y muy de vestir. Mi madre me dijo:

-Cogete los que mas te gusten, pero que no tengan demasiado tacon que no estas acostumbrada. Mejor que no sean sandalias, algo normal.

Estuve mirando y mirando, esto de los zapatos es de lo que siempre mas me ha gustado mirar, me probe varios pares, y al final me quede con unos zapatos con algo de punta, que se ataban con pulsera al tobillo y con un tacon de unos 7 cm. Quiza fuese un poco alto para mi, pero asi contribuian a disimular mi pie, un poco grande. A mi madre no le acabaron de gustar:

-A lo mejor son un poco altos para ti, tendras que ir con cuidado al principio. Aunque si son los que te gustan, pues me parece muy bien, son muy elegantes.

Me los lleve puestos, y enseguida note la comodidad que suponian. Eran mas altos que los otros pero tambien de mi talla. Menos mal que para ser hombre no tenia el pie muy grande. Los tacones de aguja me subieron el culo y me notaba muy femenina. Me sentia muy contenta y agarre a mi madre del brazo, seguro que quien lo viera pensaba que eramos madre e hija. O incluso dos hermanas de compras, ya que mi madre se conservaba muy bien, y no llegaba a los 40 años. De pronto me di cuenta de un detalle:

-Vamos a ver los bolsos, no? Me siento muy rara asi sin nada en el brazo.

-Vamos, si, que es lo que te falta para parecer toda una mujer.

Fuimos a una tienda de complementos muy pija, la verdad es que era muy dificil decidirme, todos me parecian muy bonitos y femeninos. Despues de probarme como veinte diferentes y mirarme al espejo docenas de veces, me decidi por un pequeño bolso negro con el asa muy corta. A mi madre tampoco le acabo de gustar:

-Cuando empieces a llevar cosas, ya veras como se te queda pequeño. Aunque en fin, siempre puedes comprarte otro y dejar este para cuando salgamos.

Me estaba empezando a gustar lo de ser mujer. Ahora propuse ir a una lenceria, ya que me hacia falta de todo. Cogi varios pares de bragas de distintos colores, pero no tangas, ya que necesitaba que me sujetaran la polla, un par de sujetadores de encaje, y dos pares de pantys, color crema y negros. Mi madre me sugirio comprar tambien unos pantys de rejilla. Al salir me dijo:

-Mas adelante, cuando hayas adelgazado te compras mas, mejor no te compres mucha ropa ahora, que igual no te sirve luego.

Decidi no probar bocado en un par de semanas. Ya solamente nos quedaba comprar algo de ropa(hay que ver el tiempo que se pierde en complementos y chorradas por el estilo). Fuimos a una tienda que me recomendo mi madre, y me puse a mirar por todas partes, no sabia por donde empezar. Mi madre me pregunto que queria exactamente:

-Pues me gustaria un traje de chaqueta rojo, siempre me ha gustado mucho eso.

Miramos varios, me lleve tres conjuntos a los probadores. Me encanto la sensacion de ver a tantas mujeres esperando para probarse ropa. Al fin me toco, pase a un probador, me los probe, me mire de todas las formas, y me decidi por uno con una falda cortita, por mitad del muslo, y muy ceñida(pensando en que no se me cayese cuando adelgazara). Pagamos y nos fuimos. Ya cuando nos ibamos del centro, me pare delante de un escaparate y me fije en un sweater color champaña, sin mangas, que quedaria precioso debajo del traje que me habia comprado. Lo compramos y finalmente nos fuimos cargadas de bolsas. Eran las 5 y media cuando entramos y cerca de las 10 cuando nos fuimos. En el camino, mi madre me pregunto que me parecio:

-Me encanto. No sabeis la suerte que teneis las mujeres.

-Jeje, bueno, tambien tiene sus inconvenientes, pero llevas razon es muy bonito.

-Quiero ser mujer del todo. Quiero operarme de cambio de sexo.

-Estas completamente segura?

-Si, del todo.

-Bueno, no nos precipitemos. Piensalo muy detenidamente. De todas formas ahora no podria costearmelo, ya sabes que es una operación muy cara.

Dejamos ahí la conversacion. Podia ser peor, al menos mi madre me comprendia y me apoyaba y estaba seguro de que me enseñaria muchas cosas. Esperaba poder operarme dentro de unos meses. A ver si era posible. Continuara.