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El Monstruo

en Sexo Oral

El Monstruo: Historia de Cesar

¿Saben? Cuando uno solo es amigable para escuchar los problemas de otros, uno llega a escuchar las historias mas excitantes y fantásticas sobre la vida de los demás. Yo soy un tipo no muy agradable, cuya única capacidad social es esa, escuchar.

Así he escuchado, por ejemplo, el extraño caso de Cesar, como es un nombre común, no utilizare falsos, solo evitare los apellidos.

La historia de cesar, que me la contó un día que lo acorrale por no responder a mis llamadas un verano, en realidad solo me contó lo que paso en general, y no le creí, pero con el tiempo, y con la oportunidad de ver fotos e incluso conocer a algunas personas que tuvieron algo que ver, aun que sea poco con ella, me he convencido que cuando menos algunas cosas son reales. Fueron meses largos en que con lentitud me tuvo confianza, pues se sentía terriblemente arrepentido de lo que hizo, pero finalmente me contó los detalles, bastante interesantes.

Pero sobre todo, de las muchas historias que he escuchado, lo que me impulsa a transcribir esta es la extraña personalidad de mi amigo. Que me hace pensar, que quizás, cuando nos reprimimos fuertemente, y ocultamos a toda costa nuestros mas privados deseos, algo terrible y horrendo puede salir a flote. Y también, en el poder de la mente, que nos hace sentir cosas que no existen, solo porque creemos en ellas.

Así, les presento la historia de Cesar, el monstruo, que la disfruten. La historia esta en primera persona, pues soy mejor escribiendo de esa manera... bueno, menos peor. Hasta la próxima.

 

Lo reconozco, no soy una buena persona, ni siquiera lleno los requerimientos mínimos.

No es que no cumpla las reglas, o no intente ser amable con las personas. En realidad, lo intento siempre, trato de cumplir las reglas al máximo... pero claro, en algunas me permito fallas, a mi plena conveniencia, por supuesto. También intento ser poco cruel y ser comprensivo, evitar molestarme mas de la cuenta. En fin, intento ser alguien mejor, todo excepto ir a rezar a alguna iglesia, templo, mezquita o sinagoga.

Tampoco soy un parásito, estudio, claro que estudio programación para pronto, poder ganarme la vida y vivir solo... solo... para siempre... y estudio fuerte, se los juro, solo hay 10 en mis notas.

Pero aún así, se que no soy una buena persona. Hay deseos, deseos en mi interior que deben ser callados. Lo intento, todos los días de callarlos pero golpean mi mente al menor descuido.

En serio, no es mi intención ser así, yo no quise ser así, solo pasó, yo no me esforcé para que esto me pasara, pero ¿a quien acudir? Las personas con mi problema son los malos en la película, las personas que tienen las muertes mas horrendas y que son interpretados por los peores actores y los acompaña una música siniestra, para decirle al público "Ese tipo esta enfermo". ¿Qué hacer?, en serio que he intentado todo para arrancar los violentos y sucios deseos de mi mente y mi corazón... pero no puedo... y me golpeo la cabeza porque no puedo.

Digo, ¿por qué alguien no se esfuerza en tratarnos, en lugar de meternos a la cárcel? ¿qué estar 20 años ahí nos quitara los deseos? Porque en realidad, creo que cada segundo, encerrados, multiplicara los deseos horrendos que tenemos.

Si al menos me gustaran los muchachos, la cosa es mas fácil, las cosas mejoran para ellos, cada vez hay mas personas que los aceptan y los ayudan, y viven felices con sus gustos y deseos.

No digo que se nos permita vivir como ellos, es imposible, pero seria bueno que nos dijeran como tratarnos, como curarnos de esto, o cuando menos como evitar que sigamos teniendo los mismos deseos, tan violentos, tan fantasiosos, y tan satisfactorios.

Durante un tiempo pensé que era la edad, y aun lo creo, tal vez cuando cumpla 25 o mas todo eso se borre de mi mente, y pueda tener una vida normal... ¡Dios, Como lo añoro!, una esposa, no tiene que ser bonita, solo buena, amable y que me quiera, un par de niños, una casa bonita, un trabajo estable con prestaciones médicas, y un futuro sencillo y seguro... pero bueno, hoy en día, eso cuesta demasiado trabajo, incluso para los que no tienen problemas parecidos al mío, cada vez nos quitan mas, y mas... finalmente llegara el día por el que se han esforzado, y nos quebraremos el cerebro y la espalda, para ganar un latón de agua y un pan duro... pero en fin... ya no es mi problema...

Pero volviendo, evitando todo lo que me distrae para no aceptar mi realidad...

No tuve novia en la adolescencia... tal vez ese fue el problema... tampoco en la prepa, mi madre aun cree que me llegara el momento, yo también lo espero, pero se que es poco probable.

No me atraían mis compañeras. Si, claro, me gustaba verlas, pero jamás pensé en ellas mientras me satisfacía, solo lo hacía por un impulso de... pues, no sentirme homosexual. Jamás me atrajeron lo suficiente para que perdiera mi timidez, tomara valor e intentara algo profundo con ellas.

Cuando termino la adolescencia, empecé a pensar, "Tal vez en realidad me gustan los muchachos, si... ¿por qué no?, no me acerco mucho a las mujeres y tengo pocas amigas". Creí que ese era mi camino, siempre soñé con la esposa y los hijos, pero si eso no me iba a ser feliz, entonces valdría la pena intentar por lo poco convencional.

Pero eso también fracaso, tal vez fuera mi homo-fobia, no lo sé, pero resulto menos atrayente que con las mujeres.

Después de la escuela, paseaba en mi auto, pensando que quizás mi destino era vivir solo, ser solo un amigo de todos, alejado del sexo y las relaciones sentimentales. Ya tenía 17 años, sentía que ya era algo tarde para empezar a instruirme en esas cosas. Digo, si llegara a tener una novia después ¿qué le diría?. "Perdón, es mi primer beso". ¿A los 17? ¿o a los dieciocho? Que seria la edad en que por fin podría conseguirme una. Ya todos viven muy rápido, y la obligación es ridiculizar a quienes vivieron mas tiempo y desperdiciaron sus vidas.

Entonces, mi frágil alma recibió un certero golpe.

Paseaba en mi pequeño compacto de modelo muy pasado, por las calles de la zona clase-mediera del sur. En realidad no paseaba mucho, me quede atorado en el tráfico de una avenida, era la hora de las salidas de las escuelas primarias y secundarias, ese día había salido temprano, cosa de horario.

Puse música suave, me tranquilice, la gente, desesperada y soltando bilis innecesaria por cosas tan insignificantes, pero aya ellos, cada quien se mata como quiere. El sol pegaba, pero no tan fuerte para volver loco, era un sol cálido y refrescante, casi como el viento que soplaba suavemente y movía las hojas verdes de los árboles de los camellones. Amaba eso, es lo único bueno de aquella zona de la ciudad, todo lo demás, podrido hasta la medula, como aquellas señoras en sus camionetas grandes y lujosas, con peinados teñidos de rubio, llenando sus autos de aquellos niños, educándoles para ser tan podridos como ella. ¿Qué mas decir al respecto? Yo también soy de ahí, y estoy tan podrido como ellos.

Mientras divagaba por mis problemas filosóficos, se me antojo inclinarme a la otra puerta para abrir la ventanilla y estar mas fresco, fue un momento, quizás mas largo de lo que recuerdo... las vi.

Las jóvenes adolescentes reían, eran 4, quizás 5, Dios sabe de que reían, levantaban sus piernas cubiertas por las calcetas verdes y el horrendo calzado, sus cabelleras negras y castañas, sus risas fuertes y mágicas, sus dientes, algunos un poco chuecos, otras con aparatos dentales. Sus caderas, amplias, con esos redondos y voluptuosos traseros, lindos, quizás rozados, sus manos delicadas, sus pechos (dios me perdone), firmes, redondos, grandes en algunas, muy grandes en las restantes, desarrollados tan rápido que ellas no notaron el momento de cambiar su ropa interior, y se balanceaban jugosos y apetecibles dentro de sus camisas blancas. Jamás me explicare que tendrán algunas razas para que eso ocurra tan rápidamente...

Y sus rostros, finos, hermosos, aniñados, con rasgos tan detallados e inocentes, que ningún escultor puede retratarlos con justicia. Su mirada en los ojos cafés, tan llena de inocencia, todavía sin comprender muy bien lo que pueden desatar en los hombres... y algunas mujeres. Un rostro que transpira la inocencia sensual, excitante, salvaje.

Fue entonces, solo fue un momento, me incorpore, no había sido nada... eran... ¿niñas? ¿jovencitas? No fue nada, eran lindas, sí, eso era todo. Avanzo el auto de adelante y moví el mío los 2 metros abiertos, entonces, me noté húmedo, me mire para encontrar mis pantalones arruinados, no lo entendía, ahora comprendía lo que había sentido al ver a aquellas adolescentes, pero vamos... ¿qué edad tendrían? ¿12, 13, 14 a lo mucho?. Debió haber sido un accidente, tal vez al inclinarme algo pasó... si...

Volví a mirarlas, seguían ahí, mágicas y sensuales, que sentían que me llamaban con sus suaves movimientos cargados de inocente pasión. Aun qué no volví a experimentar lo que había sentido unos segundos antes, algo dentro de mi quería salir, algo violento, salvaje, algo maligno, sucio y depravado.

Fue entonces cuando lo supe... Tenía un Monstruo en mi interior, sediento de tiernas e inocentes adolescentes, deseando cumplir toda clase de fantasías con ellas.

No quería volver a mirar, me mantuve con la mirada fija en la camioneta de adelante, desesperado por salir de ahí a como diera lugar, ahora me unía a la masa de desesperados, pero mi razón para salir de ahí era mejor que la de ellos, pero eso no mejoraba la situación, el trafico seguía malo y terrible, apenas avanzábamos. El peor momento llego cuando pase lentamente frente al árbol donde las adolescentes hablaban.

Volví a mirarlas, no pude evitarlo, de nuevo me quede embelesado por aquella innata sensualidad de las adolescentes, eran 4, pude notarlo bien, deberían tener 15 años a juzgar por sus jugosos cuerpos. Al instante, mi miembro volvió a reaccionar. No lo podía creer, me sentía de nuevo de 13 años. Tenía que salir de ahí... tenía...

Al volver a mi casa me sentía perturbado por lo que sentía. Hice mis deberes en la casa y mis trabajos, pero la imagen de aquellas jovencitas no podía sacarla de mi mente, luchaba por borrarlos. ¿cómo podía sentir eso? Eran solo niñas, no estaba bien.

Por mas que intente detenerme, pase toda la noche masturbándome pensando en esos cuerpos, soñando en recorrerlos, besarlos y penetrarlos.

Los días siguientes evite pasar por secundarias en mis paseos, al menos no a las horas de la salida, pero la tentación era grande, el monstruo dentro de mi no me dejaba descansar, deseaba alguno de esos jóvenes y tiernos cuerpos.

Pasaron un par de años, desde ese incidente, trate de tener una novia normal durante ese tiempo, pero fueron rotundos fracasos, las humillaciones por las que creí que iba a pasar pasaron, aun así logre perder mi virginidad con una mala experiencia. El problema es que no me lograba excitar lo suficiente con una chica de mi edad. Solo podía pensar en jóvenes adolescentes, inocentemente sensuales. Y eso, por supuesto, dañaba las relaciones.

Como sea, poco a poco me iba olvidando del asunto, y volver a mi anterior vida solitaria, sabía que así debían ser las cosas, pues no podía cambiarlas por mas que me esforzara.

Como sentía mis viajes en auto algo limitados, por el miedo que me causaba lo que pudiera ver en la calle, pasaba las tardes en la casa de mis abuelos maternos. Tenían una bonita casa en una de las muchas zonas de clase alta de la ciudad. No era muy grande, pero tenían un amplio jardín rodeado de paredes para alejar la mirada de los curiosos, y lo mejor, una pequeña alberca techada, donde pasaba las tardes nadando, ejercitando mi cuerpo y liberando mi espíritu.

No puedo decir que fueran años felices, pero al menos eran tranquilos, y había aprendido que quizás, esa era la felicidad para mi.

Todo cambió el verano que cumplí 20 años. Todo iba bien, ya iba a la mitad de mi carrera y disfrutaría aquel verano como todos los demás, en casa, viendo a mis amigos de vez en cuando, pero no fue así.

Una semana antes de salir, mi padre me informo que en 2 semanas, nos visitaría su hermana, Tatiana, junto con su esposo. Ella se había ido a vivir a Canadá y se había casado ahí con un pelirrojo y fornido canadiense, y era costumbre que viniera a visitarnos de vez en cuando en temporada de fiestas, pero generalmente en esas ocasiones se quedaban en casa del tío Javier. En esta ocasión, planeaban quedarse 2 semanas para conocer de verdad la ciudad y los estados de alrededor, pues ella llevaba mucho tiempo sin visitar México y su esposo, que se llamaba Peter D., quería conocer un poco mas de la nación de su esposa.

El tío Javier, que era quien los hospedaba generalmente, tenía una casa amplia para tales objetivos, pero este verano saldría de vacaciones a la Unión Europea, así que mi padre se ofreció para darles alojamiento.

No le di ninguna importancia al asunto, hasta una semana antes de que llegaran, cuando mi padre movió un catre a mi cuarto y me dijo "Dormirás tú en el catre, y tus primas en la cama". Entonces caí en la cuenta de que mis tíos dormirían en la habitación de huéspedes, y mis primas en mi cuarto.

Mi padre no vio ningún daño en eso, es decir, a sus ojos yo era maduro y responsable, quizás solitario, quizás marica, y por lo mismo, sabía que podía poner a sus sobrinas a mi cuidado con plena confianza. Pobre de aquel hombre, no sabía lo oscuro y podrido que era su hijo, y nunca lo sabrá si tengo suerte, pues mis primas tenían 13 recién cumplidos y 14 años casi quince, justo el rango de edad que me hacía perder la razón y la cordura.

Llegaron al fin, mientras mis padres iban a recogerlos al aeropuerto, yo preparaba la comida (pues mi madre se esforzó en enseñarme a cocinar hacia tiempo, y me había convertido en un buen cocinero). Mientras preparaba los alimentos de comida mexicana para los invitados extranjeros, no dejaba de pensar en mis primas, Rachel y Naomi, habían pasado ya 5 años desde la última vez que las había visto, Rachel aún era una niña de 8 años y Naomi de 10, todavía no había peligro entonces, ni había descubierto mi depravado gusto por la piel fresca y joven. Sabía que ahora eran dulces y hermosas adolescentes, con cuerpos en formación... o quien sabe, quizás heredarían a su madre y sus cuerpos ya estarían totalmente formados precozmente, quizás tenían cuerpo de mujer... peor aun. Tan solo pensar en como se verían ahora hacía circular la sangre a mi entrepierna, al centro de mis ingles.

Había terminado de cocinar y me encontraba en la sala leyendo el periódico cuando escuche las rejas cerrarse, la excitación me volvió a asaltar, por temor de terminar en una situación embarazosa, afloje el cinturón y puse mi órgano totalmente empalmado bajo de él, para que no se notara mi situación, así, sujetado por el cinturón, no me causaría problemas.

Los salude a todos al entrar, fingiendo con maestría mis emociones y tratando de no mirar a mis primas demasiado, pues no sabía hasta dónde mis esfínteres serían capaces de aguantar la descarga lechosa que me causaría notar sus curvas.

Comimos en paz y tranquilos, escuchando el masticado español del tío Pete, con su acento franco-canadiense, platicándonos como había sido el viaje, y algunas noticias de aquel país. Era un buen hombre, que quería a sus hijas, y aunque le pareció algo extraño que ellas tuvieran que dormir en mi cuarto, no repelo, pues me tiene gran aprecio. ¿A quien no le agradan las personas dóciles que jamás dicen "no"?.

También incluyo en sus pláticas algo de política, pues es un separatista de Québec. Ellos viven en un pequeño pueblo semi-agrícola entre Hull y Montreal, ambos padres se dedican a un negocio casi familiar de aclimatación de casas, graneros y establos, tan necesarios para el invierno en el norte.

Terminada la comida, los invitados comenzaron a desempacar las cosas, para después hacer un rápido viaje para visitar a algunos familiares, hasta la noche en que volvimos a la casa para dormir.

Después de 3 horas de pesado viaje en avión clase turista, y estar visitando molestos parientes que nunca veían, las niñas no tardaron endormirse profundamente. Yo desde mi catre me acariciaba lentamente mientras las veía, quería detenerme, pero no podía, deseaba esos cuerpecitos escondidos en esas gruesas pijamas de lana, aptos para el frío invierno canadiense pero no para el caluroso verano citadino mexicano. Lo único que evite fue terminar, pues no había preparado nada para evitar manchar mis sábanas con el abundante esperma que hervía por ellas. Mi degenerada vista no paro de esculcar sus cuerpos durante las visitas familiares.

Rachel, era un delicioso angelito erótico de 13 años, sus piernas eran torneadas y esculturales, una cintura pequeña, un busto aun en crecimiento pero ya voluminoso, unas nalgas redondas, duras y tiernas, y sobre todo, un angelical rostro blanco lleno de pecas, con ojos verdes como las hojas de los árboles en primavera y un cabello tan rojo como la hoja de maple de la bandera de su país y lo usaba corto, a media oreja apenas, resaltando sus finos rasgos.

Naomi, en cambio, transpiraba erotismo, con un cuerpo totalmente formado, completo y generoso, sus piernas voluminosas y estilizadas, caderas y culo carnoso, apetecible y macizo, un vientre plano y delgado, y un par de senos demasiado generosos, que se apretaban y frotaban entre ellos, usara la ropa que usara, temblando y balanceándose con cada inclinación, giro o movimiento que hacía, invitando a ser observados, pero no tocados. Naomi era una niña atrapada en un cuerpo de mujer robusto y voluminoso, que transpiraba la inocencia erótica a límites intolerables y era suficiente con mirar su sensual rostro de labios abultados, nariz pequeña y respingona, no tenía pecas como su hermana y sus ojos eran café claro, su pelo era mas bien castaño oscuro, lo tenía largo, un poco mas aya de sus hombros..

Mientras me masturbaba lentamente, notaba un olor en el aire... tal vez no un olor, solo un "algo". Hormonas al máximo, deseo sexual incontrolable, pero no solo mío, ese olor era muy femenino, fuerte, embrutecedor, fascinante y seductor.

Los días siguientes fueron de visitar muchas partes de la ciudad, museos y zonas culturales que ni yo conocía, pero poco a poco se acababan los lugares.

Yo siempre trataba de estar cerca de mis primas, pero aparentando la máxima naturalidad, no trataba de acariciarlas descaradamente, esperaba solo oportunidades realmente buenas, y no abundaban tales situaciones.

Ellas por su parte me hicieron su amigo, pues era lo mas cercano a su edad que tenían al alcance, además que masticaban mucho el español y era difícil darse a entender y acercarse a otras personas. Se comunicaban conmigo en inglés, pues aun que puedo entender el francés no puedo hablarlo, y el ingles lo domino al 90%, pero hablaran en la lengua que fuera, su acento francés le daba aquel sensual tono que embelesaba y hacía mi sangre hervir, mi sexo se ponía morado de las prolongadas horas en que lo tenía parado y sujeto al pantalón.

En la noche me platicaban sus experiencias, de cómo era su vida aya. Yo, en la oscuridad de la noche, me acariciaba siempre, arriesgándome a que ellas lo notaran, excitándome con sus dulces voces.

Aprendí así, que no tenían mucho contacto con personas de su edad, en su escuela, sus grupos se conformaban solo de 9 a 15 personas y eran todas las del grado, la mayoría eran mujeres y los pocos muchachos ya tenían novias. Se notaba en sus palabras que su curiosidad por el sexo era grande, aun que no supe si ya se masturbaban, y evite un poco las conversaciones de sexo, pues eso las pondría algo incómodas.

Yo solo les platicaba como era mi vida en la ciudad, algunas costumbres y alguna que otra cosa interesante de mi vida y mi carrera.

También hay que decir, que después de la primera noche decidieron dormir en ropa interior, pues acostumbradas a las frías noches de su país, las noches mexicanas las hacían sudar a mares por las noches, solo utilizaban la sabana de la cama matrimonial para cubrirse.

Yo aprovechaba sus vestimentas antes de dormir al máximo, sus ropas no eran excesivamente eróticas o de lencería, pero si que eran minúsculas dejando ver sus deliciosos culos y mostrando cuan generosas eran sus tetas, especialmente las de Naomi. Ya cuando dormían, no podía evitar acercarme a ellas, levantar un poco la sábana y masturbarme viendo esos codiciados cuerpos con la luz que se filtraba entre las cortinas.

Los últimos días de su estancia, la familia decidió que viajarían por algunas ciudades periféricas. Para conocer mas del país, pero las niñas se resistieron, pues decían que se aburrían mucho pues no dominaban para nada la lengua, y preferían quedarse en la ciudad. Eran niñas de pueblo, que no acostumbraban y no gustaban de salir mucho.

Y en contra de todo, mis padres acompañarían a mis tíos, y me dejarían a mi a cargo de las niñas y de la casa. La situación me dejaba sin aliento.

Pensé que mis primas preferirían cuando menos dormir en la habitación que usaban sus padres, pero parecían disfrutar mi compañía.

El primer día paso sin contratiempos, pero no dejaba de pensar, en contra de mi integridad, como me podía aprovechar de la situación. Las lleve a pasear a algunas ferias y lugares del sureste, donde las cosas eran mas tradicionales y la gente mas amable. Las niñas estuvieron fascinadas y muy divertidas, hasta que la gente irremediablemente, como es costumbre en este país, comenzó a beber mas de la cuenta y a ponerse necios, al notar que ellas eran extranjeras, no tardaron en agredirlas y ser incorrectos con ellas, tuvimos que irnos de ahí. Las niñas quedaron bastante marcadas por el incidente.

En la noche, como las anteriores, me acerque a su cama para observarlas, pero al levantar la sábana me lleve un sobresalto; ambas estaban desnudas. Tan solo ver esos jóvenes cuerpos voluptuosos y bien formados, la eyaculación vino de golpe, tan de golpe que apenas tuve tiempo de retirarme y no mancharles la cara, aun que el primer chorro por poco salpica a Rachel, que era la que tenía mas cercana, depositándose en su almohada, a unos centímetros de su rostro que dormía plácidamente al lado.

Limpie lo mejor que pude el piso, el colchón, la almohada y todo lo que había manchado, con sumo cuidado de no despertarlas. Hice bien mi trabajo, lo poco que absorbió la almohada de Rachel podría atribuirlo ella después a su propia saliva.

Al terminar me volví a acostar, dándome cuenta que ni siquiera tuve verdadero tiempo de apreciar sus cuerpos, pues todo había sido muy rápido, pero decidí que era mejor dormir, el monstruo en mi interior era una bestia que aun no sabía entender ni descifrar, mucho menos controlar.

En la mañana, desperté antes que ellas, dormían tan profundamente como la noche anterior, me encamine al baño, totalmente desnudo, no sin antes darles una mirada, imaginando sus desnudos pechos, cálidos y suaves, mi erección se volvió tan violenta, mas violenta que las anteriores, pues sabía que estaban desnudas, con las hormonas altas, tal vez disponibles.

Trate de orinar, casi imposible teniendo el pene tan erecto que solo podía moverlo para arriba, era imposible hacerlo apuntar hacia abajo, sin importar cuanto hacía para tranquilizarme.

Como pude, orine, cuando termine, me quede parado frente el escusado y me masturbe pensando en las largas y torneadas piernas de mis primas.

Pero justo cuando comenzaba, la puerta se abrió de golpe, los dos nos quedamos pasmados, en la puerta, Rachel, con ropa interior blanca y diminuta y yo con la mano en la polla.

Desde ese instante, por primera vez, el monstruo controlo mi cuerpo y mi mente, dejándome a mi, como un mero espectador, asombrado de las acciones y palabras que salían de mi boca. (N. del A.: Los diálogos se me transmitieron en español, así que no tengo idea de cómo fueron los originales en inglés o francés)

-¡Oye! ¿quién te crees? – grite enojado por la falta de cortesía aun con la pincha en la mano – Se toca antes de entrar, idiota.

-Perdón... – se disculpaba de forma casi ridícula – no fue mi intención, pensé que seguías durmiendo.

-Y mira, ni siquiera cierras la puerta... no, ya pasa y has lo que tengas que hacer.

Salí y cerré la puerta tras de mi, cuando salió, la confronté y le bloquee la salida, avance unos pasos acorralándola y cerré la puerta una vez mas.

-Pero que falta de cortesía - le dije en tono muy severo – entrando así al baño, mas aparte viéndome desnudo. Eso es algo grave en esta casa, espera a que tus padres lo sepan.

-No primo, por favor, no les digas – su rostro se veía tan lindo estando desesperado y era excitante sentir sus intermitentes miradas a mi sexo – mira que no es para tanto.

-Para ti no, pero para mi sí.

-Bueno ¿qué quieres que te diga Cesar? Ya me disculpe, lo siento.

Las tiras de su pequeño braciere se movían a los brazos, se veía tan apetitosa.

-Esta bien – concedí – tal vez no es para tanto, pero te voy a pedir un favor a cambio.

-Bien, me parece justo, ¿qué quieres que haga?.

Por un momento me pareció ver un flash en su mirada, algo lujurioso, ella deseaba que me cobrara el favor... pero no le daría gusto, pues era mi casa, y era mi juego.

-Hmmm... – medite mirando al techo – pues no se me ocurre algo, ya te diré cuando tenga algún problema.

Baje la vista y ella de inmediato levanto la suya. Le sonreí.

-¿Qué? ¿nunca habías visto uno?. – le señale mi pene.

-Pues... no, la verdad – contesto sosteniéndome la mirada a los ojos.

-Pues bueno, ya no se puede poner peor la cosa, anda mírame a placer, digo, para sacar algo de este asunto.

Tímida, se me acerco con cuidado, sus ojos brillaban de curiosidad, inspecciono con cuidado los testículos, el tronco, pero tuvo una especial fascinación con el glande.

-Lo tienes grande – me dijo – o eso creo.

-Pues no mucho, solo lo normal – me tome el aparato con ambas manos, solo la hinchada cabeza sobresalía.

-Oye... ¿te lo puedo tocar?.

Esperaba esa pregunta, digo, ¿qué clase de historia sería esta sin esa pregunta?. Solo que utilice la respuesta menos usual.

-Lo siento, Reich – que era como le decía – estas aún muy niña para esas cosas

Ella se desilusionó notablemente, estaba muy excitada, se podía oler a distancia, mantenía las piernas juntas, frotándolas entre ellas, sus pezones levantaban la tela de su sujetador lentamente y sus rostro lleno de pecas, se volvía casi tan rojo como su cabello.

-Te estabas masturbando ¿verdad? – me preguntó.

-Así es – le conteste fríamente – ya sabes, uno tiene cierta clase de sueños y quiere desahogarse un poco.

Deje pasar el tiempo preciso, justo cuando ella parecía tener ya satisfecha su curiosidad.

-Oye... ¿quieres ver como me masturbo? – le pregunté.

Sus ojos de nuevo brillaron, y sus pezones se pusieron aun mas duros.

-Si, ¡Claro! – contesto ella con entusiasmo – Bueno, si no te molesta...

-Esta bien, de todas maneras iba a hacerlo, y esta bien que conozcas un poco de estas cosas, ponte a mi lado.

-¿No lo podrías hacer frente a mi?.

-No, te mancharía mucho.

-No me importa, tengo poca ropa y me bañaría inmediatamente.

Fingí dudarlo.

-Hmmm... no, es que en serio, saco mucha leche.

Al escuchar "leche" su cuerpo dio un brinco involuntario.

-Créeme que no importa – continuo ignorando la extraña reacción de su cuerpo – tengo mucha curiosidad por estas cosas.

-Esta bien, pero no te quejes después. Siéntate en el escusado y yo me pongo enfrente tuyo.

Me obedeció, y al segundo estaba en posición ella, y yo comenzaba a meneármela a pocos centímetros de su boca. Rachel miraba hipnotizada cuando hacía cubrir el rojo y enorme glande con el prepucio, esparciendo el líquido seminal por el resto del tallo.

No podía evitar su excitación, mordía sus labios, se los llenaba de saliva, repetidamente levantaba las manos que se apoyaban en el mueble, con deseos irresistibles de tomar y agitar el palo que tenía en frente, pero se contenían.

-¿Me enseñas a masturbarte, primo? – me pregunto entre sus suspiros.

-No, ya te dije que no puedes tocármela, estoy yendo muy lejos accediendo a hacer esto, aun eres niña – me sorprendía a mi mismo la celeridad y frialdad con la que hablaba, sin olvidar el hecho que estaba durando mas de lo que hubiera soñado en tal situación.

-No soy tan niña, ya soy una adolescente.

Mire con deleite su cuerpo.

-Lo acepto – le dije – tienes un muy bonito cuerpo, prima.

-Gracias – finalmente movió su vista para mirarme a los ojos - ¿crees que llegue a tener las tetas tan grandes como mi hermana?.

-Claro, vas a estar preciosa...

Gemi fuerte, para avisar de lo inminente, y mire con detenimiento el hermoso espectáculo, con los ojos atentos mi prima recibió lechazo tras lechazo hirviendo sobre su rostro, no perdiendo ni un detalle una vez mas, mi placer y las descargas aumentaban con la visión, tiro tras tiro cubrí su rostro de ángel con potentes descargas que quemaban su piel, hasta que las ultimas gotas se desparramaron por sus rodillas, el resto, ya circulaba rumbo a sus pechos.

Apenas termine, ella soltó un suspiro mas fuerte que los anteriores, cerro los ojos y se puso tensa, note un nuevo olor en el ambiente.

-Mierda, primo – dijo recuperándose y quitándose el semen de los ojos – si que sacas "leche".

-Te lo advertí.

Tomo un poco con sus manos y lo observo con cuidado.

-No sabía que así era el semen... es muy gracioso.

-Bueno, ahora ya sabes todo lo necesario – me limpiaba el resto de la leche con un pañuelo – espero que esto no se vuelva a repetir.

-¿Estas seguro? – pregunto angustiada – me gusto mucho mirarte y re... bueno, mojarme con tu leche. ¿no lo podemos repetir?.

-No Reich, ya te dije que aún estas muy joven para esto. Quizás cuando crezcas un poco, pero estarás para entonces en tu casa, muy lejos. Ahora báñate y no le digamos a nadie lo que paso aquí.

Trato de repelar pero yo ya había salido del baño, su hermana seguía durmiendo sin saber que me había corrido en la cara de su hermana. No sabía que mi corrida iba a tener el efecto que tuvo en Rachel, pero bueno, algunas adolescentes están tan ansiosas, y tan dispuestas a complacer, que cosas fantásticas suceden.

Por la experiencia del día anterior, las niñas estaban algo renuentes a salir a conocer de nuevo. Preferían quedarse en casa a ver series y tratar de adivinar lo que se decía, o repetir los diálogos en ingles pues siempre eran episodios que ellas habían visto ya una docena de veces. Compramos algunos refrescos y comida chatarra y nos divertimos todo el día con tan simple pasatiempo.

Rachel y yo nos comportamos como si nada hubiera pasado en la mañana, me sorprendió de ella, pero mas de mi, pues estaba en una especie de piloto automático, donde yo no planeaba ni ejecutaba las acciones, solo las veía, las sentía y por supuesto, las disfrutaba. Y todo por alguna razón, salía perfecto.

En la noche, no tuve necesidad de masturbarme viéndolas, la experiencia de la mañana me había dejado... no satisfecho, pero si suficientemente calmado para dormir en paz.

Al día siguiente nos despertamos tarde los 3, y parecía que volveríamos a repetir la rutina del día anterior, pero de esa manera no progresaba mucho.

Les ofrecí que podíamos ir a la casa de mis abuelos maternos a nadar y estar un rato ahí, ellos nunca estaban en casa pues en realidad vivían en Acapulco y solo visitaban aquella casa algunos fines de semana. Yo podía entrar y salir las veces que quisiera de ahí, con la condición de ayudarles a limpiarla de vez en cuando, pero como nadie en realidad la habitaba, era un trabajo sencillo a pesar de ser una casa relativamente grande.

Estuvieron de acuerdo, y hasta emocionadas. Solo que tenían un problema, como sabían que no iban a una playa ni se hospedarían en un hotel con alberca, no habían traído sus trajes de baño.

Les dije que podríamos pasar a alguna tienda para que se compraran alguno, pero a ellas les asustaba de nuevo mezclarse con mi raza, pues la experiencia del primer día las había agobiado un poco. Les propuse al fin que podían usar su ropa interior para nadar, solo estaríamos nosotros tres y nadie se quejaría por eso. Al fin aceptaron, tomaron la ropa de algodón que tenían y nos fuimos en mi auto.

Al llegar nos quitamos la ropa y nos echamos al agua rápidamente, sus prendas, blanca de Rachel, azul de Naomi, rápidamente se transparentaron, permitiéndome ver sus pechos y pezones con los juegos y nados que hacíamos. Yo, que no tenía excusa, use mi traje de baño amarillo.

Fue una tarde tranquila, comimos mas comida chatarra, prepare algunos tacos con comida que habíamos llevado y la poca que había en casa. Me rogaron porque les comprara cervezas, pero les mentí diciéndoles que aquí se era muy duro con eso de que bebieran los menores. En realidad, aun que soy un asiduo fumador, detesto embrutecerme con el alcohol, y peor aun, tener que soportar a personas borrachas, y como eran adolescentes precoses, terminarían bebiendo de mas y vomitando, sin olvidar de que yo podría perder el control sobre ellas.

Solo accedí a prepararles algunas cubas libres con licor del abuelo, pero les ponía apenas lo suficiente para que oliera el vaso a ron y no les permití mas de 2.

En general fue un buen día.

En la noche, les pregunte, como de curiosidad, si estaban durmiendo desnudas, pues las había visto muy destapadas aquella mañana. Me contestaron con la verdad, que lo hacían porque hacía mucho calor, me preguntaron si no había problema. Por supuesto les dije que no había ninguno, solo quería saberlo para respetar mas su privacidad, y les confesé que de hecho yo también dormía desnudo aun que mas por comodidad. Ellas se miraron un momento y después se durmieron.

Ni yo mismo entendía a que iba todo eso. Pero lo comprendí, con algo de dificultad, en la mañana siguiente.

Me desperté algo temprano, antes que ellas, creí que quería dormir un poco mas, pero me puse totalmente boca arriba, una posición que no acostumbro para conciliar el sueño. No sabía porque lo hacía, por que no me levantaba o hacía algo, incluso no me dormía, a pesar que me sentía con algo de sueño. El monstruo se comporta de formas extrañas, pero increíblemente previsoras.

De repente, escuche unos ruidos, eran sus voces, a pesar que no era diestro en el francés que hablaban entre ellas, podía captar la mayor parte, y solo algunas palabras extrañas las adivinaba por intuición. Tan solo escuchar la primera palabra, mi entrepierna levanto la sábana con furia.

-Hmmm... ¿estas despierta Nomi? – preguntaba en voz baja Rachel.

-Si... pero trato de dormir por si no te das cuenta – contestaba su hermana acomodándose.

Paso un momento, yo no abría los ojos, me descubría una faceta nueva de actor, que superaba con creces a los profesionales en el aspecto de fingir dormir.

-No puedes dormir, ¿verdad? – volvió a preguntar Rachel

-No.. hace un calor terrible.

-A mi me gusta.

-A mi también, pero no estoy acostumbrada, además, me siento algo rara.

-Yo también, y eso es lo que me gusta.

Volvió el silencio unos minutos.

-Podríamos levantarnos a hacer el desayuno – propuso Naomi

-No... no tengo ganas y es muy temprano. Uff... me hace daño comer tanta fruta.

-A mi me gusta, no comemos tanta generalmente. Bueno... ¿vemos televisión?

-Tampoco tengo ganas.

-¿Entonces que quieres?

-Quisiera dormirme de nuevo, pero no puedo, me siento tan rara durmiendo sin nada de ropa.

-Ja, imagínate a Cesar que ha dormido con este calor toda su vida.

Hubo un movimiento en la cama.

-Oye Naomi... – siempre me sorprenderá que "Naomi" suene tan rápido en su lengua y yo tenga que abreviarle "Nao" - ¿no tienes curiosidad de ver a Cesar desnudo?.

-Pero ¡Estas mal!.

-¿Tienes o no?.

-Pues si, pero como que no debemos... además... ¿qué tal si se despierta?.

-Cesar no despierta con nada, ¿no recuerdas el miércoles que se me cayeron las maletas? Tu te despertaste pero Cesar ni se movió.

-Hmmm... no sé, me da algo de pena.

-Anda, vamos, no se va a enterar, y apuesto que nunca has visto un pene.

-Pues no, ¿tú si?

-Tampoco – mintió Rachel – me muero de curiosidad. Mira, nada mas le bajamos la sábana un poco y miramos un rato.

-Esta bien, pero pongámonos un poco de ropa por si despierta.

Tardaron un momento en ponerse la ropa, no lo vi, como dije yo solo escuchaba con atención y fingía ligeros ronquidos. Cuando terminaron, se acercaron a mi cama y me rodearon, por sus voces note que Naomi estaba a mi izquierda y Rachel a la derecha.

-Mira – exclamo Naomi – ya lo tiene parado.

-Ha de ser por el calor... todas las mañanas que volteo a verlo esta así.

-Debe estar soñando algo muy bueno.

-Otra garantía de que no se despertara.

Note que sus manos se metían en la sábana y la levantaban poco a poco, hasta que mi pene salto y se bamboleo ante sus ojos.

No dijeron nada por varios minutos, tampoco se movieron, parecían simplemente admirar mi polla en máximo esplendor.

Rachel rompió el silencio una vez mas.

-¿Por qué sonríes?

-No se, solo me dieron ganas, es muy bonita.

-Si, me gusta verla.

-Si te puedo confiar un secreto, Rachel, estoy un poco excitada.

-Yo también, se siente rico.

-Mírale la cabeza, es muy roja, no puedo dejar de verla.

-Me da curiosidad el hoyito que tiene. Es por donde orinan. ¿no?.

-Si, también por donde sacan el semen.

-Quiero tocarla.

-¡NO!, eso si lo va a despertar.

-No se despierta

-No lo hagas, por favor, si nos descubre nos mata. Ya vez como nos dice que son los mexicanos con eso de la privacidad.

-Esta bien, pero tengo unas ganas terribles...

Note un pequeño movimiento rítmico en la cama, Naomi debió notarlo también.

-¿Te estas masturbando? – pregunto asombrada Naomi.

-Pues... sí... ni me di cuenta que empecé a hacerlo...

-No lo hagas, no me gusta.

-Oye, si no me permites tocarlo, al menos permíteme esto.

-Es que me incomoda.

-Puedes salirte mientras lo hago.

-Uy sí, yo me tengo que salir, mira hazlo, pero yo me voy a acariciar los senos.

-Tu si puedes masturbarte, a mi no me molesta.

-Pero no tengo ganas... solo quiero sóbramelas un rato, claro, como tu no tienes no sabes lo que se siente.

-Cállate.

Se masturbaron y tocaron en silencio, Rachel gemía como gatita en celo, suave, ronroneando, con muchos suspiros y ritmo, era casi musical. Los gemidos de Naomi eran también parecidos pero llegaban mas a gritos y jadeos.

Después de unos minutos, fue obvio que Rachel había tenido su orgasmo.

-No puedo creer lo que acabas de hacer – le critico Naomi – te acabas de masturbar enfrente de tu hermana...

-Tu también quieres hacerlo, déjame en paz... me siento muy bien... – estaba notablemente cansada a pesar que sus movimientos no eran muy bruscos.

-Ya te dije que no quiero.

-Ya en serio, si quieres me salgo un rato.

-No, en serio que no es eso... es que... bueno... Mira Rachel, no digo nada de lo que acabas de hacer si no le dices a nadie lo que estoy a punto de decirte.

-Me parece bien, ¿qué tan malo podría ser?.

-Mira lo que pasa es que siento... yo siento que... mejor dicho, es como que... pues me dieron ganas de metérmelo en la boca.

Rachel soltó una carcajada ahogada.

-No te rías inmadura – se quejo Naomi.

-Perdona... pero... jajaja...

-Es muy normal... supongo...

-Si... supongo que ha de ser normal pero... jajaja... es que sonó tan gracioso.

Naomi río también un poco.

-Bueno... sí – concedió – si suena muy raro, pero al verle la cabeza tan roja y gorda, como que se me antojo... no se, es algo muy raro.

-Pues sí... ¿a qué sabrá su cabecita?

-No creo que sea el sabor, mas es la sensación de lo que tengo curiosidad, es algo muy fuerte, tengo ganas de saltarle encima y metérmelo todo en la boca. Como si me fuera a sentir muy satisfecha con hacerlo. Y dejármelo adentro mucho tiempo.

-Ya veo... sabes, yo tengo muchas ganas de probar la "leche" esa que sacan, siento lo mismo que tu, mucha curiosidad por hacerlo, un verdadero deseo que de tan solo pensarlo hace que me lata mas duro el corazón.

-Ya vez, sentimos algo parecido... hmmmm... nada mas de verlo me dan mas ganas.

-Y... ¿por qué no lo haces?.

-Te estoy diciendo que tocárselo lo despertara, ¿cómo crees que voy a hacer eso sin que se despierte?.

-Mira, acepto lo que dices acerca de tocárselo, por que nuestras manos están frías, y son ásperas. Tampoco digo que te lo metas a la boca, eso si que lo despertara... pero bueno, podrías tocarlo con tu lengua, es cálida, húmeda, no lo notara.

-No... yo creo que sí...

-Anda confía en mi, mira también tengo una idea.

Rachel movió la sabana completa hasta hacerla una tira sobre mi abdomen.

-Mira Naomi – explico – yo cuido que no se despierte, si ya parece obvio que se va a despertar, salto hacia él, y le hago cosquillas o algo, tu rápido lo cubres con la sábana y listo, si pregunta algo, le decimos que le rozamos sin querer, que solo estábamos jugando y queríamos despertarlo.

Naomi río.

-¡Que mente tienes, hermanita!

-Anda, ¿quieres hacerlo, si o no?. Después de ti, quiero hacer lo mismo. Veo que por su hoyito le esta saliendo una gotita, ha de ser la leche esa, quiero probársela.

-Esta bien.

Se pusieron en posición, Rachel atenta a mis reacciones, se sentó junto a mi pecho. Naomi se arrodillo en el suelo y se inclino un poco, hasta poner su rostro (supongo yo) a la altura de mi palo, paso un tiempo decidiéndose, temblaba de exitación y sentía por el colchón los latidos fuertes de su corazón, empecé también a notar movimientos rítmicos, probablemente comenzó a masturbarse.

Con dudas, pero constante, sus rostro se acerco mas y mas a mi hirviente miembro, ansioso de sentir sus caricias orales. Ya sentía su cálido aliento golpeando en mi verga, sentía que podía absorberlo con mis poros. Finalmente saco la lengua y toco mi tallo, me sorprendió no haber saltado de gusto, pero ella si lo hizo, como si hubiera recibido un shock eléctrico, solo la punta me tocaba pero era suficiente para ambos, con delicadeza llevo de arriba hacia abajo su lengua, recorriendo y ensalivando un poco mi tallo, su masturbación era mas acelerada, justo cuando considero que iba a terminar, paso lentamente la lengua por mi glande, hasta que se puso rígida y movió un poco la cama, retirándose para disfrutar de las sensaciones.

En ese momento solté un tosido, que hizo que ambas se levantaran de susto. Hasta ahí iban a llegar. Por poco y Rachel iniciaba su "plan de emergencia" pero el susto la detuvo, seguí fingiendo que dormía placidamente y me volteé a mi izquierda, bloqueándoles el espectáculo.

-¡Que susto! – exclamo Naomi.

-Vaya que sí, ni me pude mover del miedo.

-Pero solo tosió, que alivio.

-Bueno ahora es mi turno.

-Imposible, ya se volteó, y creo que ya tentamos mucho a la suerte.

-Bueno... no me quejare, de hecho estoy algo cansada.

-Yo también, por la misma razón... se sintió riquísimo, jamás había sentido algo igual en mi vida.

-¿A que sabe?

-No lo note, es solo que me sentí tan bien, tan satisfecha, uyyy... siento raros los pechos, como que tengo ganas de que me los aprieten.

-Que bueno que te gusto. Me debes una ¿eh?.

-Si... – suspiraba – lo que tu quieras, ahora si que tuviste una buena idea. Mañana si tenemos suerte, será tu turno. Habrá que levantarnos temprano.

-Bueno, ahora hagamos el desayuno, es lo único que le podemos dar por estar abusando así de su sueño.

-Oye... Si estuviera estado despierto, ¿le habría gustado?.

-No lo sé, no se si a los hombres les gusta que hagamos eso. Pero no nos hubiera dejado hacerlo de estar despierto, ya vez como es, ni nos permite beber.

-Ya déjalo, ahora vámonos antes de que despierte.

Me acomodaron la sabana con algo de trabajo y salieron del cuarto.

En cuanto las escuche lejos, me retorcí he hice muecas de placer, tenía ganas de gritar mi infinita felicidad y placer, aquel era el momento mas erótico de toda mi vida, no podría creerlo. Tome un respiro, y me puse a pensar las últimas palabras de su conversación... ¿por qué lo hacia?. Seguía sin saberlo, así como muchas otras cosas, pero con el tiempo, deje que... "eso", esa horrenda criatura en mi interior, se encargara de todo.

Me hicieron un buen desayuno, no pregunte porque. Durante el día sus acciones se volvieron mas atentas conmigo, fue un cambio notable, pero debían de pensar ellas que yo no lo notaba. A la hora de nadar fue lo mas obvio, se me acercaban mas, trataban de manosearme a la primera oportunidad, me abrazaban, pero yo siempre lograba zafarme, como había dicho, era mi juego, y ellas los juguetes.

No nos quedamos mucho tiempo en casa de mis abuelos, volvimos de temprano a la casa y vimos televisión como en días anteriores.

Ellas seguían con sus juego de decir los diálogos de las series que ya habían visto y adivinar lo que decían las demás, terminaban inventando buenas historias con base a las imágenes.

Pero note algo que no había notado en días anteriores, las series que conocían eran series mas inocentes, no digo para niños o algo así, pero eran las series en las que no se tocaba en ningún momento temas sexuales pero ni de chiste. Lo encontré fascinante.

En base a eso, en la noche fui un poco mas atrevido con la conversación, ahora sabía que estaban curiosas del sexo, pero las pequeñas irregularidades me daban muchísima curiosidad. Con un tacto que no me reconocí, fui averiguando cosas sexuales sobre ellas, apuesto a que ellas mismas no se dieron cuenta de sus respuestas, de hecho nunca hubo algo directo, pero por alguna razón, entendía algo entre líneas en sus palabras, casi como si pudiera leer sus mentes con las pocas palabras que decían, aun que no tuvieran mucho que ver.

Averigüe así, que el pueblo donde vivían era una especie de pueblo muy puritano. De sexo no se hablaba casi nunca mas que en la escuela, por orden del gobierno. Por la escuela lo único que sabían era lo realmente básico, que era un pene, una vagina, un orgasmo, masturbarse, y por supuesto que era un condón, como se ponía y algo sobre las enfermedades venéreas.

El tío Peter, ferviente católico, llego a bloquear ciertos canales y programas en los que aparecía cualquier referencia sexual. Como si no hablar de eso fuera a hacer desaparecer tan "horrendo" acto.

A veces me pongo a pensar sobre ello, al pensar en naciones ricas, pensamos que son muy liberales y hacen de todo, pero bueno, el mundo es un lugar extraño... no, me equivoco, el mundo no es extraño, solo las personas.

No sabían mas, no sabían posiciones para una penetración, ni que era el sexo oral o anal, no sabían lo que le gustaba a los chicos, ni siquiera sabían con seguridad absoluta si a los chicos les gustaban los senos grandes, ni porque (lo que me extrañaba, pues se hacían bromas sobre el tamaño de sus pechos, y Rachel parecía muy preocupada al respecto siempre, pero debe ser alguna clase de competencia que tenían entre ellas). Todo parecía indicar que jamás habían visto alguna película o revista pornográfica, y los únicos penes que habían visto eran probablemente dibujos en sus libros de biología. De ahí su suma fascinación en mí.

Por supuesto, como puede imaginar, tenía que proponerme ser su profesor de sexualidad, pero... que dios me perdone, porque la bestia en mi interior tenía planeado algo tan ridículo, tan poco usual, que aún hoy me sorprende que haya funcionado.

Me desperté de nuevo muy temprano, incluso mas que el día anterior, ni siquiera había luz aun, solo oscuridad, sin saber una vez mas, me puse boca arriba a tratar de seguir durmiendo. Pero ya estaba muy convencido de mi extraña capacidad para predecir acontecimientos.

-Anda... – susurraba Naomi a mitad de la noche – ya despierta.

-Ya voy... ya voy... – contestaba entre sueños su hermana – que también tengo ganas ya.

Sin importar si abría o no los ojos, no se veía nada, una vez mas me conforme con escuchar.

Se levantaron de la cama, silenciosas, lo mas que podían, cuchichearon algunas palabras que no entendí, y pronto sentí una luz tenue que iluminaba mis parpados.

Ajustaron un poco mas la luz de la lámpara que llevaban, y caminaron hacia mi cama, sentándose como la mañana anterior, fueron mas rápidas en despojarme de mi sábana, y a hincarse en el suelo, con sus rostros cerca de mi verga.

-Parece que siempre la tiene parada – comento Rachel.

-Si, es muy raro, ¿será normal?.

-Quien sabe pero creo que somos afortunadas de que así sea.

-¿quieres lamérsela?.

-Si, me siento húmeda tan solo de pensarlo.

Se acerco Rachel, mas y mas, tenía menos dudas que su hermana en su ocasión, y rápidamente su lengua danzaba sobre mi glande, como una espada al rojo vivo, pero yo, me mantenía tan sereno como siempre, a pesar que sentía que su lengua me quemaba.

Recorrió bien esa zona, llevando cada 10 o 15 segundos la lengua de regreso a su boca, para mojarla y degustar el líquido pre-seminal.

-¿Qué te parece? – le pregunto su hermana después de 5 minutos.

-Se siente riquísimo, no pensé que se podría sentir así de bien. – chillo un poco – estoy muy húmeda.

-Te gusto la cabecita, ¿verdad? Creo que es mi parte favorita.

-Lo malo es que solo tiene una y nosotras somos dos.

-Pero mira, ¿qué tal si tú se la lames unos segundos, retiras la lengua para saborear, y yo se la lamo mientras?.

-¡Va! Es una gran idea, Naomi, ya vez, tu también tienes buenas ideas.

Así, con una precisión que me sorprendió para su edad, una recorría con avidez su lengua por mi sexo, sintiendo en cada papila gustativa todo el calor y excitación que yo desprendía, en cuanto recorría un poco y pasados 4 segundos, retiraba su lengua y permitía a la hermana hacer lo mismo. Quería gritar, me esforzaba para correrme, pero no podía, una vez mas estaba en piloto automático.

Solo me atreví a abrir un poco los ojos, el espectáculo valía 100 millones. Las dos hermanas, con cuerpos eróticamente esculturales, totalmente desnudas, sin embargo la posición de sus cuerpos no me permitía ver sus partes púdicas, aun así, su culo y sus piernas se veían perfectos, y si bien no se veían sus pezones, si se podía hacer uno buena idea de sus senos.

Naomi con el pelo suelo que caía por su espalda, y Rachel con el pelo alborotado, lamiendo con mas entusiasmo. Las dos tenían los ojos tiernamente cerrados, lamiendo como dos niñas un delicioso helado por el que hubieran pasado el peor de los sufrimientos para conseguirlo. Esmeradas, se masturbaban eróticamente con sus manos, apretando sus pechos con la otra y pellizcando sus pezones. Intercambiándose el dulce con perfección de manecillas de reloj suizo.

Paso el tiempo, que me pareció a mi el verdadero significado del paraíso, hasta que las hermanas quedaron satisfechas al fin, suspirando y expresando lo mucho que les había agradado el trabajo.

-No puedo creer lo que hacemos – dijo Naomi, con la cabeza recostada en mi colchón, totalmente agotada.

-Y yo no puedo creer que lo hagamos con nuestro primo sin que se de cuenta. – Rachel se notaba mas cansada, al ser la que soltó al último la presa.

-Hemos sido cuidadosas, somos muy delicadas y lo tocamos con mucha suavidad.

-Oye... pero... me acuerdo en mi clase de sexualidad, de las últimas que vi, que con estimulación placentera, el pene eyaculaba.

-Si, me acuerdo un poco de eso aun que ya fue hace tiempo.

-¿No te parece raro? Aun que este en sueños podría ser que soltara el esperma, ¿no?.

-Hmmm... no sé, ni siquiera sabemos si a los chicos les gusta.

-Te apuesto que no, yo pienso que si tuviera uno de esos no me gustaría que me lo estuviesen mordiendo y babeando, ha de sentirse desagradable.

-Si, deben de odiarlo... pero bueno... no estamos seguras... mira, no hay forma de que sepamos. Aya en casa, nadie podría decirnos, ya sabes como son para hablar de estas cosas, aquí podríamos aprender, pero no entendemos nada del lenguaje. Solo podemos preguntar a Cesar por ahora.

-Pero, ¿quién le pregunta?.

-Yo lo haré, tengo una idea, déjalo en mis manos y confía en mí, quizás en un par de días te tenga la noticia. Tal vez lo que sentimos no este bien.

-Espero que no sea así.

-Oye... ¿no querías tocárselo ayer?. Parece obvio que ni con una guerra lo despertarías.

-Y vaya si aún tengo ganas de hacerlo.

-¿Y por qué no lo haces?

-No sé... me excita pensar que por ahora, solo podemos tocársela con la lengua.

-Jajaja, no lo había pensado así... bueno, vamos a dormir.

Las niñas apagaron la lámpara y se acostaron de nuevo. En cuanto sentí que se durmieron, tuve que secarme los genitales con la sábana, pues ellas en su excitación y agotamiento, no pensaron que me habían dejado totalmente empapado con su saliva. Claro que no me molestaba mucho.

Se despertaron tarde, yo curiosamente me sentía lleno de energía, y hasta les prepare el desayuno, "en compensación por haberlo hecho ellas el día anterior". Me dijeron que ellas deseaban hacerlo siempre desde ese día, pero les dije que si no se despertaban temprano, no tenía otro remedio pues me daba hambre.

Después de algunas cosas, fuimos una vez mas a cumplir con la rutina, al ir a nadar a casa de mis abuelos. Sin embargo, después de que nos quitamos la ropa, y yo estaba a punto de zambullirme, note que ellas se mantenían alejadas del agua.

Al preguntar el porque, me dicen que ya no quieren nadar pues se esta arruinando su ropa interior y por lo mismo, se estaban quedando ya con muy poca.

Tratamos de pensar en alguna solución, la cosa era muy obvia y no resistieron ni 30 segundos en decirlo; querían nadar desnudas. Eso me gusta de las adolescentes, son muy directas y están ávidas de provocar pasiones. Pero yo no estaba a su nivel.

Me opuse rotundamente, ellas amenazaron con irnos y mejor pasar el tiempo en la casa nuestra, pero yo fui mas listo. Iría a comprar sus trajes de baño yo mismo, ya que ellas no se animaban a ir, solo tenía que pedir sus tallas. Pero hicieron un último buen intento para exhibirse, y me mintieron con el cuento de que no sabían que talla eran, que la ropa se la compraba su madre. Mi Tía Tatiana tendrá sus defectos, pero es la clase de personas que desean que todos sean independientes, imposible que no fuera así con sus hijas.

Les dije que me dieran sus ropas interiores, y que en la tienda preguntaría por esa talla. Me volteé, y al segundo volaron sus sostenes y pantis, justo frente a mi. sin voltear ni un momento las tome y les dije que podían nadar desnudas si tanto se les apetecía en lo que regresaba.

No me importo gastar mi dinero, tenía bastantes ahorros para comprarles buenos trajes y no solo eso, quería comprarles mas ropa interior, mas entallada, con encajes y sensual, por supuesto.

Fui a la boutique de la madre de un amigo, eran las horas en que la atendía él y no tuve problemas para convencerle que eran para las hijas de las amigas de mi madre... La verdad es que con lo que compre no me creyó nada, pero no pregunto. También le dije si podía darme un par de tallas mas debajo de los sujetadores que llevaba pues "las niñas las sentían flojas". Quería que sus pechos, sobre todo los grandes y lechosos de Naomi, resaltaran con la ropa.

Compre un par de bikinis de tela minúscula para Rachel, de color rojo y negro, y un azul y leopardo para Naomi.

De ropa interior les compre 3 juegos a cada una de lencería erótica, de colores rojo, negro y verde oscuro para las dos. Los trajes incluían corpiños, ligueros, medias de seda, etcétera, todo con mucho encaje y del fino.

Volví un par de horas después a casa de los abuelos, al entrar a la piscina, ellas "fingieron" ser sorprendidas desnudas, aun que lo debieron practicar mejor, pues entraron muy rápido la piscina para "cubrirse" y no me permitieron ver nada.

Les mostré los trajes que les había comprado, quedaron fascinadas y casi embelesadas, les parecieron preciosos. Rachel eligió el rojo y Naomi el azul, se los lance a la piscina y me di la vuelta.

Al momento terminaron y salieron del agua para que las admirara.

Como sirenas en temporada, las dos se veían divinas con sus cuerpos mojados, y los diminutos bikinis sobre sus cuerpos, creí que me correría como un imbécil, pero eso era un poco imposible con la bestia evitándolo. Los sostenes les levantaban de más los senos, como había predicho y se les veían mas grandes y jugosos, parecía que a Naomi se le saldrían las tetas por arriba.

Se quejaron de que les quedaba apretado el traje, pero yo les dije que se les veían mas grandes los pechos. Esto complació a ambas, y no se quejaron mas.

Regresamos a la casa al poco rato, y les mostré la ropa interior y lencería que les había comprado también.

No tenían palabras para agradecerme tanto, querían pagarme todo, pero yo les dije que lo tomaran como los regalos de cumpleaños de los últimos años. Les parecía muy bonita la ropa y sensual.

Pero Rachel, que era la mas observadora, me cuestiono de porque se las había comprado, pues eran ropas muy atrevidas, me pregunto si era que nos quería ver con la ropa puesta o qué.

Desde ese momento comencé a "enseñarles" las cosas mas erróneas y estúpidas sobre el sexo. Y se creyeron cada palabra que dije, confiando que como era mayor sabía lo que decía. No es que fueran tontas, solo que su completa inexperiencia y falta absoluta de información, las hacía ilusas y dispuestas a creer cualquier cosa.

Les mentí, pues, le conteste a Rachel que no era que quisiera verlas con esa ropa, pues eran mis primas al fin de cuentas, solo que como me habían dicho que les faltaba ropa interior, pensé en comprarles un poco extra.

Insistió Rachel que eso no explicaba porque había elegido esos modelos.

La siguiente mentira fue mejor, le dije que en México todas las adolescentes y mujeres mayores, tenían que usar ese tipo de ropa, que era una especie de tradición, y por lo tanto no había otra clase de ropa en las tiendas para sus tallas.

La explicación la dejo bastante satisfecha, y sin dudas. Se probaron un modelo, Rachel un conjunto negro, de sostén de encaje, y medias negras que se ataban a un minúsculo tanga. Naomi un modelo de cuerpo completo que levantaba mas los senos y dejaba casi al aire las nalgas, completado con un liguero rojo en la pierna, sin medias.

Los modelaron un poco para mí, pero no mucho tiempo, pues les dije que solo vería si les quedaban bien. Solo las halagué diciendo que se marcaban mas sus curvas y se veían mas delgadas.

Pero por supuesto, a la hora de acostarse se quitaron los trajes.

Me pregunté si me volvería a despertar a tiempo para recibir sus caricias orales. Pero al poco rato de dormirme, no desperté, sino que me despertaron.

En la oscuridad total, pues mis ojos no estaban acostumbrados a la oscuridad, escuche la voz de Rachel. Y sentí su mano moviendo mis piernas para despertarme.

Me llamo en la oscuridad, solo dijo "Ven", me levante y me puse los boxers, mientras ella ya salía del cuarto. La seguí hasta la sala de la planta baja de la casa. Me indico que me sentara junto a ella en el sillón, se había vestido un poco, con sus jeans y una blusa grande color vino.

-Oye Cesar – me dijo en cuanto nos sentamos – Tengo que hablar contigo.

-Pues... tiene que ser algo importante, tengo sueño – le conteste, fingiendo estar malhumorado.

-Es sobre... bueno, ¿recuerdas lo de hace unos días, verdad?, cuando me hiciste el favor de masturbarte frente a ni.

-Mira, disculpa en serio por echarte mi leche sobre la cara, pero tu lo pediste, sé que no es lo correcto que se debe hacer con el semen pero...

-No... no, ya te dije que me gusto mucho que me hicieras ese favor. Me bañe de inmediato así que no hubo problema, ni pude ver bien el semen, pero no es eso.

-¿Entonces de que quieres hablar? – pregunté intrigado.

-Es sobre el favor que dijiste que me cobrarías...

-¿qué hay con él?

-Es que... me pongo nerviosa, quisiera pagártelo lo antes posible. Pídeme lo que sea, dinero, que limpie tu cuarto, lave tu ropa, lo que sea, es que me angustia estar debiendo algo sin poder pagarlo.

-Pero... es que no se me ocurre nada.

-Ya lo sé... es por eso que... bueno... vas a creer que soy una degenerada... pero... he estado pensando que... como te sorprendí masturbándote... pues... quería bailarte, mientras me quito la ropa, y tu te masturbas mientras lo hago.

Salté enojado.

-¡Estas loca! Rachel, eres mi prima.

-Mira, es solo una idea... nada mas bailo, si quieres o no masturbarte... pues como quieras.

-Hmmmm... ¿y esto saldaría la deuda?.

-Bueno... sí, es todo lo que se me ocurre.

Fingí meditarlo, como si analizara los pros y los contras. Al final un poco renuente acepte.

-Pero una condición, no quiero que te quites toda la ropa, solo quédate con la interior, ¿ok?, y si te pido un pequeño favor no me lo niegues.

-Esta bien, yo solo quiero pagar eso y olvidarme del asunto. Lo podemos hacer ahora.

-Hmmm... bueno, ¿vas a usar música? Ponla muy bajito para que no se despierte tu hermana, ¿esta bien?.

-Si, claro, este baile me lo enseño una amiga, no se de donde lo aprendió, pero me dijo que los chicos les gustaba que les bailaran, dijo que se excitaban o algo así, por eso te lo propongo.

-Esta bien, ya acepte.

Ella puso un cassette, de música en el aparato de la sala, y comenzó a bailar lentamente.

Sus movimientos eran lentos, pero bien estudiados, parecía que practicaba ese baile mucho, sensualmente se quito la blusa, se daba la vuelta y se inclinaba para poner su culo a pocos centímetros de mi cara. Al terminar con su camisa, se masajeo sensualmente sus pechos al ritmo de la música, llevaba puesto la lencería que se había puesto hacia unas horas antes.

Le dije que, si no había otro remedio, me masturbaría. Al escuchar eso, su cara se ilumino, y estuvo atenta cuando baje mi boxer, lo avente lejos y comencé a cascarme la paja.

Mi desnudes la perturbaba, pero solo hacía mas sensuales sus movimientos. Continuo quitándose su pantalón, de la misma manera erótica que la blusa. Ya estando solo con la lencería negra, que incluía esas medias de seda que hacían ver sus piernas tan apetitosas, empezó a frotarse los pechos, pellizcarse los pezones por encima de la ropa, frotaba sus piernas y levantaba su culo, cubierto por la diminuta tanga, a altura de mi cara para que lo viera bien. Todo al ritmo de la lenta y sensual música, se movía como un felino en traje de seda negra.

Por lo que pasaba en la mañana, creí que me costaría mucho trabajo terminar, pero al poco tiempo sentí deseos irrefrenables de eyacular, y caí en cuenta que iba a manchar toda la sala.

-¡ME CORRO! – le grite a Rachel, quien sonrió y se acerco a mi para ver el espectáculo – ¡no seas tonta! ¡voy a manchar toda la sala!.

Rachel por fin cayo en cuenta de lo que iba a pasar, trato de tomar un poco de su ropa para capturar el líquido, pero le indique rápido que no quería manchar su ropa pues sería difícil lavarla. Apretaba mi glande con fuerza para evitar que saliera el esperma, pero estaba a punto de ceder.

Ella dudo un momento, pero se decidió, se hinco frente a mi y acerco su rostro a mi pene.

-¡Rápido! – me dijo – échala en mi boca para no manchar nada.

Acepte su invitación. Su boca abierta estaba a menos de un centímetro de mi polla cuando comencé a soltar borbotones de leche blanca. Fue un orgasmo bestial, viendo sus ojitos cerrados, recibiendo la leche en la boca.

Cuando termine, instintivamente cerro la boca y se trago la leche, temblando y estremeciéndose al tener cumplido lo que tanto deseaba en la mañana.

-¿Te gusto? – le pregunté cuando había pasado su orgasmo.

-Si... mucho – respondió suspirando

-Hiciste lo correcto.

-¿Lo correcto?.

-Si, cuando un chico se masturba, lo correcto es que la chica se coma el semen.

-¿No sería mejor con un pañuelo o algo?.

-Tal vez, pero la chica entonces no disfrutaría.

Río con ganas.

-Tienes mucha razón, me gusto mucho comerme tu "leche".

-Cuando veas a un chico masturbándose, siempre pídele de favor que te permita comer su leche. Aparte de que sentirás rico, el semen tiene muchos nutrimientos, y ayuda a mantenerte delgada.

-Ah... a si que ¿no tiene nada de malo que me coma el esperma? ¿no me hace daño?.

-No, al contrario, te hace mucho bien. Ahora, no le digas a nadie lo que paso, especialmente a tu hermana y tus padres, no quiero que piensen que por acceder a tus deseos, te estoy pervirtiendo o algo.

-Claro primo, entiendo muy bien.

Una gota gruesa de esperma quedaba en mi glande, Rachel se sintió en confianza y rápidamente le dio un lengüetazo para devorarla. Yo chille de dolor y me separe de inmediato.

-¡no hagas eso! – le grite sobandome el pene.

-Perdón primo – me dijo preocupada – no quise hacerte daño.

-Uy... mira, no tiene nada malo hacer eso, pero pide permiso, no duele tanto que lo hagas si avisas, para estar preparado.

Quiso hacer una pregunta mas, pero se contuvo.

-Bueno, con esto saldas la deuda. Ahora vamos a dormir – terminé.

Volvimos al cuarto y dormimos.

Jamás sabré si todo aquello fue una coincidencia, o por única vez, Rachel fue mas astuta que yo, pero fue inolvidable.

En la mañana siguiente no hubo caricias orales, despertamos como siempre e hicimos la rutina de siempre.

Ya en la alberca, las niñas se probaron sus otros bikinis, se sentían bien que les mirara los pechos y les comentara lo grandes que lo tenían. Todo fue normal, hasta que Rachel tuvo ganas de broncearse en el jardín, dejándonos a mi y a Naomi solos en la piscina.

Hablamos casi todo ese tiempo, me platico de lo bien que se sentían los bikinis y otras cosas mas triviales, pero de repente me pidió un favor.

-Oye primo... – comenzó tímida – te puedo pedir un gran, gran, gran favor.

-Pues... depende.

-Se trata de... pues... de sexo.

-Hmmm.... ¿qué necesitas?.

-Es que mira... tengo algo de curiosidad por ver como son los actos, en el pueblo nadie habla de sexo y me cuesta algo de trabajo entender como es todo eso.

-¿Qué necesitas de mi?.

-Mira es que... tengo ganas de ver una película porno... ya sabes, esas donde hay gente haciendo el amor. Nunca he visto una y aya en mi pueblo son difíciles de conseguir, ninguna de mis amigas tiene una. Se que existen, pero con lo cerrados que son con el sexo aya, hasta he creído que son leyendas.

-Pues si, vaya que existen hay muchas películas en todas partes. Pero me temo que no tengo ninguna.

-¿No me podrías conseguir una para ver hoy en la noche? Es que me muero de curiosidad y creo que solo estando aquí tengo la oportunidad de ver una.

-Pues... mira, ahora nos vamos a la casa, después me voy yo a ver a algunos amigos que conozco que tienen esas películas. A ver que consigo... pero no prometo nada.

-¿En serio? ¡Muchas gracias Cesar!

-No hay de que, lo que sea por que tengas toda la información disponible... cuando Rachel crezca, transmítele lo que conoces.

Regresamos tiempo después a la casa, y yo salí en el auto a dar un paseo, en realidad, en la cajuela de mi auto había varias películas porno, por lo que nada mas salía a hacerme pendejo. Como las mujeres de mas de 18 no me atraían, hacía tiempo que no las veía, pero gracias a mi memoria pornográfica, sabía cual exactamente debía ver mi prima, para mis propósitos de mal informarlas a mi conveniencia.

Al regresar de mi paseo, no le hice ningún gesto a Naomi de si había conseguido la cinta. Nos fuimos a dormir.

Después de la media noche, desperté a Naomi, le lance el bikini de leopardo (que era el que mas me gustaba) para que se vistiera y le indique que me siguiera.

Con cuidado de no despertar a Rachel, fuimos al cuarto de mis padres, que tenían televisión y video casetera. Ahí había dejado la película.

-¡Gracias primo! – me dijo Naomi, saltando y balanceando sus lechosas tetas – Veo que lo conseguiste.

-Bueno... si... pero hay un problema, es un video hecho para chicas, pero no aparecen relaciones de sexo explicito. Además, es como "educativo".

-No entiendo muy bien.

-Mira, vamos a verla y me entenderás.

Puse el video y comenzamos a verla. La cinta era de felaciones que las realizaban exuberantes rubias. El video era extraño, pues era alemán. Por lo que ni mi prima ni yo sabíamos que coño decían. Me gustaba un poco ese video porque las mujeres siempre se comían el semen.

Desde la primera escena, Naomi se empezó a excitar, se restregaba las piernas y se "acomodaba" el sostén. Tenía mucha curiosidad por los penes que veía, y me hacía frecuentes preguntas acerca de ellos. Yo sabía de la fascinación oral de ella.

-¿Qué te parece? – le pregunté.

-Esta muy bueno, es muy excitante.

-Me alegro que te guste, me costo trabajo conseguirla, era de una amiga.

-Pero ¿por qué dices que es para chicas nada mas?

-Porque a pesar de que están muy buenas las modelos, no conozco un hombre que se pueda excitar con eso.

Pareció confundida.

-Veo que no sabes nada de sexo – le comenté.

-No, la verdad no se casi nada, excepto lo básico.

-Mira, mejor te explico algunas cosas.

Detuve la cinta y me senté en una silla del cuarto frente a ella, que estaba sentada en la cama cruzando las piernas.

-A ver... – comencé – Si sabes como se hacen los bebes y todo eso ¿verdad?.

-Si, me lo enseñaron en la escuela, y también como evitar las enfermedades y todo eso.

-Bien, eso es el "sexo vaginal". Que hombres y mujeres disfrutamos, pero muchísimo mas los hombres.

-Ya veo...

-Ahora, esta cinta es para chicas porque es de sexo oral.

-¿Oral?

-Si, que es cuando la chica se mete a la boca el pene del chico hasta hacerlo eyacular. ¿has sentido alguna vez muchas ganas de meterte un pene en la boca?.

Se puso roja como un tomate.

-Pues... si, algunas veces tengo muchas ganas. – contestó casi susurrando.

-Bien, eso es porque a las mujeres les encanta el sexo oral. De todo lo que se puede hacer en sexo, el meter penes en su boca es lo que mas le gusta a las mujeres.

-¡Aaaah! Ya veo, no lo sabía, de hecho pensé que había algo malo en mi.

-Pues no, es muy natural y hasta bueno que te guste. Además, es bueno que te comas el semen. Tiene muchas proteínas y es muy bueno para tu salud, incluso te ayuda a verte mas bonita. Las mujeres sienten eso porque tienen muchas terminaciones nerviosas en la boca, y hay mucha sangre.

-¡Vaya! Es fascinante, yo no sabía nada de eso. ¿y a los chicos les gusta que les hagan el sexo oral?.

-NO, para nada, es lo que mas detestamos en el mundo.

Se veía contrariada.

-Pero... ¿por qué?

-Es que... bueno, el pene es muy sensible, y la saliva de la mujer es muy ácida, así que cuando una mujer nos hace una "mamada" sentimos como que nos echan limón agrio encima.

-Uggg, suena doloroso.

-Y lo es. Cuando tengas novio, y tengas deseos de chuparle el pene, se muy agradecida y servicial si acepta, pues es un gran sacrificio para nosotros.

-Hmmm... pues seria mejor no hacerlo, si es que va a sufrir tanto.

-Mira, no duele tanto una vez que te acostumbras, solo es incómodo, pero todo tiene una razón. Mira, ¿me has visto que ando con el pene muy parado últimamente?.

-Eh... si, para que te miento, pero trataba de no mirarte.

-Bueno, lo traigo así, porque lo tengo lleno de semen.

-¿y es doloroso?

-Un poco. Es que veras, en el mundo salvaje los machos de las especies siempre andan copulando, y así van vaciando el esperma, por esta razón, los testículos siempre andan produciendo esperma.

-Y déjame adivinar, como los hombres no pueden hacer eso, se les acumula y no tiene a donde ir el semen.

-Exacto. Lo has entendido bien.

-¿Y llega un punto en que les estallan los testículos?.

-No, cuando esta lleno se va vaciando cuando orinamos, pero tenerlo lleno es muy doloroso. Por eso los chicos nos masturbamos mucho, pues tenemos que estar sacando el semen a cada rato. Si no lo vaciamos, corremos el riesgo de que se pudra el semen y nos de una infección.

-Vaya... es terrible, ¿pero que tiene que ver con el sexo oral?.

-A eso voy. Cuando nos masturbamos, a pesar de que lo disfrutamos, sacamos una pequeña parte del semen que tenemos. Solo chupando el semen para afuera, podemos sacarlo todo. Es por eso que de vez en cuando le pedimos a una chica que nos lo chupe, pues preferimos un rato de dolor a que se nos infecten las pelotas y nos enfermemos. Además, la saliva de las mujeres tiene un elemento químico muy especial que ayuda a que eyaculemos aun mas. Tal vez por eso es tan ácida.

-Con razón, así que no puedo intentar hacer una... ¿cómo le llamas? "mamada" con la boca seca.

-Sin olvidar que entonces rasparías a tu novio. Tienes que ensalivar el pene lo mas posible, la cantidad de saliva no tiene nada que ver con el dolor, así que no hay problema.

-Ah... ¿y los hombres no tienen un orgasmo cuando menos al sacar el semen?.

-No, porque no sale por estimulación, sino a la fuerza de las chupadas, solo sentimos un alivio muy placentero. Cuando tengas novio, recuerda siempre comerte todo el semen que saque.

-¿Por qué?.

-Pues como ya te dije, es bueno para tu salud, además que así no se manchara nada, y he oído que a las mujeres les gusta mas comer semen que hacer la mamada en sí. En los bancos de esperma, algunas mujeres pagan nada mas para poder comerla, pues sienten un fuerte orgasmo al hacerlo.

-Ya veo... también tenía ciertas ganas... mas bien, curiosidad de vez en cuando de probar el semen.

-Como vez, es excitación sexual, y como estas en la adolescencia, tienes ganas continuas de experimentarlo.

-Hmmm... Pero es como que injusto, pues las mujeres tenemos mas oportunidades de lograr el orgasmo que los hombres.

-Así es. También hay algunas mujeres que alcanzan el orgasmo con recibir el semen en la cara.

-Te creo, he soñado a veces con algo caliente que recorre mi cara y me excita mucho. ¡Caramba!, las mujeres tenemos orgasmos por cualquier cosa.

-Por eso se les llama "multiorgasmicas".

De existir un "pendejanometro" hubiera roto la marca de pendejadas dichas por minuto.... ¡Y me faltaban!.

-Ah, ya había oído de esa palabra – dijo Naomi, como comprendiendo lo que decía.

-Y me falta una mas, a las mujeres también les gusta que los chicos se masturben con sus pechos.

-¡Me sorprendes! Has descrito todos los deseos que he tenido alguna vez. No me cabe duda de que lo que me dices es cierto, pues he sentido esos deseos muchas veces. pero ¿Eso de masturbar con las tetas, les duele a los chicos también?.

-Eso no, de hecho nos encanta hacerlo, es lo que mas disfrutamos. Mira, los hombres podemos tener orgasmos solo de 3 maneras distintas: Masturbándonos o que nos masturben, con sexo vaginal, y con las tetas de una chica.

-Hmmm... ¡Claro! Ahora entiendo porque a los hombres les gustan las chicas con pechos muy grandes! Es mas fácil masturbarse con ellos.

-Aprendes rápido. Mira, ahora veamos la cinta para que aprendas a como dar una mamada con el menor dolor posible para el muchacho, cómo debe ser tu actitud al realizarla y cómo debes comerte el semen.

Corrí la cinta otra vez, vimos varias escenas que la calentaban al tope, mas ahora que sabía que "debía" sentirse sumamente excitada con ver eso. Yo me inventaba los diálogos "educativos" que tenían los actores.

-Mira – le decía – aquí, el señor le pide a la mujer que se la chupe porque ya no aguanta el dolor. Ella le dice que esta profundamente agradecida y que intentara hacer que le duela lo menos posible.

-¿Por qué las chicas se desnudan? – preguntaba.

-Por que así se excita mas el señor y es mas fácil mitigar el dolor.

-Ah... ¿y por eso ponen caras sexies las chicas?.

-Si, si pensamos que la mujer se la esta pasando fenomenal, también nos ayuda a aguantarnos. Cuando le hagas una mamada a tu novio, recuerda poner caras sexies y mostrar tu cuerpo, demuéstrale que lo disfrutas mucho y estas muy agradecida por el sacrificio que él hace para ti.

-Hmmm... ojala pudiera encontrar un chico que me permita chuparle muchas veces su pene...

Así fueron pasando las escenas, en los que me inventaba los diálogos mas increíbles y estúpidos. Hubo un momento en que Naomi me pidió que detuviera la cinta otra vez.

-Oye, tengo otra duda – me dijo - ¿qué tal si el hombre esta en coma en el hospital, y se le acumula mucho semen?.

-Entonces la enfermera puede hacerle una mamada para sacárselo, como el señor esta inconsciente, no sentirá dolor ni nada.

-Ah... ¡por eso las enfermeras casi siempre son mujeres!

-Exacto, es necesario chupar las pollas de los pacientes, incluso el médico puede recetar que la enfermera le haga X número de mamadas al día a un paciente por si hay una enfermedad o algo. Y le puede recetar un analgésico al paciente para que no sienta dolor durante el tratamiento.

-Jejeje... así hasta yo quisiera ser enfermera. Pero tengo otra duda... ¿y si el hombre esta durmiendo?.

-Esa es muy buena pregunta. Algunas esposas le chupan el pito a sus maridos cuando están durmiendo, deben hacerlo con cuidado para no despertarlos. Algunos tipos tienen el sueño muy pesado por lo que no hay problema, otros toman sedantes para estar mas tiempo dormidos. Estando dormidos, no sentimos nada.

-Así que puedo mamarselo a mi novio cuantas veces quiera mientras duerme. Uffffff... ya me estaba preocupando, creía que tenía que aguantarme las ganas. Y es que a veces tengo un deseo tan fuerte de chupar un pene que me tengo que masturbar varias veces.

-Pues bien, creo que ya resolví casi todas tus dudas, creo que ahora ya eres una erudita del sexo. Hmmm... algo importante, cuando veas a un chico masturbándose, o tu novio se masturbe o lo hagas tú, recuerda ofrecerte humildemente para comerte sus semen, te gustara mucho y a él le dará lo mismo. Prométemelo, pues el semen te mantiene joven y mas bonita, sin olvidar que el mejor orgasmo que puede conseguir una mujer, solo lo consigue al comer el semen.

-Lo haré cada que pueda, primo, lo prometo. De hecho tengo muchas ganas de hacerlo ya.

-Muy bien, ahora vamos a dormir que ya es muy tarde.

Así, con ella excitada al tope con la cinta, nos fuimos a dormir. Note durante la noche que la cama de ellas se agitaba con cierto ritmo.

Yo estaba casi carcajeándome en mi interior, me sorprendió que pudiera inventar tal cantidad de estupideces que nadie en este maldito planeta se pudo haber creído, tenía unas ganas de contarle ese montón de cuentos estúpidos, para ver si me creía. Planeaba que si me decía "Eso no es cierto", le diría que solo la estaba bromeando, y le daría la información verdadera.

Pero contra todo pronostico, se trago la historia como una cucharada de semen. Ahora habría que ver si Rachel se la creería también, pues ella era mas viva y perspicaz que su hermana. Si ella notaba que eran una sarta de ilusiones chaqueteras mis palabras, corría el riesgo de perder todo lo que había logrado, pues Naomi se volvería una fiera por haberle mentido y Rachel no confiaría mas en mi. Pero ya con varios días con mi monstruo interno tomando la dirección de las acciones, me tenía plena confianza que ese extraño ser que no comprendía como actuaba, sabía muy bien lo que hacía.

A la mañana siguiente, me desperté un poco antes que ellas, como siempre, pero para mi sorpresa no hubo caricias, pero si una interesante plática entre ellas.

-Oye Rachel – susurraba Naomi en frances - ¿estas despiertas?

-Hmmm... ahora lo estoy, ¿qué quieres?.

-Ayer en la noche hable con Cesar...

Rachel salió de su sueño completamente.

-¿En serio? ¿Le preguntaste sobre... tus sabes?.

-Si, fue super interesante, me dijo muchas cosas que ni yo imaginaba sobre el sexo.

-¿Le preguntaste si esta bien los deseos que tenemos de comerle el pito?.

-Si, ¡Y vaya respuesta!. Resulta que todas las mujeres sienten igual y es muy bueno que tengamos esos deseos.

-¡Que bien!, me había preocupado, como en la escuela solo nos enseñaron que el sexo era con los genitales...

-Pues no, de hecho todas las mujeres del mundo les encanta "mamar" los penes de los chicos.

-¿"Mamar"? Que extraña palabra.

-Es en español, ya sabes, es meter el pene en tu boca y chupar con mucha fuerza para que les salga la leche.

-Ah... "mamar", voy usar mas esa palabra. ¿Y les gusta a los hombres que les hagamos eso?

-Me dice que no, que como es muy ácida nuestra saliva, les arde y duele mucho, pero tenemos que hacerlo porque es la única manera de que se les salga todo el semen, y la saliva ayuda mucho a que pase eso.

-¿Y por qué tiene que salir el semen?.

-Porque sino se les infecta. Cuando tienen las pelotas llenas, se les para el pene porque intenta salir la "leche", tanto o mas que cuando están excitados con ver a una mujer desnuda.

-Así que esa es la oportunidad que tenemos para chuparselas... oye, que bueno que no fui hombre...

-No solo eso, los hombres solo pueden tener orgasmos con la masturbación o con el sexo vaginal.

-Eso es cuando nos meten el pene en la vagina ¿no?

-Aja, cuando se las mamamos se llama "sexo oral".

-Oye... ¿y si ellos nos lamen?.

-No digo nada de eso, pero yo creo que eso no pasa mucho, su saliva también ha de ser dolorosa en nosotras, y como dijo que los hombres no se excitan con eso y nosotras no tenemos que sacar anda, nadie lo ha de hacer.

-Tiene sentido... ¿Te dijo algo mas de cómo podemos tener orgasmos nosotras?.

-Si, es bastante excitante solo pensar en ello. Mira, podemos tener orgasmos con el sexo vaginal, con el oral, recibiendo la leche en la cara y sobre todo, tragándonos la leche.

-¡Vaya!, te creo, he tenido fantasías con eso desde que se lo miramos por primera vez.

-Ah... se me olvidaba una muy importante, que es masturbar a los chicos con nuestros senos.

-Oh... ¡por eso a los chicos les gustan las mujeres con pechos grandes!

-Eso mismo fue lo que le dije. Además, dice que es lo que mas disfrutan los hombres.

-Y por eso tenías tantas ganas de tocarte las tetas cuando le vimos el pito por primera vez.

-Jajaja... si, solo que no sabía que era.

-Oye... pero aquí hay algo raro... si les duele tanto que se las chupemos, ¿por qué no se despertó él cuando se lo estábamos lamiendo el otro día?.

-Oh, eso es importante, dice que cuando duermen, los hombres no sienten el pito, y si esta parado, las mujeres tenemos la oportunidad de chuparselos hasta que eyaculen, así nosotras nos lo pasamos bien, y les hacemos un favor a ellos sin dolor.

-Ahora si esta todo claro... oye... ¿crees que se despierte si se lo mamamos ahora?.

-No, creo que no se dará cuenta, pero mira, no esta excitado, se debió masturbar ayer y no ha de tener mucho semen.

-Si... eso ha de ser...

-Bueno, vamos a hacerle el desayuno.

La prueba con Rachel también había dado resultado. Eso me confirmaba que había tenido orgasmos en nuestros 2 encuentros en que mi semen había terminado sobre o dentro de ella. En realidad, las cosas eran tan exactas y sonaban tan lógicas que creo que yo de estar en su posición, también me la hubiera creído.

La rutina continuó durante al día, hasta que una vez mas, hubo problemas a la hora de nadar.

Las chicas habían traído su lencería para nadar, en lugar de sus trajes, pero "después de llegar" recapacitaron que eran prendas muy finas y el cloro y el agua las iban a dañar, así que me preguntaron si podían nadar desnudas.

Fue cuando explote, y me encabrite severamente con ellas.

-¡Ya estuvo bueno! – les grite, dentro del agua – Desde el primer día que las invite aquí, han tenido cada escusa para querer desnudarse enfrente mío. ¿Cuál es su problema? ¿Quieren nadar desnudas? Ya lo hicieron. ¿O qué? ¿nada mas quieren desnudarse enfrente de mi a ver que digo?.

Ambas se quedaron congeladas por el regaño. Se veían tan tiernas con su lencería, Rachel con una roja, tanga y sostén pequeñísimos, Naomi de verde, cuerpo completo y medias con ligero, se veían suculentas.

-Pues sí – dijo Rachel dando un paso al frente – la verdad es esa primo, queremos que nos veas desnudas.

Estaba sorprendido.

-Pero... ¿por qué? – pregunté intrigado.

-Es que... – trato de comenzar Naomi – bueno, ya te hemos dicho que donde vivimos no se habla nada de sexo, cuando preguntamos todos nos callan y nos dicen que no es bueno hablar de eso... hasta el médico del pueblo, gente tonta, viven en el oscurantismo... y bueno, Rachel quería saber si le estaban creciendo bien los pechos y yo... pues quería saber si mis pechos no eran muy grandes, pues nadie en el pueblo los tiene tan grandes como yo... hasta he pensado que puedo tener cáncer, pero tengo mucha pena de preguntarle a mi doctor, porque cualquier cosa relacionada con sexo me regaña, como si yo tuviera la culpa.

-Pues... – no tenía palabras para decir mi dicha – no sé que decir... no esta bien que las vea desnudas, ¡son mis primas!

-¿Y por qué no esta bien? – pregunto Rachel.

-Pues porque... pues... me voy a excitar con ustedes.

Ambas sonrieron de satisfacción sin darse cuenta.

-¿y te duele que se te pare el pito? – preguntó Naomi.

-Pues... no, no me duele si se me para por excitación... pero no esta bien.

-¿Por qué? – preguntó una vez mas Rachel.

-Pues porque... voy a tener ganas de penetrarlas, y entre familiares, nunca deber haber sexo vaginal, aun si hay protección, hay riesgo de embarazo, y se las embarazara, el niño saldría deforme y sería un... – increíble que no me mordiera la lengua- monstruo.

-Pero bueno... – concilio Naomi – nosotras no vamos a permitir eso... a menos que pierdas el control. Y mira, si tienes muchas ganas puedes masturbarte, ¿no tiene nada de malo si lo haces, no?.

-Pues... no... – fingí que me cambiaban la opinión – creo que no tiene nada de malo.

-Además... – tijo tímidamente Rachel – tendremos la oportunidad de comerte tu semen.

-¿Eh? – fingí sorpresa - ¿Ya le platicaste lo que hablamos, Nao?

-Si... bueno, me dijiste que compartiera eso con Rachel cuando creciera, pero yo creo que es una niña muy madura y puede captar eso.

-No, esta bien que le hayas dicho... creo... pero no se, me sentiría algo incómodo al echarles la leche en la boca.

-Vamos, primo – me regaño Naomi – Tu mismo me hiciste prometer que si veía a cualquier chico masturbándose me debía comer su leche. Tu eres "cualquier chico", así que te pido de todo corazón, que por favor, POR FAVOR, me dejes comer tu semen cuando te masturbes. Y no quiero hacerlo solo porque sea bueno para mi, o por mi placer personal, lo digo porque creo que una chica educada y cortés debe de hacerlo aún que no gane nada con ello. Ha de ser molesta la leche salpicada por todas partes, y una chica buena debe de ofrecer gustosa su boca abierta para recibir la leche del hombre, que le da con todo su amor.

Debo reconocer que ha sido uno de los discursos mas eróticos (y estúpidos) que he escuchado en mi vida.

-Esta bien... – acepte al fin – acepto ver sus cuerpos y masturbarme y permitirles comer mi semen.

Ellas aplaudieron y saltaron de alegría, les sobro el tiempo para quitarse sus vestidos y mostrarse desnudas ante mí, al pie de la alberca.

Rachel tenía unos pechos ya de buen tamaño, con un pequeño pezón rojo (a mi me parecía todo rojo con ella) y hasta los pocos vellos públicos que tenía eran obscuros, con un ligero tono cobrizo.

Las tetas de Naomi eran por supuesto mejores, grandes, lechosas, paradas al cielo con un pezón también pequeño mirando al frente, pero tenía también una aureola grande que tuve ganas de lamer. Su coño era mas velludo, negro completamente el vello.

-¿Qué te parece? – preguntó Rachel, mientras ella y su hermana modelaban sus cuerpos con las pocas poses sexies que se sabían.

-Estan... Uff... – contesté – tienen los mejores cuerpos que haya visto... tengo que confesarles que ya se me paro mucho.

Se rieron.

-¿Cuál esta mas bonita, primo? – preguntó Naomi.

-Pues... bueno, en pechos ganas tú por obvias razónes, Naomi, pero me gustan mas las piernas de tu hermana.

-¡Bah! – exclamo Rachel – espera a que me crezcan y entonces yo seré tu favorita por completo.

-Jajaja... tal vez... tal vez...

-Oye, Cesar – hablo Naomi - ¿me podrías revisar los senos? Quiero estar segura que no tengo cáncer y no se como revisarme.

-Claro.

Salí de la piscina, totalmente empalmado y caminé hacia ella. Su respiración era terriblemente agitada y hasta se podía olor que se humedecía con cada paso que yo daba.

-A ver, ponte de espaldas a mi – le indique – sube tu mano derecha y apoyala con tu nuca... bien... mira me voy acercar y te voy a tocar los senos para revisártelos, voy a buscar por bolitas en ellos, haz esto cada semana para revisarte tu sola.

Casi daba un brinco al oír que le iba a tocar los senos, su hermana nos miraba maravillada y probablemente celosa

-Mira – continué – estoy muy excitado, así que no te asustes si sientes mi pene entre tus nalgas, ¿ok?.

Probablemente llego al tope de la excitación al escuchar eso, no podía ni hablar.

Me obedeció, acomode el paquete entre sus cachetes, el corazón de ella latía tan fuertemente que creí que dirigiría el pulso de mi cuerpo.

Con sumo cuidado, y deleite, aprete, estruje y acaricie esas grandes y lechosas tetas, suaves como la seda, firmes como soldado ingles, sus pezones estaban duros como piedras, ella se resistía por controlarse y se mordía los labios. Continuamos con su otro pecho, y terminamos, creo que no tuvo ningún orgasmo, la deje solo a punto de turrón.

-¡Ahora yo! – exclamo Rachel.

La operación fue la misma, aun que eran mas pequeños sus pechos, me dio mas gusto pellizcarle los pezones, pues cada que lo hacía, ella soltaba un pequeño gemido de gato. También la deje a un suspiro del placer.

-Estás bien excitado, Cesar – me comento Rachel, ignorando que ella lo estaba mas que yo - ¿no quieres masturbarte?

-Pues... no sé... me da un poco de pena.

-Anda primo – me dijo Naomi – mira, hasta ya nos tocaste los pechos, apuesto que eso te excito mas.

-Este... si, es cierto... la verdad tengo muchas ganas... vamos a las sillas del jardín.

Me quite el traje, y fuimos desnuditos hasta el jardín, nos sentamos en una sillas reclinables, de esas que abundan en los hoteles. Rachel estaba a mi derecha y Naomi a la izquierda.

No me quitaban ojo de encima, como si nunca me lo hubieran visto, comencé a meneármela con lentitud, a ellas les excito aun mas si era posible, y lentamente deslizaron sus manos a sus entrepiernas para masturbarse, aun que yo no quería que se corrieran así.

-¿Te la podemos tocar? – preguntó con voz de ángel Rachel, adivinando mis pensamientos.

-Este... si... creo que no tienen nada de malo.

Lenta, pero de alguna forma, desesperadamente llevaron sus manos a mi candente palo, se sorprendieron de lo duro y caliente que estaba, con curiosidad movían sus dedos y frotaban sus palmas en mi glande, también se entretenían con mis testículos, diciendo "La lechita ya quiere salir, ¿verdad?". Se veían tan inocentes...

Les enrolle las manos con mi palo y les enseñe como subirla y bajarla con cuidado, a no apretar mucho la mano y otras cosas, eran inexpertas, pero eso me excitaba mas que una mano profesional. La mano de Naomi estaba sobre la de Rachel, y aún así lograban precisarse de forma extraordinaria, como cuando lamían mi pene hacía unos días.

Disfrute al máximo cada segundo de eso, les pedí permiso y les apreté las nalgas con furia, ellas estaban ya casi hincadas y solo se levantaban un poco para sentir mis manos en sus glúteos, estaban a punto de correrse.

-¿Quieren probar mi leche? – pregunté innecesariamente.

-¡¡¡SIII!!!! – respondieron desesperadas.

Las puse de un mismo lado, hincadas frente a mi, sus manos se agitaban con mas velocidad sobre mi polla, hasta que llegado el instante, les retire las manos y les avise que ya venía. Cerraron los ojos, y me corrí en esas bocas abiertas de tan preciosos rostros angelicales, tuve cuidado de no mancharles la cara, ellas lo querían todo para degustar.

Les daba un par de chorros de lefa a cada una antes de cambiar de boca, Rachel se masturbaba con vehemencia y Naomi se estrujaba los pechos con furia, temblaban, casi agitándose al grado de que me costo trabajo atinarles a la boca, cuando les avise que ya era todo, cerraron al mismo tiempo sus bocas y deglutieron lentamente el semen, con muchos problemas pues su respiración era demasiado cortada.

Al terminar quedaron rendidas, y apenas tuvieron fuerzas para acostarse en sus sillas.

-Te... Tenías razón, primo – decía Naomi – ha sido el mejor orgasmo de mi vida... tan solo al sentir tu leche en mi lengua, me empecé a correr, y no pare hasta que me pude tragar lo tuyo.

-Si... – contestaba su hermana – me paso lo mismo, pero yo ya me estaba corriendo con solo meneártela.

-Me da gusto que les haya gustado, fueron niñas muy buenas al comerse todo el semen.

-Somos muy limpias – me decía Rachel – no queremos manchar nada.

-Y sobre todo – completaba Naomi – queremos ser niñas buenas y educadas que saben donde va el semen.

-Lo hicieron muy bien niñas, también ha sido el mejor orgasmo que he tenido. Solo una cosa... aún me da pena verlas desnudas... así que por favor, en la casa usen su ropa interior que les compre, y aquí el traje de baño, eso bastara para excitarme, ¡Créanme! me seguiré masturbando y todo lo que quieran, pero aun me corta mucho verlas desnudas.

-Esta bien primo – dijo conciliatoria Naomi – como quieras, mientras permitas que te comamos la leche.

-Esta bien, ah, y a la "masturbación", llaméenle "paja", es mas corto.

Nadamos muy poco después de eso, pues estábamos cansados, de hecho, al llegar a la casa, nada mas cenamos y nos fuimos a dormir, completamente rendidos.

Me desperté temprano, como de costumbre, y me puse en posición para esperar sus suaves caricias, me puse a repasar lo que había hecho hasta entonces. No me explicaba por que les conté esta estúpida historia de que a los hombres les dolía el oral, todo lo demás tenía sentido menos eso. Al final llegue a la conclusión que era para hacerlas mas serviciales. Nada mas me reía de las cosas que harían de vuelta en Canadá con sus futuros novios, y que nunca sabrían a quien le debían tanta felicidad.

Pensando en eso, escuche los primeros pasos, pero no oía voces, al parecer se vistieron, y se acercaron a mi, y me descubrieron, yo ya tenía el pene erecto.

Suaves y delicadas manos empezaban a masturbar mi polla. Al sentirlas supe de quien se trataba. Lo que no me esperaba era que intentara despertarme.

-Cesar... – decía Naomi, agitando mi vientre con la otra mano – despierta

-Eh... ¿qué? – fingía despertar.

-Cesar, soy yo, Naomi, tenías el pito parado.

-Ah... – mire su mano - ¿y por eso me despiertas?

-Es que... bueno... quería chupartela mientras estabas dormido... pero, pensé que así tu no disfrutabas...

Tuve que sonreír.

-Eres muy amable – le dije – se sienten riquísimas tus manos...

-¿En serio? – llevaba puesta la lencería con las medias negras atadas con ligero – Tenía muchas ganas de cuando menos meneártela un rato.

Ahora me la agarraba con las dos manos, agitando muy fuertemente. Estaba notoriamente excitada. Yo le acariciaba el cabello con dulzura.

-Que lastima que a los hombres no les guste que se las mamemos – me dijo – si te gustara, te la mamaria todo el día.

-Bueno... si quieres... puedes besármela.

Sus ojos se iluminaron.

-¿En serio? ¿No te dolerá?

-Si te secas bien los labios, no mucho.

Con la velocidad del rayo, se seco lo mas que pudo sus labios con la sábana y comenzó a darme dulces y tiernos besitos por toda la polla, alternando el movimiento con sus manos.

-¿Te duele? – preguntó.

-No mucho... hmmm... sigue así...

-¿Ya te va a salir la leche?

-Un poquito mas... ¿por qué no despertaste a tu hermana?.

-Es que... creo que en realidad aun esta un poco chica para estas cosas del sexo.

-¿Chica? ¿Y tu no lo estas?.

-Pues...

Le sonreí.

-No serán un poquito de celos, ¿o si?

-Pues... - rio, ya casi alcanzaba su placer – tal vez...

-Bueno... si ese es el caso... Te prometo solo masturbarme con tus tetas.

Ella casi da un brinco.

-¿Me lo estas proponiendo?.

-Sip, las tienes muy grandes... y me muero de ganas.

Rápidamente, se quito el sujetador.

-Pero espera – le dije – vamos al cuarto de mis padres, para no despertar a Rachel.

Caminamos con cuidado, pues aún era oscuro, hasta el cuarto destinado... la cinta porno aun estaba ahí. Le pregunté si quería verla mientras lo hacíamos, acepto con gusto, pero en realidad, el que la iba a ver era yo.

Encendí el aparato y le indique que se pusiera de espaldas a la cama, se veía hermosa con las tetas al aire y con esas hermosas piernas en esas medias.

Le di una crema de mi madre, y le dije que se la untara en las tetas y que me la untara a en el rabo, mientas, yo acariciaba saciado, sus piernas.

Una vez que me indico que estaba lista, me senté sobre su abdomen y acerque lentamente su pene a sus pechos, ella, como pudo, comenzó a masturbarse lentamente, y yo me masajeaba con deleite sus generosos pechos. Golpee un poco mi pene con sus pechos, tocando con el glande sus pezones, cada que lo hacía ella soltaba tiernas risitas y volteaba al televisor para ver a una bien formada rubia tragarse el semen de un negro enorme.

No alargue mas el asunto, (la situación, otras cosas ya no era posible) y enrolle mi pene con sus tetas, dulces, suaves, tiernas y jóvenes, ella dio un respingo, comentando en lo caliente y bien que se sentía aquello.

Por supuesto, tenía las tetas grandes para su edad, pero no exagerado, cubría lo necesario de mi parte y eso me bastaba para ver estrellas, comencé el vaivén entre sus pechos, frotando me con ellos con toda la pasión que tenía y me había sobrado. Ella se masturbaba con mas fuerza, cerraba los ojos disfrutando la nueva sensación, y con su otra mano apretaba golosa mis glúteos.

Estuve atento a ella, escuchando sus gemiditos, sus "te quiero, primo, te quiero..." y otras palabras en francés que no entendía muy bien.

Cuando parecía inminente el placer de ella, me deje venir, ahí, con mi pito entre sus senos, fuertemente apretados por mi, salieron los chorros de leche directo a su rostro. Ella suspiro y gimió mas fuerte mientras el líquido espeso y caliente tocaba su piel.

Me sentí satisfecho cuando las últimas gotas de mi se descargaron entre sus pechos. Ella seguía con los ojos cerrados. Fui rápido por papel higiénico para limpiarla, pero me encontré de regreso con ella, mirando entretenida el video, llevándose los chorros de lefa a la boca y comiendo con deleite.

Cuando comió todo lo posible, acepto el papel que le ofrecía y se limpio el resto.

-Estuvo riquísimo, primo – me dijo casi suspirando.

-Muy bueno... – acepte – gracias prima.

-No, gracias a ti... tenía ganas de recibir tu lechita en mi boca, pero también se sintió bien cuando me toco la cara... oye... me como tu leche ahora, pero no siento nada.

-Es que acabas de tener un orgasmo.

-Pues... si, tienes razón...

-¿Te gusta?.

-Mucho, sabe rica y esta calientita... bueno, es un sabor muy diferente, pero rica.

Nos levantamos y nos fuimos al cuarto, pero antes saque el video porno, y se lo ofrecí. No quiso aceptar, pero le dije que no me servía a mi, y tal vez le gustaría a ella "divertirse" viéndolo aya en su país, y como sabía que no había lugares para comprar esos videos, quería que cuando menos tuviera este a su alcance.

Me dio muchos besos y las gracias, diciéndome que eso le ayudaría a "calentarla" durante los meses de invierno.

Después de un bien merecido sueño, nos despertamos y continuamos con la rutina.

A la hora de la alberca, ellas lucían mas eróticas que antes, sabían que yo era un "dulce" dispuesto a ser probado cuando ellas quisieran. Se restregaban contra mi, dejaban escapar sus pechos "accidentalmente" y casi hacían toda clase de extravagancias.

En la noche, les pedí que se pusieran su lencería negra, con esas medias por las que babeaba, y me hicieron una lenta y deliciosa paja al mismo tiempo, con la mano de una sobre la de la otra, ronroneando, hablándome en su sexy acento, se veían tan suculentas, no deseaba una mamada, deseaba follarles la cara con furia, pero me contuve. Pero por supuesto, ellas me agradecían, como si les hubiera salvado la vida, el detalle que hacía al echarles la leche en sus bocas, y permitirles deglutirla.

Ellas eran dulces y cariñosas, por lo que ya no me lamían en la mañana, preferían tenerme despierto y gozar con ellas. Pero esa mañana, me di cuenta que sería la última que estaríamos solos pues nuestros padres volverían al día siguiente, y yo quería sentir, a como diera lugar, sus húmedas bocas.

Siempre me reprochare, aun ahora, sin poder encontrar una explicación, el porque salí con en el cuento estúpido aquel sobre el sexo oral. Cuando con otra mentira pude haberme pasado los últimos días sintiendo sus caricias orales una y otra vez. Pero tenía que hacer algo.

Al terminar de desayunar esa mañana, les dije que iríamos a la alberca después, pero primero quería darles una sorpresa. Fui al supermercado a comprar aceite para el cuerpo, ya me habían dicho de cierta marca que apenas si tenía una etiqueta legible. Después de comprarla la probé, tenía buen sabor, todo bien.

Regrese a la casa, encontrando a Naomi en su bikini de leopardo y a Rachel en lencería roja.

Muy serio, les presente la botella.

-¿Qué es eso, primo? – preguntó Naomi alejando la revista que ojeaba sin entender palabra en ella.

-Bueno... – fingía – he estado pensando... sobre ustedes... y bueno.. caray, esto es difícil...

-¿Te refieres a... lo que hacemos de sexo? – pregunto nerviosa Rachel, pensando que quizás ya me iba a negar a todo.

-Puesssssss.... si, así es – conteste – es que... bueno... me han dicho mucho que quieren chuparme la polla...

-Eh... si... – Naomi se puso roja – pero sabemos que te duele mucho... por eso no te lo pedimos en realidad.

-Si, - había hecho un pequeño error - pero lo noto y... la verdad... me ha gustado mucho las pajas que me han hecho y todo, pero sigo teniendo mucho semen... – me señale – mírenme, ya la tengo parada.

A las dos se les iluminaron sus preciosos ojos.

-¿Quieres... decirnos... – pregunto Rachel – que quieres que te la mamemos?.

-Pues... si... – conteste, casi apenado.

-Pero... no... – repuso Naomi – no podemos, sabemos que te duele mucho... no podría...

-Bueno, pare eso es esta botella – les volvía mostrar el aceite – miren, este es un aceite muy especial, ya lo había comprado antes... por mi novia... ya saben... es un líquido muy especial, quita la sensación en el pene, y solo ahí, así que si se echan en las manos, por ejemplo, no pasa nada.

-Es decir... – dijo Rachel muy emocionada - ¿qué te la podemos chupar y no sentirás dolor?.

-Si, eso mismo.

Ambas dieron un salto de sus lugares, totalmente hambrientas de mi, me llevaron a la habitación, y sin darme cuenta, me desnudaron y me tumbaron en la cama, mas rápidamente destaparon la botella y me untaron masturbatoriamente los cojones con su interior hasta cubrirlos completamente.

Estaba sorprendido, por un momento creí que sería del muy selecto, reducido y afortunado grupo de hombres que es violado oralmente por un par de mujeres espectaculares... y muy jóvenes.

En cuanto me cubrieron, Naomi se lanzo desesperada, lista para engullirme, pero la detuve con todas mis fuerzas.

-¡Espera! – le grite – hay que esperar un poco para que haga efecto.

Eso les cayo como balde de agua fría.

-Pe... perdón primo... – se disculparon.

Yo me reí un poco.

-Jajaja, vaya si están ansiosas, ¿eh?.

-Si... mucho... – confeso Naomi – desde el día que me dijiste... no... desde antes que me platicaras sobre el sexo, tenía unas ganas de... bueno... tu sabes...

-Caray.... ¡quien sabe que nos paso! – se tranquilizo Rachel – parece que hasta lo pensamos al mismo tiempo las dos.

-¡Vaya que sí! – exclame – Creí que me iban a violar.

Ambas rieron.

-De hecho... – dijo Naomi mirando a su hermana – te debemos ser sinceras... ya te lo habíamos lamido mientras dormias...

-¿QUÉ?

-Si, no te enojes primo – intervino Rachel – es que... bueno... teníamos ganas...

-Yo comprendo, en serio... ¿me la chuparon?.

-No

-¿Por qué?

-Pues... – explico Naomi – teníamos miedo de que te despertaras y... te doliera mucho...

No pude evitar sonreír. Las acerque a mi, y las bese en los labios con ternura y... bueno, ¿por qué no? Con amor.

-Son muy lindas conmigo – les dije - Tengo suerte de tener primas tan lindas...

-No... tu eres bueno con nosotras – me dijo Naomi – Sabemos que... bueno... como somos tus primas, es difícil para ti aceptar todo lo que te pedimos... gracias Cesar... Tu nos tomas como mujeres, no niñas, eso vale mucho para nosotras.

-Insisto, gracias a ustedes.

Las bese intermitentemente mucho tiempo, ellas me besaban el pecho y el cuello con dulzura, fueron bellos instantes, y si he de ser sincero, al estar a su lado, sentir su calidez, su juventud, su amor, me sentí, por primera vez, realmente feliz. A pesar de todo lo que sucedió ese verano, los orgasmos, las mentiras, sus cuerpos desnudos... en realidad, esos besos, esa ternura y amor, ese maravilloso momento, fue el mejor del verano.

-Bueno... – dije enterrándome las uñas en la polla – esto ya esta listo ¿quién quiere ser la primera?.

-Pues... – empezó Rachel – Naomi es la mayor, y creo que ella lo desea mas que yo...

-Empieza tú – contesto Naomi a la invitación – gracias a ti y lo que dijiste el otro día en la alberca, Cesar perdió el miedo y acepto nuestros deseos, empieza tú.

-Hmmm... mejor elige tú Cesar.

Les pedí que no me pusieran a elegir, pues no quería mostrar favoritismos, las quería y las deseaba a las dos por igual. Ellas, ya se masturbaban, tan solo pensando en eso. Les dije que mejor se echaran un volado. Me parecía tierno que se ofrecieran la una a la otra lo que tanto deseaban.

Se jugaron un "piedra, papel o tijera" que no recuerdo ahora como lo llamaban ellas. Fue un 2 de 3, gano Naomi. No estaba nada mal, pues era las mas buena de las dos, pero deseaba mas ver la aniñada cara de Rachel, siendo follada.

Me senté en la cama, y ellas se arrodillaron frente a mi. Naomi, con miedo y ternura, se coloco entre mis piernas, tomo mi pito en una mano mientras se masturbaba con la otra, dudando un poco, y cerrando los ojos, se introdujo lentamente el glande a la boca, ensalivándolo y chupando con fervor. En mi interior, me retorcía de gozo, su boca era húmeda, cálida y deliciosa, además chupaba con fuerza, produciéndome placentero dolor. Sin embargo, mi semblante permanecía tan frío e inalterable, como si solo la estuviera viendo jugar con sus muñecas.

Su lengua recorría cada centímetro de mi polla que entraba lentamente en su boca, sintiéndola y disfrutándola al máximo. No llego mas aya de la mitad, pues sintió que no le cabía mas, después recordó lo que había visto en la película porno, y comenzó a agitar su cabeza, con cuidado de no morder, sacando y metiendo la polla dentro de ella.

Gemía de verdadero gusto, sus pechos grandes se balanceaban y rozaban mis piernas. Luego, como si su lengua fuera su clítoris y su paladar su punto G, tuvo su orgasmo, separándose de mi, y apretando sus pechos violentamente.

Era turno de Rachel, y lo comprendió en seguida mientras su hermana trataba de recuperarse de sus sensaciones.

Se colocó en la misma posición que tenía su hermana, y con mucha decisión, se metió de un solo bocado mas de la mitad de mi pito. Su atrevimiento casi me saca de mi frialdad, su boca era mas angosta y chica, y sin embargo, ella tenía mas ganas de sentirla llena, sus dientes se encajaban un poco en mi polla, causándome mas dólor placentero, chupaba con mas furia que su hermana, estaba, literalmente, sedienta de semen. Imitando lo que había visto de su hermana, agitaba su cabeza sobre mi sexo, apretando con mucha fuerza la lengua sobre mi, sobre todo el glande. Y cada vez que mi pene se aventuraba a su garganta, ella trataba de engullir mas, llegaba a su garganta, aun mas cálida y estrecha.

Le pregunté si la quería toda dentro de ella, me respondió moviendo afirmativamente la cabeza, con la polla aún en su boca.

Le indique que no se preocupara, que yo me haría cargo, me soltó la polla y se masturbo fuerte con las dos manos, yo recargue las mías en su cabeza, y casi la obligue a tragarse mi polla, con los pulgares trataba de evitar que cerrara los dientes, por fin llegue al punto de estrellarle la nariz contra mi pubis, me espere un momento a que se acostumbrara, y comencé a follarle, tal como deseaba, su rostro pecoso de niña, ella cerraba los ojos, pero no con dulzura, sino con fuerza, y con manos se hacía una brutal paja.

Entonces pensé "Alto, para... estas follandote la boca de una niña, una pequeña y tierna niña que no sabe de sexo... una niña... sensual... y tierna... y joven... y sedienta de semen".

Ese fue el punto que me hizo explotar, la saque la polla de la boca, solo dejando la punta dentro, y le ordene que chupara con todas sus fuerzas.

En cuanto la leche salió disparada, ella comenzó a tragarla de inmediato, con innata destreza, paraba los potentes chorros con la lengua y tragaba con sumo placer, teniendo su orgasmo junto al mío.

Al terminar, rendida, se subió a la cama y se tumbo a mi lado, dándome besos por el pecho y el cuello "Gracias, primo... gracias" decía susurrando. Naomi ya mas recuperada la siguió y se colocó a mi lado derecho, besándome y repitiendo las mismas palabras.

 

 

Fue un buen día aquel, pasamos todo el día y toda la noche jugando con sus bocas, ellas, siempre agradecidas, se comían con gusto el semen que cada vez escaseaba mas, yo, no olvidando el cuento, me acabe la dichosa botella de aceite en esas horas.

Cuando nuestros padres volvieron, la actividad se redujo solo para la noche.

A los mayores les informe, con lujo de detalles, nuestras actividades durante aquellos días, incluí el incidente cuando salimos, el hecho de que fuéramos a nadar a casa de mis abuelos, incluso, al preguntar ellos sobre la falta de ropa adecuada, las niñas mostraron sus trajes de baño que les había comprado, mintiendo que ellas mismas los habían elegido, sus padres, mirándome con un poco de desconfianza, los aprobaron, pero solo para cuando fueran a un lugar solas o con otras mujeres.

El resto de mi "informe" fue totalmente verídico, pero ya sin detalles, solo les dije que habíamos pasado el día comiendo, viendo la tele y "jugando". Tuve ganas de decirles también que les había enseñado algo de lengua, pero me habría carcajeado al decirlo.

A los 3 días, se fueron de vuelta a su puritano pueblito Canadiense. Al irse no querían dejarme, de hecho, yo tampoco quería. No deseaba tanto sus bocas o verlas comer mi semen, lo que realmente extrañaría, serían sus besitos tiernos, en la boca, en mi cuello, el hecho de que podía cubrirlas de besos por las noches, escuchar su masticado "Te quiero... te quiero..." en español, eso es lo que mas extraño sin duda.

Las niñas prometieron esconder la lencería y la película prestada con sumo cuidado, e inevitablemente, partieron.

Poco después, el control de la bestia dentro de mi, me devolvió todo el control, fue entonces cuando quise pudrirme, que se me castigara por lo que había hecho.

Peor aún, la tontería de las mentiras que les había dicho, la descubrirían, tarde o temprano, tal vez mas temprano que tarde, y el miedo se apodero de mi. Había hecho algo horrible, castigado por casi todas las naciones civilizadas del mundo. Ellas se darían cuenta, se lo dirían a sus padres, y se me armaría la gorda.

Hace poco, el verano del año pasado, volvieron. Esta vez se hospedarían en casa del Tío Javier.

Ellas, al verme, me trataron de una forma un poco mas fría, cuando yo deseaba sentir sus abrazos. Ya sabía lo que había pasado, y en cuanto tuvimos unos momentos a solas, lo confirmaron.

Un poco enojadas, me dijeron que lo habían descubierto todo, mis mentiras y mis historias fantásticas, todo empezó con Naomi, que con el primer novio que tuvo, le hizo una.. bueno, ya saben ustedes que le hizo, y el muchacho le explico la verdad. Ambas, sin poder creerle, le preguntaron a la profesora de sexualidad del sexto año sobre eso, y con trabajos, le sacaron la verdad.

Me disculpe, me arrodille frente a ellas y les pedí perdón, les confesé que desde que las vi, me habían gustado, pero trataba de frenarme, que no estaba bien, pero no pude controlarme.

Ellas sonrieron, me levantaron del piso y me abrazaron dándome besos.

Dijeron que solo estaban enojadas por la mentira, que aun que algunas cosas, como la lencería, eran obvias mentiras en mi beneficio, pero el hecho de que, lo mas placentero para mí, que eran sus caricias orales, lo mantuviera "como algo doloroso", era una prueba de que en realidad, en el fondo, evitara, hacerles algo, que de hecho ellas habían sido muy insistentes, y yo era el que trataba de evitarlas.

Incluso, Naomi confeso que aun sabiendo la verdad, continuaba excitándose mucho con su novio, chupandole el pene y tragando su semen, y de hecho la hacía muy feliz el pensar que aquello era lo que mas le gustaba a él.

Y Rachel dijo que lo que mas le molestaba, era que no les hubiera hablado del sexo anal, pues ella se moría por experimentarlo. Pero lo tomo como otra prueba que en realidad, yo no quería abusar de su inocencia.

Lo poco que hicimos ese verano, no tiene caso relatarlo, bien han ya de poder imaginarlo, y escribirlo sería repetir otra vez todo lo que he dicho hasta hora.

Todo tenía sentido ahora, todas las mentiras, todas las acciones, todo lo que no había planeado, pero había efectuado, todo salió a la perfección.

Y eso me asusta, esa vez salió todo bien, las niñas crecerán sin traumas (o eso espero), incluso, como me dijo Rachel "Será una bonita y morbosa historia que recordare con mucho amor toda mi vida", o como Naomi también menciono "Creo que te violamos ese verano". Y todo salió bien porque no me opuse mucho a... "eso", le deje actuar por mí, decir y hablar todo por mi. Pero ¿esta bien?, de nuevo, nadie sufrió, o eso quiero creer, pero ¿qué tal si una vez me opongo al monstruo? ¿Qué tal si arruino uno de sus planes sin querer? ¿Esta bien que deje que actué como quiere?.

Porque, al fin al cabo, aun que quiera engañarme pensando que el Monstruo es algo dentro de mi mente, el Monstruo fue creado por mí, por alguna razón que no creo poder explicarme nunca, y, a fin de cuentas, aun que quiera echarle la culpa de todo a "eso", el Monstruo solo soy yo.