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Las practicas sexuales lo que has querido saber

en Textos educativos

LAS PRACTICAS SEXUALES TODO LO QUE HAS QUERIDO SABER

Practicar una felación

Consejos previos

Para que una felación sea un éxito, lo más importante es pensar que se trata de un contacto agradable, excitante. En ningún caso debe tratarse de un acto obligado. No debes sentirte forzada, sino resultará un verdadero fracaso. Acariciar o besar a alguien cuando no se tienen ganas de hacerlo, no resulta agradable para ninguna de las partes, ya que la persona que lo recibe se da cuenta de esta falta de deseo. Ninguna mujer puede convertirse en una experta de la felación, la primera vez que la ha practicado. A demás, la finalidad no debe ser querer alcanzar siempre la perfección. No olvidemos, que el efecto de una caricia, sea cual sea, viene más de la emoción compartida que del acto en sí mismo. Por ello, hay que olvidarse de los complejos, una caricia, aunque torpe, cuando es realizada con el deseo de procurar placer, de descubrir al otro, siempre será bien apreciada. Lo fundamental, antes de lanzarse, es una limpieza irreprochable. La mayoría de los hombres, lo saben. Y en caso contrario, hay que mentalizarles. Darse juntos una ducha antes de pasar al acto, y por qué no, comenzar a acariciarse bajo la ducha para lavarse juntos todas las partes del cuerpo, es una muy buena manera de empezar.

Para comenzar…

Para una mujer, un sexo masculino, cuando empieza su vida sexual o cuando se tiene una primera relación con el hombre amado, puede intimidar e incluso inquietar. El tacto por la boca no resulta espontáneo para todas las mujeres. Por ello, hay que acostumbrarse. Empezar por posar los labios, besarlo, ya es muy excitante, puesto que el sexo suele reaccionar a estos contactos mediante una erección más afirmada. Por ello, a veces no merece la pena ir más allá. Evidentemente, tu enamorado deseará ir más lejos, pero la espera de caricias más marcadas, estimulará a la vez su deseo y su placer. Por ello, ¿porqué forzarte a ir más rápido si no te sientes capaz o preparada para hacerlo? Deja que las cosas vengan progresivamente y sobre todo, déjate guiar por tus propios deseos.

Las zonas sensibles

En un pene, los lugares para besar, acariciar o mordisquear son muy diversos. El más receptivo es el glande, zona de mucosa rosa, muy rico en captadores de placer. La hipersensibilidad se sitúa a la altura de la corona del glande, ese contorno que le separa de tronco del pene, encima del freno. Es en este lugar donde puedes insistir para procurar mayor placer.

El gesto clásico:

Una felación imita una relación sexual de penetración. Se trata de tomar el pene en la boca y reproducir los movimientos de va-y-ven de la relación sexual clásica. Lo esencial (según todos los hombres) es no utilizar los dientes (¡hace daño!'), sino hacerlo con mucha suavidad (¡es muy sensible!). El movimiento puede ser rápido o lento, profundo o más superficial. Por ello, lo ideal es preguntarle lo que prefiere. Algunos hombres prefieren la lentitud y otros la rapidez. Unos prefieren las presiones marcadas y otros la ligereza... En cualquier caso, siempre puedes hacer prueba de inventiva y seguir tu inspiración del momento.

¿Tragar o no?

La idea de tener esperma en la boca puede resultar excitante... o repugnante. Si no sientes especial atracción, no debes, en ningún caso, sentirte obligada a hacerlo. Ya que si lo hicieses sin estar convencida, podría acabar provocándote un rechazo total. Un hombre siempre puede retirarse a tiempo y siempre sentirá placer. También puedes dejarle eyacular y después escupir... En cualquier caso, el esperma no mancha ni es peligroso, siempre y cuando sepáis que los dos sois seronegativos, por el SIDA.. Es IMPORTANTE saber que existe un riesgo de transmisión del virus del SIDA a través de un contacto entre el esperma y el interior de la boca. Por ello, en caso de que uno de los dos no se haya hecho el test, es fundamental utilizar un preservativo. De esta manera, no tendrás contacto directo con el esperma

 

Estimular el punto G

Consejos previos

El punto G es, en los últimos años, motivo de polémica. Se cree que podría ser un starter del placer orgásmico, pero su eficacidad sólo se observa en un 10 % de mujeres. El punto G procura orgasmos explosivos, muy intensos. ¿Y qué pasa con el otro 90%? Que siguen buscándolo con su pareja… o acaban perdiendo interés. Lo esencial es comprender que no por buscar el punto G, vas a encontrar EL botón que te permitirá alcanzar sistemáticamente el paraíso. Sin embargo, podrás descubrir en tu vagina zonas erógenas, de placer diferente … ¡y esto es ya muy importante!

Para comenzar…

Hablad de ello juntos. Si no le pides que se aventure a encontrar tu punto G, es muy posible que no se le ocurra hacerlo. A demás, si le ves explorar como un espeólogo en tu vagina, en busca del tesoro perdido, puede que te sientas un poco sorprendida si no te explica que es lo que pretende encontrar. El diálogo es esencial, aunque sólo sea para guiarle en este camino de voluptuosidad, ya sea en busca del punto G o de otros puntos de placer

Las zonas sensibles

Se encuentra más o menos a unos 3 ó 5 centímetros a la entrada de la vagina. Para encontrarlo con los dedos, si te encuentras de espaldas, hay que introducir uno o dos dedos y doblarlos un poquito hacia delante, para tocar este famoso punto G. Cuidado: este punto es una zona relativamente ancha, del tamaño de una moneda de dos euros...

El gesto clásico:

El punto G tiene una sensibilidad particular, completamente diferente a la del clítoris. No es sensible a los roces, a las caricias ligeras, sino más bien a los masajes marcados. Por ello, el gesto debe ser poderoso, más bien lento y ejerciendo una presión relativamente fuerte. También es indispensable que la excitación continúe. Una mujer que no sienta deseo, ni excitación sexual, no tendrá ninguna sensación particular durante esta estimulación.

La eyaculación femenina

Se trata de una pérdida importante de líquido en el momento del orgasmo. Se produce, sobre todo, cuando el orgasmo es alcanzado por estimulación del punto G. Cuidado: no se trata, en ningún caso, de una lubricación vaginal importante, sino de una expulsión de líquido por el mismo orificio que la orina. Por ello se habla de eyaculación, aunque evidentemente no contiene ningún espermatozoide.

 

Practicar el cunnilingus

Consejos previos

Esta práctica sexual reviste dos obstáculos. A algunos hombres no les gusta la idea de acercar demasiado su rostro al sexo femenino. Les asusta, se imaginan que tendrá un olor, un sabor que no les gustará.
El otro obstáculo es que una mujer puede tener miedo de que a su pareja no le guste su sexo. Puede que piense que no es algo bello, o que se sienta incómoda ante la idea de que va a acariciar, besar este lugar.
Algo indispensable antes de una práctica tan íntima, es mantener una higiene perfecta. Una ducha rápida, para lavar la transpiración y las pérdidas naturales, que en esta zona, pueden adquirir rápidamente un olor desagradable...

Para comenzar…

Antes de lanzarse directamente en un cunnilingus, hay que empezar por acariciar manualmente el sexo... Evidentemente, aunque se trata de un gesto íntimo, es menos íntimo que si se hace con los labios o la boca... La siguiente etapa es la de besar el sexo. Aunque parezca muy simple, no siempre resulta fácil. Poner la cabeza entre las piernas de su enamorada, significa no mirarla directamente a los ojos, perder su mirada y por tanto, pedirle aceptar un gran grado de intimidad. Lo ideal es un hombre que te diga que tu sexo es bello, que huele bien y que lo encuentra delicioso. No hay nada mejor, para que una mujer se vuelva receptiva y consiga abandonarse de una manera natural.

Las zonas sensibles

El punto más sensible de la anatomía femenina es, sin duda alguna, el clítoris. No siempre resulta fácil encontrarlo, ya que se encuentra muy escondido entre los pliegues de los labios menores. La zona que se encuentra alrededor también puede ser muy sensible: los labios menores se hinchan con el deseo y son ricos en captadores de placer. También la zona de la entrada de la vagina es muy sensible a los contactos amorosos, así como la zona que se encuentra alrededor del ano.

El gesto clásico:

Es la caricia del clítoris. ¿Cómo? Con los labios que besan, acarician, mordisquean, con la lengua que acaricia, oprime, suavemente, con rapidez... haciendo uso de toda la imaginación posible.
Lo esencial es saber que cada mujer tiene su modalidad de estimulación preferida. A algunas les puede gustar los movimientos muy lentos y marcados, o al contrario, rápidos y ligeros. Otras pueden apreciar las caricias alrededor del clítoris, si es hipersensible, o directamente en su glande, zona muy sensual.
La gran lección que los hombres necesitan aprender, es que el clítoris suele necesitar más tiempo que el pene, para alcanzar el orgasmo.

¿Y la regla?

Muchos amantes evitan el cunnilingus durante la menstruación. Es cierto, que ver la sangre puede bloquear, ya que nos hace pensar en una herida. Sin embargo, la sangre es un líquido extremadamente limpio y no contra-indica esta práctica... a condición de que los dos miembros de la pareja sean seronegativos del virus del SIDA. Es importante saber que la sangre es transportador del virus, por lo que durante la menstruación, el riesgo de contagio aumenta considerablemente.
Para concluir, dado que se estimula el clítoris durante el cunnilingus, con tan sólo una ducha, el clítoris quedará perfectamente limpio, ya que la sangre de la regla se evacua por la vagina.
En cualquier caso, cada pareja es libre de hacer lo que quiera y bien es cierto que el cunnilingus es claramente menos practicado durante la menstruación.