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Relaciones patronales

en Hetero: Infidelidad

Adaptación libre ( muy libre...) del cómic brasileño "Relaçoes patronais"...

 

¿Quién es esa mujer tan guapa de la foto, Carlos?

Mi mujer Cecilia, señor Astarloa...

Muy guapa, Carlos, muy guapa...

¡¿ Cómo dice, señor Astarloa....?!

Simplemente le estoy diciendo que le ofrezco 6000 € por un polvo con su mujer Cecilia...

¡ Pero...pero...jamás en la vida se me ocurriría!

Nunca diga jamás, Carlos... todo el mundo tiene su precio....

 

Entonces quedamos en 30000 € y el cargo de gerente ejecutivo...

Si, señor Astarloa...

Y como comprenderá, Carlos, por ese precio ya no me limitaré a un simple polvo... ¿ Verdad?

Claro...esta en su derecho, señor Astarloa.

 

 

Hola, cariño...¿Qué tal te ha ido el día?

Esto, Ceci....te tengo que explicar una cosa....

 

 

 

 

El señor Astarloa, presidente del banco para el que trabajo, vivía en la zona residencial más exclusiva de Madrid. Mi mujer Cecilia, con la que llevaba casado 8 meses, y yo habíamos dejado el coche un par de chalets más abajo a petición de él... La verdad es que no se que temía, en esta zona no nos conocía nadie...

Por fin llegamos a la puerta del chalet. Cruzamos el jardín sin decir una palabra. Y la verdad es que no habíamos dicho ninguna desde que saliéramos de casa. Deseaba poder decir algo para romper la tensión que se respiraba en el aire...

Querida...¿ Estas bien... seguro que quieres hacer esto?

Cecilia me miró con leve atisbo de desprecio.

¿ No crees que es un poquito tarde para preguntar eso?... Me costó mucho decidirme así que no me vengas con aire arrepentido. Haberlo pensado antes cuando te dio por meterte de proxeneta de tu propia mujer...

Y en el fondo llevaba razón. Y aunque esas palabras me dolían, aliviaron un poco la tensión del momento...

Llevas razón...perdona...

No me pidas perdón...solo empeorará las cosas.

Y mientras decía esto llamaba al timbre de la puerta. Aproveché ese momento para mirarla detenidamente: llevaba un vestido verde caqui de tirantes al cuello. Su pecho firme se sostenía debajo sin necesidad de sujetador. Y llevaba el pelo a media melena... No me extraña que el señor Astarloa...

La puerta se abrió y la verdad que lo que encontramos detrás nos hizo quedar con la boca abierta a los dos: No recibió el propio señor Astarloa...desnudo. Bueno, desnudo del todo, no... Llevaba un batín de seda azul, abierto... Eso si debajo estaba desnudo.... Y tengo que decir que a sus 62 años se conservaba espléndidamente... Tenia un cuerpo fuerte, sin un átomo de grasa, fruto de muchos años de deporte...y referente a su polla... bueno, de longitud dentro de la media, pero de calibre... así, a ojo de buen cubero diría que era el doble que una normal...

Vaya, vaya... tardaron un poco, mis queridos amigos, pensé que se habían arrepentido de nuestra transacción y que no iban a venir...

De pronto vio nuestras caras, la verdad, que no es muy normal que el presidente de un banco te reciba con la polla al aire...

¿ Por qué esas caras de extrañeza... que esperaban encontrar?... Todos sabemos a lo que hemos venido y esta espera me ha puesto muy... caliente así que me he quitado la ropa para ir ahorrando tiempo.

Y por fin posó los ojos en mi mujer. Hizo un recorrido en toda regla, desde la punta de los dedos hasta su coronilla. Al señor Astarloa le brillaron sus ojos grises. Y con la punta de los dedos acarició su cara. Ceci hizo un movimiento de rechazo, movimiento que murió en cuanto yo le apreté un poco el brazo y al señor Astarloa le brillaron los ojos aún más.

Vaya, vaya... Carlos, es usted un hombre de suerte, su...esposa – me miró a los ojos – es más guapa al natural que en foto... muy guapa – decía mientras me dedicaba una mueca de desprecio.

Luego, como recordando que existía...

Carlos, he dejado en la cocina una botella de vino y una copa para que ...se entretenga en algo mientras... ¿ Por qué no va a por ella y se la trae mientras cecilia y yo hablamos?

Y como normalmente se suele obedecer al señor Astarloa, baje la cabeza y me dirigí a la cocina mientras Cecilia con la cara más triste de su vida y el señor Astarloa se sentaban en un sofá...

Al entrar en la cocina, dos veces más grande que mi propio piso, iba pensando como me habría dejado liar por este hijo de puta para vender a mi propia mujer, que la conocía desde los 15 años...

Cuando vi la botella de Vega Sicilia, me empecé a contestar a esa pregunta... Cuando abrí el sobre que había bajo la botella ya no me hice esas pregunta. Dentro estaba mi contrato de gerente, legalizado y registrado y además el cheque por valor de .... ¡¡ 60000 €... más del doble de lo que me había ofrecido!!... Madre mía, ¿ En qué me había metido?...

Según volvía, oía la conversación del señor Astarloa con Ceci:

En cuanto vi la foto en la mesa de su marido enloquecí de deseo por usted... Me dije que tenía que hacer de todo para poseerla...Por supuesto en cuanto se lo propuse a su esposo, se hizo el indignado... pero a todo hay que buscarle el precio...precio que he decir no ha sido nada barato... Una pequeña fortuna y el cargo de gerente... Todo a cambio de... ¿ Por que no hablar claro?... una buena follada y lo que me placiera...

En ese momento, entré en el salón. La cara de Ceci lo decía todo. Los ojos cerrados, tratando de contener el llanto, la boca apretada... No quería estar cuando los dos...

Perdone, señor Astarloa... Si no le importa me vuelvo a la cocina. Seguro que estarán mejor los dos solos...

Si que me importa, Carlos... quédese – y mirándome que sus ojos grises fijamente – IN-SIS-TO – dijo recalcando cada silaba... y riéndose dijo- quiero que disfrute del espectáculo en primera línea...

así que musitando un "mierda" por lo bajini, me escancie una copa de Vega Sicilia, la apuré de un trago y me senté en un sillón...

El señor Astarloa, pasó un brazo por detrás del cuello de Ceci y continuó con su pequeño discurso donde lo había dejado...

Imagine mi alegría cuando me dijo que usted había aceptado entrar en esta transacción...

Y volviendo a acariciarla la cara comentó:

¡ Mmmhhh...!... Me encanta esa carita recatada...

Comentario no muy acorde con su acción posterior, que fue coger la mano de mi esposa y colocarla en su voluminosa polla...

Vamos... comencemos. Se que usted podrá... Intente sacar algo positivo de todo esto...

La verdad que quedé muy, pero que muy sorprendido, al ver con que rapidez Ceci entro en el juego, que aunque su cara estaba aún en un periodo prelloroso, agarró con fuerza la polla ( Su mano no la abarcaba) y comenzó a hacerle una paja al señor Astarloa.

Al ver que se le hacía difícil, con un gesto, instó a Cecilia para que usara la otra mano.

Y el trabajo debía ser bueno porque su nabo empezó a empalmarse... Aquello se asemejaba a un vaso de tubo... El señor Astarloa se relajó por completo y dejó escapar un par de gemidos placenteros...

Bien, Cecilia... demuéstreme lo que sabe hacer con la boca.

La verdad que aquello nos pilló de sorpresa a ella y a mí. Y mientras aún le pajeaba, me echó una mirada como pidiendo que la sacará de aquello... Por supuesto yo me limité a devolverle la mirada, encoger los hombros y beber otro trago de vino.

Astarloa agarró suave pero firmemente del cuello a mi mujer y lentamente la fue bajando hasta que Ceci quedó amorrada a su pilón...

¡ Aaaaahhh...siii...!... ¡ eso es, Ceci... tráguesela hasta los cojones!

Mientras chupaba, Ceci me mandó una última mirada, quizás la última tabla de auxilio. Yo, mentalmente y sin dejar de beber le mandé un "perdóname, cariño..." , mensaje que no debió recibir porque ante mi pasividad, cerró los ojos y ante la presión de la mano del señor Astarloa, comenzó a acelerar su mamada.

He pagado muy caro por usted, Cecilia... Me ha costado mucho... así que quiero que me haga lo que me haría una puta de lujo... ¡Mmmhh... que bueno!

La verdad que Cecilia se aplicaba con la polla de maravilla... En estas, el señor Astarloa pareció repara en mí y con una mirada maligna y riéndose....

¡ Je, je, je...!... Mire esta escena, Carlos, mírela y recuérdela cada vez que la bese... ¡ Ja, ja, ja...!

Cecilia se metía la polla hasta casi el pubis y la sacaba hasta la punta. Hacía " chupp, chupp...". Bonita escena

De repente, la agarró suavemente del pelo, haciendo que sacara su pene, ahora brillante de la saliva de mi mujer. Cecilia tenía los ojos entrecerrados, brillantes de lagrimas... Con la mano, le abrió suavemente la boca...

Vamos, vamos... apuesto que a pesar de esa cara llorosa, toda esta situación la esta poniendo... cachonda...

La verdad es que no lo parecía.

Saque la lengua... puta...

La verdad es que hasta entonces todo había estado muy correcto pero he de decir que al parecer al único que afecto eso fue a mi por que Ceci se limitó a asomar tímidamente la punta de su lengua...

Deliciosa...- comentó Astarloa...

Y era cierto. Creo que en su vida había estado más guapa... aunque tiene cojones. Se estaban beneficiando a mi mujer delante de mí y solo se me ocurría que estaba muy guapa...

 

Entonces con un gesto delicado, Astarloa levantó a mi mujer y...

Bien... vamos a lo que interesa. Levántese el vestido...quiero verla el... coño y el culo.

Como veréis el señor Astarloa enfatizaba todas las palabras de mal tono...

Resignada a lo inevitable, Cecilia se levantó del sofá y muy suavemente comenzó a subirse el vestido, hasta que quedó liado en su cintura, mostrando unas braguitas blancas, muy escotadas de pierna ya que a Ceci no le gustan los tangas...

Astarloa se levantó e inclinó a mi mujer sobre el brazo del sofá. Mi mirada debió de ser elocuente porque mientras se dedicaba a una exhaustiva inspección visual...

Venga, Carlos... No me ponga esa cara...Que no es usted el primero que vende a su mujer....

Ante mi alucinada mirada ( y me imagino que ante la de Cecilia), soltó esa risa que helaba el alma y prosiguió...

Si, hombre, no es el único... aunque he de reconocer que ha sido el más caro... Esta en ilustre compañía... El tesorero, tres jefes de sucursales, el jefe de recursos humanos... Incluso la mujer de alguno volvió por aquí sin que lo supiera su marido... ¡¡ Ja, ja, ja...!!

Y se dedicó más al culo de Ceci. Culo que es soberbio. Y creo que el lo apreció así cuando exclamó un "¡ Dios mío!". Y comenzó muy suavemente a bajarle las bragas...

En ese momento vi la cara de Ceci... Y quedé alucinado. Su cara llorosa no había desaparecido pero ahora tenia cerrado los ojos, mientras se mordía el labio inferior y se aferraba con fuerza al brazo del sofá...

Su mujer tiene un culo precioso, Carlos...Tiene una gran suerte... poder follar a esta mujer, gratis, cuando a usted le plazca....¡ Puede usted joderla hasta reventarla y no pagar por ello...! – sonrió y los ojos le llamearon – realmente el envidio...

Desde mi posición veía el culo de mi esposa y también los labios de su coño, depilados...

Pero hoy...

Astarloa se escupió en la mano y pasó la saliva por su enhiesto pene.. Y sin más preámbulo, separándola ligeramente las nalgas y los labios... le metió su polla hasta un tercio de su longitud...

... hoy soy yo el que va a joder a esta puta como realmente se merece...

La invasión de su, hasta entonces, privada intimidad por parte de un desconocido como el señor Astarloa, supuso en Cecilia en morderse más el labio y....

¡¡ Ooooooh...!!

Astarloa introdujo totalmente su pene en vagina de mi esposa. Tres cosas me dieron a entender que Cecilia estaba más excitada de lo que pretendía ella: El flujo brillante que empezó a cubrir el pene de Astarloa, el chapoteo rítmico que se oía tras cada acometida de este y los soterrados gemidos de Ceci...

¡¡ Oohhh...!!, ¡¡ Oohhh...!!, ¡¡ Aaahhh...!!

El señor Astarloa la había agarrado con fuerza por la cintura y efectuaba sus incursiones firmemente pero sin violencia. Al ver mi cara...

¡ Ja, ja, ja...!... Oiga como gime, Carlos. ¿ La oye bien?... ¡ Ja, ja, ja...!

¡¡ Hhhuuummm...!!, ¡¡ Hhhuuummmm...!!, ¡¡ Oohh...oooohh!!, ¡¡ Hhuumm...!!...

Ya lo creo que la oía. Hubiera tenido que estar sordo para no oírla.

¡ La muy zorra deseaba que se la follaran delante de usted...!!, ¡¡ Ja,ja,ja...!!

Astarloa ahora estaba casi quieto. Era la propia Cecilia quien, moviendo sus caderas suave pero inexorablemente se metía el aparato del presidente de mi banco. La parte de dentro de sus muslos empezó a ponerse brillante de sus flujos mucosos... Mirando a Astarloa le lancé mentalmente un "desgraciado"... Y aquí la comunicación si debió funcionar por que sonriéndome y mientras proseguía...

¡ Vaya, vaya... tenía una puta en casa y no lo sabía... ¿ A que no, querido Carlos?

¡¡ Hhuummm...hhuummm...hhuummm!!

La verdad es que no quería seguir viendo más. Puede que yo hubiera creado esta situación pero no tenia por qué... Giré la cabeza y en cuanto lo hice Astarloa me dio un metido.

¡ No vuelva la cara, cornudo!, ¡ Mire esta escena y recuérdela bien!

La escena había variado un poco. Astarloa seguía follando a mi mujer como si quisiera sacarla la polla por la boca, se había echado por completo encima de ella, agarrandola con fuerza del pelo, levantándola la cara en mi dirección. Cecilia cerraba con fuerza los ojos, intentando acomodar en su vientre el enorme aparato del señor Astarloa, mientras apretaba los dientes y gemía entre ellos...

¡¡ Oohhh...!!, ¡¡ Oohhh...!!, ¡¡ Oooohhh...!!

¡ Mire como le gusta a su mujercita que se la follen delante de su maridito!

Cecilia se convulsionaba a cada embite de Astarloa y se agarraba con fuerza al sofá, que ya tenía un par de rasgones...

¡ Estaba deseando esto... ¿ Verdad, zorrita?... La gusta que la jodan!

Y aunque dicen que la capacidad de asombro es infinita, creo que la mía quedó colmada cuando entre dientes, claramente oí decir a Ceci...

¡ S-siii...!

Llené hasta el borde la copa de vino y de un trago me lo eché al coleto... Los ojos de Astarloa volvieron a llamear.

¡ Eso, beba, beba, cabronazo...!, ¡ Si no le gusta oír esto, tal vez le ayude... Y mientras usted empina el codo, yo le lleno el coño a su amorcito!

Y dicho esto, dio una arremetida que debió de llegar hasta el mismísimo fondo del útero de Ceci. Ella entreabrió los ojos, me miró y quizás, solo quizás se dio cuenta de la situación...

¡ P-perdon-na, c-cariño... int-tento resistir p-pero....!, ¡¡ Aaahhh...!!

Astarloa arreciaba y acompañaba sus metidas de sonoras nalgadas...

- ¡ No pida perdón, putón verbenero...!, ¡ Este cornudo fue el que la trajo hasta aquí...!...¡ Y ahí le tiene, aguantando canela fina!...¡ Se follan a su esposa delante de él y como si nada...!, ¡ Ja, ja,ja...!

Suavemente, poco a poco, fue parando. Cecilia comenzó a dejar de gemir y yo a preguntarme si todo había acabado por fin...

Sacó el pene, brillante, con grumos del flujo vaginal de ella. Los labios vaginales de Ceci estaban brillantes, colorados, tan abiertos que permitían atisbar el interior sonrosado...

A-ahora voy a reventarle el culo, so puta...

Esta afirmación no pareció sacar de su estupor sexual a mi mujer, virgen hasta entonces por ese orificio. A mi me sacó ligeramente del mío alcohólico. Si le metió su cacharro, desde luego que la iba a reventar... Pero no me levanté...Otra copita...

Astarloa simplemente se limitó a empezar a sodomizarla sin preámbulo alguno. Apoyó su prepucio en el ano de Cecilia y firmemente comenzó a introducírselo. De un golpe ( ¡ Plop!). Desapareció la cabeza.... Cecilia apretó los dientes...

¡¡ Aaahhh... me duele!!

Y aun así quiere que siga...-Astarloa me miró sonriendo-...¿ Verdad, Ceci...?

¡¡ S-si, si... quiero...!!

La polla desapareció hasta la mitad de su, ya, congestionado esfínter...

¡¡ Hasta los c-cojones....!!- dijo mi esposa mientras por su cara comenzaban a caer lagrimas de ¿ dolor/placer?....

Los deseos de Cecilia fueron ordenes para el señor Astarloa. Lentamente, exhibiendo en mi honor su mejor sonrisa sádica, le hundió la polla hasta los mismísimos huevos....

¡¡ Aaahhhhh....!! – grito mientras su rostro era surcado por las lagrimas.

Astarloa no quería dejar su presa así que comenzó un mete-saca implacable, golpeando su vientre contra las bien formadas nalgas de Ceci y su polla estrenaba el único agujero virgen que le quedaba a ella.

¡ Pagué a su maridito por follar su puto culo...!, ¿ Tengo derecho a hacerlo... ¿Verdad, Ceci?!....

¡¡ Aaaaahhh...hhhuuummm... s-siii...usted pagó y puede hacer lo que quiera!!, ¡¡ Ooohhh...!!

¡¡ Ja, ja, ja...!!

Por supuesto, el señor Astarloa me dedicó la carcajada...

De repente, dio un violento embite, que debió conmover, y no digo doler porque no me parecía que la doliera mucho, a cecilia, porque dio un grito y soltando el brazo del sofá, se agarró al mío, derramándome la copa de vino sobre los pantalones...

¡¡ Aaaaahhhh....!!

Y mientras seguían con la follada, yo como el que ve una película me preocupaba de la mancha de vino de mis pantalones... Seré gilipollas...

¡ Esto esta muy estrecho...!, ¡ Abrase más. Cariñito!

Y Cecilia, muy obedientemente, soltó mi brazo para separase la nalga y permitir que el señor Astarloa la estrenara con toda comodidad su recto...

¡¡ Ja, ja,ja...!!, ¡ Cornudo, cabrón, mire como le reviento los intestinos a tu esposa...!, ¡ ... ¡ Y a usted solo le preocupan los pantalones...!,...¡ Ja,ja,ja...!

Yo no contesté. Contestó Ceci, abriéndose aun más...

¡¡ Hhuummm... S-si... Em-mpuje... rev-vienteme!!

Astarloa aprovecho para desatar los tirantes de su vestido, quedando este recogido en la cintura de mi mujer, quedando sus senos al aire, bailoteando y rozando el sillón, mientras Astarloa la porculizaba ya violentamente...

¡¡ Aaaaahhhh... Hhummm... S-siii... Oooohhh...!!

¡ Querido Carlos, le voy a devolver a su mujercita bien abierta... pero que muy bien abierta... Ja,ja,ja!

¡¡ Y-yo, yo... cariñ-ño...pperdon.... Aaaahhhh... Metala hast-ta el fondo...entera...!!, ¡¡ Aaaahhhh...Ooohhh...Hhuummm...!!

¡ Parece que lo de ser virgen por el culo se acabó HOY...!

Mientras ya literalmente levantaba del suelo a Ceci y esta berreaba como un ternero, mordiendo el sofá....

De repente Astarloa comenzó a frenar sus embestidas...

¡¡ Aaahhh...me voy a correr!!

Y entonces se salió de Cecilia. Su ano quedó abierto, en bostezo antinatural, en una "O" de asombro, como la que tenía yo....

¡ Póngase de rodillas, puta...!, ¡ La voy a llenar la cara de esperma y quiero que lo vea bien clarito el cabronazo de su marido...!

Obligó a Cecilia a limpiarle del pene con la boca los últimos restos innombrables que habían quedados adheridos y con un gemido o un grito ( La única vez en toda la tarde que perdió la compostura), saco la polla de la boca de mi mujer y comenzó descarga tras descarga a vaciarse sobre el rostro de Cecilia. Ella cerró los ojos y la boca y toda su cara quedo llena de regueros de un semen espeso, grumoso y amarillento, que pringó su cara entera y dejó reguero en su torso hasta incluso un colgajos obscenos de esperma en sus pezones.

Ceci parecía salir con esta explosión de un estupor, mirando bobamente como la polla del señor Astarloa se iba poniendo flácida mientras nos dedicaba a mi mujer y a mi una sonrisa sardónica...

Desde luego, vale usted cada euro que gasté- y mientras, Cecilia, por iniciativa propia extendía con la polla de mi jefe el semen por sus peches para rematar la faena con una chupada hasta los huevos que le dejó la polla brillante y limpia...

así, zorrita, así... muy bien – mientras la acariciaba el pelo, intentando no enredarse en el semen que manchaba los cabellos de mi esposa...

Finalmente, sacó la polla de la boca de mi esposa y levantándola del suelo...

Cecilia, dúchese... primera planta, tercera puerta a la derecha...

Cecilia recogió su ropa y subió escaleras arriba. Quedamos Astarloa y yo solos. Se sirvió una copa y a mí otra, ya que hace un rato que la botella quedó vacía. Estuvimos callados sin decir ni una palabra, taladrándome de vez en cuando con sus ojos grises...

Finalmente, bajó Cecilia, vestida y con el pelo húmedo, como si nunca hubiera pasado... aunque para recordárnoslo, Astarloa se levantó y le dio un morreo a mi mujer que seguro le llegó la lengua hasta el esófago...

Bien...les voy a dejar claras unas cosas, a usted cecilia y a usted, cornudo , je, je, je... he pagado un montón de dinero por esto y no solo dinero... Le he otorgado mi confianza como gerente del banco, porque aunque es un cabronazo que no pestañea mientras dan por culo a su mujer, trabaja excelentemente... Bien... A partir de ahora, todos los días, a esta hora su mujer vendrá a esta casa y me la calzaré las veces que quiera, hasta...- Y mirando a Cecilia- ¿ Toma usted la píldora?

Cecilia asintió...

Bueno, pues a partir de mañana deja de tomarla porque me la voy a follar hasta que la deje preñada... de un bastardo mío, claro... porque si tiene un hijo suyo, Carlos, seguiré hasta conseguirlo....

 

Según salimos de su casa, Cecilia me dio un hostia y me llamó "cabrón..."

No, nos separamos... Durante 6 largos meses, 180 días, Cecilia pasó todos esos días, con algunas levedades, por las manos (¿ O debería decir la polla?) del señor Astarloa. En la mitad de esos días, el propio Astarloa me requería para que viera como mi mujer "era en realidad una puta".... Hasta que se quedó embarazada. Durante otros 4 meses continuaron hasta que su estado se lo impidió...

 

¿ Sabes que el gerente ha tenido una niña?

Vaya...

Si ya conoces a su mujer, Cecilia creo que se llama...

Si, ya recuerdo... La que esta buenísima...

Esa... Pues a la clínica fue el mismísimo presi...

¿Astarloa...?...¿ Ese hijoputa?

Claro como es la primera hija del gerente. Le regalo un ramo de rosas a la madre

¡Que buen corazón... vaya capullo!...¿ Y la niña...?

Muy guapa.. ha salido a la madre. Tiene unos ojos grises preciosos...