No todas las mujeres reaccionan de igual manera en la cama; sus comportamientos varían de una a otra. He aquí algunas categorías casi definidas (pero no se fié, ¡con las mujeres uno nunca sabe)

Asmáticas: pueden llegar a asustarnos, porque durante el sexo parece que les diera un ataque de asma; de ellas solo se escucha: ah, ah, ah….

Consejo: tenga siempre un tanque de oxigeno o el numero de emergencia de una ambulancia, no sea que entro en crisis de verdad.

Matemáticas: son fáciles de reconocer, ya que suelen repetir en la cama: ¡mas, mas, mas!

Consejo: intente enseñarle otras operaciones matemáticas. Por ejemplo, divida sus piernas, eleve el miembro a su máxima potencia, halle la hipotenusa y dele una buena raíz.

Rompepiñatas: son aquellas que durante el acto amoroso (entre ahogos y suspiros) solo exclaman : ¡dale!,¡mas duro!, ¡eso!, ¡ahí!, como si uno nunca hubiese estado en una fiesta infantil dándole palo a una piñata.

Consejo: dele lo que pida.

Religiosas: son las que al momento de alcanzar el éxtasis exclaman frases tales como "¡que divino, san Genovevo! o ¡ay santa rosa, que divina esta cosa!"

Consejo: no le recuerde en publico sus particulares devociones (las de ella)

Acróbatas: quieren hacer en la cama mil y una piruetas. Cierta vez, una me pidió que saltara desde un armario para probar mi puntería, y resulta que me le fui encima con todo y armario, por lo cual me toco llevarla al hospital con fracturas múltiples y yo termine en la estación de policía acusado de intento de asesinato.

Consejo: no la complazca en todo porque se acostumbra a mal.

Comparadoras: después de hacer el amor, se ponen a hacer comentarios sobre la competencia, como "miguel si que la tiene grande" o "armando sabe usar muy bien su lengua".

Consejo: cuando termine de hacer el amor, métale una toalla en la boca y péguele un adhesivo, porque si no terminara traumatizado.

Locutoras: creen que sus manos tienen la oportunidad de ingresar al mundo de la farándula y, micrófono en mano, le dan rienda suelta a sus dotes artísticas y narrativas (sin cortes comerciales), imitando a las narradoras de noticias.

Consejo: permítale que narre con cierta regularidad.

Recocheras: se la pasan toda la noche muertas de la risa, como si lo que usted esta haciendo fuera una payasada.

Consejo: póngale seriedad al asunto.

Exigentes: piensan que uno es de hierro, piden mas que una viejita ciega; por mucho que usted les de, siempre quieren mas.

Consejo: antes de salir con ella, métase una ración doble de cazuela de mariscos, un frasco completo de vitamina E, un frasco de las siete potencias y una cucharada de jarabe "vuelve a la vida"; tenga a mano su grupo sanguíneo por si acaso necesita transfusión.

Maestras: indican donde, como y cuando, por lo cual se les escuchan frases como "eso es, derechito", "con cuidado, así es", "vas bien" o "así no es, ¡se baja y lo repite!", "repita lo mismo diez veces en la parte de atrás".

Consejo: hágase el ignorante y gozara un resto.

Asesinas: son aquellas que viven diciendo: "¡si me lo sacas, te mato!".

Consejo: si no quiere morir, siga el consejo dado para las exigentes.

Viajeras: son las que suelen repetir "¡me voy, me voy, me voy contigo!".

Consejo: sea un buen piloto y llene el carro de gasolina.

Comprometedoras: las que después de hacer el amor preguntan ¿tú me quieres?

Consejo: cruce los dedos y dígale que si.

Oportunistas: son aquellas que aprovechan ese instante de debilidad y te hacen prometer hasta lo que no tienes.

Consejo: una mordaza podría ser útil.

Fiscales: aprovechan para hacer preguntas "aparentemente" inocentes durante el acto.

Consejo: no suelte ni una palabra. Todo lo que diga ahora será utilizado en su contra después.

Secretarias: piensan que están en la oficina y obedecen todo lo que les ordene, son fieles y se muestran deseosas de complacerlo.

Consejo: adopte el papel de jefe y, si es secretaria ejecutiva, ¡ejecutela!