miprimita.com

Queriendo ser nalgueada

en Fantasías Eróticas

No podía aguantar mas. Mi grado de excitación había llegado a un nivel importante y necesitaba descargarme de alguna forma. Luego de hablar con ellas de nalgadas y dominaciones, mi calentura tenía que culminar con una buena masturbación. Me relajo, dejo de lado mi ordenador y cierro mis ojos.

Sin darme cuenta comienzo a sentir unas manos que empiezan a manosear mi cuerpo. Pasan por mi cuello, mis pechos, mi pancita, mi cadera, mi pelo. Una de ellas me desprende el sosten y lo deja caer sin mas. Alli siento que cuatro manos juguetean con mi pechos desnudos. Se notan por su suavidad que son de mujer y porque lo hacen mejor que los hombres.

Mis pezones se ponen bien duritos y es cuando siento un mordisco en uno de ellos. Sin meditarlo pego un grito de dolor aunque tambien de placer y escucho una voz que me sacude de mi estado de relajo. –Aquí no hay que gritar perra,, quieres que te castigue con unas nalgadas? . Alli fue cuandro abri los ojos y estaban ellas. Diana, la mas experimentada y la chiquilla de Caro manoseandome todo mi cuerpo y advirtiendome lo que me iba a pasar

Estaba todo en mi cabeza y en mi sueño erotico, pero mi cuerpo había dado cuenta de ello y estaba transpirado y humedo. Mis pechos a punto de salirse del sosten y el cosquilleo típico en mi entrepierna. Voy hacia mi cama y me desnudo rapidamente. Con una mano me sostengo las tetas y con la derecha voy hacia mi coñito empapado y desde hace unos dias, bien depiladito.

Empiezo con la faena y mi imaginación vuelve hacia ellas. Ahora una esta chupandome freneticamente mi vagina y la otra sin dejarme respirar con su culote en mi cara señalándome todos sus riquísimos jugos, los cuales tomo como si fuera un precioso nectar. La lengua y los dedos de Diana me estan haciendo gozar como loca, lanzo un pequeño gemido seguido de un leve grito. Su lengua dejo de chupar dejando un vacio en el cuerpo. – ya te lo he dicho , nada de gemidos.. ahora vas a saber como hay que tratar a las putas.

En verdad me sorprendió esas palabras, pero a la vez me hacen sentirme mas sucia y por consiguiente mas cachonda. Fue entonces cuando me pusieron en cuatro patas y dejaron mi colita bien paradita. Tambien me pusieron una venda en los ojos. Comienzo a sentir sus manos rodeandome toda el culo y mi vagina. Lo hacian muy suave y despacio hasta que de pronto siento el impacto de un cinturon en mi culito.

Una y otra vez sin ningun descanso, se escuchaba el ruido de mis nalgas con los golpes certeros y placenteros que me proporcionaban las chicas. Yo me mordia los labios para no gritar. Solo escuchaba los golpes y los cuchilleos de ellas que decian algo como "viste como disfruta la putita esta" .

Eso me hizo poner mas caliente, tanto que explote en un exquisito orgasmo cuando senti unos deditos en mi clitoris. Mis pensamientos volvieron a la realidad y los dedos que sentia en mi conchita eran los mios. Estaban todos enchastrados de mis jugos. Por fin había saciado mi calentura.