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Mi amiga María

en Jovencit@s

Esta historia ocurrió cuando yo apenas tenia unos 12 años. Maria, era la hija de una compañera de mi padre, y ese día, su madre nos pidió que cuidásemos de ella, pues tenia que ir a ver a un familiar, y tardaría dos días, a si que mi padre se ofreció a cuidar de ella. Maria era una chica simpática, divertida, era rubia, de mi edad, muy guapa, y con una mirada que inspira inocencia, había cambiado mucho desde la última vez que la ví, ya estaba echa toda una mujer, los pechos se le estaban desarrollando, y teni el culito muy lindo.

Nos la trajeron el viernes por la mañana, mis padres no estaban, mi padre volvería por la noche, pues tenia que cubrir a un compañero de su trabajo que había enfermado, y mi madre trabaja también hasta las nueve de la noche.

-.Hola Alberto-dijo su madre-¿no está ninguno de tus padres?

-No-le respondí yo-están en el trabajo.

-Bueno, pues aquí te dejo a María, pasároslo bien y tener cuidado con lo que hacéis.

Estuvimos toda la mañana jugando al ordenador y con unas vecinas, hasta la una.

-oye Maria-le dije-tengo que ir al medico, pues me tienen que poner una inyección.

-Vale, te espero aquí-me contesto ella.

-No puedo dejarte aquí sola, pues mis padres me dijeron que no me separase de ti

-pues te acompaño.

En el centro clínico al que yo solía asistir, nos tuvieron esperando 20 minutos, la sala de espera ya estaba llena, cuando la enfermera aviso de que me tocaba pasar a mi.

-Oye, Alberto, ya se que no es lo habitual, pero ¿dejarías pasar a tu amiga? Es que la sala esta llena, y hay mucha gente.

-De acuerdo-dije sin pensarlo mucho a causa de los nervios que me recorrían por todo el cuerpo.

Pasamos a la sala, allí estaba la doctora, esperándome.

-Hola Alberto-dijo con un aire de simpatía que me tranquilizo,-tranquilo que esta vacuna no duele nada, pero antes tendremos que hacerte una pequeña revisión.

-De acuerdo.

Me desvestí como ella me indico, hasta quedarme en ropa interior. Me midieron, pesaron, me hicieron toser y me miraron la garganta. Cuando ya iba a levantarme de la camilla, me dijo la enfermera:

-Espera, no te levantes-yo me sobresalte-tumbate otra vez.

No se que querría, María estaba distraída mirando los aparatos médicos y la cantidad de libros que había.

-Bueno, hace mucho que no te hacemos esto-contesto una de las enfermeras, mientras me bajaba los calzoncillos-vamos a mirarte la colita y los huevecillos.

Yo me quedé extrañado, y María al oír esto se dio la vuelta y empezó a mirarme fijamente. La enfermera me dio un pequeño masaje en mis huevos, y me bajó la piel del prepucio.

-¿Para que hacen esto?-les pregunté

-Para comprobar si tienes fimosis.

La revisión siguió, me vacunaron y nos fuimos a casa. Por el camino María no abrió la boca, y en casa tampoco, hasta que estábamos jugando al ordenador y me preguntó:

-¿Para que te hicieron eso en la cosita?

-No lo sé-le contesté-puede ser por los golpes que algunos chicos reciven ahí, y que duelen mucho.

- A sí, mi madre me habló de eso, me dijo que si algún chico me molestaba le diese una patada en la colita.

-¿y le has dado a alguno?-le pregunté interesado

-Sí, a tres, pero nunca le había visto a ninguna las partes, como hoy a ti, ¿

me lo podrías enseñar otra vez?

Yo le dije que no, pero ella me insistió tanto, que acabé accediendo:

-Vale, pero si tu me enseñas tu rajita.

Me desabroche los pantalones y me los baje un poco, y me bajé los calzoncillos, dejándole ver mis partes, y ella se quitó la faldita ya las braguitas que llevaba, dejándome ver su rajita, cerrada y virgen.

-¿Me dejas hacerte lo que te hizo a ti la enfermera?

No sabía que decirle, pues la enfermera me dijo que me lo hiciera todos los días, pero me daba mucha vergüenza que me tocase en un sitio tan intimo.

-Te dejo que me lo hagas, pero con una condición, que me dejes ver tus tetitas.

-Tengo una idea mejor, y si nos desnudamos los dos, del todo, y nos dejamos tocar de todo?

-De acuerdo

Nos desnudamos, y ella me agarró del pene y me lo agitó, yo aproveché y le toque los pechos, de la sensación que me dio, tuve mi primera erección.

-¿Qué te pasa en la colita?-me preguntó ella

- No lo se es la primera vez que me pasa

- Yo he leído en una revista, que cuando a un hombre le crece la colita, tiene que hacer el amor.

-¿Qué es eso?-Le pregunté interesado

-Es que tu metes tu cosita, en la raja de una niña, y al final te da un gusto muy grande-me contestó ella-si quieres puedes hacerlo conmigo.

-Yo accedí.

Nos tumbamos en el sofá, y nos besamos, MI PRIMER BESO!!!! A los cinco minutos ella paro, y bajo su mano hasta que agarró mi colita, y la llevó hasta la entrada de su rajita.

-Ahora tienes que empujar

Yo estaba encima de ella, y empujé, ella gritó, aunque solo le metí la punta, de repente se la saqué.

-He oído que si se hace esto, la niña se queda embarazada

Ella se levanto, y se dejó caer de rodillas en todas mis partes, yo grité de dolor, mientras me retorcía en el sofá.

-¿Porqué has hecho eso?

-Por que yo he oído que si os dan ahí ya no podéis tener hijos.

Al cabo de un rato, ya me dolía menos, ella me dijo:

-Los chicos sois todos unos quejicas-dijo esto, y comenzó a chupar mi colita, que ya había perdido la erección, hasta que comenzó otra vez a levantarse. María se subió encima mío, me agarró la mano y me la llevó hasta sus pechos, y con la otra me agarró la colita y la puso justo debajo de su rajita, luego se dejo caer, y luego volvió a gritar, nos pasamos así 10 minutos, luego eché una lechita, luego estuvimos 10 minutos desnudos, ella encima mío, sin hablar.

CONTINUARÁ