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Cójeme amigo!

en Jovencit@s

Después de las aceptadas criticas sobre mi primer relato, conitnuo con otra de mis aventuras.

Todo comenzó hace algunos años. Cómo ya os dije en mi anterior relato, siempre he sido de buen ver (no es que os presumais), núnca me han faltado pretendientes y chicos para pasar un bue fin de semana cojiendo en un hotel a la luz de las velas y el olor de los inciensos.

Fué un sabado por la tarde cuando parecía que todo me saldría mal, ya que la reunión que tenía con mis amigas e habia canselado por extrañas razones que núnca supe, mi familia habìa ido de viaje y no tenìa novio con quièn pasar el rato, por lo que me quedé en casa solo con la compañìa de mi buen amigo el vibrador.

Después de un rato me cansé de masturbarme y decidí salir a buscar a alguien con quién calmar mis necesidades, por lo que me dispuse a bañarme y ponerme muy guapa. Elejí llevar una blusa escotada para que se notasen mis senos redonditos y así tener con mayor facilidad una presa (jajajaja), llevaba unos pantalones muy apretados que hacían que mi culo se viera muy parado, no llevaba sostén pero si un hilo dental rosa.

Salì a la calle en busca de mi presa, cuándo al intentar cruzas una avenida escuché que alguien gritaba mi nombre, al voltear me di cuenta de que era un chico que hacía meses me habiá presentado una amiga, y al verlo me alegré de haberlo encontrado, pues tenía una fama de follar con cuanta chica se le parara en frente.

Después de saludarnos me invitó a dar una vuelta en su coche, a lo que yo accedí esperando que en algún momento me llevase a algun motel para pasarla bien y cojer hasta más no poder.

Paseamos por casi toda la ciudad, viendo cosas sin importancia y platicando de todo y nada, y fué ahí cuándo me dijo que se sentía muy caliente y que quería follarse a una linda chica como yo. Me excité al oír eso, pues me gustaba sentirme halagada y después de esto, me besó de una manera tan pasional que al cabo de unos momentos estábamos casi cojiendo encima del coche, a lo que él dijo que me llevaría a un motel de paso.

Al llegar al motel, pagamos y al entrar a la habitación enseguida comenzámos a besarnos. Me besaba tán rico, sentía su lengua al final de mi garganta, a lo que yo respondía con besos igual de calientes. Lo comenzé a desvestir, fuí quitando su camisa y comenzé a ver su varonil pecho lleno de bellos que lo hacían ver tán sexy, continuaba besandolo y mordiendo sus labios, bajaba hasta su pecho y lamía su pecho. Seguí con eso de quitarle la ropa y por fín le quité el pantalón y en seguida le quité el boxer. Tiene una de las pollas más grandes que he visto. No perdí tiempo y comenzé a chuparsela, lamía su enorme cabezota y la introducía en mi boca, no cabía ya que era muy grande, pero hacía el esfuerzo, me encantaba el sabor de ese falo tan rico.

Después el comenzó a desvestirme a mi, comenzó por la blusa y después con el pantalón, al quitarme el hilo dental que llevaba no perdió tiempo y comenzó a lamerme el clitoris, lo hacía de una manera tan rica que me excitaba muchismo, introducía su lengua hasta lo más profundo de mi vagina y me hacía gritas y gemir como pocas veces lo hacía. Me acomodó para hacer un glorioso 69, fué una de las experiencias más cachondas y casuales que he vivido !!!

Estuvimos mamándonos la cola por un buen rato, hasta que nos cansamos y me dijo que quería metermela toda y me acomodó en la mesa de la cocina, con él culo bien parado y me la metió toda de un solo golpe, hacía unos movimientos tan bestiales que hacían que yo chorreara litros de semen y él al parecer se excitaba más. Después me tocó a mi cabalgarlo, y al sentarlo en un sillón con su vergota bien parada me sentí encima de ella teniendo el más rico de los placeres de mi vida sexual. Yo me movia muchisimo, el me chupaba los pezones y me besaba el cuello, con sus manos abarcaba mis nalgotas y de vez en cuando me metía un dedo en el culo. Cojia riquísimo !!!

Después me dijo que quería metermela por el culo, a lo que accedí, pues quería de una vez perder la virginidad e mi culo, y después de lamerme el hoyito y lubricarlo muy bien con saliva y semen, me puso en cuatro y me la fué metiendo poco a poco, hasta sentir chocar sus huevos en mis nalgas. Cuando mi cuerpo se acostumbró a tener esa cosota en mi culo, me la metía y me la sacaba muy fuerte que me hacía tener orgasmos riquísmos. Me cojió un buen rato por el culo y cuando me dijo que se iba a venir, le dije que por favor soltara toda su leche en mi cara y en mis chiches, a lo que accedió y de su vergota salieron litros y litros de leche, yo la saboreaba mucho, el también comía su propia leche, pués me lamía las chiches y yo no desperdicié nada, pués también le lamí esa vergota y esos huevos tan redonditos.

Después nos vestimos y me llevó a mi casa, y me dijo que quería que se volviera a repetir, algo que no desaproveché y cada que nos veíamos era para cojer, pero eso os contaré después.