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Cambio de roles

en Bisexuales

Antes de relatar esta experiencia, me voy a describir un poco. Vivo en Argentina, soy rubio, 1,70, 70 kg., 33 años, soy licenciado en administración de empresas y me desempeño en un hospital.

Esta historia comenzó hace algunos años cuando conocí a una chica muy bonita llamada Sandra, con la que rápidamente congeniamos, de hecho congeniamos tanto que al poco tiempo nos fuimos a vivir juntos. Las cosas nos iban bien y teniamos una variada y placentera vida sexual. Una noche antes de dormir me preguntó si estaba dispuesto a llevar adelante una experiencia nueva. Conociendo su gran liberalidad sexual me esperé cualquier cosa, pero igualmente, me sorprendió. Me proponía un "cambio total de roles", por lo menos una vez en la vida, ella haría el papel de varón y yo el de mujer. Lo que quería era penetrarme con un arnés. Quedé en responder lo antes posible. Consultando discretamente con amigos de confianza me di cuenta que no era una idea descabellada, al fin y al cabo era mi pareja y la idea comenzó a excitarme. Esa noche al llegar le dije que su propuesta me excitaba mucho y que estaba dispuesto a hacerlo. Rápidamente planeó todo, ese sábado me depiló todo el cuerpo, no me dejó un solo pelo. Al día siguiente me pidió que le prepare ropa mía para que ella utilice al vestirse de varón. Ella por su parte me daría un juego de ropa femenina. Yo dejé las prendas en una habitación y ella en otra para vestirnos por separado y sorprendernos mutuamente. Cuando entre en la habitación que me correspondía encontré un justo y apretado vestido negro, medias al muslo y tanga haciendo juego, junto a la ropa había un pecho artificial femenino con dos grandes tetas acabadas en enormes pezones rojos, que debía colocarme sujetándolo por los hombros. Me coloqué ese pecho con cuidado, las tetas parecian reales y se me veian muy bien. Las medias mejoraron mi aspecto femenino, la tanga era tan diminuta que apenas me cubría la verga que ya tenía super dura de calentura. Me puse el vestido que me quedaba muy bien y bajo las ropas encontré una peluca rubia que me coloqué lo mejor que pude. Me miré al espejo y me encontré muy sexy y femenina. Salí de la habitación y encontré a Sandra que tenía una peluca de varón, muy corta y sus grandes tetas parecian haber desaparecido. La ropa que le dejé le quedaba como a la medida. Me tomó de la mano me llevó al baño me maquilló detenidamente. Ahora sí era una mujer y muy sexy.

Tras mirarnos larga y detenidamente, para ver como habíamos cambiado, fuimos al dormitorio. Coloqué detenidamente mis manos sobre sus nalgas sobándole descaradamente el culo, me miró sorprendida...

¿Qué hacés putita?, tus manos van acá...

Puso mi mano derecha sobre su entrepierna y palpé un bulto enorme y duro. Puso sus manos sobre mis nalgas acariciándome suavemente el culo...

¿Te olvidaste quien es tu macho? El culo te lo manoseo yo. Para eso sos mi hembra...

No olvidé más que yo era la mujer y empecé a comportarme como tal. Me empujó sobre la cama y me besó con ganas mientras me acariciaba todo el cuerpo. Se notaba que estaba muy caliente y yo lo estaba más que ella...

Ahora soy tu macho y voy a hacerte mi mujer ¿Querés que tu hombre te rompa el culo puta?

Si papi soy tu hembra y quiero que me des verga todo el día. Haceme tu puta

 

Eso la puso más caliente todavía. Me sacó el vestido y se prendió con la boca a mis pezones artificiales...

¡Que buenas tetas tenés yegua!

Si papi son tuyas chupalas que me vuelve loca...

Se paró junto a la cama y se quitó la camisa que llevaba. Se había colocado un corsé alrededor de sus grandes tetas y su pecho aparecía tan plano como el de un varón. Se quitó los pantalones, el calzoncillo que le dí le daba un aspecto imponente. Me ordenó que sea yo quien le saque ese calzoncillo. Apenas lo deslicé hacia abajo por sus piernas saltó, libre de su encierro una verga artificial, mucho más grande que la mía, sostenida a su cintura por un arnés de cuero. La verga, perfecta imitación de una real se mantenía totalmente erecta entre sus piernas. Así sin tetas, con peluca de varón y con esa enorme verga en su entrepierna, Sandra realmente parecía un macho dispuesto a poseer a su hembra. Se tiró sobre mí. Me besó y acarició apasionadamente, fue bajando dándome pequeños besos por mi pecho y estómago hasta llegar a la tanga. Me miró con malicia y me la arrancó con los dientes. Me hizo dar vuelta en la cama, en la posición del perrito y me susurró al oído...

Voy a hacerte mía, te voy a poseer como un macho se posee a la hembra que desea

Sus dedos comenzaron a recorrer mi canal, e intentaban introducirse en mi orificio virgen. Tras no lograrlo a los primeros intentos sentí como desparramaba un líquido frío y lubricante para abrirlo.

¡Que estrecha que estas mami, voy a partirte al medio!

Con cuidado papi, no me hagas daño...

Me aplicó una dura palmada en las nalgas, al mismo tiempo empujó con tal ímpetu que me hizo tragar las palabras. Mi cerrado agujerito cedió y colocó dos dedos en mi interior

Silencio puta, esperé mucho este momento y voy a hacerte mía aunque te rompa en pedazos...

Estas palabras me dieron un poco de temor, pensé que se estaba vengando por todas las veces que le rompí el culo a ella. Lentamente me fue dilatando hasta que logró meter cuatro dedos en mi culo. Los retiró con delicadeza y entonces sentí la gran cabeza de su verga presionando mi culito.

Sentí a tu hombre entrar en vos putita...

Ya totalmente entregado y asustado pero al mismo tiempo muy excitado le respondí...

Si papi dámela toda

Apoyándose en mis caderas empujó con fuerza y sentí la cabeza abriendo mi esfínter. Un dolor agudo me recorrió, tan agudo que casi se me escapan algunas lágrimas. Quise escaparme. Me sujetó por las caderas y con otro fuerte empujón mi culito desgarrado cedió y la cabeza entró toda.

Ya pasó lo peor mami, ahora se va ir deslizando solita hasta los huevos, el dolor va a ir pasando.

Mientras me decía esto me empujó por los hombros hacia abajo, con este movimiento mi culo quedó empinado y a su entera disposición. Tal como dijo sentía la verga deslizarse lentamente hacia mi interior. Cuando le pareció apropiado avanzó con sus caderas con fuerza y sentí sus huevos golpeando la entrada de mi ya roto culo.

Ahora sos mi mujer...

Tras aguardar unos minutos comenzó a sacar y meter la verga. No lo hacía bruscamente sino muy despacio. Sacaba una pequeña parte y la metía. En cada embestida iba alargando la porción que salía de forma que siempre cada vez más centímetros recorrian mi interior. Esta delicada forma de actuar hizo que el dolor desapareciera rápido y lo comenzara a disfrutar. El movimiento de vaivén en mi culo me hacía ver las estrellas de placer.

Me gusta mucho tu verga papi, quiero más...

Yo sabía que te iba a gustar mi putita. Ahora sos mía para siempre...

Tras unos minutos de verdadero placer sentí como una corriente eléctrica que me recorrió la columna vertebral hasta la cabeza, caí como desmayado de tanto placer. Sandra me retiró la verga y me hizo dar vuelta.

Me alegro que hayas gozado tanto, ahora dejame metértela de frente para verte la cara mientras te culeo.

Colocó mis piernas sobre sus hombros. En esta posición la penetración era mucho más profunda. Más centímetros me penetraban y encontraba especial placer cuando su verga chocaba con el fondo de mi culo. Tras unos minutos, no pudiendo contenerme eyaculé como nunca en mi vida. La cantidad de semen superaba mucho la que comúnmente eyaculaba. Nunca había gozado tanto. Me sentía ampliamente satisfecho, lleno de placer, como si no fuera a necesitar sexo en mucho tiempo. Sandra en la necesidad de descargarse, olvidó su papel de macho, se quitó el arnés y se sentó sobre mi cara, dejando su concha empapada sobre mi boca. Me tragué todo su flujo y con unos pocos lengüetazos acabó de tal forma que sentí su cuerpo vibrar sobre mi cara.

Es claro que después de esto lo repetimos muchas veces, pero, en este momento por cuestiones que nada tienen que ver con lo sexual, estamos separados. Si alguna mujer tiene experiencia en coger o follar a un varón con un arnés o tiene la fantasía de hacerlo, escríbame para intercambiar experiencias, aprender mutuamente y excitarnos juntos. Por favor no escriban chicos, ya que sin querer faltarle el respeto a nadie ni a ninguna tendencia sexual no me excitan para nada. Muchos saludos para todos y besos para las chicas...